Richard Pryor 1940-2005
Revolución #028, 26 de deciembre de 2005, posted at revcom.us
Extrañaremos al gran cómico Richard Pryor. Extrañaremos su humor mordaz, su completa sinceridad y su gran amor a las masas. Extrañaremos cómo se abría a la vida y a la gente, su rebeldía y su capacidad de captar el humor y la verdad de la vida de las masas. Pero el universo de personajes que nos trajo aun viven: inmediatamente reconocibles y entrañablemente entretenidos. Como dice Mudbone, quizás su personaje más inolvidable: "la verdad da risa, pero también espanta".
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Saben cómo empezó el humor negro, empezó en los barcos negreros. Uno venía para acá, remando. El otro le dice: ¿de qué te ríes? Y él responde: es que ayer era rey.
Van a tener una celebración bicentenaria, de 200 años. Van a tener un nigger bicentenario. Lo harán, un nigger de 200 años con la cara pintada de negro y con las estrellitas de la bandera en la frente, los ojos chiquitos y los labios brillosos. Va a tener esa expresión tan grata de los blancos, pero está contento. Está contento porque ha estado aquí 200 años. Dice: me emociona tanto estar aquí.
[ Empieza la música, "Gloria, gloria, aleluya..."]
Aquí en América. Qué bueno que me sacaron de mi hogar. Jo, jo, jo...
Antes vivíamos hasta los 150, ahora morimos de presión alta antes de los 52 años. Me muero del gusto. Cómo me place que América durará. Jo, jo, jo...
Me trajeron en un barco. Éramos 400. Jo, jo, jo...
En el camino, nos morimos 360. Jo, jo, jo...
Pero eso me encanta. Jo, jo, jo...
Yo qué sé, ustedes los blancos son tan buenos con nosotros. Jo, jo, jo...
Cuando llegamos, otros 20 nos morimos de enfermedades. Jo, jo, jo...
Ah, pero no tenían doctores para curarnos. Qué lástima. Les preocupó bastante, verdad. Jo, jo, jo...
Luego nos separaron. Sí señor. Se llevaron a mi mamá por ese lado, a mi esposa por el otro, y a mis hijos los mandaron hasta por allá. Jo, jo, jo...
Estoy tan contento que no sé que hacer. No sé qué haré si no me dan otros 200 años de lo mismo. Jo, jo, jo...
[ La música sube...]
Dios nos tenga misericordia. Sí señor. No sé dónde estará mi viejita ahora. Estará por allá arriba, en el gran cielo de los blancos. Jo, jo, jo...
De seguro que a ustedes se les olvidó. Jo, jo, jo...
[ La voz se torna seria y la música se apaga.]
Mas yo nunca me olvidaré.
Richard Pryor, de Nigger bicentenario*