Los inmigrantes son nuestras hermanas y hermanos, no el enemigo
¡Abajo el muro!
Revolución #044, 23 de abril de 2006, se encuentra en revcom.us
Comentario:
Yo siempre he respaldado sus motivos y sus creencias. Pero me revienta que su organización ahora promueva a los inmigrantes indocumentados e ilegales. Ahora pongo en duda su posición con respecto a AMÉRICA. Los ilegales se tragan los impuestos que pagamos ustedes y yo. Ni más ni menos. Mi esposa es diabética y se mata trabajando para pagar la insulina. El gobierno no la ayuda porque millones se aprovechan y le exprimen todo lo que pueden. ¡LO SÉ! ¡Explíquenme por qué apoyan esto! No me importa si son holandeses, latinos o árabes; el hecho es que no son ciudadanos. PUNTO. No me gusta ir a Miami y sentirme como extranjero y que me miren raro porque no sé español o haitiano. Ustedes y yo vivimos en América, con la bandera americana; aquí se habla inglés. ¿Y ustedes apoyan eso?
Yo he ido a sus manifestaciones y gritado a pleno pulmón para apoyar causas legítimas, pero esto no me cuadra para nada. No entiendo por qué se volvieron ciegos. Quizá son demasiado liberales y dicen que “pobrecitos”. Despierten y explíquenme por qué es bueno para esta nación dejar que millones de ilegales se queden así no más. Decir que la mano de obra hace falta y que aportan mucho no es suficiente. Está gastado. Ustedes apoyan el incumplimiento de la ley. Ni más ni menos.
Bush quiere lo que ustedes apoyan. ¿Me equivoco? Soy una persona decente y no soy racista, y sé distinguir lo que está bien y lo que está mal y esto está mal (en el sentido legal). ¡Va contra la ley AMERICANA!
Por favor escríbanme y explíquenme su posición. Entiendo que todos tienen su propio punto de vista. Su organización me gustaba mucho hasta ahora, ¡pero esto no me cabe en la cabeza!
Un lector
Michigan
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Bueno, veamos las preguntas que plantea este lector. En primer lugar, el hecho de que algo sea ley no quiere decir que haya que respetarlo o acatarlo. ¿Has oído hablar del caso del esclavo Dred Scott? En la década de 1850 la Suprema Corte ratificó una ley (la Ley de Esclavos Fugitivos) que daba a los cazadores de esclavos el derecho de agarrar a los que escaparan. La Suprema Corte dijo que los negros no tenían derechos.
Las leyes del Sur decían que los negros no podían tomar agua de las mismas fuentes que los blancos. Prohibían que un negro mirara a los ojos a un blanco porque era insolencia y falta de respeto. Cualquiera de esas cosas era suficiente para que los mataran. ¿A qué beneficiaba esas leyes? Al sistema de esclavitud, y al sistema de aparcería que le siguió, con sus leyes de segregación.
En cierto momento, los negros mandaron eso al diablo. Dijeron que iban a desafiar e incumplir esas malditas leyes porque eran injustas, represivas y bárbaras. Y cuando lo hicieron, mucha gente de otras nacionalidades tomó partido con ellos y apoyó esa lucha.
¿Quién estaba en lo correcto? ¿Los que cumplían y hacían cumplir esas leyes y castigaban brutalmente a los que las desafiaban? ¿O quienes resolvieron no cumplirlas y quienes los apoyaron? Esas leyes eran injustas y fue necesario levantarse contra ellas para eliminarlas.
Esta frontera no merece respeto
Por eso no es correcto decir simplemente que cruzar la frontera va contra la ley y está mal. Hay que preguntar por qué está ahí esa frontera. ¿A qué y a quiénes beneficia?
Hablemos de la realidad. Este país y sus fronteras se establecieron con el genocidio de los indígenas, la esclavitud de los africanos y el robo de la mitad de México con la guerra de 1846. Cuando los primeros cazadores de Asia cruzaron a América hace miles de años no había fronteras. Los españoles llegaron en el siglo XVI y trazaron fronteras para subyugar, robar y matar. Después los colonos ingleses trazaron fronteras y casi exterminaron a los indígenas.
En la década de 1840, Estados Unidos le declaró la guerra a México (que prohibía la esclavitud) para conseguir más territorios para los esclavistas del Sur y los capitalistas del Norte. El mérito de los “héroes” de El Álamo (Davey Crockett, Samuel Houston, Jim Bowie y Daniel Boone) es el robo de la tierra mexicana con el fin de expandir la esclavitud y el capitalismo a esa parte del territorio. Después, crearon los Texas Rangers para consolidar ese robo. Ni más ni menos.
Después de la guerra Estados Unidos obligó a México a firmar el Tratado de Guadalupe Hidalgo. Washington prometió que los mexicanos que vivían en el enorme territorio mexicano robado tendrían derecho a tierra, a hablar su idioma, etc. Pero inmediatamente violó ese tratado.
Las fronteras que creó por la fuerza Estados Unidos y las leyes para protegerlas no tienen nada digno de respeto. Por eso decimos: ¡Abajo el muro!
La frontera es símbolo de una relación de opresión
Hablemos de lo que pasa hoy, de cómo es hoy la relación de injusticia, desigualdad, opresión y explotación de Estados Unidos y México.
Veamos el ejemplo de Alicia y José Jiménez. Trabajan como bestias para subsistir en el campo de México. ¿Qué pasa? Su precaria situación empeora debido a que Estados Unidos tiene una relación de explotación y dominación con México. Es como tener una relación con el Padrino o con Tony Soprano. Como buenos gángsters, Estados Unidos le hace a México “una oferta que no puede rechazar”.
Estados Unidos inunda a México de productos baratos y los millones de Alicias y Josés salen perdiendo en esa competencia desigual. Tienen que dejar el campo y marchan a la ciudad a buscar trabajo. ¿Qué pasa después? En la frontera, unos pocos metros adentro, las compañías estadounidenses han puesto maquiladoras para los millones de desplazados del campo como Alicia y José, que trabajan como bestias en condiciones de trabajo sumamente peligrosas por una décima parte del salario que se gana al otro lado de la frontera.
Los trabajadores de las maquiladoras se rompen el lomo produciendo televisores y piezas de computadora para los países imperialistas. Viven en barriadas pobres sin electricidad y sus niños mueren de enfermedades como el cólera porque no hay alcantarillado ni agua potable.
Pero esa fuente de mano de obra barata no satisface el apetito de los capitalistas y en los últimos años han cerrado muchas maquiladoras, echado a miles a la calle y se han mudado a Asia, donde pueden pagar menos y explotar más brutalmente a los trabajadores. Eso es lo que hace el imperialismo estadounidense.
¿Qué harías si estuvieras en la situación de Alicia y José?
Esa es la relación que Estados Unidos le impone a México. Eso es lo que hace el sistema imperialista por todo el mundo. Por ese sistema en Estados Unidos hoy hay más de un millón de millonarios y por ese sistema la mitad de la población del mundo vive con dos dólares al día.
Por eso es que a millones no les queda más recurso que venir a este país. Porque, como ha dicho Bob Avakian, presidente del PCR, Estados Unidos ha jodido más al resto del mundo que aquí. A la cabeza de este monstruoso pulpo que chupa con sus tentáculos la sangre de todo el mundo están los más despiadados hampones.
¿Qué pasa cuando llegan los inmigrantes? Los que no mueren en el desierto o no se topan con los paramilitares en la frontera, tienen que evadir a la Migra. Trabajan por unos salarios de miseria, que dejan superganancias a los capitalistas. Viven asustados, con temor de que los deporten a una existencia más precaria. No tienen derechos y por eso los obligan a tolerar todo esto, a estarse callados y a ser invisibles. ¡Hasta ahora!
Me recuerda cuando los negros vivían como seres invisibles porque la ley prohibía que miraran a los blancos a los ojos, so pena de linchamiento.
Tu esposa no tiene servicios médicos, ¡pero no por culpa de los inmigrantes!
Dices que los indocumentados se aprovechan del sistema y exprimen los servicios de salud que debería recibir gente como tu esposa. Eso no es verdad. El sistema de salud, como todo lo demás en el capitalismo, busca ganancias. Por eso es que tu esposa no recibe los servicios que necesita, NO por los inmigrantes, que la mayoría de las veces no van al médico por miedo de que los deporten. Si el proyecto de ley de la Cámara llega a ser ley, acabarían en la cárcel como delincuentes.
Seamos francos: echarle la culpa a los inmigrantes es dejarse embaucar. Te han hecho pensar que las víctimas de este sistema son tus enemigos y que los que saquean el mundo son tus amigos.
No es “nuestra” nación
Te voy a dar otro ejemplo. Preguntas si esto es “bueno para esta nación”. Hace unos años el fascista Pat Buchanan escribió un libro titulado The Death of the West: How Dying Populations and Immigrant Invasions Imperil Our Country and Civilization (La muerte del Occidente: Cómo ponen en peligro a nuestro país y nuestra civilización el descenso de la población y las invasiones de inmigrantes). Buchanan se queja de que la sociedad está perdiendo su identidad nacional, su cohesión nacional, que es lo que ha cimentado el opresivo “contrato social” de esta sociedad. Mejor dicho, habla de la identidad blanca, cristiana y angloparlante de la nación estadounidense. Que se pierda eso es una de sus peores pesadillas, y él no es el único que lo teme; también les da pesadillas a otros de la cúpula del poder, como a Bush. Ahora, ante esta inmensa ola de protesta de los inmigrantes, andan como locos buscando un plan para implantar el nuevo “contrato social” que tienen planeado sin que se les salga de las manos la situación. Ese es especialmente el papel del presidente: aglutinar el núcleo y el programa fascista e implementar dicho programa sin que la situación se les salga de las manos. La conclusión lógica de tu argumento te llevará directo a los brazos de esos fascistas e imperialistas.
En cuanto a lo que es “bueno para esta nación”, así es como el sistema quiere que lo veas. Pero las naciones se dividen en clases con intereses distintos y fundamentalmente opuestos. Esta nación en concreto es una nación imperialista, opresora; nosotros nos oponemos al imperialismo y nos importa un carajo lo que sea “bueno para esta nación”. Nuestra posición es que no somos estadounidenses, somos proletarios de todas las nacionalidades. Somos la clase que trabaja solo cuando enriquece a la clase capitalista. En este sistema el trabajo se nos esconde a muchos porque la clase dominante no puede sacar ganancia de nuestro trabajo y nos toca arreglarnos como podamos; esto empuja a muchos a una situación en que el crimen parece la única opción.
Nuestra clase es internacional y consta de miles de millones de personas de todo el mundo. Los trabajadores indocumentados son parte de nuestra clase. Son nuestras hermanas y hermanos. Hablamos distintos idiomas y tenemos distintas culturas, pero todos somos proletarios. Su sangre es nuestra sangre; su sufrimiento es nuestro sufrimiento. Les damos la bienvenida a TODOS y los recibimos con los brazos abiertos. Nuestro trabajo es la base de este sistema de esclavitud moderna y crea enorme riqueza, que va a las manos de la clase capitalista. Tenemos un interés común: alzarnos como proletarios, bajo nuestra dirección revolucionaria, el Partido Comunista Revolucionario y su presidente Bob Avakian, y, cuando maduren las condiciones, tumbar este sistema.
Así que te devuelvo la pregunta: ¿qué pasaría si los millones como tú que se han tragado estas tácticas para dividirnos se despiertan y ven la realidad? ¿Qué podríamos lograr los desposeídos de todas las nacionalidades?
Otro mundo es posible… ¡con el poder estatal!
Es posible que todo hombre, mujer y niño de este planeta tenga lo mejor de la tecnología, la ciencia y el conocimiento que los seres humanos han acumulado a lo largo de los siglos. Es posible utilizar todo eso para darle una vida mejor a toda la gente del mundo. Es posible que todos contribuyan lo que puedan a mejorar la vida de los demás y que a su vez reciban de la sociedad lo que necesitan para vivir como seres humanos plenos y contribuir aun más a la sociedad. No hay necesidad de que nadie se preocupe de que no va a recibir los servicios médicos que necesita. Podemos darles servicios médicos a todos. El cólera se puede prevenir. El tratamiento para la diabetes, la hepatitis C, el VIH, los problemas de riñones y otras enfermedades crónicas serán gratis en un sistema socialista.
Todos podrán trabajar y nadie tendrá que vivir en ghettos o tugurios. Nadie tendrá que preocuparse por la comida siguiente ni por cómo pasará la vejez. Podemos crear un mundo en que el pueblo comparte los recursos de la sociedad y trabaja, lucha y decide cómo avanzar para beneficio de todos.
Un mundo sin que un grupo domine a otro; sin una policía que mate y maltrate; sin Migra; sin fronteras; sin que los hombres dominen a las mujeres; sin que los blancos dominen a los demás; sin que los que hacen el trabajo intelectual dominen a los que hacen el trabajo manual.
Podemos hacer todo esto y enriquecer la vida con deportes y arte. Podemos cuidar el medio ambiente: cuidar el planeta y dejarlo en mejores condiciones a las generaciones siguientes.
Esto no sucede por una razón: porque toda la riqueza, la tecnología, la ciencia y el conocimiento la controla un puñado de capitalistas-imperialistas y la utiliza para generar ganancias, no para servir al pueblo; la utiliza para mantenernos en esta jodida situación.
Por eso necesitamos el poder estatal. El poder en las manos de nuestra clase, cuyo trabajo colectivo crea toda esta riqueza. Nuestra clase es el único grupo de la historia cuyos intereses fundamentales radican en hacer esta revolución, y cuya meta es poner todos los recursos de la sociedad en las manos colectivas del pueblo y llevarlo a que asuma la toma de decisiones y se emancipe a sí mismo y a toda la humanidad.
Ahí debemos poner las miras. El presidente Avakian es el líder que puede dirigirnos a alcanzar esa meta. Es un líder excepcional. Entiende profunda y científicamente la revolución y todo el proceso. Ha aprendido de las experiencias de nuestra clase cuando detentó el poder en la Unión Soviética y en la China de Mao. Ha aprendido de los grandes logros de esas revoluciones, así como de sus deficiencias y errores. Nos ofrece un enfoque científico y revolucionario de la revolución para que nosotros también seamos líderes con él en esta gran causa.
Tienes que acercarte a este líder. Ha hecho grandes avances y descubrimientos en la causa de la emancipación de la humanidad, la causa de la revolución comunista. Como cualquier gran descubrimiento científico, al principio ilumina los picos y las cimas de las montañas, y después ilumina todo el mundo.
Acércate a este partido. Descarga el audio “¿Por qué viene gente de todo el mundo?” de Bob Avakian (revcom.us o bobavakian.net). Checa su DVD Revolución: Por qué es necesaria, por qué es posible, qué es. (threeQvideo.com) Así que te vuelvo a hacer la pregunta: piensa adónde podríamos llegar si logras superar esa mentalidad estrecha, capitalista de primero yo. Y piensa adónde acabaremos si tú, y millones como tú, no la superan.
Súmate a nosotros.
Joe Veale, de la Gira de Comunistas Revolucionarios