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Convocatoria y reto

1º de Mayo: ¡Los inmigrantes y sus aliados se toman las calles!

Arriesgan la vida para cruzar la frontera.
La Migra los persigue y los tratan como criminales.
Viven apiñados en barrios ruinosos.
Trabajan en campos agotadores y maquiladoras asfixiantes.
Los pocos derechos que tienen están bajo ataque.
Quieren quitarles hasta la humanidad.

El 1º de Mayo de 2006 en Estados Unidos: ¡una fuerza innegable de más de un millón de inmigrantes y aliados dijeron basta ya!

Llenaron las calles de ciudades grandes y pequeñas y de pueblos, abandonando fábricas, escuelas, restaurantes y tiendas. Más de medio millón en Los Ángeles… 400,000 en Chicago… Docenas de miles en Nueva York, San Francisco, Seattle, Milwaukee… miles más de costa a costa, en pueblos y zonas rurales de Iowa, Nebraska, Kansas, Wisconsin, Minnesota y Texas. La gran mayoría eran latinos, pero también se manifestaron muchos otros grupos de inmigrantes: de África, el Caribe, Asia, el Medio Oriente, Europa oriental e Irlanda.

Fue un enorme despliegue de resistencia a los planes del gobierno de redoblar la opresión y explotación de los indocumentados.

Corriendo gran riesgo personal, centenares de miles de inmigrantes, la gran mayoría proletarios, salieron y alzaron la cabeza en desafío. Tal despliegue de resistencia se debe apoyar y celebrar; tal espíritu heroico se debe defender y extender.

En los últimos meses, esta ola de protesta ha cobrado fuerza y está cambiando el paisaje político de este país. Atrae a millones de personas a la lucha contra el gobierno y el sistema; y plantea interrogantes acerca de la naturaleza de este sistema, de cómo luchar y de lo que se necesitará para acabar con la explotación y la opresión.

Las acciones de una minoría han abierto nuevas posibilidades para muchos más. Para los que están furiosos por la dirección en que el gobierno de Bush ha encaminado el país y el planeta, son un ejemplo importante.

El Congreso está considerando varios proyectos de ley contra los inmigrantes. Politiqueros fascistas, como el congresista Tom Tancredo, quieren negarle ciudadanía incluso a los niños nacidos en el país si sus padres no tienen papeles. Paramilitares como los Minutemen patrullan la frontera armados, cazando inmigrantes, a quienes consideran una amenaza a “la estructura de América”. En tal situación, este nuevo movimiento no se deja paralizar por el miedo ni se esconde. Entra a la lucha y dice: “¡Bush escucha! ¡Estamos en la lucha!” y “¡El pueblo unido jamás será vencido!”.

Es muy emocionante y significativo que centenares de miles de proletarios se echen a la calle en Estados Unidos. Y qué maravilla que lo hicieran el 1º de Mayo, el día revolucionario del proletariado internacional. El tema de muchas manifestaciones fue “Un día sin inmigrantes” y fue evidente: montones de fábricas, restaurantes, empresas de construcción, jardinería, transporte y otras industrias y servicios se paralizaron por la ausencia de los trabajadores.

Es muy importante que las protestas se extendieron a pueblos pequeños y zonas rurales, donde se han experimentado grandes cambios demográficos en las últimas décadas. En muchos de esos lugares, que rara vez o nunca han visto protestas políticas, las empacadoras de carne y otras industrias reclutan trabajadores de México y Centroamérica. La población latina de muchos condados rurales ha crecido de cero en 1970 a 10-45% en el 2000. En Dodge City, Kansas, 1,500 proletarios inmigrantes marcharon por la calle principal y todas las cinco empacadoras de carne del estado (con más de 12,000 empleados) cerraron. En Emporia, Kansas, de una población de 25,000 personas (20% latinos), más de 1,500 personas se manifestaron en la feria del condado, cerca de la planta de pollos de Tyson, donde trabajan muchos inmigrantes. Hubo una protesta en Storm Lake, Iowa, donde el 20% de los 10,000 habitantes son latinos, y Tyson Foods tuvo que cerrar la mayor empacadora de carne del mundo. Lo mismo ocurrió en docenas más de pueblos.

La clase dominante de este país teme y ataca a los millones de inmigrantes que cruzan la frontera. Pero el proletariado revolucionario y sus aliados da la bienvenida a estas hermanas y hermanos, quienes suman una fuerza de importancia estratégica a la lucha revolucionaria.

En las manifestaciones se vieron muchas banderas estadounidenses; esto muestra las falsas ilusiones que mucha gente alberga sobre Estados Unidos y lo que representa para el pueblo de aquí y de todo el mundo. Pero miles izaron la bandera roja, y muchos de ellos la ven conscientemente como símbolo de la revolución proletaria. Unos llevaban la bandera roja y la bandera estadounidense, lo que muestra que el movimiento todavía no se ha salido del marco de la política burguesa aceptable, así como el potencial que encierra la situación… y la necesidad de una dirección revolucionaria.

El movimiento por los derechos de los inmigrantes y las protestas del 1º de Mayo inspiraron a millones más. En Chicago unos trabajadores sociales que ayudan a víctimas de violación le dieron la bienvenida a la marcha con letreros de “Gracias” y “Thank you”. Feligreses blancos repartían agua bajo un letrero de: “Los inmigrantes de ayer apoyan a los inmigrantes de hoy; su viaje es nuestro viaje”. Un contingente multinacional de estudiantes de medicina coreó: “Trataremos a nuestros pacientes, con o sin papeles”. Otros fueron con un mensaje parecido: “Todos somos inmigrantes” y “Ningún ser humano es ilegal”. Esas semillas de unidad son muy importantes y, debidamente cultivadas, pueden llegar a ser algo potente, necesario y hermoso para la lucha contra el sistema y a favor de un mundo mejor.

El 1º de Mayo de 2006, fue muy emocionante e importante que más de un millón de proletarios inmigrantes se tomaran las calles aquí en Estados Unidos, proclamando su humanidad y que están resueltos a luchar por sus derechos. La actitud de “los trabajadores somos los que hacemos funcionar la sociedad” resume una verdad fundamental, pero todavía no es —y tiene que ser— consciente de clase; tiene que reconocer el hecho de que como clase, el proletariado es la única clase que puede y tiene que dirigir la lucha para emancipar a toda la humanidad. Tenemos que unirnos a la ola de resistencia de los inmigrantes y celebrarla. Lo que se requiere es fomentar la dirección consciente del proletariado, impedir que el movimiento se canalice hacia la política burguesa ineficaz y hacer que contribuya de la manera más poderosa posible a la lucha revolucionaria para liberar al planeta de todas las formas de opresión y explotación.

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