Revolución #54, 23 de julio de 2006


Israel: Estados Unidos desata perro de ataque contra Líbano

“La voz de Mohammed Akkash se quebró cuando nombró a los 10 nietos que acababan de morir en un ataque aéreo israelí que destruyó la casa de su hijo. El menor, Safat, tenía seis meses. ‘¿Es un bebé de seis meses un combatiente de la resistencia? Es un crimen’, dijo, y los demás dolientes reunidos frente a su casa asintieron con la cabeza”.

Christian Science Monitor sobre el bombardeo israelí de Dweir,
en el sur de Líbano, 14 de julio

“No hay ningún lugar a salvo [en Líbano]; así es”.

Dan Halutz, jefe del estado mayor israelí

El 13 de julio, Israel, con el apoyo de Estados Unidos, inició un fuerte ataque militar contra Líbano. Es otra agresión criminal por parte de Israel, que hace poco inició un sitio e invasión sangrientos de Gaza, una zona palestina. Todo esto ocurre en el contexto de la ocupación estadounidense de Irak, las amenazas de Estados Unidos y sus aliados de atacar a Irán y la doctrina de Bush de reconfigurar radicalmente el Medio Oriente en aras de las metas del imperialismo yanqui y la hegemonía global. Es una grave escalada de las tensiones en toda la región.

Una gran variedad de fuerzas están metidas en la situación y la agresión israelí tiene el potencial de provocar una guerra regional. Tal guerra causaría a mucho más sufrimiento para los pueblos mesorientales (encima de lo que ya experimentan a manos de Estados Unidos e Israel) y consecuencias profundas e imprevisibles para todos.

El ataque contra Líbano

La situación se está desarrollando muy rápidamente. El primer día del ataque israelí, unos cazas atacaron el aeropuerto internacional de Beirut y destruyeron pistas de aterrizaje y depósitos de combustible. Además, bombardearon todos los puentes y las carreteras de Beirut hacia el sur del país y la carretera a Damasco (Siria). Barcos cañoneros han bloqueado los puertos. Están destruyendo todas las rutas que vinculan el país con sus vecinos.

En el sur, Israel atacó a los pueblos donde Hezbolá tiene influencia política. El periodista inglés Robert Fisk informó desde Líbano: “Primero llegaron al pueblito de Dweir, cerca de Nabatiya en el sur. Un avión israelí soltó una bomba en la casa de un clérigo chiíta que los mató a él, a su esposa y a ocho de sus hijos. A uno lo decapitó. De un bebé solo encontraron la cabeza y el torso, que un airado vecino blandió frente a las cámaras. Luego bombardearon otra casa y mataron a una familia de siete personas”.

El periodista Dahr Jamail informó que unos 15,000 libaneses cruzaron la frontera a Siria el primer día del ataque para salvarse. “Estuve en una zona al sur de Beirut bombardeada por los israelíes”, Ali Suleiman, un electricista de 55 años, le dijo a Jamail. “Hay muchos refugiados en los refugios de la zona, cerca de un hospital que los israelíes bombardearon anoche. Es aterrador cuando atacan en la noche. Pensaban que el hospital era un depósito de municiones de Hezbolá, así que lo bombardearon. Tanto los sirios como los libaneses huyen. No hay comida, ni siquiera pan, y tampoco electricidad o agua potable. Si continúa así, habrá una gran catástrofe”.

El gobierno libanés dice que en los primeros dos días de ataques aéreos murieron 63 personas y quedaron heridas 165.

Al cierre de esta edición, Israel ha extendido el ataque al centro de Beirut y la zona fronteriza cerca de Siria, y es probable que inicie una invasión terrestre.

Israel: Perro de ataque regional de Estados Unidos

Estos últimos crímenes y horrores son producto de los esfuerzos de varias décadas de Estados Unidos de dominar el Medio Oriente, y en particular de fortalecer a Israel como perro de ataque y policía regional.

Un objetivo clave es ahogar en sangre las aspiraciones revolucionarias y nacionales de los pueblos de la región. Estados Unidos lleva muchas décadas apoyando (con miles de millones de dólares al año) la campaña criminal de 50 años de Israel para destruir la sociedad palestina, impedir que surja un estado palestino viable y quebrar al pueblo palestino. Últimamente lo ha hecho bajo el manto retórico de varios “planes de paz”, por medio de lo que Noam Chomsky llama un “programa de anexar las tierras valiosas y los recursos (especialmente el agua) de Cisjordania, y de dividir en cantones y encarcelar lo demás”. (Democracy Now!, 14 de julio)

El ataque contra los palestinos se redobló tras la victoria de Hamas en las elecciones de la Autoridad Palestina en 2005.1 Inmediatamente Israel y Estados Unidos anunciaron que iban a castigar al pueblo palestino. Tanto Washington como los países europeos cortaron la ayuda económica a la Autoridad Palestina. Eso ha causado mucho sufrimiento para los palestinos, que no tienen una economía independiente y dependen de la ayuda externa. Israel cerró la frontera a los palestinos que trabajan en el país, y eliminó otra fuente de ingresos.

Hoy el gobierno de Bush está tratando de reconfigurar todo el Medio Oriente por la fuerza de las armas para aumentar el dominio de la región y del petróleo, como parte de su programa global. Para lograr esa meta, tiene que borrar todos los impedimentos a la hegemonía, que van de la resistencia de las masas a los estados y fuerzas reaccionarios que no controla firmemente. En esa situación, Israel es un aliado y herramienta más crucial que nunca, y sus acciones no se pueden explicar aparte de la historia del apoyo estadounidense y del programa de Bush.

Israel y sus simpatizantes claman que han hecho todo lo posible para lograr la paz, por ejemplo retirar las fuerzas israelíes de Gaza y Líbano, y que los “terroristas” atacan a Israel de todos modos y secuestraron a sus militares. Esto pasa por alto todo lo que ha llevado a la actual crisis y el hecho básico de que Israel (y Estados Unidos) tiene presa a toda la nación palestina y siembra muerte y terror en Líbano.

¿Qué precedió a la captura de los militares israelíes? En los últimos meses, Israel ha disparado más de 6,000 misiles y obuses a Gaza. El 8 de junio un proyectil mató a siete miembros de la familia Gahila en la playa Beith Lahia. Cuatro días después, mataron a otras siete personas, entre ellas dos niños y tres trabajadores médicos, en un ataque contra una zona atestada de ciudad de Gaza. El 20 de junio un misil mató a tres niños (de 5, 6 y 16 años) en un campo de refugiados.

La actual ofensiva contra Líbano tiene varias metas. Primero, busca debilitar o destruir a Hezbolá y hacer que sea un país obediente a sus dictados. El embajador israelí a Estados Unidos dijo: “No vamos a quedarnos a mitad de camino y dejar que nos tomen de rehenes otra vez. Vamos a entrar a matar, a neutralizar a Hezbolá, y no pararemos hasta que hayamos desarmado a las milicias como Hezbolá y el estado libanés esté en el poder”. (Washington Post, 16 de julio)

Segundo, busca asestar otro golpe contra el pueblo palestino atacando a sus partidarios. Tercero, busca aumentar la presión contra Siria e Irán para que dejen de apoyar a Hamas y a Hezbolá, y mostrarles lo que les espera si no acatan los deseos de Estados Unidos.

Es decir, la meta no es simplemente asestarle un golpe a Hamas o Hezbolá, sino destruirlos completamente u obligarlos a aceptar la visión del Medio Oriente de Estados Unidos e Israel. “Hemos decidido acabar con esta saga y cambiar las reglas del juego”, dijo Isaac Herzog, miembro del gabinete israelí.

Esto concuerda con las metas estratégicas de Washington, y el gobierno de Bush apoya firmemente el ataque israelí; es muy probable que le diera un sello de aprobación de antemano. Unos funcionarios del gobierno le dijeron al Washington Post (16 de julio): “Para Estados Unidos, la meta general es estrangular el eje de Hezbolá, Hamas, Siria e Irán, que el gobierno de Bush cree que hace fondo común para cambiar el campo estratégico en el Medio Oriente”, y oponerse a “una amenaza hegemónica persa” en la región.

Israel y Estados Unidos le echan la culpa a Siria e Irán. Estos dos países figuran en la lista negra de Bush porque apoyan hasta cierto punto a Hamas y Hezbolá, y porque sus acciones y programas son impedimentos a la dominación regional del imperialismo yanqui.

“Una vez más, los iraníes y los sirios tienen que tomar una decisión”, amenazó el vocero de la Casa Blanca, Tony Snow. “¿Van a seguir provocando y apoyando a grupos regionales terroristas?” La postura de Estados Unidos es un sello de aprobación a la agresión israelí y prepara el terreno para más ataques contra Irán y Siria. George Bush sigue repitiendo que “Israel tiene el derecho de defenderse” y así tapa la agresión israelí que llevó a la actual crisis.

En la ONU, Estados Unidos vetó una resolución del Consejo de Seguridad que acusó a Israel de “usar fuerza desproporcionada” y rechazó las exhortaciones de Líbano de un alto el fuego.

Los riesgos de una guerra regional

La agresión israelí tiene el potencial de provocar una guerra regional, debido a las muchas fuerzas que están involucrados en la situación, la dinámica subyacente, el accidente, un error de cálculo o una combinación de factores.

La meta estratégica del gobierno de Bush es aumentar el dominio del Medio Oriente como parte de su programa general de establecer una hegemonía global incontestada e indiscutible. Los gobiernos reaccionarios de Siria e Irán no son antiimperialistas, pero son un obstáculo a esa meta y la República Islámica de Irán es hoy el blanco de una intensa presión internacional y amenazas militares yanquis. (Hace poco rechazó las demandas de Estados Unidos y aliados de negociaciones sobre su programa nuclear).

Importantes voces de la clase dominante exhortan a aprovechar la actual crisis para aumentar los ataques contra Siria e Irán. En un editorial del 14 de julio, el Wall Street Journal (que suele expresar el pensamiento de las fuerzas neoconservadoras del entorno de Bush) comentó: “La Casa Blanca le echó la culpa a Siria e Irán por los sucesos de esta semana, pero se necesitan palabras y acciones más fuertes. El Medio Oriente está a al borde de su peor crisis desde hace una generación, y no es hora de hacer declaraciones formulaicas de que ‘los dos lados guarden compostura’”.

Un neoconservador de peso, William Kristol, escribió: “No a la República Islámica y a Irán, no a Hezbolá… Y quizá no a Hamas también… Debemos contemplar contrarrestar esta agresión iraní con un ataque a los complejos nucleares iraníes. ¿Por qué esperar?” (“It’s Our War”, Weekly Standard, 24 de julio)

La situación encierra mucho peligro para los pueblos del Medio Oriente, pero también tiene el potencial de crear problemas para los imperialistas y las demás fuerzas reaccionarias. En Irak, la victoria inicial contra Saddam Hussein desembocó en una situación muy difícil para Estados Unidos. Lo que hace falta es gente que entienda los intereses de clase de todas las fuerzas y se comprometa a aprovechar las oportunidades revolucionarias que surjan de las infamias que cometen a diario los imperialistas y demás reaccionarios y de todas las dificultades que se les presenten.


1. El artículo “Sumisión o muerte: La política israelí hacia la Gaza” del #53 presenta un análisis del papel de Hamas. [top]

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