Revolución #56, 13 de agosto 2006
Esperan con excitación la muerte de Castro
Maniobras yanquis y mentiras anticomunistas
Al líder cubano Fidel Castro lo operaron de urgencia y la prensa estadounidense espera con excitación la noticia de su muerte. El gobierno de Bush se está lamiendo el hocico ante una posible crisis de dirección en Cuba; espera una apertura o pretexto para interferir, intervenir y efectuar un “cambio de gobierno”. A los reaccionarios de la comunidad cubana les han dado micrófonos y altoparlantes para pedir el regreso de la “Cuba de antaño”.
El presidente Bush dijo que apoyaría a quienes trabajan por un “gobierno de transición en Cuba comprometido con la democracia”. Hay que preguntar: ¿quieren de veras los cubanos la democracia que Estados Unidos exporta a Irak y el resto del mundo?
CASTRO: ESPINA EN EL COSTADO DE ESTADOS UNIDOS
Sacar del poder a Fidel Castro ha sido uno de los objetivos de la política exterior de Estados Unidos desde que tomó el poder en 1959. ¿Por qué? Fidel Castro dirigió una lucha antiimperialista que le dijo a Estados Unidos: ¡Cuba no es de ustedes! El gobierno de Castro nacionalizó las empresas y propiedades estadounidenses. Dio a los oprimidos de América Latina la esperanza de que sí se puede sacar corriendo a los explotadores yanquis. Eso es imperdonable para Estados Unidos, y desde ese entonces ha intentado tumbarlo con invasiones, bloqueos, espionaje y sabotaje, así como tentativas directas de asesinar a Castro.
El que Cuba no sea un país socialista ni que Castro sea un auténtico comunista no ha mitigado en nada el odio que le tienen los imperialistas. Castro no se ha doblegado ante las presiones de Estados Unidos para que le devuelva el país a sus corporaciones y a las fuerzas que velan por sus intereses. No ha dejado de criticar la política exterior de Estados Unidos y ha apoyado a diferentes fuerzas que se le oponen en América Latina. Ahora que Estados Unidos está librando una “guerra contra el mundo” y diciendo que “están con nosotros o contra nosotros”, la tenacidad de Castro es menos aceptable para la clase dominante de Estados Unidos.
LOS PLANES DE RECOLONIZACIÓN DEL EQUIPO DE BUSH
En el 2003 el gobierno de Bush organizó una Comisión de Ayuda para una Cuba Libre, cuya presidenta es Condoleezza Rice, la secretaria de Estado. En el 2004 la Comisión publicó su primer informe de los pasos para efectuar un cambio de gobierno. Un paso es trastornar el plan de Castro de delegar los poderes a su hermano menor Raúl. El mes pasado, un nuevo informe recomendó la creación de un fondo de $80 millones para apoyar la oposición a Castro y enviar ayuda una vez que el “gobierno de transición” esté en el poder. El año pasado Rice anunció la creación de un nuevo puesto para “acelerar la muerte” del gobierno de Castro.
Ahora que Castro se encuentra hospitalizado, el gobierno de Bush está ladrando más fuerte y soltando más amenazas contra el gobierno cubano. Espera que Cuba esté a punto de caer en sus manos. Un vocero del Departamento de Estado dijo: “Si muere el líder cubano, Estados Unidos jugará un papel directo en los acontecimientos de la isla”. Justo antes de irse de vacaciones a principios de agosto, Bush dijo que “tomará muy en cuenta quiénes en el gobierno actual se oponen a los deseos de Cuba de ser libre”. Mejor dicho, ya están advertidos de que Washington se va a meter en Cuba cuando fallezca Castro. Además ha trazado una línea en el desierto: no habrá espacio para los que estuvieron en el gobierno de Castro. Por eso le ha dado rienda suelta a los cubanos reaccionarios de Miami; cuenta con ellos como fieles servidores y capataces en la “Cuba sin Fidel”.
Las maniobras de Estados Unidos obedecen a importantes consideraciones geoestratégicas: aunque ha lanzado una “guerra contra el mundo”, no le ha prestado tanta atención a América Latina como al Medio Oriente y Asia Central. El gobierno de Hugo Chávez en Venezuela ha aprovechado los ingresos del petróleo para hacerle morisquetas a Washington y se ha aliado con Castro. Si Estados Unidos logra someter a Cuba y la vuelve a integrar a su red imperialista, eso les haría saber a Chávez y a otros gobiernos que buscan mayor independencia lo que les espera.
PROPAGANDA ANTICOMUNISTA
Estados Unidos también está aprovechando la situación para soltar una sarta de mentiras sobre el comunismo, como que es “control totalitario” de la población. Esa caricatura no tiene nada que ver con el auténtico comunismo, que busca la transformación consciente de la sociedad por el proletariado para abolir las clases y todas las diferencias de clases y emancipar a la humanidad entera.
La prensa ha sacado a una bola de reaccionarios cubanos hablando de los “horrores” del comunismo y de lo mucho que sufrieron personalmente. ¿Quiénes son ellos y cuál es su programa? Muchos se beneficiaron del privilegio y control que las corporaciones yanquis tenían en Cuba, y quieren que vuelva a ser una neocolonia, lo cual sí sería un horror para las masas cubanas.
Cuba no es un país socialista (ver el artículo "El imperialismo estadounidense, la revolución cubana y Fidel Castro"), aunque tiene ciertas características que dan la apariencia de socialismo, por ejemplo, empresas estatales y programas sociales financiados por el estado. Leyendo el libreto anticomunista, el gobierno de Bush habla extasiado de “privatizar” la economía cubana. ¿Quiénes serían los dueños? ¿La élite cubana de Miami que quiere sus haciendas y poder… las corporaciones yanquis que buscan mano de obra barata? El New York Times editorializa que quiere ver en Cuba una “sociedad económicamente dinámica”. Veamos lo que el capitalismo desenfrenado ha hecho en América Latina. En la década del 90, Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional impusieron medidas de desregulación y privatización. Ahora se le llama la “década perdida” porque no hubo desarrollo y lo único que aumentó fue la pobreza y el desempleo. Cuba por su parte, aunque no es socialista, tiene un índice de mortalidad infantil más bajo que el de Washington, D.C., a pesar de ser un país del tercer mundo.
TIEMPOS PELIGROSOS
Estados Unidos no tiene ningún derecho de meterse en los asuntos de Cuba. No tiene el derecho de decirle al pueblo cubano qué debe hacer. Hay que denunciar los planes que está fraguando pues son las maniobras brutales de un imperio.
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