Revolución #61, 17 de septiembre de 2006
Víctimas de las bombas de dispersión de Israel
En un informe el 31 de agosto, Amnistía Internacional condenó el uso generalizado de bombas de dispersión por Israel y publicó estos testimonios presenciales de sus víctimas (es.amnesty.org).
“Abbas Yusef Shibli de seis años, contó a los delegados de Amnistía Internacional cómo una bomba de racimo estalló mientras intentaba recogerla en el pueblo de Blida el pasado 26 de agosto. Desde su cama en el hospital, Abbas explicó que jugaba con tres amigos cuando intentó recoger lo que parecía un ‘frasco de perfume’. Abbas sufrió una ruptura del colon y de la vesícula biliar, una perforación pulmonar y una lesión en el nervio medial, y hasta ahora ha sido sometido a dos transfusiones de sangre. Los tres niños que jugaban con él también resultaron heridos…
“En la habitación contigua, Mahmud Yaqub, un pastor de 38 años, yacía con la pierna escayolada tras haber pisado una bomba de racimo. Mahmud explicó que perdió cuatro de sus 21 cabras durante los ataques israelíes porque no conseguían llegar al abrevadero. Rara vez durante el conflicto logró sacarlas y ahora, desde el cese del fuego, las bombas de racimo están esparcidas por las laderas donde pastaban normalmente.
“En otro hospital, Amnistía Internacional visitó a Hassan Hussein Hamadi de 13 años que sigue en coma tras una intervención quirúrgica. Su familia contó que el pasado 27 de agosto jugaba con sus cinco hermanos en el jardín delante de su casa en el pueblo de Deir al-Qanun al sur de Tiro cuando recogió una bomba racimo tipo bote que luego se le estalló, dejándole con solo el dedo meñique de la mano derecha, y con lesiones graves en el hombro y el abdomen.
“Hussein Qaduh, de 19 años, estudiante de contabilidad en el Instituto Técnico Islámico de Beirut, sostuvo lesiones graves debido a una bomba de racimo el pasado 28 de agosto en el pueblo de Soultaniye en el sur de Líbano mientras paseaba por un camino al lado del campo de fútbol. Cuando los delegados de Amnistía Internacional visitaron la zona al día siguiente, encontraron bombas de racimo sin estallar esparcidas por los alrededores, algunas de ellas a pocos centímetros del camino donde aún se veía las manchas de sangre. Hussein tuvo que someterse a una cirugía extensiva debido a hemorragias del intestino e hígado, además de otra hemorragia cerebral que no se logró contener con dicha cirugía. Su pronóstico médico es muy grave”.
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