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Revolución #62, 24 de septiembre de 2006
Bush promociona guerra de Irán; organismo internacional dice que informe del Congreso es “intolerable y deshonesto”
Al cierre de esta edición, Bush va camino a la ONU y el 19 de septiembre dará un discurso que usará como plataforma para decirle al mundo que apoye un ataque contra Irán. Pero esta semana salieron a la luz algunas de las mentiras y la desinformación que refuerzan las bases prefabricadas para una guerra contra Irán.
El 12 de septiembre se filtró a la prensa de Viena, Austria, una carta que escribió un funcionario de alto rango del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de la ONU al presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. La carta critica un informe del 23 de agosto de dicho Comité titulado: “Reconocer a Irán como una amenaza estratégica: Un reto de inteligencia para Estados Unidos”. La carta del OIEA expone tres asuntos:
1) El informe del Comité de Inteligencia dice, en un pie de foto de unas instalaciones nucleares en Natanz, que Irán “está enriqueciendo uranio de nivel para armas en una unidad de 164 centrifugadoras”.
La carta indica que el término “nivel para armas” no puede aplicarse, a menos que se refiera al “uranio enriquecido 90% o más en el isótopo de uranio-235”. El OIEA informó en abril que Irán había logrado un enriquecimiento de 3.6%.
2) El informe de la Cámara de Representantes sostiene que “Irán ha producido secretamente polonio-210 (Po-210), un elemento radiactivo de vida corta cuyos usos conocidos son dos: fuente de neutrones para arma nuclear y baterías satelitales”.
La carta responde que la frase “producido secretamente” es engañosa porque según los acuerdos que Irán ha firmado con el OIEA no tiene que informarle de la producción de esta sustancia (Po-210).
3) La carta condena la “afirmación incorrecta y engañosa… de que el Director General del OIEA decidió ‘retirar de su cargo’ al Sr. Charlier, un inspector del OIEA, ‘por levantar sospechas acerca de que Irán estaba engañando sobre sus actividades nucleares y concluir que el propósito del programa nuclear de Irán es construir armas’. Además, el informe contiene insinuaciones intolerables y deshonestas acerca de que el despido pudo haber sido porque Charlier no cumplió ‘una norma implícita del OIEA de no decir toda la verdad’ sobre el programa nuclear iraní”. La carta replica que, de hecho, Charlier fue retirado de su cargo a petición de Irán, quien, según el acuerdo que el OIEA firma con cada país, tiene el derecho de aprobar a todos los inspectores. La carta le recuerda a la Cámara de Representantes que Irán ha aprobado a más de 200 inspectores.
Uno de los aspectos más nefastos del informe de la Cámara de Representantes es la insistencia de que “los directores y los analistas de la comunidad de inteligencia deben proporcionar su mejor juicio analítico acerca de los programas de armas de destrucción masiva iraníes y no asustarse de las conclusiones controvertidas ni enterrar los desacuerdos en valoraciones de consenso”.
Todo esto es una repetición de las tácticas que el gobierno de Bush utilizó para engañar a la ciudadanía antes de la guerra de Irak. Con Irak, y ahora con Irán, el gobierno le dio órdenes a la “comunidad de inteligencia” de proporcionar juicios analíticos” que justificaran la guerra basados en “evidencia” fabricada de “armas de destrucción masiva”. Cuando los organismos internacionales no falsificaron informes conforme a los planes de guerra, este gobierno los atacó. Del mismo modo, hoy está atacando al OIEA por no manufacturar argumentos para la guerra (aunque el OIEA ha presionado insistentemente por imponer varios tipos de sanciones contra Irán por negarse a suspender su programa nuclear). Así como usaron las sanciones contra Irak para preparar el terreno para la guerra (y en el proceso mataron a cientos de miles), quieren imponer un plan acelerado de sanciones contra Irán para hacer lo mismo.
Esta película ya la vimos. Creer que “la razón prevalecerá” en la cúpula del gobierno es subestimar profundamente la intención y la rapidez de los planes en marcha para atacar a Irán en aras del imperio.
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