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Revolución #67, 29 de octubre de 2006

Estados Unidos responde a anuncio de prueba nuclear de Corea del Norte:
Hipocresía, amenazas nucleares y la bota del imperio

El 9 de octubre, Corea del Norte anunció que realizó una prueba de armas nucleares. De ser cierto, podría tener la capacidad de producir una pequeña cantidad de armas nucleares en el futuro.

¿Qué es Corea del Norte?

La guerra de Corea de junio de 1950 a julio de 1953 fue un conflicto entre Estados Unidos (operando bajo la bandera de las Naciones Unidas) y las fuerzas nacionalistas de Corea respaldadas por la China socialista. La guerra, que duró tres años, devastó al norte de Corea. El conflicto quedó en un impasse y el país fue dividido. En el sur se estableció la República de Corea con un salvaje gobierno represivo pro Estados Unidos, y en el norte se formó la República Popular Democrática de Corea.

Si bien Corea del Norte no fue jamás un país socialista, se alineó por un tiempo con el campo socialista. Cuando en la Unión Soviética se restauró el capitalismo a mediados de la década de 1950, Corea del Norte se desarrolló como economía dependiente del socialimperialismo soviético.

Desde el colapso de la Unión Soviética, la economía de Corea del Norte ha sufrido una grave crisis y está buscando un patrón poderoso, que por ahora es el papel que juega China (con la restauración del capitalismo tras la muerte de Mao Tsetung en 1976).

Hoy Corea del Norte mantiene un barniz de “socialismo” sobre lo que es en esencia una monarquía feudal (el actual dirigente es el hijo del primer dirigente del país). Económicamente, está atado al mundo imperialista y es todo lo contrario de un auténtico país socialista, en el cual las masas populares cada vez más son los amos de la sociedad en un ambiente de lucha creativa.

 

Korea

Si al lector le preocupa que exista un enorme arsenal de armas nucleares de un gran poder destructivo en manos de un tirano resuelto a dominar el mundo, que podría usarlas en el futuro cercano, más vale que mire a Estados Unidos. En 2001, la revista Newsweek informó: “El arsenal nuclear de Estados Unidos incluye 5,400 ojivas nucleares armadas en misiles balísticos intercontinentales en tierra y mar; otras 1,750 bombas nucleares y misiles cruceros listos para lanzar desde aviones B-2 y B-52; adicionalmente tiene 1,670 armas nucleares clasificadas como ‘tácticas’. Y, por si acaso, más o menos 10,000 ojivas nucleares en bunkers por todo el país como ‘contrapeso’ a cualquier sorpresa”.

Estados Unidos es el único país que ha usado bombas atómicas. A fines de la II Guerra Mundial, lanzó dos bombas atómicas contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, que mataron a cientos de miles de personas, la mayoría civiles.

Hoy por hoy, es Estados Unidos el que, según artículos de Seymour Hersh, ha elaborado un plan de ataque contra Irán, que incluye armas nucleares.

Estados Unidos condena las armas nucleares—pero no las suyas

El retrato que la prensa de Estados Unidos está pintando es que el delincuente país de Corea del Norte y su cabecilla, Kim Jong Il, desafiaron a la “comunidad internacional” y llevaron a cabo una prueba nuclear. Un vistazo a los antecedentes revela la hipocresía de esto.

Durante la guerra de Corea (ver el recuadro “¿Qué es Corea del Norte?”) el general estadounidense Douglas MacArthur propuso lanzar docenas de bombas atómicas contra la China revolucionaria y crear “un cinturón de cobalto radioactivo” a lo largo de la frontera norte de Corea. (“Korea: forgotten nuclear threats”, Bruce Cumings, Le Monde Diplomatique)

Después de la guerra de Corea, Estados Unidos saturó a Corea del Sur de soldados, bases y armas nucleares. En 1985 tenía por lo menos 150 armas nucleares en Corea del Sur. (“U.S. nuclear weapon locations, 1995,” Robert S. Norris y William M. Arkin, Bulletin of the Atomic Scientists, noviembre/diciembre de 1995)

El gobierno de Estados Unidos sostiene que en 1991 retiró todas las armas nucleares tácticas del territorio coreano. Esto no se ha confirmado independientemente porque nunca permite las “inspecciones internacionales” que demanda de los demás países. Además, Estados Unidos conserva la capacidad de lanzar cohetes nucleares contra Corea del Norte desde bases fuera de Corea del Sur. En 2002, el “Resumen de Política Nuclear” del Pentágono describe que tenían blancos para ataques nucleares “preventivos” contra ciertos países, y entre ellos figura Corea del Norte. (Washington Post, 23 de marzo de 2002)

En 1994, Estados Unidos suscribió un acuerdo con Corea del Norte en que este debía suspender los reactores nucleares que pueden producir uranio apropiado para armas nucleares. Corea del Norte usaba esos reactores para producir electricidad, pues tiene pocas fuentes de energía. A cambio, Estados Unidos acordó suspender las sanciones y ofrecer asistencia para construir dos reactores nucleares con moderador de agua ordinaria para remplazar los reactores de plutonio. Estados Unidos también acordó abastecerle petróleo para obtener energía. Por su parte, Corea del Norte aceptó que la Agencia Internacional de Energía Atómica hiciera inspecciones y que supervisara la evacuación de sus elementos combustibles nucleares agotados.

Bruce Cumings, profesor de relaciones de Estados Unidos y Corea, explicó en el programa “Democracy Now” que Corea del Norte “congeló completamente el complejo de plutonio de Yongbyon” para cumplir el acuerdo y que sellaron las puertas, colocaron cámaras de circuito cerrado y tenían por lo menos dos inspectores de la ONU presentes las 24 horas del día, o sea todo el tiempo. Pero, agregó: “Estados Unidos no cumplió su parte del acuerdo de normalizar relaciones con Corea del Norte y abastecerlo de reactores nucleares con moderador de agua ordinaria para remplazar los reactores de plutonio, hasta que finalmente Corea del Norte concluyó que nosotros no estábamos cumpliendo el acuerdo y empezó el segundo programa de uranio enriquecido”.

En el 2002, el gobierno de Bush anunció que el programa de uranio era un incumplimiento del acuerdo y suspendió los envíos de petróleo. Arrinconado, Corea del Norte expulsó a los inspectores internacionales y reactivó los reactores nucleares.

A Corea del Norte también lo acusan de “incumplimiento de tratados internacionales” por haberse retirado del Tratado de la no Proliferación de las Armas Nucleares. Este tratado tiene diferentes reglas para los países que tienen armas nucleares y los que no las tienen. Los segundos prometen no adquirirlas. Los primeros prometieron en 1995 no atacar a los primeros, pero no es vinculante. Mejor dicho, los países que ya tienen armas nucleares pueden construir más y usarlas, mientras que los países que no las tienen no pueden producirlas supuestamente a cambio de que no los ataquen. Corea del Norte firmó este acuerdo y se suscribió a él hasta el 2003. Después George Bush metió a Corea del Norte en el “eje de la maldad” y anunció una política de ataques preventivos. En ese contexto, Corea del Norte se retiró del tratado, lo cual se permite en esas circunstancias.

En una palabra, Estados Unidos ha mantenido a Corea del Norte (y al planeta entero, pero a Corea del Norte en particular) por décadas bajo amenazas nucleares. Suscribió e incumplió un acuerdo de abastecerle petróleo a cambio de que abandonara sus planes nucleares. Ahora le apunta un dedo acusador y chilla: “¡amenaza nuclear!”.

Las acusaciones y amenazas de Estados Unidos están sentando las bases para operativos militares contra Corea del Norte y la región en general. El 17 de octubre Bush dijo: “Si nuestra inteligencia descubre que ellos [Corea del Norte] están trasladando un arma nuclear, nosotros lo impediríamos e intervendríamos contra el barco o el avión que estuviera trasladando el material a quienquiera que sea”. Bush agregó que “responsabilizaría” a la dirección de Corea del Norte y que esta enfrentaría “graves consecuencias”, lo cual es una amenaza de guerra.

Esto huele a la patraña de las armas de destrucción masivas. ¡Otra vez! Bush se está adjudicando el derecho de lanzar una guerra “preventiva” con alegaciones de que fuentes de “inteligencia” han detectado el traslado de material nuclear. Esas alegaciones vendrían de la boca de un mentiroso certificado.

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