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Revolución #70, 26 de noviembre de 2006
Aprender de Rachel
Una entrevista a Cindy y Craig Corrie
Rachel Corrie |
Craig y Cindy Corrie, en Belén, Palestina. |
“…Cuando el artefacto explotó ayer, rompió todas los cristales de las ventanas. La familia me estaba sirviendo un té mientras yo jugaba con los dos bebés.
“Es un momento difícil para mí. Me duele que me mimen con tanta dulzura cuando la muerte los acecha. Sé que en Estados Unidos todo esto parece una exageración. Muchas veces la bondad de la gente aquí, en medio de la destrucción deliberada de su vida, me hace sentir que todo es irreal. No puedo creer que esto pueda pasar en el mundo sin provocar más protesta…”.
Rachel Corrie, una estadounidense de 23 años, escribe a sus padres desde Rafah, donde es voluntaria del Movimiento de Solidaridad Internacional, una organización de resistencia directa no violenta a la ocupación israelí de tierras palestinas.
El 16 de marzo del 2003, las Fuerzas de Defensa de Israel mataron a Rachel con un buldózer “made in USA” porque estaba obstaculizando la demolición de una casa palestina. En los días y las semanas siguientes, los extraordinarios emails que escribió a sus padres circularon por todo el mundo.
Los padres de Rachel, Cindy y Craig Corrie, han compartido su pena con el mundo, narrando una y otra vez con valentía la historia de Rachel para contar la historia de lo que ocurre por toda Palestina. Así respondieron a la recomendación de Rachel: “Esto tiene que parar. Creo que es buena idea dejar todo lo que estamos haciendo y dedicarnos a pararlo”.
En abril del 2005, estrenó en el teatro Royal Court de Londres con una acogida entusiasta una obra basada en sus cartas, MY NAME IS RACHEL CORRIE (Mi nombre es Rachel Corrie), editadas por Alan Rickman y Catherine Viner. Un año después, justo antes del estreno en Nueva York, el New York Theater Workshop sucumbió a las presiones de fuerzas pro Israel y canceló la obra. Rickman y Viner encontraron otro teatro. Ahora se presenta en el teatro Minetta Lane y se acaba de extender al 30 de diciembre.
Conocí a los Corrie en agosto del 2004, cuando viajaron a Nueva York la víspera de la Convención Nacional Republicana para recibir el premio de “Resistencia valiente” (en nombre de Rachel) de ¡Rehusar y Resistir! Nos hemos mantenido en contacto y cuando vinieron a Nueva York de nuevo, nos reunimos en un restaurante de Brooklyn para conversar sobre Rachel, la obra de teatro, Olympia (Washington) y el mundo en que vivimos.
* * * * *
CJ: Vi la pieza con dos amigas jóvenes que lloraron en silencio todo el tiempo. Una tiene la misma edad de Rachel y, al bajar el telón, dijo: “Si yo hubiera vivido en Olympia, sé que habríamos sido amigas”. Lo que le impresionó a ella, y a mí también, fue que Rachel miró de frente la realidad del mundo y asumió la responsabilidad de hacer algo. Además, no simplemente se preguntó “¿estoy haciendo lo suficiente?”, sino “¿estoy haciendo lo correcto?”. Habiendo ido a un lugar como Palestina y habiendo visto lo que hacía su gobierno, no quería simplemente protestar sino PARARLO. ¿Pueden hablar sobre esa cualidad que tenía?
Cindy Corrie: Bueno, eso se vio a los diez años. Se relaciona a la educación que recibió en la primaria, en el programa alternativo Options de educación pública que fundamos. Para nosotros, era importante que el programa fuera parte del sistema de educación pública. Queríamos un programa que les diera fuerza a nuestros hijos. El trasfondo era conectar a los niños con la comunidad para que participaran en ella, y luego extender el concepto de comunidad a su participación en el mundo entero. Tenía unos maestros fantásticos. Es un programa maravilloso que ya tiene unos veinte años. Creo que tuvo un impacto enorme en la formación de Rachel. En otras ocasiones ella vio un problema y sintió la necesidad de hacer algo. Creo que fue una huella muy fuerte que le dejó la educación primaria.
CJ: Lo que me impresionó al ver la obra es que Rachel vio la situación del pueblo palestino y dijo que es una nación ocupada, es básicamente una prisión al aire libre. La “narrativa palestina” y la “narrativa israelí” no son igualmente válidas. Un grupo está subyugando al otro, y eso no es justo ni correcto.
Cindy Corrie: Ella era una observadora perspicaz, siempre. Eso se ve en sus cartas, en esas frases increíblemente sencillas. Tenía una forma única de expresarse. Pensaba de un modo un poco distinto a los demás. Muchas veces, al escuchar las frases de la obra, me sorprende cómo se expresaba. Tiene una universalidad en mucho de lo que dice, pero también es su propia perspectiva. Me parecía que su forma de mirar el mundo era algo único y muchas veces instructivo para nosotros. Nos sentíamos muy afortunados de estar con Rachel y disfrutar y beneficiarnos de sus ideas.
Craig Corrie: Hablar del activismo de Cindy es algo que te viene fácilmente [a Cindy], pero… para mí no es fácil, realmente. Pero es importante. Carajo, están matando a los hijos de unos seres humanos. Eso tiene que parar. Así que nosotros tenemos que pararlo. Cheryl (la hermana de Cindy) y yo estábamos hablando con unos ayudantes del Congreso y ella los confrontó sobre algún punto y el tipo dijo: “Bueno, esa es su pasión”. Cheryl respondió: “No, no es mi pasión. Mi jardín es mi pasión, y si ustedes hicieran su trabajo, ¡yo podría regresar a trabajar en mi jardín!” [risas].
CJ: Es algo profundo, porque la gente ESTÁ dejando sus jardines. No hay ningún árbitro que vaya a parar esto. Depende de nosotros.
Craig/Cindy: Sí.
CJ: Los vi a los dos en la protesta del 5 de octubre frente a la Casa Blanca. ¿Qué dijeron?
Craig Corrie: Hablé de los edificios que nos rodeaban, que habíamos caminado por todos esos edificios tratando de hacer que nuestro gobierno trabajara para nosotros. Hablé de los inquilinos actuales que están atacando nuestras libertades. La idea de abolir el hábeas corpus es abominable. Como veterano e hijo de un veterano, me repugna que este presidente abuse de la Constitución que ha jurado proteger.
CJ: Me imagino que mucha gente que ve la obra emprende el viaje mediante el papel de ustedes. Obviamente, Rachel aprendió mucho de ustedes, salió al mundo y regresó con ideas nuevas, y debatió con ustedes. ¿Cómo era debatir con ella?
Craig Corrie: Es cierto, nos trajo el mundo. Hablé de que Rachel tenía una manera distinta de ver las cosas; teníamos nuestras diferencias sobre algunas cosas. Rechazó mucho el mundo corporativo, como tantas personas que conozco ahora. Bueno, yo he pasado toda la vida en el mundo corporativo y aprecio mucho a la gente con quien he trabajado. Es gente muy amable. Tal vez no ve ciertas cosas, pero trataba de ayudar a todos los empleados y a los clientes. Era buena gente. Teníamos diferencias en algunas cosas, pero Rachel no iba a mentir. Cuando escribía, no iba a escribir algo que no fuera la verdad. Tal vez algo artístico, pero escribía lo que veía y sé que era la verdad.
Cindy Corrie: Cuando era joven, a veces la confronté sobre alguna cuestión y ella abiertamente nos confrontaba a nosotros. Realmente debatía con nosotros. Por ejemplo, una de las últimas conversaciones que tuvimos en un restaurante de Olympia.
Craig Corrie: Estaba tan enojada conmigo que lloraba.
Cindy Corrie: A veces teníamos debates muy duros, pero jamás nos enojamos y nos dejamos de hablar por una hora o un día. Ella luchaba con el hecho de que a nosotros, su familia, en gran parte no nos preocupaba lo que pasaba en el mundo. El trabajo político que hacía en Olympia le estaba dando importancia a su vida y tenía mucha perspicacia sobre lo que pasa en el mundo; francamente, nos llevaba la delantera en eso. No prestábamos tanta atención… Ella quería que entendiéramos. Fue pasmoso recibir los emails [de Palestina]. Ella procuraba darme información, páginas de web y libros para leer. Y lo hice. Ella nos educaba, nos empujaba…
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