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Revolución #74, 24 de diciembre de 2006
Por qué urge un juicio de destitución… y por qué hay que sacar al gobierno de Bush YA.
Pasaje del discurso de Sunsara Taylor en un mitin en Nueva York el 10 de diciembre para exigir un juicio de destitución.
Tenemos que llevar a la gente a las calles el 4 de enero, el primer día del nuevo Congreso para exigir: ¡Juicio a estos criminales de guerra! ¡Fuera Bush y su gobierno!
Unos dicen que es mejor no hablar de esto, que es mejor dejar que los republicanos truenen por su cuenta y pierdan en el 2008. Pero esta es una posición divorciada de la realidad y sin sentido político; ¿no les importa cuánto van a sufrir las víctimas de tortura, las familias iraquíes, el pueblo iraní, la mujer y los gays, los migrantes y los negros si dejamos que este gobierno siga a toda prisa por donde va?
Nancy Pelosi y los demás demócratas dicen que un juicio de destitución del presidente “no está sobre el tapete”, pero si George Bush no es acusado por estos crímenes, pues todo lo que ha hecho (la doctrina de guerra preventiva, la tortura, los ataques a la separación de la iglesia y el estado y al imperio de la ley) se legitimará y seguirá en vigor, no importa quién sea el próximo presidente. Y nosotros seremos cómplices de todo esto.
Unos dicen que eso causará divisiones en el país. Los medios de comunicación solo mencionan la destitución para decir que a los republicanos les encantaría esa pelea. Muchos no quieren abordarlo porque temen incitar a los republicanos. ¡Por favor! Arrodillarnos y dejar que ellos tracen el futuro horroroso de la manera que quieran sin luchar, es mucho peor.
Cuando los racistas cazaban abiertamente a los negros, y las leyes y las costumbres sociales los apoyaban… ¡había que hacerles frente!
Cuando el gobierno mandó a una generación a Vietnam a matar a millones de vietnamitas y devastar el país en una guerra injusta… ¡había que hacerle frente!
Sin hacerles frente, estos crímenes no paran.
No se trata de que unos niños malcriados estén haciendo picardías y es mejor esperar hasta que se aburran y se vayan. Este gobierno tiene un plan estratégico para transformar el mundo entero. Tiene las armas del estado y ha forjado una base social fanática y ciega, que desata cada día más para intimidar a los que no están de acuerdo. Tenemos que hacerle frente a esta realidad y transformarla. Evitar tal confrontación, evitar la polarización y los trastornos necesarios, significa ser cómplices mientras la situación empeora.
¿Y qué tiene de malo polarizar a los que no tienen razón… y aceptan los peores crímenes?
El mayor problema hoy no es que no haya gente que apoya lo que estamos haciendo, sino que hay demasiada gente inactiva, desconectada, que no sabe lo mala que es la situación ni cómo puede influenciarla. La única manera de cambiar esta situación es ir a hablar con ellos y polarizarlos por lo que están haciendo en su nombre.
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