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Revolución #83 edición electrónica fechada 25 de marzo de 2007
No hay buenas opciones en la cúpula del poder
Los demócratas aprueban $100 mil millones para continuar la guerra
El 23 de marzo la Cámara de Representantes, que está en manos del Partido Demócrata, aprobó por un voto de 218 a 212 un proyecto de ley que le da al gobierno de Bush otros $100 mil millones para continuar la guerra en Irak y Afganistán, y pide retirar las tropas de Irak en septiembre del 2008.
La líder demócrata de la Cámara, Nancy Pelosi, alabó esto y dijo que era una medida para "poner fin a la guerra de Irak". Pero no lo es. Ese proyecto de ley (y otro parecido del Senado) no es un paso para poner fin a la ocupación de Irak ni a la "guerra contra el terror" de que forma parte. No condena la guerra de agresión iniciada sin provocación contra Irak, ni tampoco exige responsabilidad. Todo lo contrario: la meta declarada es "ayudar a librar la guerra contra el terror". No pide retirar las tropas del Medio Oriente ni de Asia central.
En vez de parar la guerra, busca presionar al gobierno de Bush a cambiar la estrategia en Irak y toda la región para preservar la hegemonía imperialista estadounidense y aplastar la resistencia, especialmente el fundamentalismo islámico. También busca paralizar a millones de personas indignadas y desilusionadas con la guerra y el gobierno de Bush, y canalizarlas a apoyar otra estrategia y otras tácticas (del Partido Demócrata) para librar la guerra. ¡Así que, mientras hablan de parar la guerra, el plan demócrata es continuarla, escalar la guerra de Afganistán y darle a Bush carta blanca para atacar a Irán!
Poner al día la estrategia estadounidense… no parar la guerra
El proyecto de ley demócrata refleja la profunda preocupación de muchos estrategas de la clase dominante por el deterioro de la situación en Irak: ven la necesidad de cambiar la estrategia de Bush para atajar mayores desastres para el imperio. Los intereses de los pueblos del Medio Oriente no entran en esos desalmados cálculos imperialistas. Zbigniew Brzezinski, asesor de seguridad nacional del presidente demócrata Jimmy Carter y actual asesor del Partido Demócrata, dijo hace poco en una audiencia del Senado:
"Si Estados Unidos sigue empantanado en una sangrienta guerra prolongada en Irak, es probable que este camino cuesta abajo termine en un conflicto frontal con Irán y con gran parte del mundo islámico … lo que sumergirá a un Estados Unidos aislado en un creciente atolladero en Irak, Irán, Afganistán y Pakistán".
Los demócratas, siguiendo las recomendaciones del Grupo de Estudio Baker-Hamilton (ver "El Informe Baker sobre Irak: Grandes apuros, profundas divisiones, opciones cada vez más limitadas"), proponen varias medidas para estabilizar la situación en Irak, limitar las pérdidas (por ejemplo, las enormes presiones a las fuerzas armadas) y reforzar las intervenciones por toda la región… para volver a enfocarse en la "guerra contra el terror". (Las guerras de Afganistán e Irak muestran que la "guerra contra el terror" es en esencia es una guerra para extender el imperio). Entre las medidas que proponen los demócratas figuran:
- Fondos para la guerra: El Congreso tiene el poder de parar la guerra recortando los fondos. En vez de hacerlo, los demócratas le dieron a Bush otros $100 mil millones para continuar la guerra como quiera. ¡Esto es más de lo que Bush pedía!
- Imposición de "puntos de referencia": Bush propuso estos mismos "puntos de referencia" (o metas obligatorias) para el gobierno iraquí el 10 de enero. Los demócratas quieren imponerlos más agresivamente con la amenaza de recortar fondos y retirar tropas (del combate, del entrenamiento o del país). Esos "puntos de referencia" no tienen nada que ver con la liberación del pueblo iraquí. Todo lo contrario. Buscan atajar una derrota estratégica en la región obligando a las facciones del gobierno iraquí a subordinarse a los objetivos estadounidenses: crear un gobierno más estable que pueda parar la insurgencia y la guerra civil, evitar el desmembramiento del país y facilitar las metas regionales estadounidenses. Por eso, los "puntos de referencia" (de Bush y los demócratas) para el gobierno iraquí son: aprobar una ley para dividir los ingresos del petróleo entre varios grupos nacionales y religiosos; frenar a las milicias sectarias; y asumir más responsabilidad en la lucha contra los insurgentes. La ley sobre el petróleo abre las enormes reservas petroleras de Irak al control directo del capital extranjero por primera vez en 30 años, y podría darle a las potencias globales, como Estados Unidos, el control de este recurso natural clave.
- Aceptan las mentiras de Bush y les echan la culpa a los iraquíes por su sufrimiento: Muchos demócratas de peso repiten las mentiras chovinistas de Bush, que pintan la invasión estadounidense como un esfuerzo noble para liberar a Irak y les echan la culpa a los iraquíes por joderla con una guerra civil. El representante demócrata John Tanner (Tennessee) dijo en el programa Lehrer NewsHour (22 de marzo): "Hemos perdido más de 3,000 personas y tenemos más de 25,000 heridos. Los iraquíes ya no tienen a Saddam Hussein. Han tenido dos elecciones y tienen un gobierno desde hace más de un año. Pero no progresan… Es hora de que se responsabilicen". Pero esto pone la realidad al revés. La guerra de agresión estadounidense es lo que ha llevado a la muerte de 650,000 iraquíes, el desplazamiento de 3.2 millones (¡uno de cada 10 iraquíes!) y destrucción por todas partes. La mentira de Tanner también tapa el hecho de que Estados Unidos desató y atiza la guerra civil dándole poderes a ciertas fuerzas reaccionarias, excluyendo a otras y fomentando divisiones sectarias.
- "Reubicación en fases”, no retiro de las tropas: Los demócratas no piden retirar las tropas de Irak inmediatamente (la única solución justa), ni tampoco retirarlas en el futuro. Tanto Bush como los demócratas planean mantener miles de tropas en Irak durante años, pero no en las primeras líneas de la batalla y no en una cantidad tan grande. El portal de Nancy Pelosi dice: "Tras la reubicación, las tropas estadounidenses que quedan en Irak solo participarán en la protección de los diplomáticos, las operaciones de contraterrorismo y el entrenamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes". Con estos compromisos sin plazo definido, y con la decisión de los demócratas de no oponerse al establecimiento de bases militares permanentes en Irak, el gobierno podría estacionar a miles de soldados en Irak durante décadas.
- Escalada en Afganistán: A muchas de las tropas "reubicadas" las despacharán a otros países de la región. Pelosi dice: "El proyecto de ley destina más fondos a derrotar a Al Qaeda y a los terroristas en Afganistán". También dijo que la meta es concentrar la atención en Afganistán, "donde está la guerra contra el terrorismo". El líder demócrata del Senado, Harry Reid, dijo que el proyecto de ley de la Cámara "potencia al máximo la posibilidad de salir victoriosos en Irak y reubica nuestras tropas para librar mejor la guerra contra el terror". Afganistán no es una "guerra buena" e Irak no es una "desviación" de la "verdadera guerra contra el terror", como dicen muchos demócratas. Ambas guerras son parte de la guerra del gobierno de Bush en aras del imperio, como lo demuestra la situación sorprendentemente parecida en ambos países: más sufrimiento, miseria e indignación popular, más poderes a los reaccionarios brutales y al sistema de relaciones feudales opresivas.
- Preservación de las fuerzas armadas imperialistas: Otra meta de la reubicación es preservar y reconstruir las fuerzas armadas, que es la principal arma de los imperialistas para imponer hegemonía global. Pelosi advirtió: "La guerra de Irak ha suscitado una crisis de seguridad nacional. El estado de las fuerzas armadas es peor que nunca desde la guerra de Vietnam". En una declaración de apoyo al proyecto de ley, Brzezinski dijo: "Estados Unidos no puede darse el lujo de comprometerse a una guerra sin fin. Hay que buscar un medio para retirar las tropas de combate de Irak y reducir la cantidad de tropas, a fin de permitirnos reconstruir nuestras fuerzas armadas y recuperar nuestra posición dirigente en el mundo".
- Carta blanca para atacar a Irán: Los demócratas eliminaron una cláusula del proyecto de ley que pedía que Bush obtuviera aprobación del Congreso para atacar a Irán. En vista de las amenazas abiertas contra Irán, de los preparativos militares ya avanzados y de la historia de guerras de prevención del gobierno de Bush, esto equivale a darle carta blanca para atacar.
- Presiones a Bush sin parar la guerra: Por un lado, los demócratas buscan presionar a Bush, pero por el otro le dan toda la libertad para librar la guerra como comandante en jefe. Tampoco quieren provocar una crisis que contribuya a una derrota en Irak. Por eso siguen destinando fondos a la guerra y el nuevo proyecto de ley no tiene medidas para hacerse cumplir. En cuanto a los "puntos de referencia", lo único que tiene que hacer Bush es "certificar" periódicamente que el gobierno iraquí los ha cumplido. Lynn Woolsey, representante demócrata de California, dijo en el programa Democracy Now (22 de marzo): "Casi no hay nada en la ley que obligue al presidente a hacer lo que le decimos que haga… a fines de agosto del 2008, si la guerra continúa vamos a decirle al presidente: 'Bueno, es hora de retirar las tropas'. Pero la única manera de obligarlo a hacerlo es entablar una demanda". (Queda por verse si se puede impedir una crisis política. Bush amenazó con vetar el proyecto de ley demócrata y exige una ley sin condiciones o restricciones. El potencial de un desastre geopolítico en Irak —o como resultado de una guerra con Irán— ha llevado a fuertes tensiones en el seno de la clase dominante).
Todo esto se debe a que el Partido Demócrata está de acuerdo con la meta básica del gobierno de Bush de mantener y fortalecer la dominación global del imperialismo estadounidense, a pesar de fuertes desacuerdos sobre cómo realizarla. Una columna del Washington Post señaló las sorprendentes similitudes entre la visión estratégica de los "neoliberales" demócratas y la de los "neoconservadores" republicanos:
"La doctrina demócrata imperante no es muy diferente a la doctrina de Bush y Cheney. Muchos demócratas (entre ellos muchos senadores que votaron a favor de la guerra de Irak) abrazaron la idea de una política exterior musculosa basada en la supremacía global estadounidense y el supuesto derecho de intervenir para promover la democracia o defender los intereses estadounidenses desde antes del 11 de septiembre de 2001, y no han cambiado de opinión. Incluso los que ahora se oponen a la guerra evitan hablar de doctrina… sin una alternativa coherente a la doctrina de Bush, con su confianza en la preeminencia militar estadounidense y el atractivo global de la 'democracia de mercado libre', puede que no se repita la reciente victoria electoral demócrata en noviembre del 2008. O si ganan, podrían verse comprometidos a una visión de Pax Americana similar a la de Bush". ("It's Uphill for the Democrats", Tony Smith, Washington Post, 11 de marzo)
Lo que se necesita para parar la guerra
En noviembre, millones de personas votaron por los demócratas como protesta contra Bush y la guerra, y con la esperanza de pararla. Hoy muchos se sienten traicionados e indignados, inclusive muchos de los que trabajaron en la campaña electoral y han estado presionando a los demócratas a recortar los fondos.
Esta indignación es justa.
La lección de esta situación no es que los demócratas los "vendieron" ni que son unos "débiles"; es que el Partido Demócrata es un partido de la clase dominante que está al servicio de los intereses del sistema capitalista-imperialista que representa. (Y este es un papel institucionalizado, y no depende de los deseos o intenciones de sus partidarios y ni siquiera de ciertos funcionarios demócratas). Sus intereses son antagónicos a los de miles de millones de personas por todo el mundo y a los de la gran mayoría de este país.
El proyecto de ley y lo que hicieron para hacerlo aprobar (como amenazar y presionar a ciertos representantes que querían votar por recortar los fondos para la guerra, y no poner a votación una enmienda para destinar fondos solo a retirar las tropas) muestran que ni los demócratas ni los republicanos toman decisiones en respuesta a las elecciones ni a la opinión pública, sino a las necesidades e intereses del sistema imperialista.
¿Cómo se puede esperar algo bueno para el pueblo si la meta de la decisión es "ganar" esta guerra injusta, y no pararla… si la meta es estabilizar y continuar una ocupación neocolonial, y no pararla… si la meta es controlar a países y recursos al otro lado del mundo y garantizar que la clase dominante corporativa y financiera de un país con el 3% de la población mundial pueda dominar y determinar el destino del otro 97%, y no apoyar la auténtica liberación y autodeterminación?
(Se puede encontrar un análisis profundo de la estructura de poder de Estados Unidos, la lucha entre las varias facciones de la cima de la pirámide y su relación con el pueblo en "La pirámide del poder Y la lucha por cambiar de base el mundo" de Bob Avakian, en el Obrero Revolucionario #1237, 25 de abril de 2004).
El problema va más allá de que los demócratas han traicionado las esperanzas populares. Además de eso, buscan canalizar y confinar esas esperanzas en pro de la guerra y en pro del imperialismo. Estas son las únicas opciones que ofrecen (en la mayoría de las elecciones, especialmente las elecciones presidenciales), y las únicas opciones que los que detentan el poder consideran "realistas". Por ejemplo, una "encuesta" de Moveon.org, una organización vinculada al Partido Demócrata, poco antes del voto sobre los fondos para la guerra dio la "opción" de votar por el proyecto de ley de Nancy Pelosi. No ofreció la opción de votar por recortar los fondos, a pesar de que Moveon.org admitió que sus miembros la hubieran apoyado.
Esta es una manera de convencer a millones de personas opuestas a la guerra a escoger entre un candidato pro guerra u otro. Lo mismo se está “programando” para las elecciones del 2008 y para los que no se han zafado de ese marco… hasta que un enorme movimiento de abajo mande a volar todo este marco político.
Pero tal movimiento no ocurrirá si millones de personas todavía tienen fe en los demócratas: si esperan pasivamente las elecciones del 2008 o incluso si enfocan sus energías, esperanzas y dinero en presionar a los demócratas a "ser decentes", en vez de enfocarlos donde realmente pueden cambiar la situación: en la movilización de la única fuerza con la posibilidad de parar la guerra y sacar al gobierno de Bush, es decir, los millones de personas de todos los sectores sociales que se les oponen. Inspirar y movilizar a esos millones de personas a la acción política independiente basada en las justas demandas de parar la guerra y todas las infamias del gobierno de Bush (tortura, espionaje, teocracia, etc.) es la única opción realista y la única manera de parar estos crímenes. Nunca pasará esperando que los demócratas sean algo que no son y nunca serán.
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