Revolución #85, 22 de abril de 2007


Por qué tuvieron que echar a Imus…
y lo que dice sobre este sistema racista y sexista

"No es la primera vez y no parará hasta que lo paren. No es la primera cosa indebida que ha dicho. Ha insultado a las mujeres negras y a la mujer en general. No solo a las negras. También ha insultado a las compañeras de equipo, a la entrenadora y a las madres. ¿Y el público? Al público también lo insultó. Va más allá del equipo".

Peluquera negra del sur de Chicago

"¿Cómo se puede permitir que diga algo tan degradante? No es aceptable, no se puede tolerar. De ninguna manera".

Clienta de peluquería en el sur de Chicago

"Estoy orgullosa del mundo por primera vez en mucho tiempo. Hay mucha indignación, y con razón. No podemos aceptar que nos estereotipen con tanto odio ni que legitimen los comentarios de Imus como si fueran parte normal de la conversación social. No más pensar que eso es chistoso me da asco; el equipo de Rutgers y el público tienen toda la razón de rechazarlo".

Jugadora del equipo de baloncesto de la Universidad Rutgers

* * * * *

Después de que el comentarista radial Don Imus soltó un insulto racista y sexista contra las jugadoras de baloncesto de la Universidad Rutgers (las calificó de "utas de pelo crespo"), estalló indignación por todo el país. En barrios residenciales, prepas, universidades y lugares de trabajo el comentario de Imus ha desatado debate y polémica… y una ola de rechazo público al racismo y el sexismo de esta sociedad que muy pocas veces sale a la superficie.

El 11 de abril, la red MSNBC se vio obligada a anunciar que no iba a transmitir su programa y al día siguiente CBS lo despidió.

¿Cómo ocurrió? ¿Por qué permitieron que Imus soltara comentarios racistas y sexistas por tanto tiempo? ¿Qué significa todo esto?

Indignación por todas partes

Los periodistas negros, varios de ellos muy prominentes, desempeñaron un papel clave en todo esto. Casi inmediatamente, un comunicado de prensa de la Asociación Nacional de Periodistas Negros (NABJ) criticó a Imus y pidió boicotear su programa y que lo despidieran. El presidente de la NABJ, Bryan Monroe (que es vicepresidente y director editorial de las revistas negras Ebony y Jet en Chicago), dijo: "Esos comentarios son mucho más que insultantes. Hay que despedirlo. Ya".

Cuando Imus salió en el programa de TV "Today" para dar "su versión" de los hechos, Al Roker (que hace los pronósticos del tiempo) inmediatamente pidió que lo despidieran en el blog del programa. El columnista Bob Herbert del New York Times escribió: "En las reuniones internas de NBC y MSNBC, el personal femenino hizo declaraciones contundentes acerca de la subvaloración de las mujeres negras en este país, de que los hombres blancos y negros las degradan. Profesionales blancas y negras expresaron enojo y pena por la forma en que trata a la mujer negra la cultura popular, especialmente la música, y porque los noticieros dan mucha más atención a las mujeres blancas que están en peligro".

Estos periodistas han tenido cierto "éxito", pero de todos modos experimentan racismo y discriminación en la vida profesional y en general. Son voces de conciencia que tomaron la tribuna para decir "¡basta ya!" y condenar esta infamia. Contribuyeron a cambiar el debate nacional.

Los reverendos Al Sharpton y Jesse Jackson también se sumaron al debate.

Al comienzo, las cadenas MSNBC y CBS respondieron a la ola de indignación con una suspensión de dos semanas. Pero ese tirón de orejas lo que hizo fue atizar la furia contra Imus.

La fuerte respuesta del equipo de baloncesto de Rutgers al ataque fue muy positiva. En una rueda de prensa, la capitana Essence Carson dijo: "Nos alegra tener la oportunidad de defender lo que sabemos que es justo… Hablamos en defensa de la mujer, no solo las afroamericanas, todas las mujeres". En el programa de Keith Olbermann de MSNBC, la entrenadora, Vivian Stringer, dijo: "Pienso que es cuestión de ese elemento muy humano de la decencia, de hacer que se ponga fin a todo esto. Espero que no termine con Don Imus porque no es el único culpable. Como adultos, como padres, también somos responsables, porque no hemos criticado que para los ejecutivos el único color que cuenta sea el verde del dólar. Vemos que meten a un niño que roba una chuchería con una pistola de juguete a la cárcel por 10 años mientras los ejecutivos se roban millones de dólares".

En la Universidad Rutgers se organizaron mítines de protesta que pedían despedir a Imus. Grupos de la mujer, como Mayoría Feminista y Organización Nacional para la Mujer, enviaron centenares de miles de correos electrónicos de apoyo al equipo que pedían la destitución de Imus. La NAACP pidió despedirlo.

Fue una declaración muy extensa de que esta vez los que odian el racismo y el sexismo y están hartos de que sean tan comunes en los medios de comunicación no iban a quedarse de brazos cruzados; que no lo iban a tolerar; que Imus se tenía que largar.

El debate, la indignación y la resolución de los que rechazaron los comentarios de Imus empezaron a mostrar cómo funciona este sistema y a dominar el "debate público" de una manera que no se podía controlar ni desviar. Tocaron temas centrales de este país, su sistema social y su funcionamiento diario. Y la dirección del debate (los oprimidos tomaron la iniciativa y desempeñaron un papel destacado) no le gustaba a los que detentan el poder. En cierto momento los que “toman las decisiones”, es decir la clase dominante, decidió darle la patada a Imus para apaciguar la situación… por el momento.

Esta es una victoria. Como un artista de hip hop del sur de Chicago le dijo a Revolución: "Carece de humanidad y sensibilidad, y hay que despedirlo. Qué bueno [que lo hicieron], es un triunfo. Sus comentarios son tan degradantes que es cuestión de justicia sacarlo. Los que ocupan posiciones de poder y autoridad tienen cierto respeto, y por eso hay comentarios que no se pueden tolerar. Por eso fue una decisión justa".

Imus y sus partidarios y defensores

"Esto nos lleva de regreso a la época de la esclavitud. Nos hace pensar en esos días. Como que no han parado y continúan hoy".

Estudiante de la universidad Harold Washington College de Chicago, hablando de los comentarios de Don Imus

Don Imus dijo que su descripción del equipo de baloncesto fue un "comentario chistoso". Pero no es la primera vez que se oyen "chistes" racistas y sexistas de esa calaña.

Está en la categoría de los "comentarios chistosos" que se oían cuando los dueños de plantaciones y los capataces hablaban de los esclavos. Igual que en los días de la esclavitud, la meta de estos "chistes" es degradar y deshumanizar a la mujer negra y, además, cimentar los vínculos entre los hombres blancos reforzando la supremacía blanca y la dominación masculina. Esa clase de "humor" ha acompañado, justificado y fomentado los crímenes más horrendos de la historia de este país: la venta de esclavos, los linchamientos y las leyes discriminatorias del pasado, y el actual sistema de discriminación, desigualdad y brutalidad policial. Es producto de las horrendas relaciones sociales de opresión (entre blancos y negros, y entre mujeres y hombres) que son uno de los pilares de este país desde su fundación y siguen en vigor hoy.

Desde hace mucho Imus es una figura prominente con amigos influyentes. Es parte importante del mundo de los "shock jocks", o sea, los locutores bocones que promueven la opresión de la mujer, la supremacía blanca, la ignorancia y la mezquindad. De ninguna manera es la primera vez que ha hecho comentarios racistas y sexistas de esa calaña en su programa.

No vamos a repetir toda la letanía de ataques reaccionarios e intolerantes que ha soltado Imus durante dos décadas, y que han documentado otros medios en estas semanas. El mismo Imus se ha desenmascarado a sí mismo. En 1998, en el programa "60 Minutes" se jactó de que contrató a Bernard McGuirk para decir "chistes sobre niggers".

Los que han escuchado a Imus saben que los ataques sexistas y racistas son una parte central de su programa. Esto no solo se tolera; Imus cuenta con el apoyo de las compañías que financian su programa y de políticos y figuras públicas que salen en el programa sin criticarlo. Por ejemplo, los candidatos presidenciales republicanos Rudy Giuliani (ex alcalde de Nueva York) y el senador John McCain han salido en el programa de Imus y lo defendieron después del comentario sobre el equipo de Rutgers. En la lista de "invitados" al programa también figuran demócratas prominentes, como los senadores John Kerry, Joe Biden y Barack Obama (que se unió tarde y con desgano al coro de crítica a Imus).

¿Y qué dice el hecho de que lo despidieron más de una semana después del comentario… después de que trataron primero de suspenderlo nada más por dos semanas… y después de que resultó claro que la ola de indignación no se iba a desvanecer? Es decir, el "comentario chistoso" de Imus le pareció bien a las cadenas y a los patrocinadores toda una semana. Su historial de chistes racistas y sexistas les ha parecido bien por décadas. Ahora lo que los motivó a despedirlo fue calmar la tormenta y defender sus intereses generales: nada más.

Al final, muchas corporaciones retiraron los anuncios publicitarios del programa, como Staples, General Motors, Sprint Nextel, GlaxoSmithKline, Proctor & Gamble, PetMed Express, American Express y Bigelow Tea. ¿Pero por qué apoyan este y otros programas racistas y sexistas en primer lugar? ¿Por qué descarados promotores del racismo y el sexismo son elevados a la categoría de estrellas de radio y TV, y por qué les dan una tribuna tan grande y el apoyo de figuras clave de la clase dominante, tanto republicanos como demócratas, que salen en su programa? No es simplemente cuestión de dinero; el hecho es que Imus es parte de algo mayor.

Como ya mencionamos, Imus desempeña un papel importante en el mundo de los "shock jocks" reaccionarios, como Rush Limbaugh y Michael Savage. Este fenómeno de los "shock jocks" surgió con el fin fomentar y popularizar una agresiva perspectiva reaccionaria de supremacía blanca y masculina. En particular, busca borrar las lecciones de las grandes luchas de los años 60 acerca de la naturaleza de esta sociedad, y ridiculizar y dar marcha atrás a los valores que surgieron en respuesta a esas lecciones. Los valores de los años 60 (la igualdad, el cuestionamiento de la autoridad, la oposición al racismo, el imperialismo y el sexismo, y el rechazo del patriotismo ciego que inculca el sistema) son una manzana de la discordia para la clase dominante. Este sistema NO ha erradicado y NO PUEDE erradicar las injusticias contra las que lucharon los movimientos de esos días; y todo lo que empuja a seguir luchando contra esas injusticias y ponerles fin es una amenaza mortal para la clase dominante. Los "shock jocks" como Limbaugh e Imus son parte de una campaña para darle marcha atrás a todo eso.

Imus ha tenido un papel especial en esto. Ha sido el "intolerante para los intelectuales”; llevó al programa a escritores y comentaristas liberales que no lo desafiaron. Por lo visto pensaban que era inofensivo darle legitimidad y una patina de intelectualismo a ese ignorante racista. Por eso ha desempeñado un papel especialmente insidioso… como parte de algo mayor.

El hecho de que quienes respaldaban a Imus ahora lo critican y de que han tenido que despedirlo no cambia esto.

Adónde debe ir la "conversación"

En medio del debate (y especialmente ahora), figuras de la clase dominante y otros justifican a Imus diciendo que los raperos utilizan las mismas groserías dañinas. A los que dicen que a Imus lo están "victimando", que no se le debe echar la culpa y que el verdadero problema es la música rap y hip hop (con su letra ofensiva contra los negros y la mujer), hay que señalar que el racismo y el sexismo empezó varios siglos antes de que apareciera el rap. La palabra "ho" (Imus llamó al equipo de baloncesto "nappy headed hos") es una abreviación de "whore" ("puta"), una palabra que surgió mucho antes que el hip hop como parte de la opresión de la mujer y del control de su sexualidad por el hombre. La palabra "nappy" ("pelo crespo", que implica que el pelo negro es feo porque no corresponde a las normas blancas de belleza) tiene centenares de años y es parte de la opresión del pueblo negro.

Es muy perjudicial que los artistas de las nacionalidades oprimidas repitan y promuevan este punto de vista, que degraden a la mujer en canciones, videos y otras expresiones de cultura popular. Tiene consecuencias desmoralizadoras en toda la sociedad. Pero eso es un reflejo de la opresión de los negros y de la mujer, y demuestra que algunos oprimidos han adoptado el pensamiento del opresor (y que a estos los promueven, pero no a los que no están dispuestos a hacerlo). Esto es malo y perjudica al pueblo, y solo una revolución desde abajo puede rasgar esta profunda trama de opresión. Y sí, hay que oponerse a esto y pararlo… ya.

Pero tales expresiones retrógradas del pueblo de ninguna manera son iguales a lo que Imus representa: un vocero de la clase dominante que suelta rollos ofensivos a un público enorme, y tiene aprobación y apoyo de fuerzas poderosas. Pensar que las dos cosas son iguales confunde la verdadera fuente del problema.

La conversación que urge hoy NO es si se debe censurar la música hip hop, ni mucho menos (como sugiere el congresista reaccionario Tom Delay) despedir a gente como Rosie O'Donnell (una presentadora que se opone a la ignorancia reaccionaria y la obediencia fascista que promueven los fascistas cristianos). La conversación que urge hoy es profundizar más qué clase de sociedad produce, promueve y defiende figuras de la calaña de Don Imus… y qué hay que hacer para cambiarla.

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