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Revolución #100, 9 de septiembre de 2007
La imperdonable tortura de José Padilla
El gobierno de Estados Unidos ha dicho que no dejará ver las condiciones en las que detuvieron a José Padilla en una prisión militar de Charleston; dice que es un "secreto oficial". Pero algo de esto ha salido en la prensa y a través de las peticiones de la defensa durante el juicio. Gran parte de lo que le hicieron a Padilla es someterlo a privación sensorial extrema. Las fotos en los periódicos lo muestran con gafas oscuras y protectores en los oídos cuando lo trasladaban de un lugar a otro. Un informe reciente del Christian Science Monitor describió algunas de las condiciones:
"Según las peticiones de la defensa, la celda en la que tenían a Padilla midió tres metros por dos y medio. Las ventanas estaban cubiertas. Había un tocador y un lavabo. La cama de acero no tenía colchón.
"No tenía almohada. Ni sábana. Ni reloj. Ni calendario. Ni radio. Ni televisión. No podía hacer llamadas telefónicas. No podía tener visitas. Ni siquiera el abogado lo pudo ver por casi dos años.
"Por un largo período de tiempo le negaron al musulmán cualquier material de lectura, inclusive el Corán. Le quitaron el espejo en la pared. La comida la pasaban por una apertura en la puerta. La luz en la celda estaba siempre prendida.
"Los que no han experimentado el confinamiento solitario pueden imaginarse que la vida en un espacio pequeño sea incómoda y aburrida. Pero según una amplia gama de expertos que han estudiado el tema, el aislamiento puede ser devastador psicológicamente. El aislamiento extremo, junto con otras técnicas coactivas, puede volverle loca a una persona, dicen estos expertos…".
Un documento jurídico del 2006 describió otros métodos de tortura a los que le sometieron a Padilla:
* Esposado en posiciones de estrés extremadamente dolorosas por horas, a menudo con una capucha.
* Amenazado constantemente de que le iban a ejecutar o cortarle con un cuchillo.
* Forzado a tomar potentes drogas que afectan la mente.
* Privado de sueño, noche tras noche, por fuertes ruidos.
Comentando sobre lo que le había hecho el gobierno de Estados Unidos a Padilla, Scott Horton, profesor de derecho de la Universidad Columbia, escribió: "¿Fue realmente tortura? Sí. A estas alturas hay muy poco desacuerdo sobre esto entre los expertos que lo han estudiado. Del otro lado están solo expertos a sueldo del gobierno estadounidense cuyo trabajo es fabricar los pretextos para lo imperdonable".
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