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Revolución #104, 14 de octubre de 2007


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Alerta sobre Irán

Redobla “ritmo de planificación” del ataque estadounidense contra Irán

Con información de altos funcionarios del gobierno y las fuerzas armadas, el periodista Seymour Hersh informó: “Este verano, la Casa Blanca, empujada por la oficina del vicepresidente Dick Cheney, pidió que los jefes del estado mayor revisaran los planes preparados hace mucho tiempo para un ataque contra Irán”. (“Shifting Targets—The Administration’s Plans for Iran”, New Yorker, 8 de octubre de 2007) Hersh escribió que el enfoque del plan ha cambiado de “un ataque aéreo muy amplio” a ataques “quirúrgicos” contra los Guardias Revolucionarios. Informó que hace poco Bush le dijo al embajador a Irak, Ryan Crocker, “que pensaba en atacar blancos iraníes al otro lado de la frontera y que los ingleses ‘están de acuerdo’”.

Hersh detalló los planes militares: “La estrategia es usar misiles cruceros lanzados desde el mar y ataques terrestres y bombardeos más precisos, para destruir los principales campos de entrenamiento de los Guardias Revolucionarios, sus depósitos y complejos de mando y control, entre otros blancos”. Un ex funcionario de los servicios de inteligencia lo llamó “un ataque veloz” y le dijo a Hersh que las fuerzas necesarias ya están listas. “Los aviones, buques y misiles cruceros de la marina ya están en el Golfo y listos a atacar. Tienen todo lo que necesitan, hasta los aviones de control AWAC, y ya tienen programados los blancos. La marina tiene sus cazas F18 en el aire sobre el Golfo todos los días”. Un asesor del Pentágono le dijo a Hersh que al ataque aéreo “lo acompañaría una serie de ‘incursiones rápidos y breves’ de las Fuerzas Especiales para atacar campos de entrenamiento iraníes”.

Los informes de Hersh son los últimos (y más exhaustivos) de una oleada de informes sobre los preparativos para una confrontación militar —y muy posiblemente una guerra— contra Irán. (En revcom.us hay más artículos sobre la situación). “El ritmo de planificación de un ataque ha redoblado”, Hersh dijo. Un funcionario de la CIA que se jubiló hace poco le dijo: “Han trasladado a todo el mundo a la oficina sobre Irán… Es como en el otoño de 2002” (antes del ataque contra Irak).

El 30 de septiembre el New Yorker informó que “Freedom Watch”, un grupo de cabildeo estrechamente vinculado a la Casa Blanca, tiene un plan para recaudar $200 millones para iniciar una campaña en parte contra Irán. Hay informes de que la oficina de Cheney está dirigiendo una ofensiva propagandística contra Irán con una variedad de departamentos del gobierno, grupos derechistas, centros de investigación, figuras políticas y medios. El periódico inglés Telegraph informó el 30 de septiembre: “A los diplomáticos estadounidenses los han mandado crear expedientes sobre los violaciones del derecho internacional por Irán y unos temen que se los podría usar como pretexto para ataques militares contra el programa nuclear de la República Islámica”.

El Telegraph también informó que hace poco se celebró una conferencia para coordinar las acciones de la fuerza aérea “con los dirigentes militares del Golfo y entrenar y preparar a las fuerzas aéreas árabes para una posible guerra contra Irán”.

Es notable que estos informes salieron principalmente en la prensa inglesa o los periódicos alternativos de Estados Unidos. Los principales medios estadounidenses, como ABC, NBS, CBS, New York Times, Washington Post, no han informado en serio sobre los preparativos.

Cambios de pretextos: De contraproliferación a contraterrorismo

En los últimos meses, el enfoque de la campaña propagandística del gobierno de Bush contra la República Islámica ha cambiado un tanto de acusaciones de tener armas nucleares a librar una campaña militar de “sustitutos” contra las fuerzas estadounidenses en Irak. Hersh escribió: “Lo que presentaban como una misión de contraproliferación ha cambiado a contraterrorismo”.

Mantener el control del Medio Oriente es esencial al poderío global estadou­nidense y al funcionamiento del sistema capitalista-imperialista. Iniciaron la “guerra contra el terror” de Bush para solidificar ese control por medio de derrotar al fundamentalismo islámico y a los estados como Irak e Irán que obstaculizaban la meta estadounidense de transformación regional. Pero hoy, a los seis años de iniciar la guerra por el imperio, le salió el tiro por la culata para el gobierno de Bush de varias maneras. En vez de debilitar a Irán (y el funda­mentalismo islámico en general), las invasiones de Afganistán e Irak lo han fortalecido. “En Washington y por todo el Medio Oriente se reconoce cada vez más que Irán está surgiendo como el ganador geopolítico de la guerra de Irak”, concluyó Hersh. El 30 de septiembre The Guardian le citó al embajador estadou­nidense a la ONU, John Bolton, que dijo: “Si atacamos a Irán, al ataque lo acompañará un esfuerzo de cambio de gobierno”.

El reaccionario estado iraní tiene sus propias ambiciones en la región y no se sabe lo grande que es su programa nuclear. Pero el gobierno de Bush no hay presentado ninguna prueba seria y concreta de que tiene la responsabilidad de los ataques a las fuerzas estadounidenses en Irak o de que Irán está tratando de construir armas nucleares. Un ex funcionario de alto nivel de la CIA le dijo a Hersh que “la información acerca de quién hace qué cosa en Irán ‘es tan débil que nadie quiere atribuirse el mérito’”. Hersh informó que las inspecciones de la Asociación Internacional de Energía Atómica han concluido: “No hay prueba de que Irán tenga un programa significativo de construcción de aras o que tenga esas ambiciones, pero no hay prisa”.

La dificultad de atacar a Irán de tal manera que no le sale el tiro por la culata ha creado un fuerte debate en el seno de la clase dominante, tanto como maniobras diplomáticas, políticas y militares. Por ejemplo, los estrategas estadou­nidenses se preocupan de que hasta una gran campaña de bombardeos posiblemente no logre destruir la infraestructura militar y nuclear y provoque un contraataque iraní que tendría el potencial de desatar una conflagración regional incontrolable.

Puede ser que Bush, Cheney y otros esperen que las amenazas y las sanciones económicas y diplomáticas provoquen trastornos en Irán y el derrumbamiento del gobierno. Los ataques más limitados contra los Guardias Revolucionarios, un pilar del gobierno, podrían tener la misma meta, sin el peligro que conllevaría una campaña de bombardeos de gran envergadura. Puede ser que Cheney y sus compinches esperen que los ataques limitados lleven a ataques mayores, y que provoquen una respuesta iraní que podrían aprovechar como pretexto para más ataques. O Cheney podría pasar por alto a los que se oponen a sus metas, y ponerlos en una posición en la que se sienten obligados a apoyarlo. En pocas palabras, los imperialistas estadou­nidenses están creando una situación sumamente peligrosa, con el potencial de la guerra como resultado de un error de una parte o la otra, o un incidente inesperado.

Los demócratas preparan el terreno para la guerra 

¿Y qué hacen los demócratas que “se oponen a la guerra” ante los preparativos de guerra contra Irán? Preparan el terreno. El 26 de septiembre, el Senado (controlado por los demócratas) aprobó una enmienda por un voto de 76 a 22 que le echa la culpa a Irán por las muertes de soldados estadounidenses en Irak y que exhorta al Departamento de Estado a declarar que los Guardias Revolu­cionarios son “una organización extranjera terrorista”. La víspera, la Cámara de Representantes (también controlada por los demócratas) aprobó una resolución (del congresista demócrata Tom Lantos) por un voto de 397 a 16 que pide nuevas sanciones contra Irán y declarar que los Guardias Revolu­cionarios son un grupo terrorista.

En un debate de candidatos presidenciales demócratas, el ex senador Mike Gravel condenó a los demás: “Están en las nubes. Hablamos de terminar la guerra, pero empiezan otra guerra ahora mismo. Hoy votaron en el Senado… y en esencia le permitiría a George Bush iniciar una guerra contra Irán… Hillary, me da vergüenza que votó a favor… Y Obama ni siquiera votó”. Clinton se echó a reír como si la oposición de Gravel a la guerra fuera ridícula. Repitió las acusaciones del gobierno de Bush de que los Guardias Revolucionarios “fomentan el terrorismo” y exigió que Estados Unidos “poner manos a la obra y no solo hablar sobre Irán”. Acusó a Bush de “hacer caso omiso de Irán” y dijo que hay que “recuperar el tiempo perdido”.

Se necesita urgentemente: Resistencia masiva contra un ataque contra Irán

Puede ser que una guerra contra Irán no sea inevitable (Hersh informó que le dijeron que “el presidente todavía no ha firmado la orden ejecutiva necesaria”), pero hay muchas señales de que el peligro está creciendo rápidamente y que es una verdadera posibilidad. Un ataque contra Irán con toda probabilidad tendría consecuencias catastróficas para el pueblo iraní, los pueblos del Medio Oriente y el mundo. Sería una nueva escalada de la guerra global de agresión estadounidense en aras de su imperio, no importa el pretexto del gobierno de Bush, y sería totalmente injusta.

Una resistencia masiva en este país tiene que ponerle fin a la guerra de Irak e impedir que ataquen a Irán. Si millones de personas comunes y corrientes de todas las capas ponen manos a la obra ya, podrían cambiar el terreno político y los planes de los de arriba. Hoy, el gobierno de Bush tiene planes para quedarse indefinidamente en Irak, y se está preparando para atacar a Irán, y espera que la población lo acepte. Tenemos que cambiar esto…ya.  

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