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Revolución #119, 10 de febrero de 2008
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Comentarios de nuestros lectores
El camino de regreso a Jena, Louisiana
Nota de la Redacción: Las siguientes cartas fueron seleccionadas de comentarios de lectores y cartas a. Las publicamos aquí (y seguiremos publicando más cartas) para dar al lector una idea de lo que el periódico recibe, y para animar más interactividad entre el periódico y sus lectores y entre los lectores. La selección y publicación de una carta no implica concordar con ni discrepar de las opiniones que expresa.
Recibimos la siguiente carta de Chicago:
En mi primer viaje a Jena, muchísima gente de todo el país, que tenía toda una gama de playeras que expresaban su odio por los dogales, marchó por las calles de un pueblo sureño que no conocía hasta recibir la noticia de los dogales colgados de un árbol porque seis estudiantes negros se sentaron debajo para descansar en la sombra un día caliente.
Aquí estamos en el 2008. Un grupo supremacista blanco decidió marchar en Jena y pararse en las escalinatas del palacio de justicia con armas y dogales para hacer recordar los atroces y cobardes crímenes racistas que este país ha cometido contra un pueblo, para aterrorizar a la gente de Jena si saliera para demandar la justicia.
Así que fuimos a Jena para oponernos a los supremacistas blancos, que querían pararse en las escalinatas del palacio de justicia el día de celebración de Martin Luther King porque él marchaba y protestaba contra el racismo, porque él se hacía oír por todo el mundo. Para callarnos mientras estos racistas cobardes hicieran alarde de lo que representan.
La historia de los dogales es parte de la historia que nunca se borrará cortando un árbol donde se pararon seis estudiantes negros. Valía la pena hacer el viaje para demostrar nuestra oposición a la supremacía blanca. Viajar desde varias partes del país para demostrar y dar nuestro apoyo a este pueblo, Jena, tiene mucho significado para mí y para muchos otros, tanto los que fueron como los que no podían ir.
Conocí a unos estudiantes de prepa de St. Louis que fueron para tomar partido con nosotros. Me demostró que nuestras respuestas y nuestras voces se hicieron oír perfectamente y lo importante que es este periódico, Revolución. Porque quizás los periódicos y corresponsales locales no digan la verdad sobre los supremacistas blancos con sus dogales, armas y banderas de la Confederación.
Pero nosotros contaremos lo que pasó ese día cuando regresamos a Jena para ahogar su mensaje de odio con la unidad necesaria y palabras de ánimo. Pensar en Jena y en los dogales me recuerda la canción de la gran cantante de jazz Billie Holliday, que da voz triste al mal. De su canción “Fruta extraña”, que cantó por primera vez en 1939:
“Los árboles sureños dan una fruta poco usual
sangre en las hojas
y sangre en la raíz
cadáveres negros oscilan en la brisa sureña
una fruta poco usual pende de los álamos”.
En memoria de mi primo y otros que encontraron colgados y oscilando en los árboles. Siempre los recordaremos… nunca los olvidaremos. Encontraron a mi primo colgado en su cuarto de baño de un pueblo rural del Norte, cerca de una base militar donde estaba estacionado. Si no hay justicia, no habrá paz. Justicia para los 6 de Jena. Los apoyaremos. Queremos un mundo mejor.
Sister Soldier
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