Issue and Date


Revolución #119, 10 de febrero de 2008

Número actual  |   Números Anteriores  |   Bob Avakian  |   PCR  |   Temas  |   Comunícate

¡Celebremos el Día de Darwin el 12 de febrero!

Charles Darwin alrededor de 1860

Cada año el Día de Darwin, el 12 de febrero, es una celebración internacional del cumpleaños de Charles Darwin, el primero que elaboró la teoría científica de la evolución de la vida.

¿Cómo sería el mundo actual sin Darwin y la ciencia de la evolución?

No es una exageración decir que este mundo sería un lugar mucho más terrible y empobrecido… en todas las dimensiones. La medicina moderna no existiría; no habría ninguna manera de saber que podemos usar el tejido de los animales con antepasados comunes para reparar la válvula de un corazón humano. No se podría parar las infecciones que evolucionan y se vuelven resistentes a los tratamientos, ni descubrir curas para los virus como el SIDA. Además, nos privaría del asombro y júbilo de aprender cómo funciona el mundo natural. A la inversa, porque Darwin hizo su contribución, su obra fortaleció el método científico y su papel en la sociedad moderna. Y esto es sumamente importante.

Hay belleza tanto como utilidad en la verdad que Darwin descubrió. Como el mismo Darwin lo dijo poéticamente en la conclusión de El origen de las especies, el libro innovador en que propuso por primera vez su teoría: “Es interesante contemplar un enmarañado declive cubierto por muchas plantas de varias clases, con aves que cantan en los matorrales, con diferentes insectos que revolotean y con gusanos que se arrastran entre la tierra húmeda, y reflexionar que estas formas, primorosamente construidas, tan diferentes entre sí, y que dependen mutuamente de modos tan complejos, han sido producidas por leyes que obran a nuestro alrededor… Hay grandeza en esta concepción de que la vida...”

La evolución es una verdad. Se encuentran pruebas de la evolución por todas partes (y nunca se ha encontrado pruebas que la refutan). Para dar un solo ejemplo, en libro The Science of Evolution and The Myth of Creationism, Knowing What’s Real—and Why it Matters (La ciencia de la evolución y el mito del creacionismo, Saber qué es real y por qué importa), de Ardea Skybreak, examina la evolución de las ballenas: inicialmente, los primeros antepasados de todos los animales terrestres evolucionaron de los peces y desarrollaron la capacidad de caminar en la tierra, y luego una rama de estos animales, los antepasados de las ballenas, evolucionó para vivir de nuevo en el mar. ¡Fuera del mar y, luego, tras millones de años, de regreso al mar! ¡Por eso al examinar el esqueleto de la ballena baleen se ve restos de un hueso de la cadera que una vez sostenía piernas!

Dibujo de 1888 del esqueleto de una ballena con restos de un hueso de la cadera (c).  

La evolución demuestra que, partiendo de formas de vida simples, todos los organismos vivientes se transformaron de otros organismos vivientes en un enorme árbol con muchas ramas, entre ellos los seres humanos con todas sus capacidades mentales. Esto lo han establecido firmemente científicos de muchos campos distintos, desde varios ángulos. Y todo esto ocurrió sin una dirección preprogramada, a no decir nada de un dios inexistente que lo orquestó (¿qué clase de dios inepto crearía una ballena con diminutos huesos de la cadera?). Los cambios en las formas de la vida los impulsan variaciones (cambios) naturales en los genes que conforman los organismos vivientes. Y muchos de estos cambios “se ordenan” por medio de la selección natural, por medio de la cual las diferentes plantas y animales responden al medio ambiente siempre cambiante, y sobreviven o se mueren.

Como dijo Ardea Skybreak: “…todos necesitan comprender los hechos fundamentales de la evolución y el método científico… cuando a los individuos los privan de un enfoque científico de la realidad, los privan de una apreciación completa de la belleza y riqueza del mundo natural, así como de los medios para entender la dinámica del cambio de la naturaleza y de la sociedad humana”. (The Science of Evolution and The Myth of Creationism, Knowing What’s Real—and Why it Matters, p. viii)

*****

Durante su ascenso al poder, la clase capitalista en general apoyó la ciencia en oposición a la iglesia católica y el sistema feudal que la apoyaba y que dominaba la sociedad. El capitalismo nunca hubiera podido engendrar las poderosas fuerzas productivas que engendró sin un gran avance en la ciencia y en el método científico. Pero la burguesía (clase capitalista) emergente nunca apoyó un punto de vista rigurosamente científico. Deformó la ciencia al servicio de su sistema, por medio del dominio de las ganancias y la demanda de cada vez más potentes armas para imponer su dominación. Y, una vez en el poder, necesitó la religión para consolar y dejar estupefactas a las masas.

Hoy, cuando tanta gente se rompe mucho la cabeza pensando en el futuro y se siente alienada y aislada, el núcleo de la clase dominante estadounidense apoya el fundamentalismo religioso más retrógrado y oscurantista como medio para canalizar esa ansiedad hacia apoyar al sistema. Y apoya ese fundamentalismo en oposición a la ciencia. El mismo Bush ha dicho que “el jurado no ha dado su veredicto” sobre la evolución. Impiden las investigaciones de una amplia gama de campos, como el calentamiento global, el SIDA, las células madre y las enfermedades trágicas, porque están en conflicto con su programa político y su manera de pensar, que son elementos integrales de sus esfuerzos por mantener a la población ignorante y esclavizada.

Como parte de esta guerra contra la ciencia, atacan, prohíben, tergiversan e impiden la enseñanza de la teoría de la evolución. ¡Hace poco, un administrador escolar de Texas tuvo que renunciar porque envió un correo electrónico acerca de una charla de un académico prominente sobre la evolución!

Se está librando una batalla social sobre la epistemología, o sea, sobre la naturaleza de la verdad y cómo se aprende. ¿Se aprende buscando las causas materiales de la realidad? ¿O, en vez, se aprende prohibiendo el pensamiento crítico y buscando las respuestas de un ser sobrenatural que ni siquiera existe? El Día de Darwin contribuye en este momento importante a captar que podemos y debemos conocer cómo cambia el mundo elaborando y evaluando las teorías con relación a las pruebas del mundo material.

También existe otra dimensión de esto. Una meta importante de la revolución comunista es “liberar el espíritu”, como dice La internacional. Es decir, liberar la mente de las cadenas de la ignorancia y las maneras tradicionales de pensar, como los grilletes de las creencias religiosas en poderes sobrenaturales inexistentes (dioses). Estas “ideas viejas” justifican la opresión y fomentan una mentalidad de competencia despiadada, y además impiden entender, apreciar y dejarse inspirar por el mundo tal como es. En el caso de la religión, a fin de cuentas esas ideas justifican “el mundo tal como es” (“dad al César lo que es del César”) e inculcan pasividad e ignorancia (“Dios se manifiesta de maneras misteriosas”). Entender firmemente la ciencia, con todo su rigor y asombro, es esencial para romper con tal pensamiento.

De la misma manera, en una sociedad socialista revolucionaria —y a un nivel muy superior cuando la humanidad llegue a la meta del comunismo mundial—se enseñará el método del descubrimiento científico en las escuelas y se lo fomentará por toda la sociedad. La ciencia, y una cosmovisión científica, será terreno común de toda la sociedad, incluso de quienes hasta la fecha han sido excluidos. Se desencadenará la investigación científica —incluso la investigación científica que no promete ningún beneficio inmediato en particular, tanto como la investigación cuya meta es resolver los problemas más urgentes de las masas —a un nivel mucho más allá de lo que haya visto la humanidad hasta la fecha. Las sociedades socialistas previas han logrado mucho en este campo, y superar las deficiencias y tendencias a limitar esta esfera en esas revoluciones es un elemento esencial de la nueva visión del comunismo de Bob Avakian.

Finalmente, si vamos a forjar un movimiento revolucionario auténtico, hay que entrarle a la ciencia y el método científico. Si no captamos el mundo tal como es, con su dinámica y fuerzas motrices subyacentes, y como parte clave de esto de dónde surgen las posibilidades de grandes cambios revolucionarios y cómo aprovecharlas, pues no podremos cambiar el mundo en la dirección que tanto necesita la humanidad. Para hacer tales cambios—para hacer la revolución— millones de personas tendrán que luchar para entender la verdad y actuar con decisión en consecuencia, no solo los intelectuales sino también y especialmente los oprimidos y explotados que tienen que ser y pueden ser la columna vertebral de una revolución para acabar con todas las formas de explotación por todo el mundo. Para emancipar a la humanidad, tenemos que emancipar a nuestras mentes.

En ese espíritu, y desde esa perspectiva, exhortamos a todos los lectores a encontrar y participar en las actividades del Día de Darwin, y entrarle a las obras de Darwin en esta celebración anual de un avance maravilloso en el conocimiento humano.


Se puede encontrar una lista de las actividades del Día de Darwin en el portal darwinday.org. Se llevarán a cabo por todo el mundo (de España a Australia a Bangladesh). En San Francisco, invitan a “Evolutionpalooza para celebrar el Día de Darwin junto con los demás primates…”; Los Bulldogs de Darwin se reunirán en Grayslake, Illinois, y se celebrará una semana de programas en la Universidad Estatal de Indiana, como “Las aventuras del chihuahua de Darwin”. En Estados Unidos centenares de congregaciones religiosas van a participar, con charlas y sermones que defenderán la evolución en el Fin de Semana de la Evolución, el 9 y 10 de febrero. El portal del Domingo de Evolución es butler.edu/clergyproject/rel_evolution_weekend_2008.htm

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.

Basics
Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es
From Ike to Mao and Beyond