Obrero Revolucionario #1203, 15 de junio, 2003, posted at rwor.org
Los jefes de estado del Grupo de los 8 (G8) se reunieron en la ciudad francesa de Evian del 1§ al 3 de junio. Docenas de miles de personas fueron a mostrar su rechazo de estos gángsteres internacionales, a pesar de una enorme movilización de fuerzas represivas.
El G8 consta de los gobiernos de los países más ricos del planeta: Estados Unidos, Alemania, Francia, Inglaterra, Japón, Canadá, Italia y Rusia. Fue la primera reunión de estos líderes, y el primer viaje de George Bush a Europa, desde la guerra de Irak. Millones de europeos protestaron contra la guerra y mucha gente fue a Evian resuelta a condenar a Bush y la injusticia de la guerra y la ocupación, y toda la campaña yanqui de nuevo imperio romano.
También querían declarar que Estados Unidos y las demás potencias no representan el futuro del planeta ni los intereses de los pueblos. Una amplia gama de puntos de vista y muchas tendencias políticas fueron a reclamar un mundo diferente: sin la pobreza, los desastres ecológicos y las guerras de rapiña de hoy.
Es propio de las potencias más ricas que se reunieran en Evian, una pequeña ciudad turística de los ricos conocida por su cara agua embotellada. La escogieron por una razón muy práctica: es fácil fortificarla contra las manifestaciones. Está ubicada entre el lago de Léman (o lago de Ginebra) y los montes Alpes, y solo se puede llegar por carreteras angostas. El gobierno francés envió miles de policías y soldados a patrullar una "zona libre de manifestaciones" alrededor de la ciudad. Al otro lado de la frontera, el gobierno suizo armó la mayor operación de seguridad desde la II Guerra Mundial, con más de 5,000 milicianos y policías y refuerzos alemanes.
Los manifestantes no lograron llegar a Evian, pero trastornaron toda la zona. Organizaron un carnaval de resistencia de una semana, con bloqueos, campamentos, acción directa y foros. Convocaron una convergencia en Annemasse (Francia), a 40 km al oeste de Evian, y en Ginebra y Lausanne (Suiza).
En la madrugada del 1§ de junio, miles de activistas bloquearon cinco puentes en Ginebra para impedir que los delegados del G8 cruzaran la frontera. También bloquearon las carreteras de Lausanne y Annemasse.
Dos enormes grupos de manifestantes (de más de 100,000 personas cada uno) salieron de Ginebra y Annemasse y se unieron en la frontera, donde paralizaron el tráfico. Más tarde, cuando regresaban a Ginebra, la policía los atacó con balas de goma, granadas de contusión y gas lacrimógeno. El ataque desató una batalla callejera que duró hasta la noche en el centro de Ginebra, donde están la sede la Organización Mundial de Comercio y varios de los bancos más ricos del mundo. Los activistas, junto con muchos chavos de los multifamiliares de Ginebra, pelearon con la policía con piedras y cócteles molotov. Saquearon unas gasolineras y rompieron las ventanas de varios bancos. Un corresponsal del servicio noticioso AP informó: "Las batallas convirtieron las calles elegantes de esta ciudad lacustre en un mar de vidrio y humo punzante". La policía atacó a todos los que encontró en la calle; invadió L'Usine, un edificio donde tienen oficinas muchos activistas, y golpeó y arrestó a varias personas.
También atacó una marcha a Evian con gas lacrimógeno. Los manifestantes montaron barricadas de metal y fuego para bloquearles el paso. Un activista inglés, que se colgó de una cuerda para bloquear el tráfico, cayó 20 metros cuando la policía cortó la cuerda; se hirió gravemente la columna vertebral.
En Lausanne, las varias tendencias políticas (rosa, plata, negra y aguamarina) se coordinaron para bloquear los embarcaderos que llevaban a los delegados a Evian. La policía atacó, rodeó el campamento, y arrestó y golpeó a centenares de personas.
El 2 de junio, una manifestación contra la represión policial y otra contra la privatización del agua se unieron en una protesta de brazos cruzados en un puente de Ginebra. Las rodearon centenares de policías de motín suizos y alemanes, y las atacaron con balas de goma y gas lacrimógeno. Miles de habitantes de Ginebra salieron a defender a los manifestantes, y la policía los atacó con cañones de agua y gas pimienta. Era como una zona de guerra.
Las batallas continuaron la noche siguiente, tras la conclusión de la reunión.
Confrontando al G8, los manifestantes dieron voz a todos los que odian el futuro de opresión que les ofrecen las potencias imperialistas por todo el mundo. Propusieron un mundo diferente. Una convocatoria de las protestas decía: "Las cumbres, cuya meta es demostrar su supremacía, ahora demuestran la impopularidad universal de los gobiernos y su base fundamental: la fuerza y la violencia. Por supuesto que una revolución simbólica no será suficiente, pero es un logro importante de un movimiento que ha estimulado a millones de personas por todo el mundo".
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