Obrero Revolucionario #1205, 29 de junio, 2003, posted at rwor.org
Recibimos lo siguiente del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar:
9 de junio de 2003. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. Estados Unidos está amedrentando a Irán. Esta es la continuación del plan de apretar el dominio del Medio Oriente. Bush, Powell y Rumsfeld y otros han advertido a los regímenes árabes y mesoorientales que actúen de acuerdo con "la nueva realidad". Esta "nueva realidad" es la ocupación de Irak y la presencia de enormes cantidades de soldados estadounidenses.
Con el telón de fondo de esta "nueva realidad", Estados Unidos está poniéndole una trampa a Irán, alegando que está "desarrollando un programa nuclear alarmante", albergando a militantes de Al Qaeda, proporcionándoles refugio a los que atacaron en Riyadh y apoyando a los clérigos islámicos de Irak.
Hasta ahora, el gobierno iraní ha rechazado esas alegaciones. No obstante, es dudoso que esos desmentidos sean suficientes para impedir que los agresores norteamericanos lleven a cabo el cambio de gobierno.
¿Por qué Estados Unidos está amedrentando a Irán justo después de instalarse en Irak? Primero, Estados Unidos tiene que resolver algunas contradicciones que creó. Luego de la ocupación de Irak, se ha metido, más que nunca antes, en un peligroso vórtice de hostilidad de las masas en el Medio Oriente. Ha estado tropezándose con una fuerte oposición de los iraquíes. La alegación de que Irán está apoyando a los clérigos iraquíes muestra que Estados Unidos siente que tal vez no sea capaz de "estabilizar" su ocupación en Irak sin desestabilizar el gobierno iraní. Segundo, con Irak ocupado y Siria aparentemente atemorizada, Irán ha empezado a destacarse como el principal obstáculo para los planes yanquis en la región. Tercero, el "cambio de gobierno" en Irán es sumamente necesario para Estados Unidos porque su ocupación de Irak y su presencia militar en el Medio Oriente son parte de un proceso mediante el cual el imperialismo yanqui quiere imponer una hegemonía mundial sin rival. Cuando Estados Unidos acusa a Irán de no respetar los acuerdos nucleares y de apoyar a los clérigos iraquíes, en esencia dice que el gobierno iraní trata de preservar cierta independencia y poder en la región en vez de entregarse completamente a los deseos de Estados Unidos. El gobierno iraní no ha caído en una subordinación total a Estados Unidos y ha hecho tratos con otras potencias imperialistas. Esto tampoco es aceptable ya para Estados Unidos. Estados Unidos está buscando un pretexto para el cambio de gobierno. El programa nuclear iraní es un pretexto perfecto.
¿Cuál es la posición del gobierno iraní ante este caldo de contradicciones? A pesar de su retórica antiestadounidense, es un gobierno neocolonial. Además, no es que el gobierno islámico no quiera capitular ante el imperialismo yanqui. Teherán apoyó la guerra encabezada por Estados Unidos contra Afganistán y parece que ayudó a Estados Unidos de forma práctica. Luego de los ataques del 11 de septiembre en Nueva York prometió públicamente a Estados Unidos que combatiría a Al Qaeda y entregó a más de 500 personas a Estados Unidos y a sus aliados. Teherán afirmó el 31 de mayo de 2003 que generaría 6,000 megavatios de energía en los próximos 20 años, y que cualquier país puede licitar la construcción de plantas de energía en Irán. Tal como Saddam, los mullahs están prestos a dejar que el imperialismo yanqui saquee su país si pueden salvar su propio pellejo.
La esencia del problema es que Estados Unidos tiene serios problemas con los gobiernos que buscan regatear a pesar de estar subordinados al imperialismo. Los clérigos quieren capitular con condiciones, pero Estados Unidos no quiere aceptar ninguna condición.
El imperialismo yanqui ha sido hostil al actual gobierno iraní desde la revolución de 1979 que derrocó al sha (rey) de Irán, quien era un títere de Estados Unidos. La CIA lo puso en el Poder en 1953 cuando organizó un golpe de Estado para derrocar el gobierno de Mohamad Mossadeq. Pero el gobierno teocrático de los mullahs que reemplazó al sha no hizo nada para liberar a Irán de su dependencia al capital imperialista y al mercado mundial del petróleo controlado por los imperialistas. Su retrógrado gobierno encabezado por el líder religioso Khamenei es odiado por las masas iraníes. Al igual que el sha, bajo su gobierno Irán ha sido una cámara de tortura para el pueblo. Pero el hecho de que el gobierno esté encabezado por tiranos fanáticos religiosos no es suficiente para calificarlos como secuaces de tiranos fanáticos religiosos como Bush y su pandilla. El imperialismo yanqui quiere un gobierno títere, no uno que trate de regatear, chantajear o armar líos a sus amos imperialistas. Quieren obediencia al dominio imperialista, incondicional, inmediata y activa. Piensan que pueden lograr esto restaurando la retrógrada dinastía feudal del sha. Por eso, los funcionarios yanquis hablan de regresar al hijo del viejo sha para que sea el mejor lacayo del imperialismo yanqui y reemplace a Khamenei y Katami. Ese es su "cambio de gobierno" en Irán.
Ante la creciente presión del imperialismo yanqui, el gobierno iraní se ha mostrado más y más sumiso. El gobierno no puede resistir ante el imperialismo estadounidense uniendo al país contra el amenazante enemigo. No sería posible resistir al imperialismo buscando tratos con el imperialismo. Solo se puede hacerlo democratizando al país y poniendo el Poder en manos del pueblo. Pero el carácter de clase del gobierno teocrático de este país semifeudal y semicolonial no permite que el pueblo tenga el poder político. El pueblo del siglo 21 se ve obligado a aceptar un gobierno teocrático medieval. Las mujeres, la mitad de la población, están severamente oprimidas bajo las brutales leyes islámicas. La economía nacional ha sido subyugada por el imperialismo. El pueblo está privado de todo derecho político, económico y social. Estados Unidos quiere aprovecharse de esta frágil situación política para sus propios propósitos reaccionarios, no para emancipar al pueblo sino para oprimirlo aún más.
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