Obrero Revolucionario #1206, 6 de julio, 2003, posted at rwor.org
"Los artistas empiezan a darse cuenta que tienen el deber de expresarse sobre lo que realmente importa, porque así se vuelve realidad".
Saul Williams
"El problema es que después de conocer, uno no puede desconocer. Cuando uno conoce la verdad, el mantenerse callado, el no decir nada, es una acción política tanto como el protestar. No hay inocencia. De un modo u otro, uno es responsable".
Arundhati Roy
Ya antes de surgir el histórico movimiento mundial de resistencia a la injusta guerra yanqui contra Irak, muchos artistas y figuras prominentes expresaron oposición (muchos desde muy temprano), y así inspiraron y hablaron por millones de personas.
La oposición pública de gente conocida creó espacio para la resistencia y fue el precursor del rechazo masivo que se manifestaría. Se desarrolló una estimulante dinámica entre las masas y los artistas, y muchos adoptaron el papel de tribunos del pueblo.
Se pronunciaban y hacían arte. Miles de artistas y figuras prominentes firmaron comunicados de prensa, hablaron en manifestaciones, escribieron artículos y editoriales, salieron en comerciales, debatieron con los derechistas recalcitrantes de la tele, y aprovecharon toda oportunidad para decir a millones que se oponían a la guerra y apoyaban la resistencia.
Les cayó una pesada represión, como la famosa advertencia del secretario de prensa del presidente Bush de que "hay que cuidar lo que se dice". Criticar el gobierno y oponerse a la guerra se consideraba una actitud "antiamericana". Se decía que al artista célebre no le incumbe ocuparse de asuntos de la sociedad ya que solo sabe de farándula.
Justo antes de la guerra, Martin Sheen escribió: "Si bien mi opinión no vale más por ser la de un actor, tampoco por eso carece de importancia".
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"Sus acciones tuvieron repercusiones entonces y probablemente ahora tendrán más".
Liza Porteus (Fox News)
Sopla un viento cortante en Estados Unidos hoy. Fácilmente tildan de enemigo del estado a un artista con gran público, que lo quiere por su creatividad, sinceridad, imaginación e integridad. No pasa inadvertido por el público cuando un artista se dedica sinceramente a ellos, se esfuerza por crear arte de calidad y brega con su efecto e influencia.
Continúa el debate en la sociedad en general y entre los mismos artistas. Durante la reciente gira de las Dixie Chicks --para la cual se agotaron los boletos-- salieron en playeras con el mensaje F U T K, que es una burla de Toby Keith, cuya canción pro-guerra promovió la burguesía. Madonna, obligada a cancelar su video "Vida americana" (American Life) que ridiculizaba a Bush, la guerra y la cultura estadounidense de consumo, señaló la ironía de que Estados Unidos dizque lucha por la democracia en todo el mundo pero "en última instancia no practica la democracia aquí. Porque si uno tiene algo que decir contra la guerra o el presidente, lo castigan". Sean Pean nunca pidió disculpas por viajar a Irak tres meses antes de la invasión. Al contrario, pagó un desplegado de plana entera en el New York Times y defendió su viaje y su derecho a criticar al gobierno.
Harry Belafonte, uno de los cantantes de más éxito de la historia, se metió en una acalorada guerra de palabras con Colin Powell porque lo describió como un "House Negro" (esclavo de confianza). Hace poco leyó una declaración de Mumia Abu-Jamal en la conmemoración de los 50 años de la ejecución de Julius y Ethel Rosenburg, las últimas personas ajusticiadas por sus creencias y afiliaciones políticas. En las notas del programa hay una cita de Belafonte: "El papel del arte no es solamente demostrar cómo es la vida sino cómo debe ser".
Eso concentra el debate sobre el papel social del arte y la responsabilidad del artista.
En este momento urge crear una imponente resistencia para hacer retroceder la represión del gobierno y su avance hacia un estado policial. Necesitamos desencadenar toda la creatividad e imaginación colectiva de millones, y los artistas nos pueden dar espacio y aire para eso.
El arte grandioso, del medio que sea, transporta a un lugar nuevo y abre espacio para los sueños. Hace volar la imaginación, y hasta nos hace ver y sentir lo que quizá no pueda existir en el mundo material. Siendo el arte y la cultura fenómenos sociales, no se pueden entender en lo abstracto ni en el vacío. Una cultura de resistencia ayuda a establecer distintos valores y una nueva moralidad, eleva la vista y abre nuevos espacios. Eso urge ahora mismo .
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"El arte no solo ejerce una tremenda influencia en la política, también hay una enconada lucha en la esfera del arte sobre qué se producirá, qué se apoyará, y la burguesía, la clase dominante, tiene muchas formas diferentes de controlar el arte. De hecho, en la actualidad en Estados Unidos, prefieren hacerlo sin tener que mostrar la mano dura, cuando es posible. Prefieren hacerlo dando la apariencia de pluralismo, lo mismo que fingen tenerlo en la esfera política dando a entender que nuestro arte no tiene carácter político, no tiene carácter de clase, solo diferentes puntos de vista que expresan las diferentes maneras que tiene la gente de ver el mundo".
Bob Avakian, "Arte y política", 28 enero de 1983
Últimamente se ha demostrado que ese pluralismo democrático es pura fachada, al caer la mano dura del estado sobre los disidentes. Si uno analiza lo que dicen las autoridades, se da cuenta de que no se quejan del hecho de que los artistas se expresan políticamente sino de lo que dicen.
En los ataques contra los artistas se repiten varios temas. Desacreditan su derecho a hablar diciendo básicamente que son ignorantes y no saben nada de lo que hablan. Insinúan que deben cerrar la boca y quedarse en Hollywood. Muchos de los comentaristas derechistas dan a entender que es arrogancia que los artistas que, viviendo en el lujo, prediquen a las masas. A ver, ¿quiénes son los arrogantes? ¡Derechistas como el personaje de la tele Bill O'Reilly ganan millones de dólares por echar mentiras, manipular las noticias y atacar a los disidentes, sin saber nada del mundo!
También atacan a los artistas diciendo que no se debe criticar al gobierno ni al presidente durante "un tiempo de crisis", y constantemente hablan de "traidores" y "traición".
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"La magia del arte es que nos permite alcanzar lo que todavía no se puede lograr en la esfera de las relaciones sociales concretas. Nos permite plasmar nuestros sueños en forma de obras artísticas, lo cual contribuye a sentar la base para las transformaciones sociales fundamentales que nos proponemos".
Ardea Skybreak
Los artistas que apoyan a la oposición y expresan alternativas a la realidad actual son un polo de atracción para la juventud. El gran artista eleva lo que la gente ya sabe y la transporta a lugares que no conocía o que solo veía desde un punto de vista más estrecho. Es revelador ver la realidad patas arriba o invertida.
No quiero decir que solamente los artistas pueden efectuar cambios; eso sería completamente contrario a nuestro análisis revolucionario del papel del arte. Las masas del mundo, que son casi seis mil millones, son las que hacen historia. Pero sí se necesita el arte para que las masas cambien el mundo.
El arte nutre la vida, y ejerce una tremenda influencia en nuestro punto de vista, perspectiva y capacidad de soñar. Nunca subestimemos el papel del arte en la formación de los miembros de una sociedad; es el alma y sustento del que dependemos. Juega ese papel social objetivamente, tanto en tu vida como en la mía.
La clase dominante y sus fanáticos portavoces trabajan las 24 horas para mantener a los estadounidenses en un estado de ignorancia del resto del mundo. La "guerra contra el terrorismo" es una nueva barrera que levantan entre las masas de este país y las del mundo.
Necesitamos arte que ilustre la humanidad de la gente que vive al otro lado de los mares y fronteras; que nutra el espíritu rebelde y crítico; que nos dé valor para levantarnos. Es esencial para desarrollar una cultura de resistencia y crear un pueblo revolucionario capaz de confrontar esta ola represiva. Eso es lo que necesitamos. Precisamente ahora que el gobierno exige la lealtad de millones de personas e intenta intimidar a los artistas opositores y las voces de conciencia, necesitamos más que nunca obras audaces y osadas, que nos den nueva perspectiva e inspiración sobre lo que ha sido, lo que es... y lo que puede ser.
La cultura de resistencia tiene que crecer y profundizarse mucho más. También hay que defender a los artistas cuando las autoridades los atacan; es la responsabilidad del pueblo hacia el artista.
No se puede exagerar la urgencia del momento. Urge que muchos artistas del pueblo se sumen a los que se han declarado. El aparato represivo del estado, su cultura de espías de vecindad y su chovinismo de América Número Uno, nada de eso está grabado en piedra... todavía. Aplastar al que se les ponga en el camino no va a ser nada fácil para la clase dominante. De hecho, sus intentos de reglamentar el arte y la cultura les puede salir como el tiro por la culata, y hacer que florezca y se extienda una increíble cultura de resistencia.
Nota del autor(a):
En este artículo examiné dos actividades distintas pero relacionadas: primero, el proceso de creación, en que la responsabilidad más importante del artista es hacer arte; segundo, las posiciones políticas que asume cuando se expresa sobre cuestiones sociales.
Exploraré más estos y otros temas semejantes pronto en el OR. Trataré la creación de arte revolucionario para el pueblo y también la cuestión de generar y educar conscientemente los artistas revolucionarios, especialmente de la nueva generación. Esta tarea no puede esperar a que surja una sociedad revolucionaria; hay que emprenderla desde ahora.
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