Obrero Revolucionario #1211, 24 de agosto, 2003, posted at rwor.org
A continuación, selecciones de cartas de lectores del OR tras las rejas:
Soldado cautivo
Saludos en nombre de la verdad y la justicia. He tenido la oportunidad de leer las joyas que trae su periódico. Siempre es un placer leer lo que "los de arriba" no quieren que leamos.
Soy un revolucionario auténtico en los tres sentidos: mental, física y espiritualmente. Me tienen encerrado tras estos muros, compuertas y barras desde hace 12 años. Tengo 27 años. Así es, desde que tenía 14 años los babilonios me han expuesto a esta porquería de injusticia. No es nada nuevo, pero no he contado con los recursos para estudiar y concientizarme. Mis recursos al otro lado de estos muros son escasos, pero les agradecería mucho si me pudieran enviar el Obrero Revolucionario , algunos libros y el Borrador del Programa.
Les quiero contar cómo nos tratan a los soldados cautivos. Me tienen en una unidad aislada por luchar por mis creencias rastafari. Estos tipos querían que me cortara las trenzas por una supuesta medida pendeja de seguridad, y mandaron un escuadrón de cinco guardias a esposarme a la camilla, darme una paliza y cortarme el pelo, sabiendo que para mí era una profanación de mis creencias.
Después de maltratarme me metieron de nuevo a la celda manchada con excremento y pelo, una porquería. Me acusaron de infracciones y me mandaron a otra prisión, porque sabían que iba a entablar una demanda. Pero sigo luchando. Me tienen aislado desde el 1§ de octubre de 2002, porque no me rajé. Yo seguiré luchando por la verdad y el derecho aunque esté solo. Pues miren, ya es hora del correo. Les agradezco su atención y por decir la verdad. Uhuru.
Amor revolucionario,
XXX
"La validez de nuestra filosofía"
Saludos progresistas, camaradas:
Estoy a punto de que me saquen de la unidad de seguridad (SHU) y me reintegren a la población general de presos. Llevo 22 meses aquí. Ha sido un gran obstáculo para mis posibilidades de salir, por no decir nada de los ya frágiles lazos que tenía en el mundo exterior. Además, confiscaron y destruyeron todas mis pertenencias... Todo eso por la falsa acusación de agresión. Una manada de guardias me esposaron por detrás y me agredieron.
Como bien saben, no es excepción a la regla. "El mismo cuento de siempre". O por un mal supuestamente no relacionado, aunque la pura verdad es que todo eso parte de la propiedad y distribución y de las relaciones de producción. Como tal, hay que enfrentarlo de esa manera.
Lo mismo corresponde para los que tengan la posibilidad de luchar contra las detenciones en masa. Lo primero es entender bien lo que es el sistema. Pues a eso voy para no alargar...
A veces pienso que el sistema es demasiado fuerte: arrolló a Afganistán, lanzó una guerra doméstica, destruyó otra vez a Irak. Pero nunca cerraron las puertas de la prisión. A los oprimidos los oprimen más. Lo peor de todo es que nada cambia.
Sin embargo, se ve que hay preocupación, no todos toleran el derecho del imperio y empiezan a cuestionar cómo presentan los hechos. Además, y esto es muy importante, empiezan a darse cuenta de que hay dos lados: "nosotros" y "ellos".
Pues, como ustedes dicen, por lo general no creamos la situación, pero tenemos que exprimirle lo máximo y convertirla en algo favorable para nosotros. Pues aquí estamos de nuevo, ¿no? En la nueva situación de la que Avakian habla, de que tras el 11 de septiembre los imperialistas volvieron a barajar las cartas. No son sus palabras exactas, pero así es. El materialismo dialéctico no se desmoronó con las torres gemelas, ni con las dos invasiones...
Yo sé que nuestro movimiento contra la guerra no fracasó, a pesar de que el monstruo atacó a Irak. Nuestra lucha contra el monstruo no empezó el 11 de septiembre. Como ustedes dicen, tenemos que parar al monstruo de guerra y represión y hacer la revolución, y por tanto nuestra orientación y punto de vista debe tener esos fines.
Además, no es solo cuestión de parar la matanza en el Medio Oriente y hacer la revolución, sino de parar al monstruo en seco y hacer la revolución.
Así que aunque hay cambios, aunque el movimiento contra la guerra no pudo impedir la invasión, eso no invalida nuestra filosofía.
Hay que concientizar a la gente sobre lo que enfrentamos, sobre lo que hay que hacer para pararlo y unirse con todos los que sea posible unirse en la medida que estén dispuestos a hacerlo. Como dice Avakian, no es un tren exprés sin paradas que va directamente a la revolución.
Así que, más que nunca, nos corresponde ver las contradicciones y aspectos del proceso en su totalidad, y aferrarnos a la dialéctica.
Me sentí muy deprimido y hasta descorazonado ante el poderío del monstruo. Estas celdas de aislamiento me golpean por todos lados. Además, no hay mucha conciencia política aquí. No hay con quien hablar sobre dialéctica, imperialismo o capitalismo. Pero una cosa que siempre tuve presente es lo que ustedes dicen: ¿no vivimos para esto?
Yo hablo con la gente según su nivel de comprensión. Ningún preso negro está a favor de la guerra. Uno de la Raza sí apoya la guerra, pero ya no dice nada porque los demás se burlan de él. Lo que sí hago constantemente, pues siempre hay quien escucha, es hacerles ver que estos monstruos hacen la guerra no solo en el Medio Oriente, sino en todo el mundo: África, México, Asia, etc., y por supuesto, aquí mismo.
También procuro que entiendan que es un sistema específico y que lo económico tiene mucho que ver.
No puedo hablar del proletariado, el capitalismo y la producción de mercancías, pues la mayoría de los negros están aburridos de eso y los de la Raza también. Muchos de los blancos están metidos en filosofías despistadas y no alcanzan a comprender. La Raza está muy metida en el gangsterismo y ese es otro obstáculo enorme. Los negros tienen la tendencia a no ver más allá de los asuntos entre negros y blancos.
Da gusto saber que afuera muchos echan por la borda esas diferencias y enfrentan la opresión unidos.
Tenía que darle un vistazo a todo esto, y ya está echo. Me gustó mucho el artículo "El reto de hoy: Tenemos que parar esta guerra", ¿? especialmente el interrogante que plantea y contesta: ¿Han tenido impacto las protestas? Sí, y el movimiento contra la guerra no ha desaparecido y puede y debe fortalecerse.
Pues, no hay tiempo para más, cuídense y caminen con paso firme.
En la lucha,
XXX
P.D. Se me había olvidado decir que me encantó el libro de Ardea Skybreak. ¡Está bien hecho! Gracias por todo, ya les escribiré de nuevo, no quería olvidarme de eso.
Amor y lealtad,
XXX
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