Obrero Revolucionario #1212, 14 de septiembre, 2003, posted at rwor.org
"Alguien debió de haber calumniado a Joseph K., porque, sin haber hecho nada malo, una mañana fue detenido".
Franz Kafka, El proceso
"A partir de junio de 2002, he viajado en varias aerolíneas y, en cada ocasión, por poco no me puedo subir al avión porque los empleados de la aerolínea y el personal de seguridad me dijeron que estoy en la lista de los que `no pueden viajar'. En cada ocasión, me avergonzaron y me humillaron, me interrogaron, llamaron al supervisor y a los inspectores de seguridad hasta que al final creyeron que soy quien soy: un profesor de inglés, canoso, de 71 años y nacido en Estados Unidos".
de una carta a la Administración de Seguridad de Transporte (AST)
"¡Imagínense! Que lo paren a uno y lo interroguen por más de una hora y casi perder el avión porque el apellido `Quinn' estaba en la computadora?"
de una carta al congresista de parte de un piloto, ciudadano estadounidense, que tiene un apellido paquistaní muy común
"He pasado por muchísimas inspecciones de seguridad para creer que sean `al azar'. Es hostigamiento. Soy una abuela blanca de 61 años y una ciudadana respetuosa de la ley".
de una carta a la AST
Asif Iqbal, un asesor de empresa de Rochester, Nueva York, debe pedir autorización del FBI cada lunes y jueves, cuando hace viajes de negocios a Syracuse. No puede hacer borrar su nombre de una lista de vigilancia oficial porque es igual al de un presunto terrorista. No importa que Asif Iqbal de Rochester es ocho años mayor que su tocayo "terrorista"; o que este ha estado preso en la base naval estadounidense en Guantánamo, Cuba, desde enero de 2002, cuando lo capturaron en Afganistán.
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Muchos pasajeros de avión sufren humillaciones como estas debido a las listas que el gobierno generó a raíz del 11 de septiembre. Hace poco, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) y el Centro de Información sobre Privacidad Electrónica (EPIC) recibieron confirmación de que han parado e interrogado a miles de pasajeros porque figuran en dichas listas.
No se sabe la cantidad exacta porque el gobierno no lleva la cuenta. "No hay motivo apremiante para hacerlo", dice. Sin embargo, un memorando de la AST dice que cada día recibe unas 30 llamadas -- casi 11,000 llamadas al año -- sobre personas interrogadas porque estaban en esas listas.
Una nota interna de la AST, fechada 16 de octubre de 2002, dice: "La lista de vigilancia de la FAA/AST ha crecido casi a diario".
La ACLU solicitó información sobre las listas a la AST al amparo de la Ley de Libertad de Información porque han sido algo muy secreto.
Las listas tienen algo kafkiano: son parte de una burocracia confusa, hermética y represiva. Hasta hace un año el gobierno afirmaba que no existía ninguna lista y todavía hoy no confirma ni niega los nombres inscritos. Mantiene en secreto los criterios para poner a una persona en la lista y no especifica cómo puede borrar su nombre.
Decenas de cartas se quejan de que es imposible borrar un nombre de la lista. Una persona dijo que los funcionarios del gobierno le sugirieron que ¡cambiara de nombre!
Tener autorización oficial para otras cosas no ayuda. La compañía Syracuse Research le escribió al congresista James T. Walsh a favor de un empleado, que tiene "autorización para enterarse de asuntos secretos de alta seguridad" y viaja de Syracuse a Washington, D.C. "para hacer negocios en el Pentágono". El señor pasa muchas dificultades al viajar en avión porque tiene el mismo apellido y año de nacimiento que una persona que está en la lista de vigilancia. A pesar de escribir dos cartas a la AST, en mayo y en septiembre de 2002, los abogados no han recibido respuesta.
La AST se creó el año pasado y se integrará al Departamento de Seguridad de la Patria. Está a cargo de todos los medios de transporte comerciales y ha recibido millones de dólares para comprar la tecnología más avanzada para inspeccionar equipaje y pasajeros.
Ahora hay un director federal de seguridad en los grandes aeropuertos, y todos los que examinan el equipaje y los pasajeros son empleados federales. La AST quiere tener 29,000 inspectores y está reclutando empleados del FBI y la Patrulla Fronteriza. El periódico Washington Post informó que la Patrulla Fronteriza "calcula que durante el año fiscal el 20% de sus empleados se irá a la AST".
En realidad, hay dos listas. Cuando un nombre aparece en la primera lista (de gente que "no puede viajar por avión"), el vendedor de pasajes debe llamar a la policía. Si está en la otra lista (de gente "seleccionada"), el vendedor de pasajes debe marcar el pase de abordar con una "S" para que lo inspeccionen cuidadosamente.
La ACLU dice que una lista de vigilancia del aeropuerto de Oakland tiene 88 páginas. La policía ha interrogado a 24 personas en Oakland y a 339 personas en el aeropuerto de San Francisco. No detuvo a ningún delincuente buscado.
La AST tachó los criterios para poner un nombre en cada lista, las dependencias que proporcionaron nombres y la cantidad de personas de la lista. De hecho, la mayoría de las hojas llegaron tachadas casi por completo.
Jayashi Srikantiah, un abogado de la ACLU del norte de California, dijo: "En esencia, el gobierno está diciendo que `No les daremos ni siquiera información básica sobre la lista, pese a que ha llevado a parar e interrogar a tal vez miles de estadounidenses inocentes'".
Parece que dos criterios para caer en las listas son las actividades políticas o la nacionalidad. Precisamente, la ACLU solicitó la información sobre las listas a la AST porque pararon a dos reporteros del periódico antibélico War Times. Hay muchos incidentes similares, por ejemplo:
ú A Virgine Lawinger, una monja de Milwaukee que trabaja con el grupo Acción pro Paz, y a 20 estudiantes no les permitieron subir al avión para viajar a Washington, D.C., a protestar contra la ayuda militar al gobierno de Colombia.
ú En numerosas ocasiones, a un abogado constitucional izquierdista lo han desnudado y registrado.
ú El Servicio Secreto detuvo a Doug Stuber, miembro del Partido Verde, en el aeropuerto y lo interrogó sobre sus ideas políticas. Le tomaron las huellas digitales y le escanearon la pupila. En una entrevista de la revista Salon , Stuber dijo que le pareció muy siniestra una carpeta que tenían los agentes: "Estaba abierta y la miré de reojo mientras me interrogaban. Tenía una larga lista de organizaciones, como el Partido Verde, Greenpeace, Earth First! y Amnistía Internacional".
ú Elaine Cassel, una abogada que escribe sobre los ataques a las libertades civiles, comentó en Counterpunch que la registran cada vez que viaja en avión.
Asimismo, la práctica de singularizar a los árabes en los aeropuertos se ha vuelto muy común. En junio de 2002, el comité contra la Discriminación de los Árabes (ADC) entabló una demanda contra tres aerolíneas porque sacaron del avión a cinco árabes puramente por su nacionalidad. El Comité informó que en seis meses ha recibido más de 60 quejas de incidentes similares.
El gobierno aplaude esa discriminación. El congresista republicano John Cooksey dijo por radio en Luisiana: "Si viene un tipo con un pañal en la cabeza amarrado con una banda de ventilador, pues a ese tipo hay que pararlo". Mejor sería que el pañal cubriera la boca del congresista.
Reconociendo que la inspección de viajeros actualmente es un poco torpe, la AST está creando un sistema nuevo, llamado CAPPS II (en español, Programa de Inspección de Viajeros con Asistencia Computarizada). Ha divulgado pocos detalles sobre el programa.
En enero de 2003, la AST anunció que creará una base de datos, llamada Archivos de Inspección para la Seguridad Aérea, como parte del CAPPS. Tomará información de las aerolíneas sobre los pasajeros y la ligará con datos de informes de crédito, compras con tarjeta de crédito, arrestos, expedientes del FBI, historia de empleo, multas y accidentes de tráfico, etc. Antes esa información era privada y el gobierno no la podía conseguir sin una orden de cateo y causa probable.
Con esa información, CAPPS usará una fórmula para determinar el grado de peligro de cada pasajero. Cada uno recibirá un código: verde para los que no representan riesgo, amarillo para los que requieren una mayor inspección y rojo para los que "no pueden viajar por avión".
El abogado de EPIC, David Sobel, advirtió que mucha información de la base de datos (como los informes de crédito) no será fidedigna y dijo: "Veremos un aumento gigantesco de la cantidad de personas que se toparán con estos problemas".
La AST dice que su propósito es "garantizar la libertad de movimiento", pero en realidad es vigilar y controlar el movimiento de la población. Esperan que aceptemos y nos traguemos tales sistemas avanzados de discriminación como algo necesario para la "seguridad" y la "lucha contra el terrorismo". En realidad, se trata de un ataque enorme contra las libertades civiles que nos dejará más vulnerables ante el mayor terrorista del mundo: el gobierno de Estados Unidos.
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