California: Voto de destitución
De nuestro corresponsal en San Francisco
Obrero Revolucionario #1214, 5 de octubre, 2003, posted at rwor.org
El voto de destitución programado para el 7 de octubre decidirá si Gray Davis sigue como gobernador de California o si lo reemplaza uno de 135 candidatos, entre ellos el favorito Arnold Schwarzenegger (conocido actor de la película The Terminator ); Gallagher, un cómico que machuca sandías; y el editor de la revista Hustler , Larry Flint.
La campaña electoral parece un circo y le ha dado mucho de qué hablar a los humoristas de la tele. Pero bajo la carpa del circo se esconde una siniestra pugna de poder. Gray Davis la comparó con el intento de destituir a Clinton en 1998; dijo que se trata de una "conspiración de la derecha", ¡y tiene razón!
En noviembre de 2002, Davis fue reelegido gobernador por un amplio margen. Pero apenas 100 días después, empezó una campaña para destituirlo supuestamente porque mintió en la campaña electoral acerca del déficit presupuestario e hizo falsas promesas de no aumentar los impuestos. Además, no manejó bien la crisis de energía del estado.
Si a los políticos los corrieran por hacer promesas falsas, ¡ya habrían corrido a George W. (con su déficit de $400/$500 mil millones para 2004) o a Bush padre ("escúchenme bien, no voy a aumentar los impuestos")!
Ciertamente, California tiene graves problemas económicos --un enorme déficit de $30 mil millones y una tasa de desempleo muy alta-- y sufrió una crisis de energía. En este artículo no haremos un análisis a fondo de la economía del estado, pero cabe destacar que Texas y Nueva York (dos estados con gobernadores republicanos) tienen problemas presupuestarios muy parecidos a California.
Además, es el colmo de la hipocresía echarle la culpa a Davis por la crisis de energía. Los demócratas y los republicanos aprobaron unánimemente la desreglamentación del mercado de energía en California que llevó a la crisis. Con toda seguridad, los que quieren destituir a Davis no van a mencionar las reuniones secretas del vicepresidente Dick Cheney y altos ejecutivos de la industria de energéticos para formular la política nacional de energía. Y la Comisión Federal Reguladora de Energía, controlada por Bush, decidió que las compañías que crearon la escasez artificial de energía no tenían que compensar a California. (Vea "¿Quién apagó la luz en California?: La locura del mercado libre y la crisis de electricidad", OR No. 1089, 4 de febrero, 2001).
¿Quién inició el voto de destitución? Un grupo de extrema derecha llamado "People's Advocate", que inició la Proposición 13 ("una rebelión de los contribuyentes") en los años 70 y ha apoyado otras iniciativas electorales reaccionarias (por ejemplo, que el inglés sea el idioma oficial de California y largas sentencias penales).
El referendo contra Davis cobró fuerza cuando Darrell Issa, un republicano multimillionario derechista de San Diego, donó $1.7 millones. (Issa inventó la alarma para los autos, esa que suena sin motivo aparente cuando vas caminando cerca del auto; es la voz de Issa la que dice, ¡aguas, cabrón!). Iba a postularse pero se retiró cuando Schwarzenegger entró a la contienda.
La constitución de California permite proponer una iniciativa electoral o un voto de destitución si se consigue una buena cantidad de firmas. Las iniciativas electorales han jugado un papel importante en la política del estado en los últimos 25 años. Muchos creen que le dan cabida a la voz popular en el sistema político, pero en realidad se necesita muchísimo dinero para recoger las firmas y hacer los trámites necesarios; en general las iniciativas electorales han beneficiado a la estructura de poder pues le permiten proponer medidas reaccionarias y decir que son la "voluntad del pueblo". En cambio, cuando se han aprobado iniciativas progresistas, como legalizar la marihuana para uso medicinal o reducir la prima del seguro del auto, las cortes han pisoteado el voto popular.
El mecanismo del voto de destitución se adoptó en 1911, pero jamás se ha usado hasta ahora. En el fondo, el referendo contra Davis, así como el intento de destituir al presidente Bill Clinton, representa un cambio de las reglas del juego político por parte de la clase dominante.
En realidad, el proyecto político de Davis no ha sido nada progresista. Antes lo llamaban demócrata conservador (a favor de la pena de muerte, de construir prisiones), pero ahora los presentadores derechistas de la radio y la tele le dicen el "rojo" Davis.
California es el estado que más gasta en prisiones y el número 41 en gastos de educación. Ha construido 23 prisiones desde 1980 y solamente una universidad. El presupuesto de Davis les pagará $73,000 al año a los guardias de los penales en 2006. Por principio, no ha autorizado la libertad condicional a ningún condenado de homicidio, incluso a mujeres que han purgado largas condenas por matar al compañero que las golpeaba; sigue mandando a los condenados a muerte a la cámara de gas.
Davis ha recortado los gastos del gobierno, especialmente los programas que ayudan a los pobres. La educación primaria y secundaria perderá $2 mil millones en nuevo presupuesto y se calcula que despedirán a 3,000 maestros. Ha recortado fondos para el cuidado infantil. Las universidades estatales tendrán que aumentar las colegiaturas en un 25 a 30%, lo cual cierra la puerta a miles de estudiantes. De igual modo, las universidades comunitarias han tenido que hacer recortes drásticos y aumentar las colegiaturas más del 60%. Propone grandes recortes a los servicios de salud y quitar el MediCal (seguro de salud) a muchos pobres.
¿Cómo es que a Davis lo tachan de "izquierdista"?
Para captar lo que pasa en California hay que ver el panorama nacional y las elecciones de 2004.
La clase dominante se ha embarcado en una "guerra contra el terrorismo" en todo el globo y quiere reconfigurar las relaciones internacionales, empezando con una estrategia muy agresiva de control más directo del Medio Oriente (con su gran riqueza petrolera) y el sur de Asia. Eso implica grandes peligros, como vemos ahora en Irak. El ala Los demócrata de la clase dominante ha sido totalmente servil al programa de Bush, pero se prepara para jugar el papel de oposición leal en caso de que encuentre grandes problemas. Por su parte, la administración Bush se ve en la necesidad de crear un ambiente de intolerancia incluso hacia la oposición leal. De ahí la consigna que viene imponiendo cada vez más, tanto en la política nacional como la internacional: "O están con nosotros o están en contra".
En cierto sentido, California no está marchando al compás de la "nueva América". En San Francisco, por ejemplo, en los autos se ven muchas más calcomanías contra la guerra que de la bandera nacional. Grandes protestas paralizaron la ciudad al comienzo de la guerra y fueron un toque de clarín para todo el mundo.
Con el voto de destitución buscan apretarle las riendas a la "costa izquierdista" para que se someta más al programa de Bush. La estrategia es apelar a los intereses estrechos de la clase media y a las tendencias "libertarias" de sectores conservadores sobre el "gran gobierno burocrático", los impuestos, la delincuencia y el "problema" de la inmigración.
Los candidatos republicanos prometen reducir impuestos y recortar gastos. En realidad, eso implica una guerra total contra los pobres, la educación, el sistema de salud y el ambiente. Por ejemplo, hace poco propusieron posponer el kinder para 100,000 niños y quitarles el seguro de salud a 400,000 niños.
En sus últimos escritos, el presidente del PCR, Bob Avakian, señala que el problema del "gran gobierno burocrático" y la situación del "contribuyente" lo aprovechan con fines racistas y reaccionarios:
"¿Cuál es el problema con un gran gobierno burocrático, lo que llaman `big government'? Desde la perspectiva del proletariado consciente de clase, sí existe un gran problema: esa gran `burocracia' es una gran dictadura de la burguesía, que representa los intereses del imperialismo y jode al pueblo, incluso en muchos casos a las capas medias. Pero nuevamente vemos que los demagogos de la derecha tergiversan la verdad y la entretejen con mentiras, prejuicios e ideas reaccionarias y atrasadas que se dan espontáneamente en ciertos sectores, especialmente las capas medias. Por ejemplo, atacan al gobierno por medidas como la acción afirmativa y los servicios sociales a los pobres y la clase trabajadora (subsidios de seguro social, etc.). Y plantean el icono del `contribuyente'; dicen que `todo corre a cuenta del contribuyente', que es el que paga. Tenemos que combatir esa idea del `contribuyente'". ("Ser sumamente razonables... y totalmente osados: Hablar y escribir con las masas en mente", Bob Avakian, OR No. 1176, 24 de noviembre, 2002).
Con el voto de destitución también han atizado racismo e histeria contra los inmigrantes, atacando a Davis por firmar una ley (que vetó antes) que permite que los indocumentados obtengan licencia de conducir. Lo acusan de "coquetear con los inmigrantes" y otros absurdos; dicen que los indocumentados aprovecharán la ley para votar y que dará pie a que los terroristas se infiltren en el estado. De igual modo, atacan al vicegobernador Cruz Bustamante, el principal candidato demócrata, porque de universitario militó en MEChA, un grupo estudiantil chicano moderado, ¡que han tachado de racista, comparándolo con el KKK (organización supremacista blanca)!
"Sería una exageración decir que [la elección del 2000] se trata de un golpe de estado, pero es correcto e importante señalar que la situación tiene aspectos muy marcados de un `golpe en marcha'; es decir, ciertas fuerzas estrechamente ligadas con los altos niveles de las fuerzas militares están acaparando más y más poder...".
Bob Avakian, "Los grandes retos de la nueva situación", OR No. 1143, 17 de marzo, 2002
"Parece que los republicanos son capaces de cualquier cosa con tal de triunfar en las urnas... ¡menos obtener la mayoría de los votos!".
El cómico Bill Maher
Más que nada los republicanos esperan que la destitución de Davis prepare el terreno para una victoria arrolladora de Bush en las elecciones de 2004, una victoria que Bush necesita como una especie de autorización para la "guerra contra el terrorismo" y para la cual le conviene tener un gobernador republicano en California que le sirva el estado en bandeja de plata, como hizo Jeb Bush en Florida en el 2000.
Oficialmente, la Casa Blanca no se ha metido al referendo contra Davis, ¿pero acaso se quedará de brazos cruzados ante una contienda que podrá ser determinante para las elecciones del 2004?
Un artículo del website BuzzFlash señala que la Casa Blanca juega un papel importante tras bambolinas:
Karl Rove, el principal estratega republicano de la Casa Blanca, se reunió con Schwarzenegger en abril del presente.
El secretario de prensa de Laura Bush ayudó a un candidato republicano a planear su campaña para la contienda en California.
Gerry Parsky, el asesor de Bush de más peso en California, está dando asesoría a los candidatos republicanos.
Mindy Tucker, vocera de Bush en la contienda electoral de 2000 y actual estratega de la campaña de Bush, está elaborando la estrategia republicana para el referendo contra Davis.
Los sucesos de California no son un caso aislado:
En 1998, intentaron destituir al presidente Bill Clinton por "altos crímenes" a raíz del escándalo de Monica Lewinsky.
En 2000, tras los problemas en Florida con las balotas de perforación, las elecciones presidenciales se decidieron por un voto de la Suprema Corte. Cuando en Florida estaban contando los votos disputados, una chusma (empleados del Partido Republicano y asesores de congresistas republicanos) tumbó la puerta e hizo que dejaran de contar. Además, invalidaron muchos votos de negros y utilizaron una serie de tácticas sucias para impedir que los negros votaran.
Hace unos meses, el líder mayoritario de la Cámara de Representantes, Tom DeLay, y otros republicanos mandaron reconfigurar los distritos electorales de Texas para que la mayoría sean republicanos. (Tradicionalmente se reconfiguran cada diez años de acuerdo al censo, y en Texas lo hicieron tras el censo del 2000).
"Jamás se ha visto el uso del poder a este extremo, en esta magnitud, para cambiar toda la estructura de la política", le dijo al San Francisco Chronicle Allan Lichtman, profesor de historia de American University. "Es un esfuerzo concentrado de aumentar las mayorías republicanas en estados clave a lo largo y ancho del país".
Un editorial de la revista Governing (cuyos 60,000 lectores son funcionarios del gobierno) titulado "Los republicanos se portan mal" documenta varias fechorías y comenta que "al parecer el mal comportamiento" se debe a "un rencor desenfrenado ante la posibilidad de que el partido adversario tenga algún poder".
Hace poco un artículo de Salon.com informó sobre la Convención Bienal de Universitarios Republicanos en Washington, D.C., donde un tema importante fue que la oposición demócrata es ilegítima.
"Como conservadores compartimos ciertos valores que no comparten los liberales", dijo el republicano Paul Erickson. "No odiamos a América... No se puede debatir ni discutir con alguien que en el fondo odia los valores de este país, pero no lo suficiente para dejarlo".
Asimismo, se instó a los jóvenes republicanos a luchar duro para prevenir que "vuelvan al poder el mal, los malos, los bolcheviques, los demócratas".
Salon informa que "la ecuación: el mal = comunista = demócrata fue un principio básico de la convención". Treason (Traición), el último libro de la autora conservadora Ann Coulter, gozaba de una popularidad enorme (según el libro, prácticamente todos los demócratas son traidores y debemos regresar a los "días de antaño" del macartismo), y se vendían como pan caliente camisetas, tazas, etc., que decían: "¡Que vuelvan las listas negras macartistas!".
En realidad, ¡los demócratas distan muchísimo de los comunistas!, pues quieren preservar a toda costa el orden establecido imperialista/capitalista. Que el Partido Republicano azuce a su base social diciendo que toda oposición a su proyecto es traición a la patria, muestra lo gruesos que son estos tiempos.
En una columna del New York Times (27 de junio) titulada "Toward One-Party Rule" (Hacia el gobierno de un solo partido), Paul Krugman documenta que el Partido Republicano está trabajando con grupos de presión a fin de crear una máquina política exclusiva. Afirma: "... la propuesta de privatizar Medicare, los volantes a favor de recortar impuestos que General Motors y Verizon enviaron a sus accionistas con los dividendos, los mítines a favor de la guerra organizados por estaciones de radio Clear Channel... son síntomas del surgimiento de una máquina política nacional sin precedentes que nos encamina al gobierno de un solo partido en América".
Según Krugman, están intimidando y amenazando a grupos de presión (y corporaciones) que quieren mantener relaciones con ambos partidos. "Si quieren entrar a nuestra revolución, nosotros ponemos las reglas", dijo el líder mayoritario de la Cámara de Representantes, Tom DeLay.
*****
El voto de destitución de California muestra el espantoso proyecto que domina la política oficial y los extremos a que llegarán los reaccionarios. ¡Que este episodio de la "democracia en acción" dé la voz de alarma y nos haga ver que necesitamos una nueva resistencia de millones que diga ¡NO! y deje claro que no toleraremos que castiguen a los pueblos del planeta con sus crueles planes imperiales!
Este artículo se puede encontrar en español e
inglés en La Neta del Obrero Revolucionario en:
rwor.org
Cartas: Box 3486, Merchandise Mart, Chicago, IL 60654
Teléfono: 773-227-4066 Fax: 773-227-4497