Obrero Revolucionario #1217, 26 de octubre, 2003, posted at rwor.org
El Comité de Apoyo a la Revolución en el Perú (CARP) nos envió este artículo:
Una de las secciones más dolorosas del informe de la Comisión es la que documenta el sinnúmero de torturas a las revolucionarias por militares y policías. Decenas de dolorosos testimonios personales describen los métodos de tortura, que incluían "la inserción de objetos extraños en la vagina o el ano, combinados con descargas eléctricas en los genitales o las mamas, violaciones sexuales a mujeres embarazadas y menores, y violación grupal". Estas prácticas eran tan comunes que los militares le dieron un nombre a la violación de una mujer con el barril de un fusil: "el largo". La Comisión concluye que la violencia sexual de parte de las fuerzas del estado fue una "práctica generalizada" que "puede haber alcanzado en determinadas provincias de Ayacucho, Huancavelica y Apurímac un carácter sistemático vinculado a la represión de la subversión".
Esta extrema violencia contra las revolucionarias es una expresión del odio por el pueblo que se levanta en una guerra popular. Revela el modo de pensar y la perversa moralidad de la contrainsurgencia.
Como se podía esperar, dada la naturaleza del informe, la Comisión también dice que el PCP violó los derechos de la mujer. Recoge 19 testimonios de abusos supuestamente cometidos por los insurgentes armados. Muchos de estos, en realidad, son testimonios de abusos del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), un grupo no relacionado con el PCP. La mayoría de los testimonios que acusan al PCP son de personas que dicen haber oído de algún abuso de parte de los revolucionarios.
En una sociedad en la que la mujer ha sido oprimida y despreciada por siglos, no debe sorprender que persistan ideas retrógradas con respecto a la mujer, aun en las filas de la revolución. Pero la acusación que hace la Comisión de que las medidas del PCP oprimen a la mujer es completamente falso e indignante.
Una de las características de la guerra popular que dirige el PCP es que ha luchado contra la opresión de la mujer, para lo cual ha movilizado a las masas a luchar contra toda forma de degradación de la mujer. En las bases de apoyo organizadas bajo la autoridad revolucionaria, la mujer tiene derecho a la tierra para ser económicamente independiente, tiene derecho al divorcio y a confrontar la violencia del esposo y, lo más importante, tiene voz en la revolución. La participación extraordinaria que ha tenido la mujer en esta guerra popular --como combatientes, dirigentes políticas y comandantes militares a todos los niveles-- es testimonio de la lucha del PCP por la auténtica liberación de la mujer.