Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar:

Afganistán: La "liberación" estadounidense de las mujeres = mayor opresión

Revolutionary Worker #1223, 21 de diciembre, 2003, posted at rwor.org

3 de noviembre de 2003. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. Poco después de la invasión yanqui de Afganistán, el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, declaró con hipocresía: "Los derechos de las mujeres afganistaníes no son negociables". Hoy por hoy, la vida para las mujeres en Afganistán demuestra que ésta no fue más que una mentira para justificar los crímenes que Estados Unidos estaba a punto de cometer.

La vida de las mujeres no ha mejorado con la invasión yanqui, ha empeorado. Este es uno de los peores períodos en la historia del país para las mujeres.

En octubre, Amnistía Internacional (AI) publicó un informe acerca de la violencia en contra de las mujeres en el país: "El riesgo de violación y asalto sexual por parte de miembros de los grupos armados y ex combatientes es todavía fuerte. Los matrimonios forzados, particularmente de niñas, y la violencia familiar, especialmente en contra de las mujeres, son muy comunes en muchas partes del país... Estos crímenes continúan ocurriendo con apoyo activo o complicidad pasiva de los agentes del gobierno, grupos armados, familias y comunidades".

Un estudio publicado en julio por la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) muestra un panorama similar: "El asalto sexual en contra de las mujeres, niñas y niños, es frecuente y casi nunca se denuncia. A plena luz del día, ocurren secuestros y asaltos sexuales contra las mujeres, niñas y niños frente a sus casas. En algunas partes, las niñas han sido secuestradas camino a la escuela. Las mujeres y niñas son violadas en sus casas, típicamente por la tarde o de noche durante robos a mano armada. Un ataque tuvo, aparentemente, la intención de silenciar a una mujer activista".

Después de la invasión de Afganistán y de la caída del Talibán, las mujeres a través del país pensaron que por lo menos iban a poder tener una libertad limitada. Pensaron que por lo menos podrían aflojar un poco el velo islámico si así lo querían, o descubrirse la cabeza y dejar la casa para ir al trabajo o a la escuela. Esperaban poder tomar parte en las actividades sociales y políticas de la sociedad. Pero, una nueva y espantosa situación les esperaba.

Puede que el velo islámico no sea obligatorio por ley, pero ninguna mujer puede salir sin él. La burka de cuerpo entero de la época del Talibán es generalmente común y en la mayoría de los casos, las mujeres tienen que usar una burka para protegerse de insultos o violaciones. Los lemas en los muros a través de Kabul advierten a las mujeres que sólo deben aparecer en público cuando estén completamente cubiertas o de lo contrario enfrentarán las consecuencias. Como un trabajador de una organización no gubernamental dijo: "Durante la época del Talibán, si una mujer iba al mercado y mostraba un poco de piel, era azotada; ahora es violada" (informe de AI).

En la ciudad de Jalalabad y la provincia de Loghman, los funcionarios del gobierno amenazan con golpear o matar a las mujeres que no se pongan una burka. Muchas mujeres, especialmente en el campo, prefieren quedarse en casa que correr el riesgo de una violación, golpiza o insultos.

El cambio positivo principal para la mujer después del Talibán, de que muchas niñas volvieron a estudiar en las escuelas, también enfrenta obstáculos. Uno o dos años atrás, se prendió fuego a algunas escuelas para que los padres de familia no inscribieran a sus hijas. Pero ahora las amenazas son mayores. En algunas zonas, los soldados y los combatientes de los antiguos grupos mujaidines (que pelearon contra la invasión rusa con la ayuda de la CIA y de los gobiernos occidentales) instan a las niñas a no asistir a la escuela. HRW mencionó que estos hombres han agarrado a muchas jóvenes camino a la escuela y las han secuestrado y violado, y que este acoso sexual ha aumentado las preocupaciones de los padres a un grado tal que las familias de refugiados que han regresado y que habían enviado a sus hijas a estudiar en las escuelas en Pakistán e Irán, ahora están aterrorizadas y prefieren no enviar a sus hijas a las escuelas en Afganistán.

Las escuelas están abiertas pero millones de niñas son privadas de educación. La mayoría de las niñas y mujeres jóvenes no van a la escuela en Afganistán. Las clases de alfabetización clandestinas para las niñas, que eran muy comunes durante el Talibán, han vuelto a algunas zonas de Afganistán, como Jalalabad. En algunos casos, es necesario organizar las clases con discreción y a escondidas de los grupos armados.

La presión ejercida sobre las mujeres no termina con el sacrificio de su educación. La mayoría de las mujeres son objetivos potenciales de secuestro y violación por antiguos soldados mujaidines.

En muchos casos de violación y abuso sexual, no se levantan denuncias debido a que no hay mucho apoyo contra estos incidentes en ninguna parte de la sociedad y ninguno por parte del gobierno, ni en el poder ejecutivo (encabezado por el presidente Karzai) ni en el sistema judicial. De hecho, los gobernantes y las cortes actuales juzgan a las víctimas y no a los violadores. Las víctimas de las violaciones u otros abusos muchas veces reciben una condena por adulterio ( zina ). El que vayan a dar a la prisión o no, en muchos casos por "desgracia", sus familias y la sociedad las excluyen, y algunas veces sus hermanos, padre o esposo las matan. Bajo este sistema represivo, si son víctimas de una violación, parece que más vale que se callen.

"En Herat, de 67 detenidas en el centro de detención para mujeres, todas, con excepción de seis, estaban ahí por cometer crímenes zina . La mayoría de las esposas y jóvenes entrevistadas por AI dijeron que las habían obligado a casarse o sus familias las habían vendido a una temprana edad. Muchas detenidas dijeron que, después de casarse, se habían vuelto víctimas de abuso físico y sexual" (informe de AI).

Todo esto es evidencia de un sistema machista. El gobierno, desde el presidente hasta las cortes, hace parte de la raíz del sufrimiento oculto de las mujeres de Afganistán. Según recientes relatos de Afganistán, se ha dado un incremento alarmante del número de las jóvenes que se suicidan inmolándose, especialmente en la provincia de Herat en el oeste del país. Las niñas lo han convertido en un acto tan común de desafió en contra del matrimonio forzado y otras opresiones, que en octubre se celebró una conferencia al respecto en Afganistán.

Con el paso de los días, los fundamentalistas religiosos se vuelven más fuertes e imponen las formas más medievales de vida. Tratan de imponer un estado islámico como el futuro de Afganistán, lo que es muy posible teniendo a gente como ésta a cargo. Esto significa más opresión para las mujeres y toda la población, esfuerzos para controlar sus mentes, su forma de vida, sus dietas e incluso su forma de morir.

Éstas son sólo unos pocos de los más horribles elementos de esta situación para las mujeres en Afganistán bajo la ocupación liderada por Estados Unidos, que los gobiernos occidentales han justificado bajo el pretexto de traer la liberación e igualdad de derechos para las mujeres y la democracia para el pueblo.

Muchos de los actuales representantes del gobierno son antiguos líderes mujaidines, quienes se destacaron por sus crueles actividades en contra del pueblo durante la guerra de resistencia contra la invasión rusa, y especialmente entre 1992 y 1996 cuando tuvieron el poder político e impusieron un estado fundamentalista. Sus rivalidades provocaron la destrucción de Kabul y otras ciudades, mientras que estaban saqueando, robando, y violando de manera tumultuaria a las mujeres y niños, especialmente (pero no sólo) a las de los grupos rivales. Luego, cuando perdieron el poder al Talibán, muchos de ellos formaron la Alianza del Norte (una alianza reaccionaria en contra del Talibán), con los más crueles líderes de varias nacionalidades minoritarias. Ahora Estados Unidos y otros imperialistas los han puesto al mando de nuevo.

Si alguien esperara que Estados Unidos, por todo el daño que hace, les brindara al menos una pizca de esperanza a las mujeres de Afganistán, estaría muy equivocado.

Esto no sólo se trata de las políticas de Bush. Fue inevitable que Estados Unidos y sus aliados traicionaran e hicieran una farsa de sus finas palabras acerca de la liberación de la mujer, porque su objetivo al invadir a Afganistán, en un primer lugar, era el de promover sus propios intereses imperialistas: el de controlar la región para que sirviera a sus objetivos estratégicos globales. Ninguna auténtica liberación puede nacer de una invasión realizada por las potencias imperialistas sanguinarias.

Esta forma de opresión de las mujeres que las convierte en propiedad privada y, por lo tanto, en las portadoras del "honor" de los hombres, está arraigada en el sistema feudal y semifeudal. Los aliados de Estados Unidos en Afganistán son los terratenientes y los señores de la guerra que son los representantes y opresores de este sistema. Los intereses de estos tiranos están ligados a los intereses imperialistas de Estados Unidos y sus aliados y son la única fuerza confiable para los imperialistas. Casi todos los ejércitos de los señores de la guerra, en su actual forma, nacieron gracias a la ayuda de la CIA y del SIP (Servicio de Inteligencia Paquistaní) durante la guerra contra la ocupación rusa.

No es ninguna sorpresa que todavía actúen como bestias en contra del pueblo. Pero Estados Unidos está contento con ellos y, por tanto, Bush, Blair, Schroeder y los otros líderes imperialistas no denuncian las atrocidades y desigualdades. De acuerdo a la clase dominante estadounidense, actuar de otra forma podría amenazar la frágil estabilidad de su control sobre Afganistán y, por tanto, puede aceptar la situación, tal como lo hace con otros tiranos que son en realidad sus lacayos y títeres. Así es como pueden vivir y respirar.

La auténtica liberación de las mujeres de Afganistán es posible sólo si se derroca este sistema semifeudal y colonial a través de lo que los maoístas llaman la revolución de nueva democracia que pondría el poder en las manos del pueblo y defendería los intereses del pueblo por encima de todo lo demás. Así, el pueblo mismo podría destruir todas las relaciones de opresión y tradiciones reaccionarias que esclavizan a las mujeres y a toda la población. Nadie más puede o quiere establecer un sistema en que las mujeres no son la propiedad o las portadoras del "honor" de los hombres de familia. Ésta es la sociedad que las mujeres de Afganistán necesitan y por la que pelearán.