Obrero Revolucionario #1225, 18 de enero, 2004, posted at rwor.org
El 1° de mayo de 2001, el PCR publicó el Borrador del Programa con el lema: "¿Estás buscando un plan para cambiar el mundo?... ¡Aquí está!". Desde que salió el Borrador, el PCR ha aprendido de los sentimientos, ideas y opiniones de los miles de personas que lo han discutido, y ha popularizado su estrategia y visión revolucionarias.
En los últimos años una nueva generación se ha opuesto a la globalización imperialista. Desde el 11 de septiembre de 2001, miles de personas han participado en la lucha contra la campaña de guerra y represión. Mao Tsetung nos enseña la ley fundamental de que "primero el pueblo contraataca, y luego busca la filosofía". Mucha gente se pregunta por qué es así la situación, si tiene que ser así y si otro mundo es posible.
Durante los próximos meses, el OR destacará el Borrador del Programa y varias secciones importantes. Las páginas del periódico serán un foro para discutirlo y debatirlo, y publicaremos comentarios, críticas y sugerencias de los que lo han estudiado. También publicaremos comentarios de partidarios, debates del website 2changetheworld y cartas de presos.
Invitamos a nuestros lectores a participar en el debate con sus comentarios. Pueden enviarlos a: "Debate del Borrador del Programa", c/o RCP Publications, PO Box 3486, Merchandise Mart, Chicago, IL 60654. También pueden dárselos a su vendedor.
No podemos publicar todos los comentarios que recibamos, pero todos ayudarán a finalizar el nuevo Programa. ¡Así que ánimo y súmense al debate!
Esta serie empezó en el No. 1200. Esta semana publicamos un comentario sobre el apéndice "La dictadura del proletariado, la democracia y los derechos del pueblo".
Esta discusión entre Chang Zheng y Steve es de 2changetheworld.info.
Steve dice: Persiste esta pregunta: ¿cómo permitir el derecho al disentimiento en el socialismo cuando los que discrepan con el gobierno son gente que busca destruir las revoluciones?
Han surgido dos maneras de resolverlo: el modelo cubano, donde por lo general no toleran el disentimiento, y el nicaragüense, donde permitieron elecciones burguesas para demostrar que no eran totalitarios.
Estados Unidos se entremetió y les ganó a los sandinistas en el foro electoral. Yo creo que lo que hay que hacer es crear una democracia participatoria, que no se base en campañas multimillonarias sino en comités de ciudadanos que estudian un asunto y juntos deciden cómo tratarlo sin que el lucro y la avaricia entren en la cuenta. Necesitamos crear economías autosuficientes, con control local y no de enormes organizaciones, a las cuales las maneja más fácilmente la avaricia.
Creo que Steve toca un aspecto bien importante y una contradicción de la revolución socialista con el asunto del disentimiento al decir que los que discreparán son gente que querrá destruir la revolución.
En primer lugar, creo que hay que aclarar que todos los que expresan disentimiento no buscan necesariamente "destruir la revolución". Es más, la mayoría definitivamente no cabe en ese renglón. Este punto llama mucho la atención porque si el partido revolucionario y el estado proletario consideran que todos los que discrepen quieren "destruir la revolución", entonces los empujarán a los brazos abiertos de los verdaderos contrarrevolucionarios que sí tratan de tumbar el dominio del proletario. Pero por otro lado, ¿qué se gana con decir que las ideas de todos son iguales y que las elecciones deben decidir el programa a seguir? Solo capitular al espejismo de la democracia burguesa y traicionar al proletariado y sus aliados del frente único que sacrificaron todo para derrocar al imperialismo y dar a luz el socialismo.
He aquí lo que dice el Borrador sobre el disentimiento:
"El partido hará un gran esfuerzo para fomentar debate, disentimiento y diversidad en la sociedad localista. Participará de lleno en el debate y lucha y procurará dar dirección a las masas, pero también tomará medidas concretas para crear un ambiente en que las masas expresen sus ideas libremente.
"Específicamente, no se suprimirán ideas contrarias a las del partido; se recogerá de ellas todo lo que ayude al partido y a las masas a entender mejor una situación. Solo se suprimirá a los contrarrevolucionarios que buscan usurpar el poder del proletariado y restaurar el capitalismo. En esos casos, también, el partido se apoyará en las masas para que desenmascaren, ataquen y supriman a esas fuerzas, y para que por medio de esa lucha las masas distingan las ideas retrógradas e incorrectas y las tentativas de contrarrevolución".
Muy distinto a los modelos cubano y nicaragüense, este enfoque se basa en la interrelación dinámica y constante entre partido (y estado proletario) y masas, y "valora" el disentimiento porque ayuda al partido y las masas a entender las situaciones.
En mi opinión, es necesario que se dé un disentimiento duro y crítico en toda esfera de la sociedad: ciencia, cultura y arte, economía, relaciones sociales fundamentales como la de la mujer y el hombre, cuestiones en las cuales la resolución no está escrita, hay algo serio en juego y se arriesga en grande para que avance la causa de la revolución proletaria. En las cuales lo correcto o incorrecto no es obvio o simplista pues hay complejidad y sutilidad, y por lo tanto, francamente, nunca habrá un consenso general, en su significado exacto, porque en cuanto se forjan nuevos avances, se presentarán nuevas contradicciones no esperadas conforme nos acerquemos al comunismo a escala mundial. Se necesita un ambiente social abierto donde la gente se siente libre de decir, "No estoy de acuerdo". Eso es parte de hacer la revolución en toda la sociedad.
Por otra parte, hay que hacer todo eso en el contexto que Steve, acertadamente, describe como una seria batalla de parte de los contrarrevolucionarios, particularmente en el partido mismo, de aprovechar el disentimiento (y la manera de tratarlo) para derrocar el poder político del proletariado y restaurar el capitalismo, declarándose los más grandes defensores de la revolución.
Es precisamente por eso que se necesita un partido revolucionario de vanguardia, armado con el marxismo-leninismo-maoísmo, para dirigir a las masas en el debate y la lucha para decidir el camino adelante, distinguir entre los amigos de la revolución y sus enemigos, y cuando sea necesario, desenmascarar los "seguidores del camino capitalista" (los dirigentes del partido que buscan poner en reversa la revolución e imponer de nuevo el capitalismo).
Y en ciertos puntos críticos y coyunturas, tendremos que jugárnoslo todo, como hizo Mao al iniciar la Gran Revolución Cultural Proletaria y llamar a las masas a "tomar el cielo por asalto". Apuesto que ni él estaba seguro del resultado.
Este es el modelo maoísta, y creo que lo representa el nuevo Borrador.
Si bien concuerdo con Steve en su visión del futuro --una sociedad cuya meta no es la cruel acumulación y que no se base en la avaricia ni el parasitismo sino en sus propios esfuerzos y recursos-- creo que sus modelos de consenso general no tratan adecuadamente la cuestión de disentimiento por las razones explicadas.
En unidad, lucha y más unidad.
Chang, cuando hablé del disentimiento, me refería específicamente a los que se oponen al socialismo, es decir, los contrarrevolucionarios. Claro que no estoy en contra del disentimiento que busca discutir cuestiones u ofrecer distintas soluciones a un problema. Pienso que la palabra "disentimiento" tiene múltiples significados. El disentimiento del que hablé en mi nota anterior se refiere a las personas que, después de la revolución, se dedican a derrocarla a toda costa. Yo creo que eso será una contradicción seria en cualquier situación posrevolucionaria, especialmente en Estados Unidos, donde le han lavado el cerebro a tanta gente con la idea de que el comunismo es algo malévolo.
De ninguna manera quisiera una sociedad que no permitiera ningún disentimiento, pero creo que tenemos que tomar en cuenta que habrá muchas personas dispuestas a oponer resistencia violenta a cualquier revolución en este país. Y que habrá otras, criadas en el pensamiento capitalista, que promoverán reformas neoliberales hasta que terminemos de regreso en el capitalismo.
Creo que para prevenir eso hace falta algo más que una vanguardia que eduque a las masas. NO abogo por el totalitarismo sino por una alternativa que prevenga el regreso al poder de la burguesía, la clase dominante y los contrarrevolucionarios, pero que al mismo tiempo garantice la libertad de opinar para todos.
Imagina la situación que existe actualmente en Estados Unidos, pero al revés. Los capitalistas fueron muy astutos al diseñar una sociedad que aparenta la libertad pero en la cual uno solamente es libre para mantener el sistema capitalista actual y el statu quo. La única esperanza es subir en la jerarquía socioeconómica por medio del trabajo o la lotería. Hay "libertad de expresión" y "elecciones democráticas" pero con un detalle: se necesitan grandes cantidades de capital para alcanzar una masa crítica de gente o incluso para ser candidato en algunos estados. Los que quieren cambiar el sistema no tienen el capital, y por lo tanto carecen de los medios para hacer cambios dentro del sistema. Solo los capitalistas tienen la capacidad de controlar la sociedad en general, aunque para demostrar que somos "libres" nos permiten unos rinconcitos (por ejemplo, salones universitarios, pocos sitios en la Web, periódicos de poca tirada y una que otra protesta).
Me parece que los comunistas podrían poner de cabeza esa dependencia en el capital como el factor determinante del poder, instituyendo un sistema donde todos tengan igual oportunidad de expresar la voz y dirigir. En una verdadera sociedad sin clases no se formarán nuevos grupos de poder; el poder se distribuirá en partes iguales y no habrá necesidad ni posibilidad de formar un grupo que busque apoderarse de más de lo que le tocaba. Se necesita algún tipo de mecanismo para prevenir la formación de grupos reaccionarios o basados en la avaricia, pero que deje espacio para el disentimiento. Por mecanismo no quiero decir supresión policial ni nada de eso, sino la manera que escogemos para organizar la sociedad y los recursos. Creo que cualquier nuevo grupo de poder, hasta la dirigencia comunista, sería una nueva clase alta en potencia, que en última instancia se convertirá en una nueva estructura capitalista, como se ha visto en situaciones anteriores.
Por eso, hay que valorar, apreciar, el disentimiento. Pero ningún grupo debe tener la oportunidad de acumular suficiente poder para derrocar la revolución. La única manera de garantizar eso es crear una sociedad donde todo poder y riqueza se distribuya con igualdad y establecer un tipo de mecanismo social para ayudar a las masas a relacionarse de una manera no autoritaria y sin explotación. Esperemos que la sociedad que creemos sea tan superior a la actual que nadie querrá ser contrarrevolucionario.