Obrero Revolucionario #1227, 1° de febrero, 2004, posted at rwor.org
Recibimos esta nota de Los Ángeles:
El 20 de enero pasado, más de 50,000 personas se dieron cita en Sur Centro para el desfile del natalicio del Dr. Martin Luther King Jr, líder del movimiento de derechos civiles de los negros de los años 1960. El desfile celebra y conmemora su vida y en los últimos años ha sido la reunión más grande de negros en Los Ángeles. Como en años pasados, desfilaron personajes de radio y celebridades negras, bandas escolares y grupos de tamboristas, y organizaciones y activistas de la comunidad. Acudieron muchos negros y gente de otras nacionalidades y, como de costumbre, llegaron legiones de policías, como un ejército de ocupación (a pie, de caballo y en bicicleta) a hostigar.
Pero a diferencia de otros años, el año pasado el gobierno preparaba la guerra contra Irak, y la gigantesca máquina de propaganda burguesa fabricaba mentiras a todo vapor para justificar la invasión y la devastación, matanza y ocupación imperialista, pues la clase dominante estaba por desatar "shock y pavor" contra el pueblo iraquí.
Al compás de la propaganda militar, el Centro de Entrenamiento de Oficiales de la Reserva (ROTC) y otras ramas militares marcharon con el fusil en la mano e instaron a apoyar la guerra y a alistarse a luchar y morir en el frente. Hace más de 30 años, Martin Luther King se opuso a la injusta guerra de Vietnam pero, irónicamente, en su día pedían apoyo para la guerra injusta contra el pueblo de Irak y los pueblos del mundo.
El contingente "Los Jóvenes Son el Futuro, Exigimos un Mundo Mejor", con la participación de jóvenes de Watts (como el grupo de Tamboristas de Watts), militantes de la Brigada de la Juventud Comunista Revolucionaria (BJCR) y activistas de la coalición No en Nuestro Nombre, estaba puesto a oponerse a la ofensiva de guerra y represión, y a llevar un mensaje antibélico a miles de personas antes del inicio de la guerra. Firmes y decididos, asistieron a la cita con carteles, volantes, altoparlantes y una enorme manta que decía: "¡No en Nuestro Nombre!".
Pero a los encargados del desfile no les pareció y, justo en el momento de iniciarse, le dijeron al contingente que no podía participar. Dijeron que la manta "era muy grande y el contingente muy numeroso, y que podía marchar siempre y cuando no participaran los compañeros de la coalición No en Nuestro Nombre". Cuando los del contingente rechazaron tales pretextos, les dijeron que de plano no podían permitir el mensaje antibélico en el desfile.Conscientes de la importancia de llevar ese mensaje al pueblo, los compañeros se pusieron a volantear y platicar con la multitud en la acera, pidiendo resistencia a la ofensiva yanqui de guerra y represión (y la policía los fichó y los siguió).
El desfile fue uno de los primeros actos públicos en que se lució el nuevo jefe de policía, William Bratton. Nombrado hacía un par de meses, llegó de Nueva York, donde fue jefe de policía, con un proyecto de "mejorar la calidad de la vida" (traducción: guerra contra el pueblo) y esta era su primera oportunidad de demostrar a los angelinos, y sobre todo a los negros, cómo iban a andar las cosas. Al igual que en años pasados, salieron legiones de policías a hostigar, y según informes del L.A. Times arrestaron a diez personas ese día.
Apenas iniciada la jornada, la policía le cayó encima a una señora negra que llegó al desfile en bicicleta. Por alguna razón eso no estaba permitido y empezó a arrastrarla de la bici. Cuando su hija la defendió, le torcieron el brazo y la tiraron al suelo. Un grupo de gente se indignó y, en medio de él, un militante de la BJCR se puso a corear: "¡Suéltenla, suéltenla!".
En un abrir y cerrar de ojos, 200 personas se le plantaron a la policía. Policías a caballo atacaron a macanazos y le cayeron encima al joven revolucionario negro de la BJCR. Lo empujaron al suelo, le dieron con las macanas, le rociaron gas pimienta y lo arrestaron. Singularizaron al compañero: de las 200 personas, solo arrestaron a él, la madre e hija, y el único que sigue con cargos es él.
No está del todo claro si la expulsión del contingente antibélico del desfile estuvo directamente relacionada con el arresto del compañero, pero no hay duda de que la policía siguió al contingente desde el momento en que lo botaron del desfile; sabía qué grupos lo formaban y que llevaba un mensaje antibélico, y le cayó encima al compañero de la BJCR tan pronto como se presentó la oportunidad. Todo hace pensar que muy posiblemente el arresto fue un intento más de callar al contingente.
Al compañero de la BJCR lo acusan de cuatro delitos menores: dos cargos de desobedecer a la autoridad, agredir a un policía y agredir a un caballo policial. ¡Los cargos son ridículos e indignantes! La policía estaba agrediendo a dos compañeras ante los ojos de todo mundo y cuando la multitud protestó, atacó. No es un delito (y no se debe ver como tal) plantarse contra la brutalidad y abuso policial. Todo lo contrario, debemos apoyar y defender ese tipo de protesta. La policía ha acusado al joven, víctima de la brutalidad policial, a fin de tapar y justificar el ataque. La neta: la policía atacó al pueblo y el pueblo simplemente se defendió.
¡El cargo de agredir a un caballo policial es un absurdo! Pero curiosamente, en el curso del proceso judicial ha salido a la luz que el caballo y el policía montado tienen a su haber otros incidentes de brutalidad policial; por ejemplo, hace unos años participaron en el ataque contra el Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial (el 22 de octubre).
El compañero de la BJCR es un joven de Watts que le entró a la política revolucionaria y se hizo líder del pueblo. Los vecinos del multifamiliar Nickerson Gardens lo conocen como un luchador del pueblo que ama a las masas y está dispuesto a jugársela para defenderlas.
En una entrevista le preguntaron por qué asistió al desfile de Martin Luther King: "Fue muy hermoso estar con las masas. Participamos con el grupo de Tamboristas de Watts. Todos los años es un día muy especial para nosotros. Nos da la oportunidad de unirnos con las masas populares y otras capas sociales... El año pasado fue muy importante porque se dio en vísperas de la guerra. Estaban por atacar; no se sabía exactamente cuándo, pero sabíamos que iba a ser pronto. Asistimos con el propósito de decir en unidad con los pueblos del mundo: ¡No en nuestro nombre!".
Agregó: "Es la primera vez que me sucede algo así. Sé que es muy común que el sistema le caiga encima a la gente para dar a entender que `no es posible unirse y oponerse al sistema'. Buscan asustarnos, pero una cosa que me ha quedado claro de esta experiencia es que tratan de imponer a fuerzas su punto de vista, pero tenemos que rechazarlo para poder luchar y darles en la torre".
Eso es precisamente lo que se necesita en este caso: ¡que el pueblo rechace el punto de vista del sistema y exija que retiren los cargos! Desde los más altos niveles del gobierno buscan imponer un clima político de control y callar el disentimiento y oposición al orden establecido. Si se salen con la suya y meten al bote a revolucionarios dispuestos a luchar, ya sea contra la guerra, la brutalidad policial u otras injusticias, el proyecto de represión cobrará más fuerza y nos quitarán líderes muy valiosos. Tenemos que apoyar y defender a nuestras compañeras y compañeros acusados injustamente, sobre todo a revolucionarias y revolucionarios que luchan por un mundo mejor.
Si te opones a la escalada de represión en este país, la brutalidad policial y el mundo injusto y cruel en que nos toca vivir, si amas la justicia, tienes que apoyar y defender al compañero de la BJCR y exigir que retiren los cargos.