Los fantasmas de Green River

by Orpheus

Obrero Revolucionario #1228, 8 de febrero, 2004, posted at rwor.org

"Pasé por las casas donde Opal y yo nos criamos, fui al parque donde jugábamos... Aquí es donde le prometí que nunca la abandonaría y que nunca permitiría que algo malo le pasara. Agarré un puñado de arena y dejé una rosa bajo los columpios donde soñábamos con el futuro".

Garret Mills, hablando de su hermana Opal Mills, víctima del asesino del río Green, Gary Ridgway

A principios de los años 1980, en el sur de Seattle, empezaron a aparecer en el río Green, los bosques y lotes baldíos cadáveres de mujeres jóvenes, unas apenas de 15 años. Casi todas eran pobres y murieron estranguladas. En unos casos solo quedaban esqueletos, pues tenían varios años de descomposición. Muchas eran prostitutas por necesidad. Los asesinatos aterraron a la comunidad, especialmente a las mujeres.

Ahora el asesino, Gary Ridgway, ha confesado que mató a por lo menos 48 mujeres. En el 2001 lo implicaron con pruebas de ADN.

Ahora que ha confesado, las autoridades quieren cerrar este horripilante capítulo. El fiscal del condado King, Norm Maleng, dijo en rueda de prensa que "la pesadilla ha terminado". Los periódicos alabaron a la policía por capturar al asesino. Sin embargo, la pesadilla continúa.

Gary Ridgway está preso, pero las autoridades no tienen respuestas a preguntas que hay que hacer. ¿Qué clase de sociedad produce un asesino salvaje que odia así a las mujeres? ¿Por qué pudo cometer tantos asesinatos prácticamente bajo las narices de la policía?

Es como que si todavía se oyera el eco de los gritos de las víctimas que desaparecieron.

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Asesinatos, indignación y "persecución" policial

Cuando empezaron los asesinatos, activistas y familiares realizaron protestas y dijeron que a la policía no le importaba. En Seattle hubo grandes protestas de miles de mujeres para retomar la noche; salieron a las calles y desafiaron el temor.

Ahora la prensa dice que la policía y los sheriffs "jamás se dieron por vencidos". La verdad es que Ridgway mató con impunidad por 20 años, aunque fue uno de los primeros sospechosos.

En 1982 y 1983 empezaron a desaparecer mujeres de un sector de prostitución bien vigilado por la policía.

En ese entonces Ridgway andaba por ahí, buscando mujeres que matar. En 1982 encontraron cinco cadáveres; en pocas semanas se determinó que eran prostitutas y que el asesino probablemente era un cliente. Luego se suspendió el operativo de poner a mujeres policía de señuelo supuestamente porque la policía no quería ponerlas en peligro. Además, por año y medio la investigación se dedicó a arrestar prostitutas en vez de anotar las placas de los carros de los clientes.

Como el asesino tiraba los cadáveres al río, la policía "supuso" que los asesinatos pararon cuando dejaron de aparecer cadáveres en el río, aunque en el otoño del 82 seguían apareciendo en otras partes.

Entre el desinterés de la policía por los asesinatos de prostitutas y la mentalidad del asesino se generó una dinámica mortífera.

Cuando la policía anunció que los asesinatos pararon, unas mujeres volvieron a la prostitución y luego desaparecieron. La policía se hizo la de la vista gorda y no quiso ver que se trataba del mismo asesino.

La policía no formó un equipo especial para investigar los asesinatos sino hasta 1984, cuando ya Ridgway había cometido la mayoría de los asesinatos. Como en ese año disminuyeron, concluyeron que habían parado y en 1991 solo un agente investigaba. Los asesinatos continuaban.

A Ridgway lo interrogó la policía en 1983 cuando se supo que Marie Malvar subió a su carro antes de desaparecer. A Ridgway lo vieron también con otra mujer que desapareció y él mismo llamó a la policía para "dar información" sobre otra víctima. Además, una mujer lo identificó como el hombre de quien se escapó cuando intentó estrangularla.

Los detectives determinaron que ninguna de las víctimas desapareció cuando él estaba en el trabajo. Se supo también que con frecuencia contrataba prostitutas y que vivía cerca de donde ellas frecuentaban. La policía lo paró una vez con una joven en el carro no muy lejos de donde encontraron a una víctima. A pesar de todos esos indicios, desde cuando registraron su residencia en 1987 hasta 2001, cuando lo capturaron, Ridgway siguió matando.

La policía no ha dado ninguna explicación sobre por qué no se dieron cuenta antes y por qué tardaron tanto en detenerlo.

Ahora está claro que Ridgway siguió matando hasta por lo menos 1998. La mayoría de sus víctimas murieron entre 1982 y 1984, pero Ridgway admite que mató a por lo menos cuatro jóvenes después de 1983 y piensa que mató a 60 en total, aunque no está seguro porque perdió la cuenta.

La mentalidad del odio a la mujer

Después de ser implicado en los asesinatos con pruebas de ADN, Ridgway dio más información para salvarse de la pena de muerte y permitió que la policía lo entrevistara. En el "resumen" que dio la policía se ve la mentalidad de un asesino.

Ridgway empezó a contratar prostitutas cuando era soldado en Filipinas, allá por los años 1970. En el trabajo lo conocían por andar siempre con la Biblia. Cuando no estaba trabajando se pasaba cazando jóvenes, matándolas y ocultando los cadáveres. Para él era una "profesión" y lo hacía con "esmero".

Ridgway dijo que no recordaba el rostro de sus víctimas, porque: "No era nada para mí. La cogía, la mataba y me deshacía de ella". Los cadáveres los cubría con hojas, basura y desperdicios, porque: "Ella es basura, por eso la cubría con basura".

Sí recordaba dónde las tiraba, porque a veces regresaba para tener relaciones sexuales con el cadáver. Para él, era su "propiedad". Le dijo a los policías: "La controlaba cuando la mataba y la controlaba hasta que la descubrieran. La controlaba mientras la tenía en mi posesión". Dijo que no mataba hombres "porque no me dan satisfacción sexual".

También dijo que pensó que les hacía un favor a los policías al "matar prostitutas", ya que "ustedes no las pueden controlar, yo sí pude controlarlas".

El informe de la policía concluye que las mataba para "satisfacer sus deseos malvados e incomprensibles".

Pero en esta sociedad, donde sea que uno vaya, o los programas de TV que vea, o en la Internet, a las mujeres las muestran como objetos sexuales. Ya sea la industria del sexo o la portada de la revista de moda, en esta sociedad la mujer es algo que se compra, una mercancía. En esta sociedad, todo, la mano de obra o el agua que bebemos, es una mercancía.

¿De dónde sacó Ridgway la idea de que la mujer es propiedad del hombre, algo para usar, matar y descartar como basura? Ahí vemos, en forma concentrada, la mentalidad que forjan la ideología y las relaciones de esta sociedad capitalista. Es la mentalidad que florece en las bases militares que este país tiene por todo el mundo.

En esta sociedad, el esposo o el novio son los que más maltratan y matan a la mujer. La Organización Nacional para la Mujer (NOW) calcula que cada año 1400 mujeres mueren como consecuencia de violencia familiar. El Buró de Estadísticas Judiciales determinó que en 1998 a más de 875,000 mujeres las golpeó su pareja, pero NOW dice que la cantidad es en realidad entre 2 y 4 millones de mujeres. Se calcula que en Estados Unidos una de tres mujeres será violada, y que cada año 1.2 millones de mujeres serán violadas por su pareja o ex pareja.

Los parientes hablan

"Creo que si la investigación hubiera procedido correctamente en los últimos 20 años muchos de nosotros no estaríamos aquí hoy, sigo creyendo que somos víctimas de quienes aprovecharon esto para ascender en su carrera. Los autoproclamados héroes han colocado a las víctimas y sus parientes en una vitrina; han avanzado a costa de nosotros. La prensa nos ha atropellado, nos ha insultado, ha dicho que somos de clase baja, que somos incultos. Eso me ofende, nos faltan al respeto".

Helen Naon, madre de Constance Naon, asesinada por Gary Ridgway

El 18 de septiembre sentenciaron a Ridgway a 48 cadenas perpetuas sin libertad condicional. Los parientes de las víctimas tomaron la palabra después de la sentencia y lo que dijeron fue desgarrador.

Carol Estes, madre de Debbie Estes, dijo que con la muerte de su hija su existencia ha quedado en ruinas y que cada día es una pesadilla. Otros confrontaron a Ridgway por el salvajismo con que mató a las personas que más querían en el mundo. Otros hablaron de las esperanzas y sueños de sus hijas y hermanas, cuya humanidad arrebatada por el asesino y la prensa desde el primer día intentan recobrar. Docenas de jovencitas murieron y nunca se habló de quiénes eran ni de sus familias; solo hubo cuentos morbosos y una fascinación con un asesino en serie.

¿Qué clase de sistema es este en el que ocurren cosas así durante 20 años y la situación no cambia, la mujer tiene que vivir en situaciones que la ponen en peligro y genera tipos que piensan como Ridgway, sin que los que están en el poder lo cuestionen? Todas las mujeres tan horriblemente destruidas merecen que oleadas de personas conscientes se unan a la lucha para acabar con este sistema y la opresión de la mujer.