Obrero Revolucionario #1228, 8 de febrero, 2004, posted at rwor.org
De una entrevista de la emisora National Public Radio: "¿Qué pasó con el arsenal de armas biológicas y químicas que se creía que iban a encontrar en Irak?"
Dr. David Kay: "No lo tenía".
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En mayo de 2003, tras el desmoronamiento del ejército iraquí, la CIA mandó al Dr. David Kay a apoderarse del arsenal de armas de destrucción masiva.
Durante los nueve meses de la ocupación estadounidense, Kay ha sido director del Grupo de Investigación (ISG), una unidad de 1400 comandos del ejército, agentes de la CIA, interrogadores y expertos en armamento encargada de localizar las armas biológicas, químicas y nucleares de Irak.
Registraron centenares de lugares, interrogaron a docenas de científicos y examinaron montones de documentos capturados.
El 23 de enero, Kay renunció a su puesto y anunció que no hay armas de destrucción masiva en Irak desde hace mucho tiempo.
Para decirlo con precisión: no encontraron ninguna arma biológica, química ni nuclear. Ningún arsenal. Ningún complejo para producirlas. Ningún misil SCUD ni otro vehículo para lanzarlas. Ningún laboratorio para construir prototipos. Ningún laboratorio móvil. Ni un solo barril, proyectil, onza de uranio, documento comprometedor, ni declaración de un científico iraquí intimidado. Absolutamente nada.
David Kay le dijo al Comité sobre las Fuerzas Armadas del Senado: "Permítanme decir desde el comienzo que nos equivocamos casi totalmente".
Kay le dijo al servicio noticioso Reuters que piensa que el gobierno iraquí "se deshizo" de tales armas tras la guerra del Golfo de 1991.
Horas después de la declaración de Kay, un vocero de la Casa Blanca repitió una vez más que el gobierno de Saddam Hussein sí tenía armas de destrucción masiva: "Sí, creemos que las tenía y que las vamos a encontrar. La verdad prevalecerá".
Pero anónimamente, "altos funcionarios del gobierno" le dijeron a la prensa que la posibilidad de encontrar tales armas "ha disminuido".
¡La gran mentira que ofrecieron como pretexto para atacar a Irak se está desmoronando!
En abril de 2003, Estados Unidos invadió un país soberano rico en petróleo, bombardeó las ciudades, aplastó el ejército, tumbó al gobierno, ocupó el territorio, se apoderó de los recursos, amenazó a los países vecinos, mató a miles y miles de civiles y soldados. todo con el pretexto de localizar y destruir el arsenal de armas de destrucción masiva de Saddam Hussein.
Los voceros del gobierno afirmaron que Irak tenía un arsenal de armas biológicas y químicas, un sistema capaz de lanzarlas y que estaba construyendo armas más destructoras (como armas nucleares). Dijeron que el arsenal iraquí violaba las resoluciones de la ONU y que eso hacía legal la invasión.
Afirmaron que Irak era "un peligro serio y en aumento" a Estados Unidos y que la única opción era lanzarse a una "guerra preventiva".
El gobierno anunció la nueva "Doctrina de Bush": el derecho de iniciar guerras preventivas en el futuro si los servicios de inteligencia indican que un país representa una amenaza.
Pero ahora, nueve meses más tarde, el tipo de la CIA encargado de localizar esas armas admite que no existen.
La credibilidad del gobierno y del presidente está por el suelo y las acusaciones que Washington suelte contra otros países en el futuro sembrarán dudas.
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John Dean, asesor del presidente Richard Nixon que fue a parar a la cárcel por tapar el escándalo de Watergate en los años 1960 (6 de junio de 2003): "En tres décadas, este es el primer escándalo que podría dejar en pañales a Watergate. Para decirlo sin pelos en la lengua, si Bush convenció al Congreso y a la nación de endosar esta guerra con información falsa, está tronado. Si se prueba que manipuló la inteligencia sobre seguridad nacional a propósito, sería un grave delito cometido en el desempeño de sus funciones y causal de destitución".
New York Times, 8 de junio de 2003:"A muchos historiadores, políticos y otras personas les preocupa que si no encuentran tales armas, ¿qué pasará en el futuro si el presidente Bush u otro presidente busca unir a la ciudadanía o al público internacional a apoyar otra guerra, por ejemplo contra Irán o Corea del Norte, con pruebas discutibles?. ¿Qué pasará si tras una larga e inexitosa ocupación, en que muchas bajas debiliten la psique nacional, la pregunta `¿Por qué estamos en Irak?' pasa a ser el equivalente moderno de `¿Por qué estamos en Vietnam?'?"
Ahora que Kay ha demostrado que "el emperador no tiene traje", se presentan dos posibilidades:
Posibilidad A: El gobierno de Bush mintió sobre la amenaza iraquí para justificar la guerra.
Posibilidad B: Los servicios de espionaje se equivocaron sobre las armas de destrucción masiva, honestamente, y los máximos funcionarios del gobierno se lo tragaron. Quieren saber qué pasó.
No debe sorprenderle a nadie que la Casa Blanca escogió la Posibilidad B.
El 30 de enero de 2004, Bush dijo: "Les digo a mis conciudadanos que yo también quiero saber la verdad. Quiero comparar lo que el Grupo de Investigación encontró con lo que pensábamos antes de invadir".
Es decir, Bush dice que no mintió y que a él también le sorprende que no encontraron las armas de destrucción masiva.
David Kay también es partidario de la Posibilidad B. Cuando le preguntaron si Bush le debe una explicación a la ciudadanía, respondió: "Me parece que los servicios de inteligencia son los que deben una explicación al presidente".
¿Y cómo se equivocaron tan gacho? Kay ofrece une teoría creativa y sumamente extraña: ¡al gobierno estadounidense le engañó una trampa de Saddam Hussein!: "Saddam quería tener las ventajas de poseer armas químicas y biológicas sin pagar el precio".
Según esa teoría, Hussein destruyó las armas de destrucción masiva a comienzos de la década pasada, pero hizo lo posible para convencer a sus propias fuerzas armadas, a los países vecinos, al pueblo iraquí y a Estados Unidos de que todavía las tenía. Engañó a Washington y así precipitó la invasión.
Además de ser ridícula, esa teoría tiene dos problemas: 1) Washington dijo que había pruebas de que tenía armas, y 2) desde el comienzo el gobierno iraquí dijo que no las tenía y permitió entrar al país a los inspectores de la ONU a buscarlas.
En realidad hay muchas pruebas de que la Casa Blanca, el Pentágono y el Departamento de Estado mentían, y con toda probabilidad saldrán más.
El ex secretario de Hacienda, Paul O'Neil, admitió que los planes para atacar a Irak los trazaron poco después de que Bush tomó las riendas.
Paul O'Neil al noticiero CBS News: "Lo único que buscaban era el pretexto. Eso era lo que pedía el presidente".
El 11 de septiembre de 2001 fue el pretexto.
CBS News, 4 de septiembre de 2002: "Apenas cinco horas después de que el vuelo 77 de American Airlines se estrelló contra el Pentágono, el secretario de Defensa Donald Rumsfeld les dijo a sus asesores que trazaran planes para atacar a Irak, a pesar de que no había pruebas que vincularan a Saddam Hussein con los ataques".
Washington Post, 7 de junio de 2003:"En el otoño, durante las semanas antes del voto en el Congreso y en la ONU sobre la guerra contra Irak, Bush y altos funcionarios del gobierno decían con certeza que Irak tenía armas químicas y biológicas, a pesar de que los servicios de espionaje les informaban que no había pruebas de tales armas".
New York Times, octubre de 2003: El secretario de Defensa estableció una unidad del Pentágono para "buscar información sobre las metas hostiles de Irak y sobre sus vínculos al terrorismo", a pesar de que la CIA le informó que no existían.
New York Times, 5 de junio de 2003:"Douglas Fife, subsecretario de Defensa, admitió que creó un pequeño equipo de agentes de inteligencia poco después del 11 de septiembre para buscar vínculos entre los terroristas, Irak y otros países que, según él, los servicios de espionaje pasaron por alto. El equipo supuestamente descubrió lazos entre Irak y Al Qaeda, aunque la CIA y la DIA lo dudaron". (La DIA es el servicio de inteligencia del Pentágono).
Mientras el equipo de Feith inventaba pretextos, el vicepresidente Dick Cheney celebraba una serie de reuniones muy inusuales en la sede de la CIA.
Washington Post, 6 de junio de 2003:"Varios agentes de inteligencia nos dijeron que las múltiples visitas del vicepresidente Cheney a la CIA crearon una atmósfera de presión a ofrecer evaluaciones de Irak que concordaran con las metas del gobierno. `Quiéralo o no, las reuniones daban a entender que quería cierta conclusión', un analista nos dijo".
Antes de la guerra, varios expertos en armamentos dijeron que las acusaciones de Estados Unidos sobre armas de destrucción masiva eran mentiras. El gobierno los atacó.
Scott Ritter, inspector de armas de la ONU, Guardian,19 de octubre de 2001:"El sistema de inspecciones más riguroso de la historia del control de armas, con centenares de inspecciones no anunciadas, obligó a Irak a desmantelar, destruir o desactivar sus armas biológicas. Destruimos con explosivos el principal complejo para la producción de armas biológicas (al Hakum, donde produjeron el ántrax) con todo el equipo. Hicimos lo mismo con los demás complejos si encontramos pruebas de que los utilizaban en cualquier momento para investigaciones o desarrollo de armas biológicas. No encontramos pruebas de ántrax ni de otros agentes biológicos".
Vincent Cannistrano, ex director de contrainteligencia de la CIA, Guardian,9 de octubre de 2002:"Básicamente, las declaraciones de más alto nivel del gobierno están salpicadas de información falsa".
John R. MacArthur, editor de la revista Harpers,señaló que los medios de comunicación informaron lo que les decían que informaran: "El éxito de la `guerra de relaciones públicas de Bush' se debe principalmente a una prensa dócil que repitió ciegamente todas las falsas afirmaciones del gobierno acerca de la amenaza de Saddam Hussein".
Pero desde el comienzo el Obrero Revolucionario/Revolutionary Worker ha dicho la verdad, desenmascarado las mentiras del gobierno y destapado los verdaderos motivos de la guerra.
(Vea los artículos en la internet en http://rwor.org/resistance)
Obrero Revolucionario, 10 de noviembre de 2002:"La Casa Blanca afirma que Estados Unidos es vulnerable y que Irak es una amenaza, pero no tiene pruebas. Los hechos demuestran que la verdad es todo lo contrario".
Obrero Revolucionario, tras el discurso del secretario de Estado Colin Powell ante la ONU, 16 de febrero de 2003:"A diferencia del general Powell, Irak no tiene la capacidad para bombardear un país al otro lado del mundo. Así que para crear una `amenaza', Powell dice que Irak podría dar venenos biológicos a Al Qaeda y que este podría llevarlos a una ciudad estadounidense. El problema es que no existen pruebas de tal `lazo'. El discurso era una cortina de humo para tapar los verdaderos motivos de esta guerra. El gobierno se está preparando para la guerra, y el pueblo tiene que despejar el humo y desenmascarar las mentiras con que buscan presentar una conquista imperialista como una medida de seguridad para la ciudadanía".
Obrero Revolucionario, 9 de febrero de 2003:"La larga lista de acusaciones contra el gobierno de Saddam Hussein que presentará Powell no es nada más que un pretexto para una guerra de conquista. Pintar a un país pobre y asediado, con armas primitivas y fuerzas armadas aplastadas, como una amenaza al mundo no es más que un pretexto para una guerra imperial. Continúa la larga tradición de pretextos inventados, como el incidente del golfo de Tonkín con que iniciaron la guerra de Vietnam. Washington amenaza atacar a Irak con armas nucleares, con el pretexto de que Irak posiblemente está tratando de construir un artefacto nuclear primitivo; acusa a Hussein de matar a la oposición, de matar a su propia población, de usar armas de destrucción masiva, de invadir países vecinos... cuando ha cometido exactamente esas barbaridades en una escala con que Hussein ni siquiera podría soñar. ¡Y esperan que nos lo traguemos! Como dice un pasaje bíblico conocido: `¿Por qué ves la pelusa en el ojo de tu hermano y no ves la viga en el tuyo?' (Mateo 7:3)" .
Ese artículo termina con un llamado que sigue siendo importante hoy:
"Aquí, en la `patria' del imperio, tenemos una gran responsabilidad porque el pretexto para estas acciones es la seguridad y los intereses de los que vivimos en este país. Tenemos que sacar a relucir la verdad y oponernos, con toda nuestra fuerza y creatividad, a esta guerra de conquista. Se lo debemos al mundo".