California: Huelga de supermercados lleva cuatro meses

Huelguistas vs. la pesadilla del mercado libre

Obrero Revolucionario #1231, 7 de marzo, 2004, posted at rwor.org

El siguiente artículo salió en inglés a mediados de febrero. Al cierre de esta edición, nos enteramos de un acuerdo entre los sindicatos y las cadenas de supermercados que, según informes, le da a las compañías la mayor parte de lo que buscaban.

En octubre pasado, 70,000 trabajadores de centenares de supermercados se lanzaron a la huelga en el sur de California. Cuando los trabajadores de Vons y Pavilions, dos cadenas de la megacorporación Safeway, se declararon en huelga, los supermercados Ralphs (de Kroger, otro gigante de la industria de alimentos) y Albertson iniciaron un cierre patronal, es decir, prohibieron que los empleados sindicalizados entraran a trabajar.

En los estacionamientos de Vons, Paviliones, Ralphs y Albertsons, piquetes de huelga pedían a los clientes que por favor fueran a otra tienda porque los patrones querían hacer recortes completamente injustos.

En estos tiempos en que las huelgas son inusuales y las corporaciones están a sus anchas, creyéndose los dueños del mundo, la firme huelga de cuatro meses con piquetes en centenares de barrios ha sido un tema candente... y ha ganado mucho apoyo.

Ataques desalmados

"Hace 20 años entré a trabajar en el supermercado Alpha Beta, que ahora se llama Ralphs. Tenía una buena carrera con muchas oportunidades y excelentes prestaciones de salud. Me ascendieron rápidamente y me demostraron mucha confianza. Pensé que iba a trabajar para la compañía muchos años y jubilarme. Jamás me dijeron que me iban a quitar todo eso".

Huelguista, gerente de la panificadora de un supermercado

Esta huelga combativa no es por mejoras sino simplemente para evitar recortes, lo cual dice mucho sobre los tiempos en que vivimos.

Los empleados sindicalizados de los supermercados tienen un "buen trabajo". A los miembros del Sindicato de Trabajadores de Alimentación y Comercio (UFCW), los contratos laborales anteriores les han asegurado una vida relativamente estable con buenas prestaciones, seguro de salud y salarios de $19 por hora. Los patrones quieren acabar esa situación y sus ataques desalmados han causado mucha consternación.

En esta huelga el seguro de salud es la manzana de la discordia. Las megacorporaciones de la industria de alimentos no quieren seguir pagando los aumentos del costo de los servicios de salud, que se ha disparado (en relación con la tasa de inflación). Proponen lo que llaman un "pequeño ajuste" a las prestaciones: ¡que los empleados paguen el 100% de los aumentos! Como un dirigente sindical explica: "Una familia que ahora paga $15 por semana, al cabo de tres años pagará $95. Quieren que el empleado asuma la responsabilidad de pagar todos los aumentos".

Cada año los patrones pagarían menos y los empleados más. La revista Business Week informa que actualmente hay más de 90"conflictos laborales" en que el seguro de salud as la manzana de la discordia.

Además, las corporaciones proponen una "fuerza laboral de dos categorías": los empleados que contraten en el futuro tendrán salarios más bajos y menos prestaciones. Proponen congelar los salarios de los nuevos empleados menos de $15 por hora y "adecuar las prestaciones a la categoría".

En el tercer año, los nuevos empleados recibirían $6000 menos en prestaciones (y se espera que para entonces sean el 30% de la fuerza laboral).

Los patrones quieren dividir para conquistar, y crear un ambiente de divisiones y rencores. ¿Con qué fin? Para que con el paso del tiempo , los empleados de la industria de alimentos pierdan los salarios y prestaciones por los cuales han luchado.

"Wallmartización" de la industria

Para los patrones, la lógica de "los negocios" exige ataques desalmados contra los empleados para reducir "costos laborales" y salir adelante en la feroz competencia con Wal-Mart, la megacorporación que domina la industria de ventas al por menor de Estados Unidos y México.

Ahora los "supercentros comerciales" de Wal-Mart tienen supermercados y Wal-Mart es la cadena más grande de supermercados del país. No tiene sindicato y tiene fama de despedir a cualquiera que intente organizar uno. El salario promedio de los empleados es menos de $9 por hora y el 50% no puede pagar el seguro de salud de la compañía, que requiere que el empleado pague los primeros $3000 de servicios de salud cada año.

Además, Wal-Mart aprovecha al máximo la superexplotación de los trabajadores de los países oprimidos; importa el 60% de los productos de Asia y Latinoamérica. Isabel Reyes, una costurera hondureña, le dijo al LA Times que trabaja jornadas brutales de 10 horas y en un día cose mangas a 1,200 camisas; le pagan $35 por semana y las camisas se venden en Wal-Mart por $8.63 cada una.

En la dinámica del capitalismo, las corporaciones que imponen los salarios más bajos y los recortes más crueles dan la pauta para la industria.

Cuando los patrones quisieron recortar salarios y prestaciones y forzar a los trabajadores sindicalizados a trabajar en las mismas condiciones que los empleados de Wal-Mart, los trabajadores y el sindicato dijeron: "¡Nada que ver!", y se lanzaron a la huelga.

Un ejecutivo de Wall Street expresó sin pelos en la lengua la lógica capitalista; "para la industria de alimentos", dijo, quebrar la resistencia de los trabajadores será "la mejor inversión para el futuro... es probable que rinda ganancias por muchos años".

Lucha y solidaridad

"Soy gerente del departamento de carnes frías de Ralphs. Para mí la huelga ha sido muy duro. Tengo una hipoteca y un auto. Bueno, ya perdí el auto y estoy batallando por pagar la hipoteca y los demás gastos... Pero quiero que sepan que no me voy a rajar. Voy a luchar hasta el final, cueste lo que cueste. Quieren quitarnos la pensión, la mitad de las prestaciones y recortar los salarios. Si se salen con la suya, perjudicarán a muchísima gente".

Comentarios de Carlos, un huelguista, al OR

Los huelguistas llevan cuatro meses haciendo piquetes todos los días. Han organizado mítines y tuvieron un contingente en el desfile del natalicio de Martin Luther King; siguen luchando a pesar de arrestos y hostigamiento policial. Han organizado actividades para influenciar la opinión pública, como protestas y frente a las mansiones de los ejecutivos de los supermercados y en Wall Street.

Se calcula que los supermercados han sufrido pérdidas de mil millones de dólares, pero las tiendas siguen abiertas. Gerentes y esquiroles están haciendo el trabajo y por lo general los piquetes no han impedido que entren a trabajar.

Arrestaron a varios huelguistas y partidarios a raíz de un piquete combativo en el condado de Orange. En Huntington Beach la policía pidió una ley especial para limitar el tamaño de los palos de los piquetes, pero no se aprobó gracias al apoyo popular a los huelguistas.

Muchos clientes han dejado de comprar en los supermercados donde hay paro y muchos han llevado café y donuts a los piquetes y han donado al fondo de resistencia de los sindicatos. Es evidente que no hay muchos carros en los estacionamientos y las bajas ventas han afectado a las compañías que abastecen los supermercados.

Una huelguista comentó que ve a sus clientes cuando va de compras a Gelson's (un supermercado donde no hay paro). En la cadena King Ranch Market las ventas han subido en un 25%.

El movimiento de apoyo a la huelga ha cobrado fuerza con la participación de universitarios, activistas, abogados, maestros, actores, músicos, miembros del sindicato Teamsters y de otros sindicatos.

El renombrado actor y activista Danny Glover y las cómicas progresistas Ellen Degeneres y Janeane Garafolo han apoyado a los huelguistas. El guitarrista Tom Morello y el grupo musical Audioslave tocaron en un concierto de solidaridad con la huelga en el teatro Roxy de Hollywood. A finales de enero varios sindicatos convocaron un mitin de apoyo de miles de trabajadores en el Forum de Inglewood, y miembros del Gremio Nacional de Abogados y otras asociaciones de abogados se han sumado a los piquetes en solidaridad.

Algunos partidarios han hecho protestas creativas que llaman "Shop & Pavor": llenan carritos de abarrotes y los dejan en los pasillos y cajas de las tiendas, y arengan sobre los justos reclamos de los huelguistas.

Hace poco 40 ciclistas del grupo ambientalista Critical Mass hicieron un recorrido de los supermercados afectados por el paro. Al final unos 20 ciclistas entraron a un par de tiendas y recorrieron los pasillos coreando: "¡Apoyen la huelga! ¡Boicoteen a Vons!".

El sindicato de maestros ha recomendado que sus miembros "adopten" a los huelguistas de la tienda más cercana a su casa, vayan a los piquetes y den apoyo económico.

En enero, el sindicato de estibadores se comprometió a aportar $1 millón para el seguro médico de los huelguistas (los patrones dejaron de pagarlo durante la huelga).

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El desenlace de la huelga no está claro. Se calcula que los patrones han perdido mil millones de dólares, y deben sentir mucha presión para abandonar sus planes desalmados. Sin embargo, no han vuelto a la mesa de negociaciones desde noviembre. El 4 de febrero, rechazaron una propuesta de arbitraje obligatorio (ambas partes se ponen de acuerdo para aceptar lo que recomiende un arbitro "imparcial"). Al cierre de esta edición se están reuniendo con un mediador federal.

Hasta ahora los huelguistas han rechazado las demandas prepotentes de los patrones, que quieren que acepten salarios de miseria dictados por el capitalismo global. Han rechazado las tácticas de dividir para conquistar y un futuro en que su situación se deteriore cada vez más, el seguro de salud esté por los cielos, los salarios no alcancen para lo básico y los patrones los tiren a la basura después de muchos años de trabajo. Su lucha justa ha ganado mucho apoyo popular.