Del libro Oil, Power & Empire (Petróleo, poder e imperio)
Obrero Revolucionario #1232, 14 de marzo, 2004, posted at rwor.org
Ahora el mundo sabe que hace un año Irak no tenía ningún arsenal de armas biológicas, químicas o nucleares ni misiles para lanzarlas y que no representaba un peligro para Estados Unidos. La principal justificación yanqui para la invasión de Irak se ha desmentido.
El mes pasado, el jefe del equipo estadounidense encargado de buscar tales armas, el doctor David Kay, declaró que no existían... a lo mejor desde hace mucho tiempo.
Los apologistas de la agresión yanqui dicen que se trata de una "falla de inteligencia" --¡chin!, los expertos de la CIA se equivocaron "honestamente"-- y no mentiras fríamente calculadas, lanzadas desde la cúpula imperialista para justificar la conquista de un país débil y estratégico con vastas reservas de petróleo. Afirman que la conquista y ocupación de Irak son magníficas, no importa que todos los pretextos se hayan desvanecido.
En este pasaje de Oil, Power & Empire: Iraq and the U.S. Global Agenda (Petróleo, poder e imperio: Irak y el plan global de Estados Unidos), Larry Everest documenta que mucho antes de la invasión yanqui Irak destruyó sus arsenales de armas biológicas y químicas primitivas. El año pasado, se ridiculizó a cualquiera que señalara esa realidad.
Conforme a la Resolución 687 del Consejo de Seguridad [de la ONU, adoptada el 3 de abril de 1991 tras la primera guerra del Golfo - OR ] Irak debía entregar una lista completa de armas proscritas en 15 días y, posteriormente, desmantelarlas. Irak no cumplió y en los meses siguientes bloqueó las indagaciones de los inspectores de armas de la Comisión Especial de la ONU (UNSCOM) encargada de buscar, catalogar y destruir los misiles balísticos; armas químicas, biológicas y nucleares; y la infraestructura tecnológica de los programas de armas.
Para el gobierno baathista, tales armas eran un pilar del poder. Las empleó contra los curdos y en la guerra con Irán de 1980 a 1988. Servían para "multiplicar la fuerza" de otras armas y disuadir adversarios más fuertes como Estados Unidos e Israel, y rivales regionales como Irán. Parece probable que Husseín opine que las armas químicas disuadieron a Estados Unidos de atacar a Bagdad en 19911 y no cabe duda de que aumentaron el peso político de Irak en el Golfo y el mundo árabe.
Scott Ritter fue experto de inteligencia de los marines en la guerra del Golfo de 1991 y jefe de los inspectores de armas de la ONU de 1991 a 1998, año en que renunció a su puesto. Desde entonces ha sido crítico de la política de Estados Unidos hacia Irak. Comentó que para Irak los misiles tierra-aire "eran un recurso estratégico de gran importancia militar, además de una fuente de mucho orgullo y prestigio nacional".2
UNSCOM descubrió que antes de la guerra del Golfo de 1991, Irak elaboró armas químicas, biológicas y nucleares en una escala más grande y más avanzada de lo que se pensaba; produjo gas neurotóxico VX y armas biológicas, y construyó misiles.3
Inmediatamente después de la guerra, el gobierno organizó un sistema muy elaborado para proteger su arsenal. Escondió materiales y documentos o los trasladó de un lugar a otro. Bloqueó el acceso de los inspectores a ciertos lugares y les entregó documentos falsos o incompletos.
Pero en poco tiempo Irak empezó a doblarse bajo la presión de inspecciones, ataques militares y sanciones económicas. En el verano de 1991, admitió que tenía un programa de armas nucleares.4 Seis meses después de la guerra del Golfo, los inspectores descubrieron y destruyeron muchos programas de armas, y en noviembre de 1993 Irak aceptó la Resolución 715 de la ONU, adoptada dos años antes por el Consejo de Seguridad, que estableció un sistema permanente de control de armas.
La deserción de altos funcionarios del gobierno arrojó más luz sobre el alcance de los programas militares iraquíes. De suma importancia fue la deserción en agosto de 1995 del general Hussein Kamel Majid, yerno de Saddam Hussein y por 10 años director de los programas de armas químicas y biológicas. Con la deserción del general Kamel, el gobierno iraquí se vio en la necesidad de entregar más y más información sobre esos programas con la esperanza de que se levantaran las sanciones.
Estados Unidos acusa a Irak de jugar a "engañar y replegarse" con los inspectores de UNSCOM y dice que no lograron desarmarlo. En realidad, los obedeció mucho más de lo que los desafió, y en gran parte lograron sus objetivos.
De 1991 a 1998, UNSCOM mandó 500 equipos y un total de 3,500 inspectores a Irak. Registraron 3,400 lugares, entre ellos 900 instalaciones militares secretas, y destruyeron miles de millones de dólares de armamento y material.5 UNSCOM entró a fábricas y laboratorios, filmó centros industriales y militares 24 horas al día, instaló detectores de agentes químicos alrededor de laboratorios, vigiló el traslado de equipo industrial, examinó montones de documentos e interrogó a muchos científicos y técnicos.
En febrero de 1998, el ex inspector de armas Raymond Zilinskas dijo: "El 95% del trabajo [de UNSCOM] avanza sin ningún impedimento".6 En 1999 en la revista Foreign Affairs , el profesor F. Gregory Gause III resumió el impacto de UNSCOM:
"El presidente Clinton afirmó que UNSCOM destruyó más inventario de WMD [armas de destrucción masiva] que los bombardeos aéreos de la guerra del Golfo, comentario célebre y a la vez acertado, pues desde 1991, UNSCOM ha demolido 48 misiles SCUD, 30 ojivas químicas y biológicas, 60 plataformas de lanzamiento de misiles, casi 40,000 bombas y cartuchos químicos en diversas etapas de producción, 690 toneladas de agentes químicos, tres millones de toneladas de precursores químicos, y el complejo al Hakum para la producción de armas biológicas".7
Por su parte, Ritter sostiene que los inspectores destruyeron el arsenal biológico de Irak:
"El sistema de inspecciones más riguroso de la historia del control de armas, con centenares de inspecciones no anunciadas, obligó a Irak a desmantelar, destruir o desactivar sus armas biológicas. Destruimos con explosivos el principal complejo para la producción de armas biológicas (al Hakum, donde produjeron ántrax) con todo el equipo. Hicimos lo mismo con los demás complejos si encontramos pruebas de que los utilizaron en cualquier momento para investigaciones o producción de armas biológicas... No encontramos ántrax ni otros agentes biológicos. Aunque no fue posible confirmar que se destruyó completamente la capacidad de producir armas biológicas, la ONU jamás encontró ninguna prueba de que Irak conservara armas biológicas ni equipo para producirlas ni que siguiera trabajando en ese campo".8
En octubre de 1998, la Comisión Internacional de Energía Atómica certificó que Irak entregó un informe "detallado, completo y final" de sus programas de armas nucleares y que no encontró pruebas de ninguna actividad prohibida desde octubre de 1997.9 En 1999, el panel de desarme del Consejo de Seguridad de la ONU concluyó: "Aunque quedan por resolverse asuntos importantes, la mayoría de los programas de armas proscritos han sido eliminados".10 En 2001, el secretario de Defensa de la administración Clinton, William Cohen, le dijo a la administración entrante de Bush: "Irak ya no representa una amenaza militar a sus vecinos".11
De hecho, es probable que Irak haya destruido sus armas químicas y biológicas poco después de la guerra del Golfo de 1991. Cuando desertó en 1995, el general Kamel les dijo a los interrogadores de la ONU y la CIA que para ocultar los programas de los inspectores "Irak destruyó su arsenal de armas químicas y biológicas y los misiles para lanzarlas". Después de la guerra solo quedaron los diseños e información sobre materiales para reconstituirlos. Tras la guerra del año pasado, científicos destacados y altos oficiales militares dijeron lo mismo: Irak ocultó diseños y planos --ya en 1998, tenía mecanismos muy elaborados para ocultar pruebas, podía destruirlas con apenas 15 minutos de anticipación, y movía materiales y documentos confidenciales cada 30 a 90 días-- pero no armas.12
Según Newsweek (marzo, 2003), los "inspectores de la ONU callaron" esas revelaciones a fin de "tenderle una trampa a Saddam para que hiciera mayores revelaciones" y porque "Irak jamás entregó documentos que respaldaran lo que dijo Kamel".13 Quizás, pero igual había otros motivos. Primero, las inspecciones orquestadas por Estados Unidos no solamente buscaban destruir las armas químicas y biológicas sino impedirle a Irak reconstituir los programas de armas y desafiar la hegemonía yanqui en el Golfo. Por otro lado, es posible que los inspectores taparan esa información a fin de conservar el pretexto político para estrangular a Irak.
En todo caso, a finales de la década pasada o quizás antes, Irak ya prácticamente no tenía armas prohibidas. Ritter resumió:
"Aunque nunca confirmamos 100% la destrucción de las armas proscritas, verificamos un nivel de desarme de 90-95%... Con la excepción del agente químico mostaza, los agentes químicos producidos antes de 1990 se hubieran deteriorado en cinco años. (No se sabe con seguridad sobre el programa del gas neurotóxico VX: los inspectores llevan la cuenta de los laboratorios, equipo y la mayor parte del gas neurotóxico producido de 1990 a 1991, pero hay importantes discrepancias que imposibilitan una resolución final en este momento). De igual modo, los agentes biológicos se hubieran neutralizado por procesos naturales en tres años".14
Ritter concluyó: "Si el Consejo de Seguridad reevaluara las obligaciones de desarme en términos cualitativos en lugar de cuantitativos, sería muy fácil concluir que Irak ha cumplido". 15 Asimismo, la guerra del año pasado lo ha comprobado: Irak no usó armas químicas y biológicas, en los más de cuatro meses después de la guerra no las han encontrado y todos los científicos iraquíes interrogados por Estados Unidos confirman que no las tenía.
Un ex general de brigada iraquí le dijo al Los Angeles Times que las fuerzas yanquis "aquí no encontrarán armas, solo petróleo".16
____________________________________________________1. William Shawcross, "Why Saddam will never disarm", The Observer , 23 de febrero de 2003
3. Cleveland, 473; Cockburn y Cockburn, 265
4. Paul Lewis, "Iraq Now Admits a Secret Program to Enrich Uranium", New York Times , 9 de julio de 1991, A1
5. William Polk, "The Bush Doctrine and Its Implications for US Foreign Policy", discurso en el Centre for Lebanese Studies, 18 de noviembre de 2002; John Burns, "Iraq's Thwarted Ambitions Litter an Old Nuclear Plant", New York Times , 27 de diciembre de 2002
6. Jim Lehrer, entrevista a Raymond Zilinskas, PBS Newshour , 16 de febrero de 1998
7. F. Gregory Gause III, "Getting It Backward on Iraq", Foreign Affairs , mayo/junio de 1999, 57 (Nota: por motivos de continuidad, en lugar de "al Hakam" --usado por Gause-- usé "al Hakum")
8. Scott Ritter, "Don't blame Saddam for this one", Guardian , 19 de octubre de 2001
9. Barbara Crossette, "Clean Bill for Iraqis on A-Arms? Experts Upset", New York Times , 19 de abril de 1998
10. FAIR Media Advisory, "Iraq's Hidden Weapons: From Allegation to Fact", 4 de febrero de 2003 (www.fair.org/press-releases/iraq-weapons.html)
11. Von Sponeck y Halliday, 29 de mayo de 2001
12. John Barry, "The Defector's Secrets", Newsweek , 3 de marzo de 2003; David Kelly, "Regime's Priority Was Blueprints, Not Arsenal, Defector Told U.N.", Los Angeles Times , 26 de abril de 2003; Bob Drogin, "Iraq Had Secret Labs, Officer Says", Los Angeles Times , 8 de junio de 2003; Hiro, Iraq in the Eye of the Storm , 119. En febrero de 1996, Kamel regresó a Irak, se divorció de la hija de Hussein y poco después lo asesinaron.
13. Barry, Newsweek , 3 de marzo de 2003
14. Scott Ritter, "Is Iraq a True Threat to the US?", Boston Globe , 20 de julio de 2002
15. Education for Peace in Iraq Center (EPIC), "Transcript of Scott Ritter's Testimony for the May 3, 2000 Congressional Briefing" ( www.nonviolence.org/vtw/old_site/Ritter%20Test.html)
16. Drogin, Los Angeles Times , 8 de junio de 2003; John J. Lumpkin, "Top Iraqi prisoners all denying Saddam had weapons of mass destruction", San Francisco Chronicle , 29 de abril de 2003