Audiencias sobre el 11 de septiembre de 2001

La lógica de la guerra y el imperio

Obrero Revolucionario #1235, 4 de abril, 2004, posted at rwor.org

Miles de personas se pegaron a la televisión el 23 y 24 de marzo para ver las audiencias de la "Comisión Nacional sobre los Ataques Terroristas contra Estados Unidos". Los diez miembros de la comisión interrogaron a una serie de altos funcionarios de los gobiernos de George Bush y Bill Clinton. Las explosiones de cólera, los ataques y contraataques resonaron por la estructura de poder y en la campaña electoral.

Pero el veredicto central estaba listo antes de que empezaran las audiencias: el gobierno no ha actuado con suficiente firmeza, se ha preocupado demasiado por poner en peligro la vida de "inocentes", ha dado demasiada importancia a la opinión mundial, y ha iniciado guerras y realizado asesinatos con demasiada cautela.

Todos los participantes aceptaron ese veredicto desde el comienzo, así que las discrepancias fueron sobre temas muy específicos: ¿Quiénes tienen la culpa de esa falta de firmeza? ¿En el futuro, qué equipo de estrategas será el más duro, resuelto e implacable en el ejercicio del poderío de Estados Unidos por todo el mundo?

Oír cualquier crítica pública de Bush y Cía. alegró tanto a tanta gente que muchos no captaron lo que pasaba: que criticaron al equipo de Bush por no atacar a los "enemigos" de Estados Unidos con suficiente agresividad.

¡Carachos!

¿Qué pide la comisión que haga el presidente en los próximos años (sea republicano o demócrata) con el ejército y los equipos de asesinos?

¿Qué pide que nos traguemos los que vivimos en este país?

En el último año se han expresado muchas dudas sobre la guerra de Irak y otras agresiones de Estados Unidos por todo el mundo. Se han desmentido los pretextos de la Casa Blanca y mucha gente sospecha que no tienen nada que ver con la "seguridad" de la ciudadanía. Richard Clarke (ex director de contraterrorismo) confirmó que trazaron el plan de atacar a Irak y Afganistán antes de los sucesos del 11 de septiembre.

Pero en las audiencias usaron a las 3,000 personas que murieron en las Torres Gemelas de Nueva York para justificar la muerte de las docenas de miles de personas que las fuerzas armadas yanquis han matado por todo el mundo desde el 11 de septiembre, y el sinnúmero más que planean matar en el futuro.

Según la comisión, la principal lección del 11 de septiembre es que el gobierno tiene que actuar con más agresividad,y que la ciudadanía debe darle un cheque en blanco para guerras, asesinatos, espionaje y otras medidas extremas en Estados Unidos y por todo el mundo. Y que lo aceptemos en nombre de la "seguridad".

La comisión ha debido llamarse la "Comisión imperial para aprovechar los ataques terroristas como pretexto para más guerras de prevención y operaciones clandestinas globales".

Ridiculizan la "moderación"

Una y otra vez los funcionarios de ambos gabinetes explicaron por qué no despacharon las fuerzas armadas a matar a supuestos enemigos de Estados Unidos por todas partes, y una y otra vez los ridiculizaron ante millones de televidentes.

El ex senador Bob Kerrey chupó cámara preguntando por qué no se realizaron más operativos e invasiones antes del 11 de septiembre.

El secretario de Defensa de Clinton, William Cohen, dijo: "La idea de que, antes de los sucesos del 11 de septiembre, el presidente Clinton o el presidente Bush hubieran podido pedirle al Congreso que declarara la guerra contra Al Qaeda no es realista. Ningún país hubiera apoyado una invasión de Afganistán antes del 11 de septiembre".

La secretaria de Estado de Clinton, Madeleine Albright, dijo que Estados Unidos no podía lanzarse a la guerra tras los ataques en Kenia y Yemen porque "no hubiéramos tenido ningún apoyo diplomático".

Kerrey rechazó el argumento: "Que no es popular, que es difícil, que nuestros aliados no lo apoyan, esto no debe disuadir a un presidente. Teníamos una bala pero no disparamos. No sé si hubiera impedido los sucesos del 11 de septiembre. Pero no creo que porque el comandante en jefe piense que una acción no goza de popularidad, no la debe emprender. Entiendo que eso es lo que dirá pronto el secretario Rumsfeld y voy a criticarlo igualmente".

¿Que qué? ¡Critican a criminales de guerra como Cohen, Albright y Rumsfeld por no ser lo suficientemente agresivos y despiadados!

Son culpables de tantas guerras, bombardeos, operativos clandestinos, asesinatos, sanciones económicas e intimidación, y ahora quieren que creamos que actuaron con moderación.

En las audiencias, Kerrey le dijo a Albright: "Una y otra vez nos dan el mismo pretexto: que no tenían suficiente inteligencia".Y a Cohen le dijo: "Hubiera sido mejor tratar y fracasar que no hacer nada".

Recapacitemos un momento: Estados Unidos acaba de conquistar a Irak con el pretexto de que tenía "inteligencia" de "armas de destrucción masiva", y perdió mucha credibilidad cuando esa mentira se desenmarañó. Pero ahora la comisión quiere que aceptemos que inicien guerras en el futuro incluso si no tienen "suficiente inteligencia".

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No cabe duda de que el senador Kerrey sabe exactamente lo que propone:

El 25 de febrero de 1969, Kerrey dirigió una unidad especial de la Marina, llamada Seals, que atacó a Thanh Phong, una pequeña aldea pescadora en el sur de Vietnam. Kerrey participó personalmente cuando les cortaron la garganta a la primera familia que encontraron. Luego acorralaron a los demás aldeanos desarmados y los masacraron. Una sobreviviente, Bui Thi Luom, dijo: "Pensaba que nos pondrían en libertad cuando se dieran cuenta de que éramos mujeres y niños. Pero abrieron fuego como si fuéramos animales".A Kerrey lo galardonaron y bautizaron "héroe de guerra".

Una pregunta: ¿Qué significa que la clase dominante dé a un criminal de guerra como Bob Kerrey una plataforma para demandar más agresión militar?

De hecho, en Washington se dice que Kerrey será el compañero de fórmula de John Kerry en las elecciones.

Otra pregunta: ¿Qué dice todo esto sobre la clase de "crítica" de la política de Bush que se permitirá en las elecciones. y cuál no se permitirá?

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En las audiencias, el director de la CIA, George Tenet, dijo que la agencia sigue comprometida a llevar a cabo operativos y asesinatos clandestinos. Fue una declaración escalofriante para los que recuerdan la sangrienta historia de la CIA: Tibet en los 1950, Laos en los 1960, las fuerzas islámicas en Afganistán en los 1980, la contra nicaragüense, etc. Son operativos que hay que parar de una vez por todas, no aumentar.

Tenet agregó que cree que lo clave para la "seguridad" es aumentar la "inteligencia interna" e "integrarla con la inteligencia externa". O sea, propuso imponer más medidas fascistas en Estados Unidos y, como si eso fuera algo natural y obvio, se transmitió sin más ni menos.

Tildaron de "debilidad peligrosa" toda mención de circunspección militar, diplomacia, derecho internacional, privacidad y libertades civiles, en aras de la "seguridad nacional" y "la defensa de la patria".

Como para subrayar la atmósfera bélica, Tenet anunció que hay cien "agentes de Al Qaeda" en Europa, el FBI anunció que hay un peligro de "ataques terroristas" contra las refinerías petroleras de Texas y el gobierno cerró muchas embajadas en el golfo Pérsico.

Un vistazo de la misión actual

Siempre que poderosas fuerzas de la clase dominante se pelean en público, se destapan cosas. Eso ocurrió en las audiencias sobre el 11 de septiembre.

El presidente del PCR, Bob Avakian, señaló (en "Los grandes retos de la nueva situación") que el equipo de Bush (Paul Wolfowitz, Dick Cheney, Donald Rumsfeld y Condoleezza Rice) lleva mucho tiempo pensando que el imperialismo estadounidense necesita una política exterior más agresiva.

Avakian resume así el punto de vista de ese grupo: "Tuvimos una gran victoria en la guerra fría, pero con Clinton la desaprovechamos. Hubiéramos extendido nuestra hegemonía a todos los rincones del globo, y ya es hora de que lo hagamos. Nos descuidamos y ahora es hora de aprovechar la victoria de la guerra fría con una nueva reconfiguración del mundo a cachiporrazos. ¡Adelante!".

En su testimonio, Richard Clarke dejó entrever las metas del equipo de Bush. Clarke lleva 30 años como alto funcionario del gobierno encargado de "contraterrorismo", espionaje y operativos clandestinos. Fue director de "contraterrorismo" de Clinton y al comienzo del gobierno de Bush. Recomendó que Bush siguiera el plan "contra el terrorismo" de Clinton, pero dice que lo pasaron por alto.

Clinton tuvo una política exterior muy agresiva: continuó las asesinas sanciones económicas contra Irak y lo bombardeó repetidas veces; atacó a varios países, como Sudán y Afganistán, con misiles cruceros. Pero Clarke y otros documentaron que el equipo de Bush pensaba que desperdició la superioridad militar estadounidense en intervenciones de bajo nivel en zonas no estratégicas (Haití, Somalia, Yugoslavia, etc.). Dice que rechazaron sus planes y propuestas.

Clarke y otros testigos también dijeron que antes del 11 de septiembre, el equipo de Bush centró la atención en el plan de conquistar a Afganistán e Irak. El informe preliminar de la comisión admite oficialmente por primera vez que el plan de invadir a Afganistán e instalar un gobierno pro Estados Unidos se adoptó el 10 de septiembre de 2001.

Clarke agregó que la Casa Blanca y el Pentágono se dieron cuenta de que podían aprovechar el 11 de septiembre como pretexto para iniciar las acciones militares que llevaban mucho tiempo planeando.

En la primera fase atacaron a Afganistán; en la segunda conquistaron a Irak. El secretario de Hacienda de Bush, Paul O'Neil, confirmó que ese era el plan desde los primeros días de la nueva administración (enero de 2001).

Clarke explicó que tras el 11 de septiembre, a Bush y Rumsfeld les interesaba especialmente encontrar un pretexto para atacar a Irak. Le dijo al programa "60 Minutes" de CBS: "El presidente me arrastró a un salón, cerró la puerta y dijo: `Quiero que establezcas si Irak lo hizo'. Nunca me dijo que lo inventara, pero a mí no me cabía duda de que George Bush quería que concluyera que Irak lo hizo. Le dije: `Señor presidente, ya lo hemos investigado sin ideas preconcebidas. No hay conexión.'. Me contestó: `¡Irak! ¡Saddam! Busca la conexión'. Lo dijo de una manera amedrentadora. Que esa era la conclusión que quería".

Dijo que escribió un informe con la CIA y el FBI que concluyó que Irak tenía pocos vínculos con Al Qaeda y no desempeñó ningún papel en el 11 de septiembre. Dijo: "Lo enviamos al presidente pero lo rechazó la asesora de seguridad nacional o un subasesor. Nos dijeron: `No es correcto. Háganlo de nuevo'. No sé si lo vio el presidente porque cuando lo volvimos a hacer, llegamos a la misma conclusión".

Lo que surge de todo eso es un hecho central del mundo actual:

El gobierno aprovechó los ataques del 11 de septiembre para desencadenar una ofensiva global que llevaba mucho tiempo preparando, con el fin de consolidar y extender la dominación yanqui por todo el mundo, especialmente en zonas estratégicas como el golfo Pérsico.

Siendo una bola de gángsters, los imperialistas yanquis se vieron en la necesidad de responder a los ataques. Pero respondieron con un plan de dominación ya trazado hace tiempo.

Fundamentalmente, la "guerra contra el terrorismo" no tiene nada que ver con la "seguridad del pueblo estadounidense". Es esgrimir la superioridad militar estadounidense para crear un nuevo orden mundial, e imponer nuevas "normas" para el comportamiento de Estados Unidos hacia el resto del mundo (la "doctrina de Bush") que quitará las trabas de alianzas, tratados internacionales y opinión pública. Le da al imperialismo yanqui un cheque en blanco para despachar fuerzas armadas a dondequiera que lo dicten sus intereses.

Pedir perdón por motivos tergiversados

Clarke recibió mucha atención cuando le pidió perdón a los familiares de las víctimas del 11 de septiembre: "El gobierno les falló y yo les fallé. Hicimos todo lo posible, pero eso no importa porque les hemos fallado. Por ello les pido comprensión y perdón".

A muchos les pareció una rara y refrescante declaración de responsabilidad en un mar de acusaciones y contraacusaciones.

Pero en realidad la disculpa de Clarke refuerza falsas y peligrosas ilusiones sobre la "guerra contra el terrorismo": que el gobierno no ha sido lo suficientemente agresivo, que hay que aceptar nuevas embestidas del gobierno en nombre de la "seguridad".

Esto pone la realidad patas arriba.

El 14 de septiembre de 2001, poco después de los ataques en Nueva York y Washington, el Partido Comunista Revolucionario dijo: "¿Quién puso en peligro a la población de Estados Unidos? La estructura de poder de Estados Unidos señala con dedo acusador al Medio Oriente. Pero la respuesta está aquí. Estos imperialistas, que han perpetrado incontables crímenes y desastres contra los pueblos del mundo con su implacable explotación global y ataques militares, han creado una situación en que millones odian el gobierno de Estados Unidos por todo el mundo. La población del país más poderoso del mundo sufre las inevitables repercusiones de la conducta de la estructura de poder y la sanguinaria maquinaria militar. Ahora, además de los horrores que han perpetuado contra los pueblos del mundo (horrores que multiplican por mil las lágrimas derramadas en Nueva York y Washington), han provocado la misma clase de devastación en las entrañas de su propia bestia".

La "guerra contra el terrorismo" es una campaña de dominación global del imperialismo yanqui que busca reorganizar el mundo a punta de fusil y no ofrece "seguridad" a nadie, ni dentro ni fuera de Estados Unidos.

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¿Qué significa que una comisión "bipartidaria" y un grupo de altos funcionarios "bipartidarios" digan al unísono que el gobierno tiene que iniciar guerras y operativos clandestinos contra otros países más despiadadamente, sin importar los hechos, la opinión pública o la aprobación internacional?

Significa que la clase dominante tiene un consenso sobre esa política de dominación global. a pesar de algunas discrepancias sobre la mejor manera de hacerlo.

Y significa que nos toca rechazar y desenmascarar lo que están haciendo, especialmente cuando lo hacen en nombre del pueblo y de su seguridad.