Obrero Revolucionario #1236, 11 de abril, 2004, posted at http://rwor.org
"Tenemos una presencia global y ofrecemos entrenamiento y soluciones tácticas para el siglo 21... Entre nuestros clientes figuran agencias policiales federales, el Departamento de Defensa, el Departamento de Estado, el Departamento de Transporte, entidades locales y federales de todo el país, corporaciones multinacionales y países amigos de todo el mundo".
Página Web de la corporación Blackwater
""Sueño con tener el ejército privado más grande y más profesional del mundo".
Gary Jackson, presidente de la corporación Blackwater
"Según Gary Jackson, Blackwater tiene contratos tan secretos que él no puede decirle a una rama federal que está trabajando con otra rama federal... Buena parte de la entrevista con él se realizó en ese ambiente secreto. Están orgullosos de ser parte de esas misiones secretas".
Barry Yeoman, autor de "Soldiers of Good Fortune", transmitido en el programa "Democracy Now"
Casi enseguida que murieron los "contratistas civiles" en Fallujah, se dio a conocer que no eran "civiles" sino comandos y que tres fueron miembros de unidades especiales de las fuerzas armadas. Eran mercenarios de la corporación Blackwater USA. Todos estaban fuertemente armados y uno tenía un carné del Departamento de Defensa.
¿Qué hacían en Fallujah? Todavía no se sabe.
El cuento oficial es que estaban "distribuyendo alimentos", pero ese día no hubo ningún traslado de alimentos. Los marines acababan de realizar redadas y arrestos, y se sospecha que los mercenarios estaban ahí para detener o asesinar a presuntos miembros de la resistencia.
Cuando los periodistas le preguntaron a la corporación Blackwater sobre la misión de sus empleados, los mandaron a hablar con los abogados de la firma. La Convención de Ginebra prohíbe contratar mercenarios, y por eso las corporaciones privadas dicen "oficialmente" que no están en zonas de combate para pelear o asesinar, sino que ofrecen servicios de "seguridad" y "entrenamiento" y, tal vez, "protegen envíos de alimentos".
Blackwater es una corporación de mercenarios muy bien conectada, con sede en Carolina del Norte y oficinas en McLean, Virginia, cerca de la CIA. En Great Dismal Swamp, Carolina del Norte, tiene un campo de entrenamiento de 5,200 acres con el equipo más avanzado. Es una base militar privadas donde entrenan a militares y policías.
En el 2002 la compañía obtuvo un contrato de cinco años con la marina por 35.7 millones de dólares para capacitar personal en tareas de "protección, seguridad para abordar buques, técnicas de búsqueda y encautamiento, y misiones de vigilancia".
Sin embargo, su principal trabajo es despachar su propio ejército de mercenarios, reclutado de las unidades especiales de las fuerzas armadas, unidades SWAT de la policía y "soldados de fortuna" internacionales. En febrero entrenó a comandos chilenos, entre ellos soldados de Pinochet, que irán a Irak.
En agosto del año pasado, Blackwater consiguió un contrato de 21 millones de dólares por ofrecer personal de seguridad y dos helicópteros para Paul Bremer. Con respecto a otras operaciones en Irak, solo dice que ofrece equipos completos "para cualquier tipo de operación".
"Las corporaciones militares privadas permiten al gobierno distanciarse y crear lo que llaman `denegación verosímil'".
Daniel Nelson, ex profesor del Marshall European Center para estudios de seguridad del Departamento de Defensa
"En los últimos años, han operado mercenarios en Liberia, Pakistán, Ruanda y Bosnia. Protegen al presidente de Afganistán, Hamid Karzai, construyeron el centro de detención en Guantánamo, Cuba, para supuestos miembros de Al Qaeda y son una pieza clave de la guerra contra la droga en Latinoamérica"
Barry Yeoman, en la revista Mother Jones, mayo/junio de 2003
"Un velo de secreto ampara misiones militares de Estados Unidos con individuos que no tienen el mismo nivel de supervisión".
Representante por Illinois Jan Schakowsky, demócrata
Blackwater fue fundada en 1997 y al igual que otras corporaciones similares, ha crecido mucho gracias a enormes contratos del Pentágono.
Blackwater es parte de una nueva tendencia. Barry Yeoman dice en el número de la revista Mother Jones ya citado: "Military Professional Resources Inc., una de las mayores y más prestigiosas empresas, dice vanagloriándose que puede movilizar 12,500 ex combatientes con experiencia nuclear y de submarinos. Tiene elementos que están entrenando al ejército en muchas partes del país. Entrena oficiales de campo, robustece la seguridad en las bases militares de Corea y entrena ejércitos extranjeros en países de Kuwait a Sudáfrica. En la cúpula de la corporación, con sede en Virginia, está el general retirado Carl Vuono, que fue jefe del estado mayor del ejército durante la guerra del Golfo y la invasión de Panamá. Sus auxiliares son el general Crosbie Saint, ex comandante del ejército estadounidense en Europa; el teniente general Harry Soyster, ex director de la Agencia de Inteligencia de Defensa; y el general Ron Griffith, ex subcomandante del estado mayor del ejército... La empresa matriz de MPRI, L-3 Communications, tiene más de una docena de cabilderos, entre los que está Linda Daschle, la esposa del senador y líder de la minoría Tom Daschle".
Las corporaciones militares privadas tienen un ingreso annual de 100 mil millones de dólares, repartidos entre nombres como Halliburton, DynCorp, Lockheed Martin, Grumman y Raytheon. Las corporaciones que antes producían las armas y los aviones, ahora también suministran fuerzas mercenarias para llevar a cabo ataques militares y de defoliación, especialmente en Colombia donde una buena cantidad de "contratistas" trabajan como agentes y entrenadores para el gobierno de Estados Unidos.
Hoy en Irak hay más de 15,000 "contratistas" militares al servicio de docenas de corporaciones, más que el contingente de soldados ingleses. Se calcula que hay un mercenario por cada 10 militares de las fuerzas de ocupación. Las empresas militares "privadas" se encargarán de los comedores militares, la vigilancia de bases, los equipos de guardaespaldas, el entrenamiento de soldados y el mantenimiento de sistemas de armas. El New York Times dice que los "contratistas" ahora tienen su propia flota de carros blindados.
Estos "contratistas" tienen luz verde para amenazar y matar a iraquíes. Un ex miembro de las fuerzas especiales le dijo al Washington Post (6 de octubre) que los contratistas militares que vigilan los ministerios matan iraquíes con toda impunidad.
Desde el punto de vista del Pentágono y la CIA, hay buenas razones para privatizar las operaciones más polémicas.
Primero, como no cuenta a los mercenarios como soldados y no cuenta esas bajas como bajas militares, el Pentágono puede dar la apariencia de que tiene menos tropas en un conflicto.
El 31 de marzo, cuando murieron los cuatro mercenarios en Fallujah, la Autoridad Provisional de la Coalición ni siquiera los contó como bajas. Una agencia de prensa calcula que por lo menos han muerto 33 mercenarios, aunque pueden haber sido más.
En segundo lugar, el gobierno está llevando a cabo varias intervenciones militares y mini guerras "por debajo del radar". Usar mercenarios le permite "denegación verosímil" cuando se cometen violaciones de soberanía y atrocidades.
La tercera ventaja es una bonanza para el cuerpo de oficiales militares. Los expertos militares se retiran de la plantilla federal, pero con sus conexiones obtienen enormes contratos para llevar a cabo las miasmas operaciones de logística, entrenamiento y ataques que estaban haciendo. Se vuelven millonarios haciendo lo mismo, pero ahora lo hacen en el "sector privado" y sin tener que responder ante un examen político y de presupuesto.
Para este imperio que glorifica el capitalismo privado y las ganancias, buena parte de la maquinaria global de muerte y destrucción está pasando cada vez más a manos privadas y el negocio es muy, pero muy rentable.