Obrero Revolucionario #1236, 11 de abril, 2004, posted at http://rwor.org
Austin es la capital de Texas y sede de la universidad estatal. Se considera la ciudad más liberal del estado, un oasis en la tierra de los vaqueros. En círculos musicales, Austin es la "capital mundial de la música en vivo", en gran parte porque cada año celebra el festival "Sur por Suroeste" (SXSW). Por 18 años, el festival SXSW ha destacado lo mejor de la música independiente y de nueva onda, y tal vez la música más interesante y vibrante de hoy. Atrae a miles de grupos, artistas, compañías disqueras, escritores y amantes de la música de todo el mundo. Es el mayor festival anual de la ciudad y cada año genera decenas de millones de dólares en ventas. Ha fomentado relaciones comerciales entre la ciudad y 17 países.
Generalmente, SXSW son cuatro días de buena música y pachanga. El año pasado, se presentaron más de mil grupos en 52 locales. La mayoría de los clubes están en la calle 6 o cerca, y la calle se cierra cada año para un gran día de fiesta.
Este año la cosa se puso fea. En la madrugada del 18 de marzo, la policía arrestó al manager y a dos músicos del premiado grupo Ozomatli de Los Ángeles. Al bajista Wildog Abers y su manager Amy Blackman Romero los acusaron de dos delitos menores y al percusionista Jiro Yamaguchi lo acusaron de agresión contra un agente de la ley, un delito grave que se castiga con un máximo de 10 años de cárcel. La policía dijo que el grupo violó las leyes contra el ruido porque salió bailando samba del club con el público al final de la actuación (en la opinión de muchos, una de mejores y las más intensas del festival). El "delito" de Wildog fue violar la ley contra el ruido, y el de Amy interferir con la policía. Esta afirma que Jiro le pegó a un chota cinco veces con una conga.
Wildog describe el incidente de otra manera: "Estábamos tocando en un club muy pequeño que se llama Exodus. Éramos el último acto. El club vendió demasiadas entradas y tenía que sacar a por lo menos 300 personas del lugar. Los gerentes nos pidieron formar una línea de samba, como hacemos siempre al final, para sacar a la gente del club. Así se desocuparía de una manera rápida y simple. Hicimos eso y cuando salimos a la calle, vimos a unos 5 ó 6 chotas. Nos gritaron: "¡Ley contra el ruido!" Yo no oí nada, pero Jiro sí oyó y dejó de tocar. Nos mandaron regresar al club, pero había solo una puerta y toda la gente estaba saliendo todavía.
"La línea de samba es nuestra forma de relacionarlos con el público. Es romper con la distinción entre público y artista, todo eso de "mírenme a mí". Estamos muy comprometidos con eso.
"Cuando la chota nos dijo que teníamos que regresar al club, Jiro - que no es muy alto - alzó la conga para pasar por entre la gente. Eso es lo que siempre hace para que se sepa que quiere pasar. Yo estaba al frente y cuando llegamos a la puerta lo dejé entrar primero a él. Unas 200 personas todavía querían pasar por la misma puerta para salir del club y realmente no podíamos pasar.
"De repente sentí que alguien me agarraba el hombro. Bueno, es normal que después de una tocada, los fans nos feliciten con una palmada bastante fuerte en el hombro. Pensé que era eso; no pensé que era la policía. Me moví y traté de bailar esquivando las manos. Cuando di una vuelta y vi que era un chota, dejé de moverme para ver qué iba a pasar. El chota me tiró contra la pared y me gritó que estaba detenido. No dije casi nada, que pasara lo que iba a pasar. Jiro ya había regresado al club, dejó la conga adentro y salió para aclararle al chota que soy músico del grupo.
"Parece que la policía se puso a rociar con gas pimienta a todo el público. Cuando llegó Jiro, el chota que me arrestó les gritó a los demás agentes: `Ahí está; agárrenlo'. No sabíamos qué estaba pasando. De repente, nos tenían a mí y a Jiro en el vagón y nos llevaban para la delegación. Vimos que esposaron a nuestra manager Amy también. Amy había estado hablando por teléfono, dejando un recado sobre los arrestos a nuestro abogado. Luego le pidió información a un chota - adónde nos iba a llevar y cosas así - y en un dos por tres, la arrestaron".
Wildog salió en libertad unas 10 horas más tarde; Amy salió en tres horas. Después de 16 horas de detención y una multa de $5000, dejaron en libertad a Jiro. En la noche, el grupo tocó otra vez. Sin embargo, no anularon las acusaciones y el caso ahora va al fiscal.
Ozomatli es bien conocido por tomar partido con los oprimidos y oponerse a las injusticias del sistema aquí y en todo el mundo. En su música y en su vida, el grupo celebra la resistencia popular contra la opresión y las esperanzas de un mundo mejor. Por eso la gente los quiere, además de por su música superbailable. Al día siguiente, recibieron apoyo dondequiera que iban. Unos fans hicieron camisetas que decían "Libertad para los 3 de Ozo" y "Libertad para Ozo". Una señora llevó 100 camisetas que decían "Se busca: Ozomatli" con fotos policiales de los tres arrestados. Dondequiera, la gente preguntaba cómo ayudarlos.
El gobierno municipal se encontró en la situación embarazosa de tener que disculparse. Básicamente, no tenía otra salida, pues temía que esa clase de ataque contra músicos ponga en peligro futuros festivales SXSW. Claro que ningún funcionario condenó a la policía; se habló de la necesidad de cambiar las ordenanzas contra el ruido y de buscar maneras de resolver los problemas de comunicación entre la policía y el público.
A final de cuentas, todo eso no tiene nada que ver con por qué la policía atacó a Ozomatli y sus fans. Con toda probabilidad, los chotas no sabían ni jota sobre el grupo y su música. Pero sí sabían que centenares de chavos estaban cantando y bailando en la calle. No les importó que se trataba de un festival, solo que había muchísima gente alegre y eso no se permite en tiempos de guerra. La diversión - especialmente si hay un chingo de gente - está completamente prohibida.
Ozomatli recomienda mandar mensajes de protesta al alcalde de Austin, al consejo municipal, al fiscal y a la policía. Y ¡ojo! el nuevo CD de Ozomatli sale el 22 de junio. Es un CD buenísimo que ofrece todo lo que esperamos de un grupo como Ozomatli.