Obrero Revolucionario #1239, 9 de mayo, 2004, posted at http://rwor.org
"Desde los tiempos en que Nancy Reagan le urgió a la juventud `decir no' a las drogas, la Casa Blanca no se había lanzado con tanto ahínco a una campaña contra las drogas como Bush en esta cruzada contra los esteroides en el atletismo".
San Francisco Chronicle
"Es como macartismo o algo por el estilo. Andan buscando a ver quién es comunista. Seguro me harán pagar por decir esto, pero así es como lo veo".
Dusty Baker, entrenadordel equipo de béisbol Chicago Cubs
"El presidente Bush reiteró una vez más que fue correcto invadir a Irak porque Saddam Hussein estaba a un paso de obtener una bomba atómica y/o esteroides".
Craig Kilborn, cómico del Late Late Show
El gobierno ha declarado una guerra contra los atletas que usan esteroides. En el informe presidencial anual Bush dijo más sobre los esteroides que sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak. Luego el secretario de Justicia, John Ashcroft, anunció en una rueda de prensa que el gobierno federal iba a enjuiciar a cuatro hombres por conspirar para suministrar sustancias ilegales a atletas. Uno de los acusados fue el entrenador personal de la superestrella de béisbol Barry Bonds, de los Giants de San Francisco. Se dijo que otras figuras destacadas del deporte tenían contactos con el laboratorio implicado (Bay Area Laboratory Cooperative, o BALCO). A continuación unos senadores amenazaron demandar al presidente del sindicato de beisbolistas si dicha organización no dejaba de oponerse a que les hagan más análisis de drogas a los jugadores.
Se está creando una atmósfera de paranoia y de ataques judiciales en el béisbol. A los jugadores les dicen que si no se dejan hacer análisis más rigurosos de orina y de sangre, e incluso pruebas con detector de mentiras, pues es porque usan esteroides. A jugadores como Barry Bonds, que no ha violado ninguna ley ni ninguna regla del béisbol, les dicen que hay que examinar sus récords porque de pronto no son válidos. La prensa los acosa. A Mark McGuire, que tenía el récord de homeruns en una temporada hasta que le ganó Barry Bonds, le dicen que ese récord es cuestionable porque admite haber tomado un suplemento vitamínico legal, Andro, que venden sin receta y que no está prohibido en el béisbol.
El San Francisco Chronicle relató que el primer día de prácticas de la temporada la prensa no dejó en paz a Barry Bonds y que "cuando iba para las duchas pasó por una mesa en que estaba Willie Mays y le dijo: `el hombre más buscado del país', en referencia a sí mismo. Después alzó el puño, como Tommie Smith y John Carlos en las Olimpiadas de 1968, y dijo `Poder negro'".
"¿No es raro que el secretario de Justicia salga por TV si es solo cosa de un entrenador y unos tipos de un laboratorio de productos para deportistas? Por eso me parece que hay algo más".
Chuck Yesalis, profesor de la Universidad Penn State, experto en esteroides
El ataque contra los esteroides se da en determinado contexto. En la sociedad capitalista, "las necesidades de la clase burguesa y del capital moldean y deforman", el deporte, al igual que otras instituciones de conocimiento, educación y comunicación, como dice el Borrador del Programa del PCR (p. 103) Los ataques de Bush y Ashcroft a los esteroides atizan la actual atmósfera de medidas represivas.
Exigir que todo atleta se deje analizar la sangre y la orina cuando le dé gana a la policía de la droga está ligado a la atmósfera general de represión que el gobierno está imponiendo. Con la Ley Patriota y otras medidas, el gobierno está erosionando la premisa judicial burguesa de que uno es inocente hasta que se demuestre lo contrario.
Ahora el gobierno puede espiar mezquitas y reuniones políticas sin ninguna prueba de que se está cometiendo un delito. Puede detener indefinidamente a centenares sin acusarlos de nada como "testigos presenciales" o calificar a una persona de "combatiente enemigo" y encerrarla de por vida sin juicio ni abogado.
Como señaló Bob Avakian en una charla el año pasado: ".porque al lanzar una guerra sin fin de esta clase es necesario instituir muchos mecanismos de represión y preparar toda una maquinaria represiva, anticipando que puede haber mucha resistencia y que las cosas se les pueden salir de las manos en el plano internacional o en el propio Estados Unidos. Dadas las fuerzas que están desatando y la situación que están creando, es muy posible que las cosas se les salgan de las manos. Por eso necesitan instituir represión ahora y prepararse para extremarla más en el futuro". ( Obrero Revolucionario, No. 1155, 16 de junio de 2002)
En el caso del laboratorio BALCO, el gobierno mandó a siete atletas a rendir declaratoria ante un gran jurado de acusación secreto con inmunidad limitada. Pero se informa que los fiscales los amenazaron con acusarlos de perjurio si no contestaban como querían. Eso le sucedió a la estrella del baloncesto Chris Webber en el año 2000.
A principios de marzo, la prensa dijo haber recibido informes anónimos de que Barry Bonds, junto con Jason Giambi y Gary Sheffield (de los Yankees de Nueva York) y otros tres beisbolistas famosos, recibieron esteroides de BALCO. Sus abogados afirmaron que no hay ninguna evidencia contra ellos y que los informes anónimos los filtró el gobierno por motivos políticos de Ashcroft.
El gobierno quiere ejercer cierto control sobre los atletas profesionales de alto nivel, que tienen mucha influencia en los sectores populares de la sociedad. Con ese fin, está manipulando una especie de populismo que dice: "Esos tipos ganan 70 millones de dólares al año, creen que pueden hacer lo que les dé la gana y no tienen la menor consideración por los aficionados, así que el gobierno debe apretarles las clavijas". Esa lógica vengativa no concuerda con los intereses del pueblo. Es verdad que muchos atletas tienen grandes privilegios, pero eso no es lo fundamental: los atletas no son los que han creado las grandes disparidades de clase y de ingresos en este país.
Los esteroides se combinan con el núcleo de las células musculares y hacen que produzcan más proteína; eso aumenta el tamaño del músculo. Los esteroides causan una serie de problemas físicos, como lesiones cardiovasculares (porque aumentan el colesterol), daño al hígado, desgarramiento de tendones (porque los músculos crecen más que los tendones), impotencia, calvicie, aumento de los senos en los hombres, y vello facial, trastornos de la menstruación y calvicie masculina en las mujeres.
Sin embargo, los expertos de salud pública opuestos a los esteroides no comprenden el énfasis que el gobierno les está dando. Robert MacCound, profesor de derecho y política oficial de la Universidad de Berkeley, dice: "En el campo de salud pública, es muy difícil justificar esta prominencia". Agrega que aunque el consumo de esteroides no es "un problema trivial, es muy difícil ponerlo en la misma escala que otros problemas de salud actuales, como alcohol, tabaco, HIV y obesidad. No es de los problemas más importantes".
Además, todo el que conozca algo de deportes profesionales sabe que la salud de los atletas no les importa mucho a los dueños de los equipos ni a la prensa. "Existe una mentalidad de ganar a toda costa que dice que a menos que uno haga algo espectacular en la cancha, no es especial", comentó Tyrone Wheatley de los Raiders. "¿Está bien llenar de drogas a los jugadores para que jueguen con fracturas y desgarramientos, pero no está bien que tomen suplementos para conservar el vigor?"
Si al gobierno realmente le preocupan los malos efectos de los esteroides, ¿por qué no frena que le den esteroides al 80% del ganado? Se ha documentado que los esteroides de los alimentos causan cáncer, especialmente cáncer de seno, y otros problemas de salud. El agua de los campos de engorde de ganado tiene tantos esteroides que cuando llega a los ríos a los peces les salen órganos genitales masculinos y femeninos. En Europa está prohíbido darle esteroides al ganado, pero en este país no se prohibe porque es una enorme fuente de ganancias para la industria ganadera.
Las páginas deportivas están llenas de comentarios de que los esteroides han manchado la "pureza" del deporte, especialmente del béisbol. También están llenas de críticas bajas de los récords de muchos deportistas.
El columnista de ESPN Jason Whitlock escribió: "Dejen de buscar la virtud en los deportes estadounidenses. Se fue el día que llegó el dólar".
El columnista Ralph Wiley escribió hace poco en ESPN: "¿No se trata del juego limpio, de ser `limpios' y de la `pureza' del juego?". Y contesta así: "Los récords de Ruth están manchados. Los récords de Aaron están manchados. Los alcanzaron seres humanos en sistemas humanos imperfectos, así que desde luego están manchados. Pero no culpo a Babe Ruth personalmente de que alcanzó su récord en una liga que prohibía la participación de gran parte de la fuerza de trabajo calificada, los negros y los morenos, los latinos y los asiáticos, los afroamericanos".
Unos columnistas dicen que los análisis de drogas no son gran cosa, así que los atletas deben callarse la boca y hacer cola para orinar en un vasito.
Tyrone Wheatley de los Raiders, uno de los siete atletas que rindió declaración en el caso de BALCO, describió lo que tienen que hacer los atletas en estos días. Antes de tomar vitaminas y suplementos, él los manda a un laboratorio para que examine si tienen alguna sustancia ilegal. "La NFL nos dice a los jugadores que somos responsables de todo lo que ingerimos, así que no me quiero poner en riesgo por si acaso las vitaminas, el aceite de pescado o la proteína en polvo que tomo están contaminados. ¿De qué otra forma voy a estar seguro de que mi frasco de vitaminas no se ha contaminado si de pronto en la fábrica donde lo manufacturan también embotellan THG o esteroides?". Además, la Agencia Mundial Antidoping (WADA) prohíbe muchas otras sustancias fuera de los esteroides anabólicos: marihuana, glucoesteroides (presentes en las medicinas para el resfriado) y otras. Hasta hace poco, estaba prohibida la cafeína.
El más estricto programa de análisis de drogas no dejará contenta a la policía de la droga. Hace poco Lance Armstrong, cinco veces ganador del certamen ciclístico Vuelta de Francia, le escribió una carta abierta al presidente de WADA, Dick Pound, quien comentó que los ciclistas usan esteroides. Armstrong le contestó: "La Vuelta de Francia es una de las competencias deportivas en que se hacen más análisis... todas las muestras las analiza un laboratorio de París con excelente reputación y acreditado por el Comité Olímpico Internacional y WADA". Señala que de 710 análisis de ciclistas en 2003, solo 0.56 por ciento dieron un resultado positivo de sustancias prohibidas y dice: "Quizá el Sr. Pound, como otros, cree que un resultado negativo no es prueba de que un ciclista está limpio. Si fuera así, se podría afirmar que ningún atleta está limpio. ¿Es esa la posición de WADA? ¿Corresponde que una persona de tales ideas dirija la organización antidoping más importante del mundo? No me parece".
"Ronald Reagan lanzó una guerra contra la droga en los años 80. Ahora tenemos una próspera industria de construcción y administración de cárceles, cientos de miles condenados por delitos no violentos a más tiempo que los homicidas y los violadores, y la misma cantidad de siempre de gente que usa drogas por diversión. La guerra de Bush contra los esteroides no logrará nada".
Jason Whitlock, columnista de ESPN
A los que no entienden muy bien lo que busca el gobierno con la actual cruzada contra los esteroides en los deportes les conviene pensar en la guerra contra la droga de las últimas dos décadas. Es cierto que las drogas son un problema serio en esta sociedad; pero hay que preguntarse si la guerra del gobierno contra la droga hizo algo por solucionarlo.
Toda la controversia sobre el consumo de esteroides por deportistas refuerza la lógica represiva de que nadie es "inocente hasta que lo demuestre". En el país que han creado Bush y Ashcroft, el que no deje que le hagan análisis y no publique los resultados es culpable y quedará marcado de por vida... aunque sea una superestrella y haya establecido récords mundiales. Es la lógica represiva de un gobierno represivo; hay que verlo claro y rechazarlo.