Obrero Revolucionario #1241, 23 de mayo, 2004, posted at http://rwor.org
A continuación los hechos divulgados antes de que saliera el artículo de Hersh:
"Tras el 11 de septiembre se acabaron las contemplaciones".
Cofer Black, ex director de contraterrorismo de la CIA, testimonio ante el Senado, 26 de septiembre de 2002
"Si uno no viola derechos humanos, con toda probabilidad no está cumpliendo su deber. No queremos una política de tolerancia cero en esto".
Funcionario anónimo del gobierno encargado de "la supervisión y traslado de terroristas", Washington Post,25 de diciembre de 2002
"Abu Mustafa, de 24 años, dijo que las fuerzas estadounidenses lo arrestaron hace 10 meses y lo acusaron de ser líder de un grupo terrorista. Dijo que lo colgaron por las manos durante cinco horas. Más tarde, cuando estaba en el hospital del penal, dos soldados estadounidenses tuvieron relaciones sexuales en frente de él. Otro preso dijo que vio ponerles alambres a la lengua y los genitales de su primo".
Entrevista a presos puestos en libertad, Telegraph,15 de mayo
Tras el 11 de septiembre, el gobierno yanqui inició una ofensiva global. En Estados Unidos y por todo el mundo arrestó a miles de personas. A las dependencias de espionaje, expertas en tortura, las mandó a hacer todo lo necesario para recolectar información y castigar a los enemigos.
Aplicaron una política de maltrato y tortura desde el comienzo.
Durante la guerra de Afganistán, metieron a miles de presos en el fuerte de Qala-i-Janghi, donde los interrogadores de la CIA les dieron golpizas y los humillaron. Los presos se rebelaron y mataron a un torturador. El ejército mandó bombardear el fuerte y mató a centenares. A los sobrevivientes los metieron en grandes contenedores metálicos, 300 en cada uno, sin agua o servicios sanitarios, y los dejaron ahí durante varios días de traslado. En el calor eran como hornos y centenares de personas murieron de sed, asfixia y heridas. Dejaron pudrirse los cadáveres en medio de los vivos. Cuando llegaron, a la mayoría los mataron a balazos y los tiraron en fosas comunes en Dasht Leile. Fue un gran crimen de guerra de los últimos tiempos.
Cuando le preguntaron sobre el incidente, Donald Rumsfeld contestó: "No me importa un comino el tratamiento".
El gobierno estableció dos grandes penales, primero en la base Bagram de la fuerza aérea en Afganistán y luego el Campo X-ray en Guantánamo, Cuba. A esos penales enviaron presos de todo el mundo encadenados y encapuchados, en violación de los tratados de extradición y las leyes de una docena de países. No los acusaron de nada y les impusieron aislamiento y salvajismo.
El Washington Post informó sobre la situación en los penales de Afganistán el 25 de diciembre de 2002: "Los especialistas en interrogatorios familiarizados con los métodos de la CIA nos dijeron que a los presos del centro de interrogatorios de la CIA en la base aérea Bagram que no cooperan los mantienen a pie o arrodillados durante horas, con capuchas negras o gafas pintadas para que no vean nada. A veces los mantienen en posiciones incómodas y dolorosas, no les permiten dormir y los bombardean 24 horas seguidas con luces fuertes. Las llaman técnicas de estrés y coacción".
En 2002 Donald Rumsfeld, el secretario de Defensa, dijo que no era cierto: "A pesar de lo que dice un puñado de exagerados internacionales, no tratamos a los presos de una manera infrahumana. Seguiremos tratándolos conforme a los principios de justicia y libertad con que se fundó nuestro país".
Hoy, para defenderse ante el escándalo, el Pentágono ha tenido que publicar las reglas para interrogatorios, antes secretas. Dice que el alto mando militar (el secretario de Defensa y los generales) pueden aprobar métodos como privación sensorial con capuchas o aislamiento, posiciones que causan dolor, manipulación de la comida, privación de sueño y perros.
Así que de una cosa no cabe duda: Muchas de las técnicas empleadas en Abu Ghraib tienen la aprobación de los más altos niveles.
Un decano de una escuela de derecho defendió esos métodos en un programa televisado. Dijo: "Se parecen mucho a lo que pasa a diario en las delegaciones policiales". ¡El tipo también defiende la brutalidad policial!
El derecho internacional prohíbe interrogar y maltratar a los prisioneros de guerra, así que el gobierno simplemente inventó una nueva categoría: dice que no son ni soldados ni civiles, sino "combatientes ilegales" para aprovechar una laguna de la Convención de Ginebra, que solo protege a soldados uniformados de gobiernos establecidos y no a los grupos armados "no gubernamentales" (tanto revolucionarios como no revolucionarios). Rumsfeld dice que el Pentágono sí cumple con la Convención a pesar de que no se aplica a estos presos.
Pero incluso su lista de técnicas de tortura lo desmiente. Amnistía Internacional dijo: "Esas técnicas de tortura, o de tratamiento cruel, infrahumano y degradante, son graves violaciones de la Cuarta Convención de Ginebra, o sea, son crímenes de guerra". Cuando un senador dijo que las técnicas "van mucho más allá de lo que permite la Convención de Ginebra", Rumsfeld contestó que los abogados del Pentágono no están de acuerdo.
Pero los métodos empleados en la "guerra contra el terrorismo" son tan extremistas que ¡incluso los abogados militares han protestado! El 13 de mayo el Washington Post informó que ocho abogados de la oficina del Judge Advocate General (JAG) del Pentágono se reunieron con el Colegio de Abogados de Nueva York en 2003 y le dijeron que el Pentágono abolió la regla que requería la presencia de un abogado de JAG durante interrogatorios duros. Eso da luz verde a la tortura.
¡Bienvenidos a Amérikkka 2004: donde Rumsfeld "se responsabiliza" por la tortura en Abu Ghraib pero dice que no son torturas, y donde el Pentágono publica una lista secreta de torturas aceptables pero dice que son razonables y legales!
"La agencia tiene que autorizar acciones que ordinariamente no se permiten".
George Tenet, director de la CIA, en el memorándum "¡Estamos en guerra!", New York Times,7 de octubre de 2001
"El presidente ha dado a la agencia permiso para hacer todo lo que sea necesario. Ahora están en marcha operaciones letales impensables antes del 11 de septiembre".
Alto funcionario del gobierno, Washington Post,21 de octubre de 2001
"No podemos legalizar la tortura porque no concuerda con los valores estadounidenses. Pero aunque condenamos las violaciones de los derechos humanos por todo el mundo. tendremos que trasladar a algunos sospechosos a nuestros aliados menos escrupulosos, incluso si es hipócrita".
Jonathan Alter, editor, revista Newsweek,5 de noviembre de 2001
También se ha filtrado más sobre los métodos de los interrogadores de la CIA. En general los interrogadores militares arrancan información sobre la resistencia mientras que los de la CIA se enfocan en los pocos presos con vínculos internacionales.
El 13 de mayo el New York Times documentó que los interrogadores de la CIA utilizan "niveles de fuerza graduados". Por ejemplo, en una técnica que llaman "tablón de agua", sujetan al preso y lo empujan bajo el agua hasta que piensa que se va a ahogar. Varios presos han muerto a manos de la CIA.
El Times informó: "Esas técnicas son parte de una lista de reglas secretas para interrogar a presos de Al Qaeda (ninguno de los cuales está en Irak) endosada por el Departamento de Justicia y la CIA. El gobierno de Bush las adoptó poco después del 11 de septiembre y dio a entender que el gobierno tendrá más libertad para tratar duramente a los presos".
Así que tanto el Pentágono como el Departamento de Justicia aprobaron las nuevas reglas.
El Times escribió que el FBI mandó que sus agentes no participaran en los interrogatorios de la CIA. Eso demuestra que sabía que la CIA empleaba métodos de tortura que violaban el derecho nacional e internacional. Tenían una división de funciones: la CIA torturaba a los presos y el FBI permanecía "ciego" a la fuente de confesiones e información para no "contaminar" el testimonio.
La CIA sabía lo explosivo que eso era. Un agente le dijo al Times:"A algunos de los participantes les preocupaba que cambiara el presidente o el clima nacional, y que tendrán que rendir cuentas. Ahora etsamos viendo eso a una velocidad pasmosa".
"Tras el 11 de septiembre hubo un debate acerca de cómo desaparecer a ciertas personas".
Funcionario de una agencia de inteligencia, New York Times,13 de mayo de 2002
"No les rompemos la madre. Los enviamos a otros países para que allá les rompan la madre".
Funcionario del gobierno que participó en el traslado de presos al extranjero, Washington Post , 25 de diciembre de 2002
Un método de evitar que se pusieran al descubierto las torturas de la CIA ha sido desaparecer a las víctimas. No dice ni cómo se llaman ni dónde están, y no permite que las organizaciones como la Cruz Roja los vean.
Otro método es trasladarlos a otros países. Cuando la CIA y el Departamento de Justicia escribieron pautas para interrogatorios, aprovecharon una laguna jurídica que permite las más salvajes torturas. El Times escribió: "Nos dijeron que una serie de memorándums judiciales aconseja que si una agencia piensa utilizar métodos que violan las leyes estadounidenses contra la tortura o el tratamiento degradante, o que contravienen la Convención de Ginebra, evitará la culpa si puede decir que el preso está formalmente detenido por el gobierno de otro país".
La CIA simplemente traslada a los presos a Egipto, Siria, Jordania, Usbekistán o Pakistán cuando quiere utilizar las formas más crueles de tortura; ahí no hay problemas con publicidad o leyes.
"Parece que han utilizado las mismas tácticas en Irak y en Afganistán. No las encontraron en la internet. Son el producto de capacitación sistemática".
Senador Patrick Leahy, 12 de mayo de 2003
En marzo, el grupo de derechos humanos Human Rights Watch publicó un informe sobre el maltrato de presos en Afganistán. Documentó el uso de las mismas técnicas que se ven en las fotos de Abu Ghraib: golpizas, congelación, "estrés y coacción", privación sensorial y de sueño, desnudez y humillación.
Dos ciudadanos ingleses, Shafiq Rasul y Asif Iqbal, presos en Guantánamo durante dos años, dijeron que los maltrataron y humillaron con regularidad. Los encadenaron, los obligaron a sentarse en cuclillas durante horas y amenazaron con echarles los perros. Vieron a otros presos golpeados y privados de ropa por varios días. Dijeron que los carceleros lo filmaron todo.
Los carceleros de Guantánamo dicen que "quebrantan" a los presos con crueldad. Otros ex presos dijeron que llevaron a prostitutas al penal para insultar y humillar a los presos.
Luego aplicaron las técnicas de tortura aprobadas para presos "vinculados a Al Qaeda" a todos los sindicados de "terroristas", o sea, a casi todos los presos, incluso los miles de civiles iraquíes arrestados al azar en las redadas de Bagdad.
En el otoño del año pasado, enviaron al general Geoffrey Miller de Guantánamo a Abu Ghraib para iniciar nuevos métodos. Mandó a los policías militares "preparar" a los presos para los interrogatorios sometiéndolos a tratamiento cruel y humillante. El mundo entero ha visto las fotos de los resultados.
"Creo que hasta la fecha es cuestión de maltrato, que técnicamente no es lo mismo que tortura. No tengo pruebas de tortura, así que no voy a hablar de tortura".
Secretario de Defensa Donald Rumsfeld, hablando de Abu Ghraib
Ahora, ante el escándalo, vemos una campaña de disculpas a medias y de enérgica negación. El comandante de las fuerzas yanquis en Irak, el teniente general Ricardo Sánchez, anunció que en el futuro no aprobará los métodos más crueles en la lista del Pentágono. El general Miller (ahora comandante del sistema carcelario en Irak) puso en libertad a centenares de presos.
El Pentágono no acusó a ninguno de los soldados arrestados de "tortura", sino de delitos menores como maltrato y no proteger a los detenidos. El primer juicio militar programado es del especialista Jeremy C. Sivits, acusado de fotografiar la tortura. Es una amenaza a todo soldado que piense sacar más fotos. Sivits se declaró culpable a cambio de una sentencia reducida y declaró que el maltrato en Abu Ghraib no tenía aprobación: "Nuestros comandantes nos hubieran aplastado. Son partidarios de la justicia". Es una afirmación risible en vista de todas las pruebas de los presos, de otros carceleros y de las fotos. Sirve para ayudar al Pentágono a controlar los daños.
Por su parte, Rumsfeld le dijo al Senado: "Vamos a mantenernos firmes". Simultáneamente el ejército de ocupación atacó Najaf y otras ciudades iraquíes, y mató y desplazó a miles más.
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Un ex preso de Abu Ghraib, Saddam Saleh Aboud, de 29 años, describió cómo lo torturaron y golpearon, y le preguntó a un corresponsal estadounidense: "¿Qué haría si yo ocupara su país, torturara a la población y violara todas las leyes? ¿No opondría resistencia?"