Obrero Revolucionario #1242, 30 de mayo, 2004, posted at http://rwor.org
El Obrero Revolucionario recibe muchas cartas de presos de todo el país con solicitudes del periódico y de ejemplares del Borrador del Programa del Partido Comunista Revolucionario. A continuación publicamos varias cartas que demuestran lo importante que es que brille la luz de la revolución detrás de los muros de la prisión. Exhortamos a contribuir al fondo de Literatura Revolucionaria para Presos (FLRP) para que ni un solo pedido quede pendiente por falta de dinero. Para llamar al FLRP: 773-227-4066. Favor de mandar contribuciones a: FLRP, Merchandise Mart, PO Box 3486, Chicago, IL 60654.
Saludos revolucionarios:
¡Espero que esta breve carta aún te encuentre en rebelión! Hubiera mandado una antes pero me encuentro un poco ocupado con mis responsabilidades legales. Lucho por prepararme una defensa acertada contra los opresores malvados.
Siento lo del problema de la falta de fondos: en este momento algunos compañeros y yo estamos recolectando sobres para ayudarles con las estampillas.
Compañero, te admiro porque exhibes un verdadero potencial revolucionaria, sabes que debemos vivir la lucha por medio de nuestras palabras, acciones, hechos y todo lo demás. Todos nuestros pensamientos y todas nuestras acciones se deben enfocar hacia la meta de llevarnos al día de la revolución (liberación).
En mis viajes, he conocido a muchos que no sabían definir el "materialismo histórico" correctamente. Los revolucionarios deben entender las realidades concretas bajo el imperialismo global, resumir las condiciones materiales y la historia, y luego basarse ideológicamente y estratégicamente en lo que ha funcionado para acabar con la opresión. La violencia no es opcional; la revolución es un proceso en el que una clase desata una sublevación sangrienta para derrotar a la clase opresora.
Como dijo Frederick Douglass, la historia del progreso de la libertad humana demuestra que todo lo que se concede a sus imperiosas peticiones, surge de una intensa lucha. "Si no hay lucha, no hay progreso. Aquellos que profesan preferir la libertad mientras desaprueban la agitación, son hombres que desean la cosecha sin arar tierra, desean la lluvia sin trueno ni relámpago. Desean el océano sin el brumido imponente de sus vastas aguas".
Dijo que la lucha puede ser una lucha moral o física, o puede que sea las dos cosas a la vez, pero es indispensable luchar. Pues el poder no concede nada sin antes reclamarlo. Nunca lo ha hecho, nunca lo hará.
Si buscas saber a qué se somete la gente, encontrarás la medida exacta de la injusticia que se le impone. Eso continuará hasta que los oprimidos ya no aguanten y pongan un hasta aquí a los tiranos. Algunos de esos oprimidos entenderán muy pronto, pero por ahora están solos y sufren la vida miserable que se vive dentro de una prisión.
Añoran salir de ahí, tener otra oportunidad (desde su perspectiva) de ser un miembro positivo y productivo de la comunidad. Añoran una oportunidad de redimirse, de poder brindarle amor a una mujer, a una familia, a los hijos, etc. Por eso, para algunos, la medicina revolucionaria es demasiado potente, y no les podemos dar todo a la vez. Primero hay que hacer un diagnóstico y administrar la dosis correcta. Algunos se harán conscientes de la cruda realidad de la lucha de clases. No existe nada en medio, como dijo el compañero Marx. Tendrá que ser una sangrienta sublevación o será nuestra extinción.
Yo ya los he observado de cerca. Me he sentado con ellos cuando chismean de todas sus viejas y de los que asaltaron y de la lana que hicieron. Al principio, cuando entran al sistema así se la pasan. Después de un mes o dos, empiezan a ver la realidad, y los mismos que andaban alardeando sobre viejas, lana y asaltos empiezan a traer la Biblia o el Corán en la mano, que dizque ahora viven por Cristo o por el profeta Mahoma. Todo eso solo es una manera de escapar. Se aferran a la religión y lo usan como una excusa para no tratar de ayudarse a sí mismos.
No entienden que la religión es una de las causas de su inhabilidad de unirse. Cada secta religiosa dice que su religión es lo máximo y habla mal de las otras. Están tan metidos en la religión que entrar en conflicto por ella es un hecho (no se puede evitar), especialmente cuando se trata de organizarlos alrededor de lo que realmente necesitan.
Eso pasa porque usan la religión para calmar su dolor, y si dices algo que no está de acuerdo con lo que creen, piensan que intentas censurar su religión o hablar mal de su dios. Es absurdo ¿No? Pero así pasa.
La lucha no les interesa porque han luchado toda su vida. Entonces cuando sufren a manos de los poderes opresivos, piensan que es un castigo de Dios o de un poder más alto. Entonces se resignan al infierno y a estar vencidos. Para los oprimidos, sentirse así se ha convertido en algo natural.
Compañero, ya llegó el correo y espero del OR de esta semana. He estado leyendo las palabras del compañero Dix ("Soldados contra la guerra de Vietnam", Parte II). Las cosas que dice están ligadas a la del soldado que lucha contra la sociedad capitalista.
Les doy mis más sinceros saludos. Cualquier material que ustedes me envíen de seguro se lo paso a los compañeros que ya están listos para leerlo.
En rebelión,
XXX
Queridos compañeros:
Espero que todo ande bien contigo y con los otros miembros del partido.
Siempre me siento con suerte de poder sentarme a escribirles una carta. Todavía estoy luchando por entender el marxismo, leninismo y maoísmo. Ahora intento pensar críticamente para que cuando regrese a las calles entienda mejor la situación concreta que enfrentan las masas y sea un buen representante del partido. Esta es una de mis metas más importantes: luchar por las masas a través del partido.
Quiero ayudar a "crear opinión pública, conquistar el poder y preparar mentes y organizar fuerzas para la revolución". Yo creo firmemente que esto es posible. Sin embargo, lo que encuentro aquí en la prisión es que estos posibles revolucionarios proletarios no están dormidos; más bien están cómodos en su situación. Quizás no nos gusta la situación, pero nos sentimos seguros dentro de nuestras condiciones miserables. Porque algunos de nosotros no queremos cambiar. Pensamos, decimos, sentimos que queremos cambiar pero, ¿en realidad creemos que el cambio social se puede convertir en realidad? Algunos de nosotros no queremos bregar con el marxismo, el leninismo y el maoísmo. Queremos que nuestras condiciones mejoren así, de repente, sin haber luchado. Queremos que alguien más luche por nosotros. Quizás estamos persiguiendo un sueño imposible.
Marx y Engels fueron absolutamente correctos en el Manifiesto comunista:
"Quieren realizar sus aspiraciones por la vía pacífica e intentan abrir paso al nuevo evangelio social predicando con el ejemplo, por medio de pequeños experimentos que, naturalmente, les fallan siempre". Estas ideas sobreviven igual hoy que cuando Marx y Engels escribieron el Manifiesto comunista. Todos tenemos un corazón sediento; buscan respuestas a los problemas sociales, pero no entienden que la respuesta se encuentra dentro de ellos mismos. Si pudieran aprender a aplicar el pensamiento de Mao Tsetung entenderían. "El pueblo es la fuerza que hace la historia mundial".
La gente tiene que aprender cómo funciona la sociedad, cómo trabaja y cómo la gente interactúa y se relaciona con la sociedad. Lo que quiero decir es que deben de entender lo que Marx llama la base de la sociedad, o sea, las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Deben entender cuáles son las fuerzas productivas y qué significan las relaciones de producción. Al aprender lo que significan las relaciones de producción también aprenden su posición en la sociedad y lo que tienen que ver ellos con las relaciones de producción. Después entienden cómo la superestructura se levanta sobre esa base.
Creo que estas ideas serán esenciales para que aprendan las masas. Para entrar más profundamente al marxismo, hay que esforzarse sistemáticamente para obtener una explicación científica de cómo se desarrolló la sociedad humana. Necesitan entender que no vivimos en un vacío. Que vivimos en grupo y, por ende, la historia del desarrollo humano social es la historia de grupos sociales.
Aquí termino la carta, pero nunca terminará mi gratitud y el deseo de luchar en el partido por las masas.
En la lucha,
XXX