¿Por qué Irak?

Las ambiciones globales que motivan la guerra contra Irak

by Larry Everest

Obrero Revolucionario #1243, 13 de junio, 2004, posted at http://rwor.org

Dijeron que invadieron a Irak por las armas de destrucción masiva, pero no había tal.

Dijeron que invadieron por el terrorismo, pero no probaron ningún vínculo con Al Qaeda

Dijeron que invadieron para acabar con las fosas comunes, pero las fuerzas armadas de Bush han enviado a centenares de iraquíes a fosas comunes en Fallujah.

Dijeron que invadieron para llevar "libertad y democracia" a Irak, pero impusieron una brutal ocupación, con redadas de puerta a puerta, cierre de periódicos, aplazamiento y manipulación de elecciones, y cárcel por expresar oposición.

Dijeron que invadieron para tumbar el gobierno de Saddam Hussein, pero ahora están nombrando a generales baathistas como caudillos de las zonas donde hay resistencia.

Y dijeron que invadieron para acabar con "las cámaras de tortura y violación", pero ahora todo el mundo ha visto que la CIA y la Inteligencia Militar se apoderaron de los penales de Hussein para llevar a cabo tortura y violación.

Así que ¿finalmente podemos hablar de las verdaderas causas de esta guerra?

"¿Finalmente podemos hablar...?", Obrero Revolucionario No. 1241, 23 de mayo, 2004

Hemos visto un diluvio de reportajes, declaraciones oficiales, revelaciones, audiencias del Congreso, debates y análisis incesantes de la invasión y ocupación de Irak. Pero en general minimizan, pasan por alto o tapan a propósito los verdaderos motivos de la guerra.

Si no entendemos por qué Estados Unidos se metió en Irak --si pensamos que es solo por interés de George W. Bush y sus amigotes-- no podremos entender la naturaleza de esta guerra ni el rápido curso de los acontecimientos. No entenderemos la urgencia actual, la enormidad de lo que está en juego ni por qué tenemos que oponer resistencia a la guerra del gobierno estadounidense contra el mundo. Tampoco entenderemos la profunda vulnerabilidad de los imperialistas ni la posibilidad de una seria derrota en Irak y una crisis política de envergadura aquí. No veremos las grandes posibilidades de que la lucha y la resistencia de las masas cambien el curso de la historia.

VAYAMOS AL GRANO

Ha quedado perfectamente claro que todo pretexto oficial para la guerra --impedir ataques al suelo nacional, destruir armas iraquíes, liberación para el pueblo iraquí o más libertad para los pueblos del Medio Oriente-- fue una mentira de pe a pa.

La guerra de 2003 es en realidad una continuación de 80 años de intervención estadounidense en la región con el objetivo de dominarla y controlarla. El Medio Oriente es un puente entre Europa, África y Asia que tiene el 60% de las reservas petroleras del mundo.

Esta guerra se da en el contexto de un nuevo y audaz proyecto global implementado después del 11 de septiembre. La llaman "guerra contra el terrorismo", pero de hecho es una guerra de terror contra las masas populares del mundo, con el fin de extender y afianzar por muchas décadas el poderío global del imperio estadounidense.

La creación de un gobierno títere en Irak se vio como pieza fundamental para dicho proyecto.

La creciente resistencia y caos en Irak van de la mano con la naturaleza rapaz e injusta de la guerra y la ocupación, y con las desmesuradas ambiciones y los límites concretos al poder estadounidense.

LAS RAÍCES DE LA GUERRA DE 2003

¿Cuáles fueron las raíces de la guerra de 2003? Últimamente ha salido una avalancha de libros que critican a Bush y su gobierno por mentir, por sus conexiones corporativas y por los lazos de su familia con la CIA, y varios dictadores y tiranos. Esto patentiza el profundo descontento de gente de diversas perspectivas con el gobierno de Bush; y mucha información interesante ha salido a la luz.

Sin embargo, tenemos que escarbar mucho, mucho más para llegar al fondo. Esta guerra no es producto de la personalidad retorcida, las conexiones corporativas o la historia familiar de George Bush, Dick Cheney o alguna camarilla de neoconservadores. Surgió de las sórdidas profundidades del actual orden social.

Las raíces de dicho orden social son las necesidades del capitalismo global, el imperialismo, un sistema que requiere la explotación mundial de mercados, recursos y mano de obra y, por ende, la dominación política-militar de vastas extensiones del globo por un puñado de poderosos estados capitalistas. Por eso, Estados Unidos tiene inversiones extranjeras valoradas en cinco billones de dólares ($5,000,000,000,000) y comercio exterior de dos billones de dólares ($2,000,000,000,000) al año, y opera redes manufactureras, financieras y comerciales por todo el planeta. Tiene 500,000 soldados en 700 bases militares ubicadas en 120 de los 189 estados miembros de la ONU, y gastos militares que superan 450 mil millones de dólares al año, mucho más que cualquier país de la historia.

El imperialismo es un sistema que engendra rivalidades enconadas entre diferentes potencias, como vemos ahora con los gobiernos de Estados Unidos, Rusia, Francia y otros países. Es un sistema de avaricia organizada, respaldada por armas de destrucción masiva, que produce constantes guerras e intervenciones militares.

¿Cuál es la importancia de Irak en todo eso? El control del Medio Oriente --por ejemplo, Irak-- y sus vastas reservas de petróleo ha sido clave para adquirir y mantener poderío global por casi 100 años.

¿Y el petróleo? El equipo de Bush ni siquiera lo mencionó antes de la guerra de 2003. Salieron con tantos pretextos --el ántrax, las armas de destrucción masiva, Al Qaeda, la liberación de los iraquíes-- que era difícil saber cuál era la "excusa del día". Pero la palabra "petróleo" no se pronunciaba.

Sin embargo, el control de los suministros mundiales de energía fue un objetivo de la guerra, y ha sido un objetivo central y estratégico de Estados Unidos por décadas. Eso no se debe al "amor" por los SUVs ni a que Bush y Cheney son "magnates del petróleo". La realidad es que la clase dominante capitalista entera es "magnate del petróleo" porque el petróleo es instrumento clave de su hegemonía mundial; como dijo una vez Dick Cheney, quien controla el suministro mundial del petróleo domina la economía mundial.

El petróleo es un insumo económico esencial; su precio afecta los costos de producción, las ganancias y la posición competitiva no solo de las compañías petroleras sino del capital en general. Es un instrumento de rivalidad: el país que controla el petróleo tiene ventajas sobre los demás países que dependen del petróleo, y tiene palancas para manejar la economía mundial. Es imposible proyectar poder militar sin abastecimientos cuantiosos de petróleo. El centro de la industria petrolera es el golfo Pérsico, que tiene el 65% de las reservas mundiales de petróleo y el 34% de las reservas de gas; hoy el golfo Pérsico produce casi el 30% del total mundial de ambos combustibles.

Eso ha impulsado por décadas las maniobras, intervenciones, amenazas, intimidaciones y guerras estadounidenses --hasta la amenaza de guerra nuclear-- en el Medio Oriente, sin importar cuál partido detente el poder, demócrata o republicano.

Por eso Washington apoyó a Saddam Hussein en los años 60. Por eso Nixon usó y traicionó al pueblo curdo en los años 70, lo que llevó a la muerte de miles de curdos y la expulsión de decenas de miles más. Por eso en los años 80 Washington fue cómplice de los mismísimos crímenes --la invasión a Irán y los ataques con gas a los curdos y los iraníes-- que citó después (en 2003) como razones para destituir a Hussein.

El propósito aquí no es simplemente criticar la hipocresía oficial. La historia demuestra que la conducta estadounidense en la región siempre ha obedecido las razones del imperio y no de la liberación; que ha acarreado un sinfín de atropellos y sufrimiento; y que ha desatado una tormenta de furia y resistencia. Al comprender eso, se estremecerán de ira al oír en la misma frase las palabras "Estados Unidos" y "liberación".

PRELUDIO A LA GUERRA - LOS AÑOS 90

La década de los 90, tras la primera guerra del golfo Pérsico, sentó la base para la guerra de 2003, pero no cómo dicen oficialmente.

La versión que dan los gobiernos de Clinton y Bush, y que raras veces cuestionan los medios de comunicación, es que Saddam desafiaba a la ONU continuamente, rechazó sus resoluciones y se burló del derecho internacional. Esta versión choca con la realidad. No es verdad y no explica lo que ha pasado en Irak.

En realidad, el gobierno de Hussein tenía gran necesidad de que le levantaran las sanciones económicas y, por eso, en gran parte cumplió con las resoluciones de la ONU y se desarmó, tal vez a comienzos o probablemente a mediados de la década. Eso explica por qué no encontraron armas químicas, biológicas ni nucleares en el país tras la invasión.

Sin embargo, el objetivo de Washington no era ver a Irak desarmado ni sumiso ante las resoluciones de la ONU. Desde un principio, lo que quería era un cambio de gobierno. Por eso, fraguaba golpes de estado contra Hussein, aprovechaba las inspecciones de armas para hacer espionaje con el objetivo de asesinarlo y siguió adelante con las sanciones económicas, aun después de que el gobierno iraquí se desarmó.

Seamos claros: la inexistencia de armas de destrucción masiva en Irak no solo invalida la principal justificación de la guerra de 2003; también invalida la justificación principal de años de sanciones económicas que costaron la vida de más de 500,000 iraquíes y probablemente hasta 1.5 millones. Las víctimas eran niños en su mayoría, como quedó claro en mi viaje a Irak en 1991. ¡¿Por qué no hablan de eso los funcionarios públicos y los comentaristas que fingen estar "preocupadísimos por la pobre gente de Irak"?!

En 2001, los peces gordos del gobierno no pensaban que Saddam Hussein fuera una amenaza "seria y creciente", como afirmó Bush. Pero sí vieron que Irak, un país muy debilitado, era un blanco oportuno de ataque.

Tampoco es cierto que la guerra se debió a "fallas de inteligencia". La inteligencia sobre la capacidad armamentista de Irak en general era correcta. En octubre de 1998, la Comisión Internacional sobre Energía Atómica certificó que el gobierno de Irak no tenía armas nucleares. Al año siguiente, el equipo de desarme del Consejo de Seguridad de la ONU concluyó que "la mayoría de los programas armamentistas prohibidos se ha eliminado". El ex inspector de armas de la ONU Scott Ritter escribió que a mediados de los 90 la ONU calculó que había "un desarme verificado de 90 a 95%". Con la guerra, todo eso quedó comprobado.

En otras palabras, la supuesta amenaza de armas de destrucción masiva fue una mentira descarada. No es ninguna sorpresa que el perrito faldero del Congreso no haya "investigado" esto.

Entonces el problema con Irak a finales de los años 90 no era que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva. Tampoco la tiranía del régimen era problemática; al contrario, eso le convenía a Estados Unidos y por eso apoyó a Hussein en el pasado. El verdadero problema para Estados Unidos era que Hussein todavía detentaba el poder; eso minaba el control del golfo Pérsico y creaba problemas para el imperio.

El hecho de que Hussein siguiera en el poder tras una década de tensiones con Washington, constituía una afrenta a la "credibilidad" --es decir, la imagen de poderío invencible-- de Estados Unidos en la región. Por otra parte, los daños que causaban las sanciones económicas a la población iraquí, los casi constantes ataques aéreos contra el país, la metódica limpieza étnica que hacía Israel contra Palestina y el apoyo de Washington a crueles tiranos en la región: todo eso suscitaba una gama de problemas, por ejemplo una creciente vorágine de furia antiestadounidense. Las sanciones económicas estaban perdiendo apoyo y un colapso total habría sido una derrota política muy seria para Estados Unidos. Habría aumentado la influencia de los rivales Francia y Rusia, que tenían enormes contratos petroleros con Hussein.

LA DIMENSIÓN GLOBAL: "RECONFIGURAR LA SITUACIÓN MUNDIAL"

No podemos entender la guerra de 2003 contra Irak sin entender la estrategia global de Estados Unidos tras el 11 de septiembre.

Los problemas de Estados Unidos con Irak ocurrían en momentos en que los estrategas de la clase dominante estaban consolidando una nueva estrategia mundial. Con el derrumbe de la Unión Soviética en 1991, se desvaneció temporalmente un rival con armas nucleares capaz de obstaculizar la libertad de acción de Estados Unidos en el Medio Oriente; eso abrió nuevas oportunidades para proyectar su poderío con mayor fuerza en el mundo.

Por otra parte, el derrumbe soviético descongeló relaciones internacionales estancadas en la Guerra Fría, aceleró la globalización capitalista, desató grandes cambios económicos y políticos en el mundo, y abrió las posibilidades de que surgieran nuevos centros de poder mundial. Los gobernantes de Estados Unidos tenían nuevas aperturas y nuevos problemas; nuevas oportunidades y nuevas necesidades.

Tras una década de debate al interior de la burguesía, el gobierno de Bush llegó al poder resuelto a tumbar a Saddam Hussein y a proyectar con mayor fuerza el poderío estadounidense. El 11 de septiembre le dio la oportunidad de cumplir con esas dos metas y de proclamar la nueva Estrategia de Seguridad Nacional, firmada en septiembre de 2002.

¿Qué es esa nueva estrategia? La mayoría de la población, incluso gente que se opuso a la guerra de 2003, no se da cuenta todavía de lo vastas, radicales y violentas que son las metas de Estados Unidos, ni de su conexión con Irak.

"Los grandes retos de la nueva situación", escrito por Bob Avakian poco después del 11 de septiembre, sigue siendo el análisis más perspicaz y penetrante sobre la cuestión. Me ayudó muchísimo a comprender la seriedad de los planes de guerra contra Irak tras el 11 de septiembre, el cuadro estratégico mundial en que ocurre todo eso y la urgencia de estos momentos.

Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario EU, dice: "La gran ambición [de los gobernantes de Estados Unidos] es reconfigurar la situación mundial, empezando por las regiones estratégicas en que se están enfocando: Asia Central, Asia del Sur y el Medio Oriente... Es un proyecto monumental con enormes repercusiones".1

Pensemos en esto. "Reconfigurar la situación mundial" expresa la enormidad de sus metas: Irak iba a ser solo la segunda fase. Luego, "empezando por las regiones estratégicas en que se están enfocando: Asia Central, Asia del Sur y el Medio Oriente". ¿Dónde fueron las dos primeras guerras de la "guerra contra el terrorismo"? Afganistán en Asia Central, seguido por Irak en el Medio Oriente. ¿Por qué son tan importantes esas regiones? Tienen el 80% del petróleo y gas mundial, y son una puerta hacia Eurasia, donde vive el 75% de la población mundial y donde se produce el 60% del producto bruto internacional. Los estrategas imperialistas dicen que Eurasia es el "premio gordo" mayor del mundo.

Este proyecto mundial tiene muchas dimensiones, como:

No permitir que surjan rivales capaces de desafiar la supremacía de Estados Unidos en el plano regional o mundial, lo que subyace a las tensiones hoy entre Francia, Rusia y Alemania, por un lado, y Estados Unidos por el otro.

Abrir las puertas de los países oprimidos, o del tercer mundo, a una mayor explotación y control más directo por parte de Estados Unidos: la globalización a punta de fusil. Tan pronto como ocuparon Irak, las fuerzas estadounidenses privatizaron las empresas, abrieron las puertas al comercio e inversión extranjera y quieren que se integre a la Organización Mundial de Comercio.

Atacar y aplastar todo movimiento de resistencia que se les presente. Washington los pinta a todos con la etiqueta de "terrorista", sin distinguir entre revolucionarios auténticos como los maoístas de Nepal, nacionalistas que libran una lucha justa contra el imperialismo en Irak o Palestina, o varias tendencias islamistas con su propio pleito contra Estados Unidos. Hoy el Pentágono tiene operaciones de contrainsurgencia en unos 80 países del mundo.

En resumen, los imperialistas sueñan prepotentemente con proyectar su poderío a niveles inauditos. Su visión se puede comparar con el título de una película reciente de James Bond: "No basta con casi todo el planeta, lo queremos todo".

¿POR QUÉ IRAK EN 2003?

Si el proyecto es global, ¿por qué se centraron en Irak? En breve, no había un solo motivo para la guerra sino varios, a nivel regional y global. Pensemos en Irak como una pieza clave en el tablero de ajedrez del imperio global: la conquista de Irak acabó con una pieza conflictiva, obtuvo casillas estratégicas y abrió nuevas líneas de ataque.

El derrocamiento de Saddam se vio como un medio para afianzar el control estadounidense del golfo Pérsico, deslumbrar a todo el mundo con un despliegue de poder y dar mayor empuje a "la guerra contra el terrorismo".

Querían usar a Irak como plataforma para metas más grandes e interconectadas. El establecimiento de un gobierno lacayo le daría a Washington control de las segundas reservas de petróleo del mundo y colocaría sus tropas en el centro de la región del golfo Pérsico/Asia Central, un eslabón más de la cadena de bases militares que rodea a Rusia y China. Irak sin Saddam sería una plataforma para lidiar con los muchísimos problemas que Estados Unidos enfrenta en la región, y para incorporarla a la globalización capitalista. En total, esas medidas le darían a Estados Unidos más control sobre los abastecimientos energéticos mundiales y más palanca sobre Rusia, China y otros posibles rivales.

Nada de eso buscaba la liberación de las masas, sino todo lo contrario: aplastar sus luchas. Masacres en Gaza e Irak y torturas en Abu Ghraib: esa es la verdadera cara de "llevar la democracia al Medio Oriente".

La importancia estratégica de conquistar a Irak explica la avalancha de revelaciones de parte de altos funcionarios y periodistas --como Richard Clarke, Paul O'Neill y Bob Woodward-- de que el gobierno de Bush se concentró en Irak desde el primer momento y que preparó la guerra acto seguido del 11 de septiembre, sabiendo claramente que el gobierno de Irak no tenía nada que ver con esos ataques. Por eso también, las consecuencias de un fracaso en Irak para los imperialistas son, como dijo Bush: "inconcebibles".

En resumen, los gobernantes de Estados Unidos aprovecharon el 11 de septiembre para implementar un proyecto de alcance global y lanzar una guerra que llevaban 10 años planeando. Esto no es "una distracción" para esquivar los problemas de la economía; es la manera en que piensan solucionar sus profundas contradicciones económicas. No es para beneficiar a unas cuantas corporaciones; es para beneficiar al capital corporativo estadounidense de conjunto. No se debe a que Bush es un "cowboy" alocado, sino a que todo el imperialismo estadounidense es un "cowboy": causando destrozos, peleando y asesinando para mantener y extender su control del planeta.

GUERRA INJUSTA, OCUPACIÓN INJUSTA

Si la guerra se peleó por motivos injustos e imperialistas, ¿cómo iba a ser diferente la ocupación? ¿Cómo iba a producir algo bueno?

Si los gobernantes mintieron a cada paso del camino hacia la guerra, ¿por qué vamos a creerles ahora cuando dicen que quieren la "liberación" de Irak y que la oposición son "terroristas", "hampones" o los "incondicionales" de Hussein? ¿A poco les dieron una poción para decir la verdad?

La ocupación es la continuación de la guerra. Su meta es la transformación radical de Irak --militar, política, cultural y económica-- al servicio de los objetivos regionales y mundiales de Estados Unidos y no del pueblo iraquí. Hace poco, el 13 de mayo, el periódico Wall Street Journal (que apoya ardientemente la guerra) reconoció en un titular que "Entre bastidores, Estados Unidos afianza su control del futuro de Irak". El artículo decía que las autoridades de la ocupación aseguran que "el nuevo gobierno iraquí tendrá poca autoridad sobre las fuerzas armadas nacionales, no tendrá la autoridad de hacer o cambiar leyes, o tomar decisiones importantes que afecten ministerios particulares sin la aprobación tácita de Estados Unidos".

Aunque afirmen mil veces lo contrario, esto es neocolonialismo y no "liberación".

UN HERVIDERO DE CONTRADICCIONES

Es imprescindible entender la naturaleza imperialista de la guerra de Irak y el proyecto global a que obedece para entender que Irak puede convertirse en una pesadilla para Estados Unidos.

El diccionario define la palabra atolladero así: una "situación incómoda, comprometida o peligrosa de que es difícil salir". Lo que hace que la ocupación sea especialmente precaria y la salida especialmente difícil es, por un lado, lo mucho que está en juego en Irak y, por el otro lado, el hecho de que la vertiginosa agudización de problemas no se debe a escasa planificación ni a errores fáciles de corregir. Al contrario, esos problemas van de la mano con las metas injustas y la naturaleza despiadada de la guerra y la ocupación.

Los asesores de alto nivel expresan abiertamente preocupación de que "La marea estratégica en Irak ha cambiado inexorablemente contra nosotros" ( Wall Street Journal, 20 de mayo). Eso es una confirmación patente del análisis de Bob Avakian de que, en esta jugada por obtener mayor poder mundial, "existe el potencial de que las cosas se les salgan de las manos por completo... hay que recalcar que los imperialistas han puesto en marcha cosas que no retrocederán, y será difícil controlarlas".


FOOTNOTE:

1 Bob Avakian, "Los grandes retos de la nueva situación", Obrero Revolucionario , 17 de marzo de 2002.

[Regrese al artículo]

OIL, POWER & EMPIRE:
IRAQ AND THE U.S. GLOBAL AGENDA
(Petróleo, poder e imperio:
Irak y elplan global de Estados Unidos):

Un nuevo libro de Larry Everest

En inglés
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