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Revolución #125, 6 de abril de 2008

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¿Qué se ha logrado?

En la segunda parte de nuestra respuesta al “discurso sobre la raza” del 19 de marzo de Barack Obama, comentaremos sobre su afirmación de que el legado de los años 60 es “divisivo”. Y responderemos a la declaración de Obama de que “el error profundo del sermón del reverendo Wright no es que habló del racismo en nuestra sociedad, sino que habló de nuestra sociedad como si fuera estática, como si no ha habido ningún progreso, como si este país —un país que ha creado la posibilidad de que uno de sus propios feligreses se postule para el cargo más alto… Lo que sabemos, lo que hemos visto es que Estados Unidos puede cambiar, este es el auténtico genio de este país. Lo que ya hemos logrado nos da esperanza —la audacia de esperar— por lo que podemos y debemos lograr mañana”.

Es obvio que ha habido cambios desde los años 60. Pero no ha habido progreso lineal para los negros como pueblo, sino una polarización en que, como resultado de las luchas populares, existen algunas oportunidades para una pequeña capa de afroamericanos. Pero para una capa muchísimo mayor, la situación es mucho peor y en realidad es una pesadilla. Una señal de esto está en un estudio que demostró que entre 1980 (en un momento cuando eliminaban sistemáticamente trabajos y servicios sociales en los centros urbanos) y 1997, la cantidad de presos por delitos no violentos se triplicó. La cantidad de presos por delitos de drogas aumentó once veces.

El estudio pintó un cuadro severo de que este fenómeno está concentrado en el caso de los negros: “La disparidad racial en el nivel de encarcelación es mayor que en todos los demás aspectos de la vida social estadounidense: la relación de ocho a uno, la proporción de presos negros con respecto a presos blancos, eclipsa la disparidad de dos a uno en desempleo… de dos a uno en mortalidad infantil y de uno a cinco en valor neto. En el 2000, tres de cada 200 hombres jóvenes blancos estuvieron presos, pero uno de cada nueve hombres jóvenes negros estuvieron presos. Es más probable que un hombre negro que vive en California vaya al penal que a una universidad estatal”. (Todas las estadísticas son de “Why Are So Many Americans in Prison? Race and the Transformation of Criminal Justice”, Boston Review, julio/agosto del 2007)

Piensen en estas estadísticas por un momento. En el año 2000, la tasa de desempleo para los negros fue el doble de la de los blancos. Y ocho veces más negros fueron a parar a la cárcel en comparación con los blancos (en relación con su porcentaje de la población total). Esta gran disparidad ocurrió en el contexto de un enorme aumento de la cantidad de presos en general: la cantidad de presos por delitos de drogas aumentó más del 1,000% durante los 17 años de 1980 a 1997.

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