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Revolución #125, 6 de abril de 2008
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Chicago: Protesta de Pascua de Escolares Católicas Contra la Guerra
Fue un oficio rutinario de Pascua en una de las iglesias católicas más prestigiosas de Chicago. Poco después del comienzo de la homilía del cardenal Francis George, una voz declaró: “El segundo mandamiento dice no matarás, pero más de un millón de iraquíes han muerto en la invasión estadounidense de Irak”. Seis jóvenes activistas por la paz se pusieron de pie; se llaman Escolares Católicas Contra la Guerra. Otra activista gritó: “El 7 de enero almorzó con George Bush”. Cuando los ujieres y guardias de seguridad las rodearon, otra gritó y cayó al suelo en un charco de “sangre” y ahí inició un simulacro de muerte. Se las llevaron de la iglesia; gritaron: “Hasta el papa pide paz”. Las acusaron de delitos graves y podrían pasar de tres a cinco años en la cárcel. Salieron bajo fianzas de $25,000 a $35,000, contribuidos por sus partidarios.
La protesta duró menos de un minuto, pero como salió en las noticias televisadas causó mucha polémica. El mensaje de la prensa fue principalmente negativo. “Es un escándalo”, dijo un hombre con los pantalones salpicados de la “sangre” de las manifestantes. “Debe darles vergüenza”, dijo una parroquiana, que acusó a las manifestantes de asustar a los niños. El cardenal George, que primero dijo que se debe “agradecer a las que interrumpieron este día festivo”, más tarde las condenó por “violencia”. Incluso unos activistas contra la guerra dijeron que su acción fue contraproducente.
Kathy Kelly, coordinadora de Voces por la No Violencia Creativa y activista del Movimiento Obrero Católico, nos dijo: “Pienso que fue una acción extraordinaria. Me dio una lección de humildad. He participado con otros en experimentos como huelgas de hambre de 30 días, caminatas de paz por el país y equipos de paz en las zonas de guerra durante el bombardeo de Irak, y nada de eso logró tanto para correr la voz y provocar discusión como esta actividad de 50 segundos en la catedral del Santo Nombre…
“Creo que por lo general estoy en contacto con personas que lo toman en serio, como una oportunidad para reflexionar y hacer preguntas importantes. ¿Por qué molesta tanto a la gente en este país sangre teatral que mancha la ropa y las alfombras, pero no le molesta tanto la realidad de los cadáveres de los bombardeos y las balas, o la falta de servicios médicos en Irak hoy? Ha habido un enorme derramamiento de sangre, mucho sufrimiento, pesar, miseria y pobreza, y no ha provocado tanta emoción como estos 50 segundos de sangre teatral apretada de un tubo por accidente en ese momento por unas jóvenes que decidieron que no podían sentarse de brazos cruzados sin hacer nada, así que aprovecharon la oportunidad del domingo de Pascua, cuando sabían que los cristianos se reunirían para celebrar en la catedral, para pedirles que examinaran de cerca el derramamiento de sangre en Irak”.
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