Más de un millón de personas en la calle cuando se reúna la camarilla de Bush
Obrero Revolucionario #1250, 22 de agosto, 2004, posted at http://rwor.org
¿Has leído el informe de la Comisión 11-S? ¿El que John Kerry dice que el Congreso debe adoptar de pe a pa ? ¿El que George W. Bush también aplaude y apoya (con ciertas enmiendas)?
El informe dice que las "amenazas [a Estados Unidos] se relacionan más con los puntos neurálgicos de sociedades que con las fronteras entre ellas... En ese sentido, el 11 de septiembre nos ha enseñado que el terrorismo contra los intereses de América `allá', se debe ver como terrorismo contra América `acá'". Concluye: "En ese sentido, la patria americana es el planeta" (Informe de la Comisión, p. 362. Todas las referencias son de la edición en inglés)
¡Chin! ¿De veras dice eso? Así es. Si no lo crees, vuelve a leerlo, "la patria americana es el planeta".
Hace unos años se oía decir, con respecto a lo que Bush hacía: "yo no quiero vivir en la nueva Roma". Pero según lo que dice esta Comisión, ya vives en ella. El informe, endosado por los demócratas y los republicanos y ambos candidatos a la presidencia, dice que el planeta le pertenece a Estados Unidos, y que toda resistencia, donde sea que se dé, es una "amenaza" contra los "intereses estadounidenses". Además, nos están diciendo que nos acostumbremos porque así van a ser las cosas desde hoy en adelante: vives en Roma así que acostúmbrate a pensar, sentir y portarte como los romanos, como alguien que piensa que el planeta le pertenece.
El informe agrega que "Estados Unidos está sumamente metido en el mundo musulmán y lo estará por buen tiempo". Pero el informe lamenta que esto causa "resentimiento":
Unas encuestas del año 2002 indican que entre los amigos de Estados Unidos, como Egipto, el país musulmán que en los últimos 20 años ha recibido más ayuda yanqui, solo el 15% de la población lo ve de una manera favorable. En Arabia Saudita el porcentaje es apenas 12%. En el 2003, dos tercios de los encuestados de Indonesia a Turquía (aliado de la OTAN) expresaron temor de que Estados Unidos los ataque. (Ibíd., p. 375)
¡Qué raro! ¿Tendrá algo que ver con que las fuerzas armadas estadounidenses apuntalan y manipulan a gobiernos represivos, disculpen, digo "amigos", en Egipto, Arabia Saudita y otros países? ¿Tendrá que ver con que el gobierno de Estados Unidos ha amenazado, invadido, ocupado y dominado países por toda la región? ¿Tendrá que ver con que metió a Israel, un estado con armas nucleares, como lacayo en la región? ¿O con la retórica y mentalidad de Bush de que está librando una cruzada?
De ningún modo, dice la Comisión. Debe ser que Estados Unidos, a pesar de su maquinaria de prensa, no ha conseguido difundir "sus valores". Por tanto recomienda "defender vigorosamente nuestros valores en el extranjero" y ofrecer una visión distinta del futuro.
Debe: "recalcar la vida en vez de la muerte; la educación individual y la oportunidad económica. La visión debe incluir amplia participación política y desdén a la violencia indiscriminada. Incluye respeto a la ley, la discusión franca de desacuerdos y la tolerancia ante puntos de vista opuestos". ( Ibíd ., pp. 376, 377)
¿Que qué? ¿"La vida en vez de la muerte" y el "desdén a la violencia indiscriminada"? Díganselo a los padres de un niño iraquí muerto durante un bombardeo estadounidense, o a los huérfanos cuyos padres desaparecieron en un retén o en una redada. ¿"Educación individual y oportunidad económica"? Explíquenselo a un paquistaní de ocho años de edad que duerme debajo de la máquina con la que teje alfombras que se venden en Nueva Jersey y Oregón. ¿"Respeto a la ley"? Díganselo a los presos de Abu Ghraib y de Guantánamo o de los centros de detención de inmigrantes aquí mismo. ¿"Amplia participación política"? ¿Dónde? ¿En la Gaza? ¿En Pakistán? ¿En la Florida?
No, damas y caballeros de la Comisión, la cosa está muy clara. Su informe deja en claro que la supuesta guerra contra el terrorismo no es sino un pretexto para dominar más y mejor el mundo entero. Anden, cínicos, sigan tapando todo eso con la mortaja de las víctimas del 11 de septiembre, pero nosotros vemos que detrás de todo eso late el corazón del imperialismo.
Bueno, hablemos de intereses. Nosotros , a diferencia de la Comisión y de los candidatos a la presidencia, no tenemos interés en "meternos" en otros países. Nosotros no tenemos ningún interés en continuar la ocupación militar de Irak ni un día más. Nosotros no queremos violar el Medio Oriente (ni Indonesia ni Nigeria) a cambio del petróleo. Tampoco nos interesa conservar las salvajes y esclavizadoras condiciones en que trabajan los niños de Pakistán y Bangladesh. A nosotros no nos interesa sospechar del 80% de la población mundial. A nosotros no nos interesa tapar o disimular por qué la gente de todo el mundo, con razón, resiente a Estados Unidos, cuando la razón es patente en la ropa que usamos y la gasolina que compramos, y es tan contundente como el ruido de helicópteros en los ghettos de Bagdad, Nablús y Los Ángeles. Muy especialmente no tenemos ningún interés en seguir la batuta de un informe que considera que "el planeta" es propiedad de las fuerzas armadas y policiales yanquis, que recomienda más medidas represivas aquí y allá, y que se "asombra" de que la gente del Medio Oriente verdaderamente tema una invasión.
Cuidado. En nombre de "nuestros intereses" este informe está tendiendo una trampa de complicidad con los horrorosos crímenes que se están cometiendo en la "guerra contra el terror". Por tanto, nosotros debemos declarar fuerte y rotundamente que esto no corresponde a nuestros intereses y que tenemos que rechazar tajantemente los crímenes que se cometen, se preparan y se llevan a cabo en nuestro nombre.
¿Estamos difundiendo ampliamente ese mensaje tan urgente? Hace casi tres años, Bob Avakian, presidente del PCR, exhortó a que se creara"un movimiento contra los actos de guerra y represión de `nuestro propio' gobierno que llegue a todo rincón del planeta, un movimiento tan recio y pujante que no sea posible ocultarlo de las masas del mundo, ni de las masas de los países y regiones que son blancos de la agresión del imperialismo yanqui y que justamente son `semilleros' de odio `a América'.
"Imaginemos lo que significaría, lo que significará, para esos millones y millones cuando vean a miles y miles --y con el tiempo a millones-- de personas en Estados Unidos luchando contra la agresión (y represión) de su propio gobierno y, hombro a hombro con los pueblos del mundo, oponiéndose a lo que este gobierno representa, y lo que hace e impone al mundo.
"Imaginemos las grandes inquietudes que eso despertará para un montón de gente, el `diálogo' (aun indirecto) que provocará entre gente del mundo entero y gente de Estados Unidos.
"Imaginemos cómo atizará la lucha y el potencial para una nueva configuración de fuerzas en que la gente común del mundo entero luche por una causa común contra los opresores y gandallas del mundo, sobre todo la clase dominante de Estados Unidos, que --quedará más claro con cada día que pase-- no habla ni actúa de acuerdo a los intereses ni en nombre de una creciente mayoría del pueblo estadounidense...".
Ese diálogo no es un sueño; mejor dicho, fue un sueño que con mucho empeño se convirtió en realidad. Lo vimos hace dos años cuando cientos de los artistas, intelectuales y activistas más conocidos y queridos de Estados Unidos y miles más firmaron la Declaración de Conciencia y declararon: "La gente de conciencia debe responsabilizarse de lo que hacen sus gobiernos; en primer lugar, debemos oponernos a las injusticias que se cometen en nuestro nombre. Por tanto, exhortamos a los estadounidenses a que OPONGAN RESISTENCIA la guerra y la represión que la administración Bush ha desatado contra el mundo. Es injusta, inmoral e ilegítima. Hemos decidido tomar partido con los pueblos del mundo. No rendiremos nuestra conciencia a cambio de una promesa hueca de seguridad. Decimos, NO EN NUESTRO NOMBRE. Rehusamos ser parte de estas guerras y repudiamos cualquier afirmación de que se libran en nuestro nombre o por nuestro bien. Nos solidarizamos con la gente del mundo que sufre a consecuencias de estas medidas y lo demostraremos con palabras y en los hechos"
La Declaración salió en montones de periódicos y contribuyó a voltear la tortilla cuando muchos se sentían presionados a realizar sus protestas en el contexto de la "lucha contra el terrorismo". También tuvo un gran impacto en el extranjero al publicarse en importantes periódicos de Europa, Latinoamérica y Asia, así como en Arabia Saudita, Egipto, Líbano, los Emiratos Árabes Unidos y periódicos árabes en Europa y Norteamérica. Le hizo saber a millones, no a decenas de millones, de personas que, como dijimos en el editorial que aplaudió el llamamiento del presidente Avakian, "una enorme brecha separa a la estructura de poder y las grandes mayorías del pueblo estadounidense, a quienes no beneficia fundamentalmente la opresión y el saqueo de los pueblos del mundo". Eso contribuyó "a `echar leña' al fuego de los movimientos que liberarán al pueblo de los opresores globales y crearán sociedades donde se eliminen la miseria, la violencia injusta, el odio étnico y la opresión de la mujer".
La Declaración no entró en el pacto de Fausto de poner la seguridad de este país por encima del bienestar de miles de millones de seres humanos del mundo, ni intentó buscar un "mejor camino" para librar una "guerra contra el terrorismo" totalmente ilegítima. Todo lo contrario; prometió oponerse a las inmorales, injustas e ilegítimas medidas del gobierno. Todo el mundo vio que aquí hay gente que se opone al gobierno y no por intereses estrechos, sino en solidaridad con la humanidad que es víctima de este gobierno. La Declaración de Conciencia jugó un papel "inspirador" al iniciar un movimiento y un espíritu que recorrió el mundo en los meses y las semanas antes de la invasión yanqui de Irak. Lo que empezó aquí cobró fuerza en Estambul, Madrid y muchos otros lugares antes de regresar a Estados Unidos mil veces más fuerte. Todo eso es muy positivo.
Ahora estamos ante otra encrucijada, que en cierto sentido es más crucial. Se está haciendo mucho esfuerzo para conseguir que un millón de personas vayan a Nueva York a decirle NO a Bush y todo lo que representa. Ese millón será una maravilla, arrancará desde donde empezaron las enormes protestas contra la guerra de Irak y abrirá más la oportunidad de lograr un futuro muy diferente. Pero para que sea así, ese NO tendrá que ser y puede ser un NO a la lógica que pone las vidas de estadounidenses por encima de las vidas de iraquíes y demás pueblos que, como admite el informe de la Comisión, temen ataques militares de parte de Estados Unidos. Tiene que ser un NO a la lógica que pone por encima la supuesta seguridad de los ciudadanos ante la vida de los inmigrantes; y tiene que ser un NO a la lógica que apaga, congela o sofoca nuestra protesta para "elegir el mal menor".
Paradójicamente, cuanto más recio y resuelto sea el NO, tanto más fuerte será el SÍ que lo acompaña: el SÍ al diálogo entre los pueblos del mundo sobre cómo construir sociedades justas. Un SÍ a tomar medidas conjuntas contra las injusticias. Un SÍ al reconocimiento de los intereses comunes de todos los que se oponen a los "opresores y bravucones del mundo" (por más refinados y "multilaterales" que sean). Y un contundente SÍ a una resistencia asombrosamente audaz e imaginativamente imparable, ya que reconoce que solo ella representa los verdaderos intereses de las masas populares y sus sentimientos y aspiraciones.
29 de agosto: dejemos en claro nuestro mensaje. Que el diálogo se desarrolle y se profundice. Más de un millón de personas en las calles de Nueva York cuando Bush y su equipo se reúnan.