Obrero Revolucionario #1251, 29 de agosto, 2004, posted at http://rwor.org
Bienvenidos al mundo al revés del Estados Unidos oficial.
.donde atacan a otros países sin provocación por "autodefensa".
.donde declaran una guerra permanente por la "seguridad de la patria".
.donde desnudan y engrilletan a presos para "llevarles la democracia".
.y donde restringen implacablemente el debate oficial hasta que no se permite que NADA desafíe las trilladas afirmaciones de la "guerra santa contra el terrorismo".
Tenemos que trabajar día y noche para romper la sofocante propaganda oficial del gobierno y de los medios de comunicación, donde la verdad está prohibida y decir que el presidente miente es un "delito irresponsable".
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Se espera que todos nos embullemos con una campaña presidencial en que los candidatos compiten a ver quién será el "comandante en jefe" más duro y más belicoso. Se espera que todos pensemos que es necesario que exista un estado de guerra global permanente con el fin de "protegernos". Se espera que le demos al gobierno un cheque en blanco para expansionar la maquinaria militar y de espionaje, para ir a todas partes y hacer de todo, abiertamente o en secreto.
Todo esto se basa en una campaña deliberada de mentiras cuyo objetivo es obtener apoyo popular a las agresiones internacionales y a las medidas de represión interna.
Veamos el pasmoso alcance de la ofensiva actual del gobierno:
Desde el 11 de septiembre, Estados Unidos ha invadido y ocupado a Afganistán e Irak. Esto abrió las puertas para una dominación más directa de la región petrolera altamente estratégica de Asia central y del golfo Pérsico, más estratégico.
Con el pretexto de la "guerra contra el terrorismo", el gobierno ha declarado que puede atacar a cualquiera que se le oponga en cualquier parte del mundo. La Casa Blanca declaró una doctrina de "guerra preventiva" y se adjudicó el "derecho" de emprender guerras a raíz de "valoraciones de inteligencia" de "amenazas potenciales" en el futuro.
Estados Unidos ha amenazado agredir a muchos países, como Siria, Irán y Corea del Norte (ninguno de los cuales tuvo conexiones con los ataques del 11 de septiembre).
Fuerzas del gobierno declaran que su meta es reorganizar a la fuerza la vida política y los gobiernos de todo el Medio Oriente según los principios políticos y los intereses de Estados Unidos. A Israel lo han azuzado a una nueva campaña de asesinato, represión y limpieza étnica en Palestina.
Estados Unidos ha montado una serie de nuevas bases militares en por lo menos una docena de países: Djibouti (África), Uzbequistán (Asia central), Filipinas (sureste asiático), la República de Georgia (mar Negro), etc.
Está en marcha una campaña global nunca vista de operaciones clandestinas: asesinatos, secuestros, infiltraciones, espionaje y financiamiento de redes extranjeras, cuyos detalles son secretos. Se calcula que operan en unos 80 países. Unas apuntan contra grupos fundamentalistas islámicos, pero otras apuntan contra movimientos seculares que Washington tilda de "terroristas", como las fuerzas revolucionarias maoístas de Nepal, India, Perú y Filipinas.
Estados Unidos ha rechazado una serie de tratados y negociaciones internacionales: el Tratado de Misiles Antibalísticos de 1972, el Protocolo de Kioto sobre calentamiento global, las medidas de verificación de la Convención de Armas Biológicas, etc. Se ha opuesto al Tribunal Internacional de Justicia y presionó al Consejo de Seguridad de la ONU a darle inmunidad a las fuerzas militares yanquis para que no las acusen de crímenes de guerra.
Estados Unidos ha pisoteado la Convención de Ginebra sobre presos de guerra y ha creado una red internacional de campos de interrogación que operan al margen de la ley (como el penal de Abu Ghraib en Bagdad). Hay memorandos escritos a alto nivel del gobierno que recomiendan torturas y maltrato.
Bajo el estandarte de "seguridad de la patria" se ha impuesto una serie de medidas fascistas y cambios de leyes, como nuevos poderes de espionaje y seguimiento sistemático de los movimientos de la población; también se ha estimulado un clima de temor y sospecha. Han erosionado derechos constitucionales fundamentales, como el derecho a no ser encarcelado sin acusación y el derecho a no ser requisado sin causa probable.
Esto pinta un cuadro de una superpotencia en permanente estado de guerra para imponer su predominio global. Tal ofensiva se ha venido preparando por muchos años, mucho antes del 11 de septiembre.
En 1991 la Unión Soviética se desplomó y por primera vez en el siglo Estados Unidos se vio sin un bloque o potencia rival importante. Poco después, un equipo del Pentágono encabezado por Dick Cheney (que era secretario de Defensa de Bush padre) escribió un documento titulado "Guía de Planificación de Defensa de 1992". Ese documento esbozó la ofensiva que está llevando a cabo ahora el gobierno de Bush hijo, y no tiene NADA que ver con la "guerra contra el terrorismo".
Poco después, otro equipo llegó a la Casa Blanca con Bill Clinton a la cabeza y puso en práctica su propia versión de política imperialista (con intervenciones militares en los Balcanes, Somalia y Haití, con brutales sanciones y ataques aéreos contra Irak, etc.).
Pero las fuerzas políticas agrupadas ahora en torno a George W. Bush pensaban que no era lo suficientemente agresivo y que estaba desperdiciando una oportunidad histórica.
Bob Avakian caracteriza de esta manera la mentalidad de esas fuerzas políticas: "`Tuvimos una gran victoria en la guerra fría, pero con Clinton la desaprovechamos. Hubiéramos extendido nuestra hegemonía a todos los rincones del globo, y ya es hora de que lo hagamos. Nos descuidamos y ahora es hora de aprovechar la victoria de la guerra fría con una nueva reconfiguración del mundo a cachiporrazos. ¡Adelante!". (Los grandes retos de la nueva situación)
En enero del 2001 el equipo de Bush llegó a la Casa Blanca y ahí mismo se puso a planear una ofensiva global, con planes (bien documentados) de guerra contra Irak y Afganistán, y creó un consenso de la clase dominante de seguir un curso de acción agresivo en el mundo.
Condoleezza Rice, la asesora de seguridad nacional de Bush, dijo: "El sistema internacional ha estado en transición desde el colapso de la Unión Soviética. Ahora es posible, más bien probable, que ese estado de cambio esté terminando. Si es así, pues... esta es una época de grandes peligros pero, lo que es más importante, de grandes oportunidades".
"CBS News se ha enterado de que, cinco escasas horas después de que el vuelo 77 de American Airlines se abalanzó contra el Pentágono, el secretario de Defensa, Donald H. Rumsfeld, le dijo a sus asesores que prepararan planes para atacar a Irak, aunque no había evidencia de que Saddam Hussein estuviera vinculado a los ataques".
(CBS, 4 de septiembre de 2002)
El economista político maoísta Raymond Lotta escribió: "Los hechos del 11 de septiembre crearon una nueva combinación de necesidad y oportunidad para el imperialismo estadounidense. Es posible que el ataque fuera un `tiro por la culata': Estados Unidos organizó, financió y armó fuerzas fundamentalistas reaccionarias para expulsar a los soviéticos de Afganistán y debilitarlos en otras partes. Pero la guerra del Golfo y la presencia estadounidense en el Medio Oriente las enfureció y las hizo `morder la mano que las alimentó'. El 11 de septiembre le planteó a Estados Unidos la necesidad de contraatacar para que el mundo supiera que la mayor potencia del mundo no tolerará tales ataques, especialmente en su propio suelo. Asimismo, le dio la oportunidad político-ideológica de presentar la ofensiva para afianzar su predominio global como una `guerra contra el terrorismo'".
("La doctrina de Bush: La cruzada del imperialismo estadounidense por un imperio mundial único", en la internet en rwor.org)
Los principales blancos de la ofensiva no se limitaron a los "posibles sospechosos" de los ataques del 11 de septiembre. Bush proclamó un "eje de maldad" de gobiernos que no tenían conexión con tales ataques.
La invasión de Irak el año pasado fue la "Fase 2" de la "guerra contra el terrorismo". La excusa era que Saddam Hussein podría darles armas a "aliados terroristas" para atacar a Estados Unidos. Como todos sabemos, Irak no tenía tales armas ni tenía tales "aliados terroristas".
Esto no fue una "falla de inteligencia". Fue una mentira a propósito. La Casa Blanca pintó la agresión que planeaba desde tiempo atrás como una forma de "defender a América".
La guerra contra Irak no fue una "distracción de la guerra contra el terrorismo". Todo lo contrario: atacar a Irak era parte integral de los planes del grupo de Bush-Cheney, planes que no tienen nada que ver con "seguridad" sino con ampliar y reforzar el control del imperio estadounidense.
El gobierno ha encontrado grandes problemas en esta ofensiva global; por ejemplo, la firme resistencia del pueblo iraquí y la vasta resistencia mundial que se opuso a la invasión de Irak. Estos problemas no tienen solución fácil, pero el gobierno está resuelto a seguir adelante con esta racha de guerra y represión.
1) El objetivo de la guerra de Bush contra el mundo es reconfigurar las relaciones internaciones violentamente por medio de la superioridad militar de modo que Estados Unidos sea el gobernante indisputado del mundo: una "nueva Roma" a escala global.
2) Las principales medidas de esta "guerra contra el terrorismo" se planearon mucho antes del 11 de septiembre con el objetivo de aumentar el control de partes estratégicas del mundo.
3) El gobierno está explotando su posición de superpotencia para amenazar a cualquiera que pueda oponérsele. Esto incluye a importantes movimientos de cambio revolucionario positivo que merecen el apoyo de la gente progresista de todo el mundo.
4) La "guerra contra el terrorismo" no busca ni puede dar "seguridad" a la población de este país. Las brutales y arrogantes medidas del gobierno en todo el mundo atizarán el deseo de contraatacar de muchas fuerzas. Las acciones del imperialismo ponen en peligro a la población.
5) Esta ofensiva global es injusta, ilegítima y peligrosa para el futuro de la humanidad. Su objetivo es ampliar y reforzar el control del imperio estadounidense. No puede "reorientarse" para beneficiar a los pueblos del mundo.
Nuestros hermanos y hermanas del mundo y las futuras generaciones nos juzgarán por lo que hagamos y digamos en estos momentos históricos, y por lo bien o mal que nuestra oposición logre frenar estas monstruosas medidas globales.
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La página Resistencia del OR ( http://rwor.org/resistencia ) contiene análisis más profundos de estos puntos.