Obrero Revolucionario #1252, 19 de septiembre, 2004, posted at http://rwor.org
Recibimos lo siguiente del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar:
9 de agosto de 2004. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. No se ha resaltado la resistencia en Fallujah últimamente en los medios de comunicación, en parte debido a la sombra de otros sucesos, como la rebelión encabezada por Moqtada al-Sadr (vea el SNUMQG del 5 de julio) y porque las autoridades norteamericanas preferirían no hablar sobre la situación ahí.
Las tropas terrestres estadounidenses no han podido entrar a la ciudad durante meses. Los convoyes estadounidenses intentaron penetrar a Fallujah varias veces a finales de julio y a principios de agosto sin éxito. Seis vehículos militares estadounidenses cayeron en emboscadas el 31 de julio. Las fuerzas estadounidenses respondieron con fuego de artillería y bombardeos aéreos.
Una y otra vez en las últimas semanas, la fuerza aérea estadounidense ha ametrallado y bombardeado casas de la ciudad. Últimamente, un centenar de personas han muerto o resultado heridas, muchos de ellos niños y ancianos, según informes de hospital. Los voceros de los medios de comunicación alimentados por Estados Unidos afirman que el blanco de los bombardeos son "los terroristas extranjeros", pero es claro que toda la población de la ciudad sufre los golpes.
Fallujah se convirtió en un símbolo inmediatamente después del inicio de la ocupación estadounidense. En abril de 2003, los soldados estadounidenses dispararon contra una manifestación de los padres y alumnos que exigían que dejaran la escuela en que se acuartelaron. Durante los 20 minutos de fuego a la muchedumbre que huía, 15 personas murieron y 53 resultaron heridas. Dos días después, mil habitantes de Fallujahh marcharon por la calle principal de la ciudad y se detuvieron frente a una zona ocupada por Estados Unidos. Los helicópteros de ataque Apache sobrevolaban. Los manifestantes llevaban pancartas contra la matanza anterior. Uno decía: "Asesinos estadounidenses, tarde o temprano los sacaremos a patadas". La muchedumbre empezó a arrojar piedras. Los soldados estadounidenses en camiones fuera de la zona de seguridad hirieron a 17 personas y mataron a dos.
Al día siguiente, el primero de mayo de 2003, dos adolescentes de Fallujah arrojaron granadas a la zona militar estadounidense, lo que signó el principio de una resistencia armada que no ha parado desde entonces.
Las autoridades estadounidenses han estado esperando la oportunidad de aplastar la voluntad del pueblo, que no se ha sometido a la ocupación.
Cuando en abril de 2004 murieron en una emboscada en Fallujah cuatro mercenarios estadounidenses contratados por empresas militares privadas, los infantes de la Marina entraron en acción para castigar a la población. Dijeron que ya era hora de tomar el control de la ciudad. Durante las siguientes semanas, destruyeron buena parte de la ciudad, asesinaron a 600 personas e hirieron a muchos civiles más.
La brutalidad no aplastó ni suprimió la resistencia del pueblo. Los habitantes de la ciudad contraatacaron con furia, lo que contribuyó a que el pueblo iraquí se unificara más. En una serie espectacular de manifestaciones y atrevidos convoyes de ayuda que desafiaron al ejército estadounidense, los iraquíes de muchos sectores sociales, sunitas y chiítas por igual, mostraron su unidad con el pueblo de Fallujah. De muchas ciudades le llevaron comida, medicinas y donaciones. Muchos jóvenes, entre ellos algunos de otros países árabes, abrieron brechas a través del cerco y se unieron a los luchadores en Fallujah.
En los combates de abril más de 60 soldados estadounidenses mordieron el polvo. Las masas se unieron a la resistencia contra los ocupantes y mostraron su pasta en el combate. Cuando empezó el sitio de Fallujah a principios de abril, Abu Muhammad, un ex general de brigada de Hussein dijo: "El pueblo estaba monitoreando los movimientos de los estadounidenses y llevaba la ventaja; tenía experiencia militar y se preparaba para el combate. Se bloqueó casi completamente la Carretera 10, que conecta a Bagdad con Jordania y la parte occidental del país"(New Yorker , 5 de julio). Las fuerzas estadounidenses esperaban tomarse la ciudad fácilmente, pero la participación masiva de los habitantes de Fallujah lo hizo imposible y tuvieron que retirarse. Debe tenerse presente que Fallujah está a solo 50 km al oeste de Bagdad, donde están concentradas las fuerzas armadas estadounidenses.
Aunque la resistencia aumentaba en muchas partes de Irak antes de las batallas de abril en Fallujah, los éxitos alcanzados ahí tuvieron un gran impacto en otros lugares, sobre todo en el triángulo sunita al norte y oeste de la capital.
Y la resistencia contribuyó a agravar la actual crisis de la ocupación y sus títeres. Algunos países anunciaron que ya no enviarían tropas como prometieron o que las sacarían. Muchos soldados del ejército títere iraquí, recién formado, enviados a suprimir la resistencia, de plano se negaron a luchar. Un gran número de policías en Fallujah también combatió del lado de los rebeldes.
La resistencia de Fallujah contribuyó a despertar a personas en otros países que no entendían bien las verdaderas intenciones de Estados Unidos. Aquellos que pensaban o que se dejaban embaucar por los imperialistas o los medios informativos tradicionales de que los habitantes de Irak estaban más contentos ahora, podían ver la realidad por su cuenta. En el punto más álgido hasta ahora, en abril, la batalla de Fallujah asestó derrotas a las fuerzas armadas y a sus tácticas y estrategia militares estadounidenses. Este factor de peso hizo que muchos comentaristas de los medios de comunicación occidentales y algunas figuras políticas concluyeran que la ocupación ya no puede funcionar.
La realidad, en la forma de la resistencia armada, desgarraba el manto de mentiras de la ocupación. Un columnista escribió: "Al gobierno estadounidense le gusta decir que la ocupación no es el problema, sino simplemente el terrorismo. Pero ya no es creíble el que insista que sus problemas solo provienen de los últimos reductos de los partidarios de Saddam y los fanáticos extranjeros" (H. D. S. Greenway, The Boston Globe,13 de abril).
The New York Times informó el 28 de junio: "Los comandantes estadounidenses admiten que están lejos de sofocar una insurgencia tenaz, con cada día más sofisticación. Se ha extendido más allá de los partidarios de Saddam Hussein y de los combatientes extranjeros, a los iraquíes comunes que arden contra la ocupación y sus fracasos. Actúan desde las bases, a menudo con poco entrenamiento o dirección, pero con un entusiasmo nacido de ambiciones anticoloniales".
Cada vez que los invasores yanquis bombardean a Fallujah y matan a tantos y hieren a muchos más, sus voceros dicen que persiguen a Abu Musab al-Zarqawi, un jordano acusado de tener lazos con Al Qaeda. Mataron docenas de personas durante los ataques aéreos y de misiles en julio contra las supuestas "casas de seguridad de Al-Zarqawi" (hogares de familias), pero no han nombrado ni siquiera a un "terrorista extranjero" muerto o capturado en Fallujah.
Para muchas personas en Fallujah y en todo el país las fuerzas estadounidenses son los verdaderos terroristas extranjeros. La "coalición" dirigida por Estados Unidos ha estado intentando traer soldados de todo el mundo para luchar contra la resistencia iraquí y mantener un ambiente seguro para los intereses estadounidenses en el Medio Oriente. ¿Por qué, se pregunta, algunas personas de otros países encabronadas por las injusticias y las brutalidades que padece la población de Irak no pueden apoyar la resistencia iraquí?
Durante meses las autoridades norteamericanas sostuvieron que los partidarios de Saddam Hussein y los cuadros del partido baathista se habían concentrado en Fallujah. Prometieron que después de la captura de Hussein y otros altos líderes baathistas, superarían sus problemas en Fallujah. No obstante, empeoró la situación para Estados Unidos. Ya han cambiado de plan, sosteniendo que Fallujah es "un nido para los terroristas" como Zarqawi. Independientemente de la veracidad de esta afirmación, la verdad es que en Fallujah todo mundo está contra la ocupación estadounidense y ve a Estados Unidos como el enemigo principal. El general de brigada antes citado dijo: "Nadie en Fallujah se opone a la resistencia y llegaron muchos grupos de resistencia diferentes". Como se sabe, eso incluye a algunos fundamentalistas islámicos y a otras fuerzas que se oponen a Estados Unidos desde un punto de vista reaccionario. Pero la resistencia de Fallujah y la abrumadora oposición a los invasores de parte de los habitantes de Fallujah y del triángulo sunita son indiscutibles.
Debido al odio del pueblo a los invasores, las fuerzas estadounidenses y su gobierno títere no han sido capaces de entrar a la ciudad y hasta ahora han tenido que dar marcha atrás una y otra vez. El director general de inteligencia nacional iraquí nombrado por Estados Unidos dijo acerca de Fallujah: "Podríamos tomar la ciudad... pero tendríamos que matar a todos" (New York Times,8 de julio). Pero si tuvieran que "matar a todos", se necesitaría una fuerza mucho más grande. Las autoridades iraquíes admitieron que el gobierno títere "solo no tenía suficientes recursos para apoderarse de la ciudad" (esta y las siguientes citas son del New York Times del 8 de julio). Parece que tampoco los tenía Estados Unidos.
Por último, las fuerzas estadounidenses abandonaron la ciudad y se apostaron en las afueras. El mando de la ciudad quedó en manos de la Brigada de Fallujah, conformada de muchos combatientes de la resistencia , soldados del antiguo gobierno y algunos fundamentalistas islámicos. La ciudad la controla políticamente un consejo (Shora) conformado de varios comités, partidos políticos y organizaciones religiosas que rivalizan por cotos de influencia en la ciudad.
La derrota que los habitantes de Fallujah asestaron a las fuerzas estadounidenses le costó mucho a Estados Unidos, siendo lo más importante la credibilidad (al menos como matones eficaces), que busca recobrar desesperadamente. Como el teniente general Ricardo Sánchez, ex comandante de todas las fuerzas militares norteamericanas en Irak, dijo sobre Fallujah: "A la larga se tendrá que resolver este problema". El mensaje es claro: en cuanto puedan resolver los demás problemas que los tienen atascados, lo que tal vez no ocurra en un futuro cercano, piensan entrar a la ciudad de nuevo.
Las tropas de ocupación han estado bajo mayores y variadas presiones. Por razones políticas Estados Unidos ha mantenido el número de tropas muy por debajo de lo que los comandantes estadounidenses dicen que se necesitan. Como resultado, hasta ahora no ha considerado que puede destinar, o quizás no se ve en la necesidad de destinar, la cantidad de recursos necesaria para obtener una solución final de la situación de Fallujah. Un factor que lo refrena es su temor al impacto político, que probablemente tendría un baño de sangre en Irak y el mundo. Los escombros que cubren la ciudad la han convertido un terreno muy desventajoso para las operaciones mecanizadas relámpago que los invasores prefieren y es posible que cualquier batalla decisiva se prolongue mucho más de lo que quisieran.
Las masas de Fallujah también están conscientes de la situación y están preparándose para esa eventualidad. Como dijo un combatiente: "La lucha no más acaba de empezar".
Las masas de Fallujah están orgullosas de derrotar a una fuerza militar poderosa. Su entusiasmo ha contagiado a la población de todo el país. Hasta ahora, han obligado a Estados Unidos y su gobierno títere a aceptar una situación en que no pueden hacer nada salvo matar a civiles en la ciudad. La brutalidad estadounidense contra Fallujah durante el último año y medio ha producido mucha rabia y contraataques y ha asestado un importante golpe a las fuerzas estadounidenses. Es claro que cuanta más brutalidad, peores resultados para los invasores.