Obrero Revolucionario #1254, 10 de octubre, 2004, posted at http://rwor.org
Mientras John Kerry y George Bush celebraban el primer debate de la campaña presidencial, en Irak las fuerzas de ocupación se preparaban para atacar la ciudad de Samara y llenar los hospitales de heridos y las calles de muertos.
El ataque destacó una vez más dos aspectos de la ocupación: los invasores no controlan muchos centros urbanos y el alto mando yanqui está resuelto a responder a sus fracasos con más bombardeos y asesinato.
Con un telón de fondo de guerra imperialista, los dos candidatos discutieron la situación en Irak y la ofensiva global estadounidense. Tras una semana de titulares que anunciaron "Kerry: Se acaban las contemplaciones", millones de personas esperaban oír una auténtica oposición a las guerras de agresión, al maltrato y la ocupación y a las medidas represivas.
Pero en septiembre, en una entrevista que le hizo la emisora KPFK de Los Ángeles, Bob Avakian, presidente del PCR, dijo que no debemos hacernos falsas ilusiones en cuanto a las elecciones:
"Es verdad que hay sectores de la clase dominante que disputan entre sí, y hoy las disputas son obvias e intensas, pero ¿sobre qué están peleando? No están peleando sobre lo que mucha gente quiere y esas disputas no se pueden convertir por arte de magia en una contienda sobre las cosas que uno quiera. No, están peleando sobre cómo librar mejor la tal `guerra contra el terrorismo', que es en realidad una guerra de imperio; cómo poner en vigor mejor las medidas represivas que esto requiere; hasta qué punto se necesitan aliados en este proceso; y hasta qué punto se debe hablar de los derechos constitucionales mientras los pisotean. Estos son los temas de su contienda. Y toda esa contienda está concentrada en una pregunta, que hacen tanto los republicanos como los demócratas: `¿Quién será el mejor comandante en jefe?'"
Hablando a los que quieren que estas elecciones (y votar por Kerry) sean un referendo sobre la guerra de Irak, Bob Avakian dijo: "Las han hecho un referendo sobre la guerra en el sentido de decidir quién será el mejor comandante en jefe. No es el referendo que mucha gente quiere, sobre la política imperialista hacia el mundo".
Kerry promete salvar la misión
Eso se vio sin lugar a dudas en el debate del 30 de septiembre. Kerry criticó hasta cierto punto los pretextos y los métodos de la guerra, pero al día siguiente resumió así su posición: "Nadie piensa en retirarnos, nadie piensa en vacilar. Estamos comprometidos a ganar".
Desde el comienzo, Kerry votó por darle a Bush el poder de librar la guerra y apoyó la invasión. Votó a favor de la represiva Ley Patriota. No ha hecho ni la más leve crítica de lo que pasó en el penal Abu Ghraib ni en el campo de detención de Guantánamo.
Pero ahora, con todos los problemas que hay en Irak y las dudas que se expresan aquí, incluso en los más altos niveles del gobierno y del alto mando militar, se ve en la necesidad de hacer algunas críticas de la guerra y ofrecerse como el mejor "comandante en jefe" para ganar la victoria.
El 16 de septiembre Kerry acusó a Bush de crear "un mundo de fantasía" en torno a Irak. El 20 dijo: "La invasión de Irak ha creado una crisis de proporciones históricas, y si no cambiamos de curso es posible que la guerra continúe sin fin". En el debate, dijo que Bush invadió "sin un plan para ganar la paz" y que fue "un error colosal".
Pero el propósito de esos comentarios era decir que él representa el camino que llevará a la victoria: una propuesta para compartir la influencia y las ganancias de Irak con otras potencias imperialistas, como Francia y Rusia, a cambio de ayuda (y la de la ONU) en la guerra contra la insurgencia. Kerry dijo que celebrará una cumbre para llegar a los acuerdos necesarios y renunciará al plan de establecer bases militares permanentes en Irak.
Según Kerry, la meta es impedir que las fuerzas armadas yanquis "se empantanen" en una guerra sin fin en Irak y enfocarse en otras agresiones que él considera más importantes, como contra Irán, Corea del Norte y Afganistán.
Kerry dice que la invasión fue un error pero rechaza la idea de retirar las tropas sin alcanzar la "victoria".
En el debate comparó la situación de Irak con lo que pasa cuando uno rompe un objeto en una tienda: "Si uno lo rompe, pues es suyo. Si uno comete un error, es suyo y tiene que repararlo. Esto es lo que tenemos que hacer".
Esta es pura lógica imperialista: Estados Unidos no puede retirarse de Irak, incluso si el pretexto de la invasión fue una mentira y si fue una imprudencia. Desde la perspectiva capitalista de Kerry (y Bush), Irak y el golfo Pérsico son una zona estratégica que no se puede abandonar. Además, una vez que Estados Unidos ha invadido un país, retirarse alentaría a muchas fuerzas en Irak y por todo el mundo a oponerse a la dominación yanqui. En pocas palabras, como señaló Bob Avakian, es un principio gangsteril.
¿Qué quiere decir Kerry cuando dice "error"? NO quiere decir que Estados Unidos no tiene el derecho de atacar y dominar a otros países a gusto. NO quiere decir que la invasión de Irak fue injusta. De hecho, propone aumentar los operativos y el espionaje de los servicios de inteligencia por todo el mundo y defiende el derecho del presidente de iniciar ataques e invasiones preventivas. Dice que él es el candidato que sabe cómo hacer todo esto con más "inteligencia".
En su crítica de Bush, dijo: "Quiero ganar y, a diferencia de Bush, tengo un plan que logrará la victoria".
Como dijo ante la Convención Nacional del Partido Demócrata: "Me presento para cumplir mi deber".
Dado que los imperialistas están de acuerdo y que la propuesta de Kerry y las medidas de Bush son muy parecidas, algo que destacó en el debate fue el desdén de Bush.
Con suma arrogancia, dijo que cualquiera que critique la guerra (y en realidad cualquiera de sus medidas), incluso con las leves críticas de Kerry, es peligroso e irresponsable y está minando fundamentalmente la posición de Estados Unidos en el mundo. Dijo que cualquiera que critique la invasión de Irak "no merece ser comandante en jefe".
Las palabras y la apariencia de Bush dejaron sentado que considera que toda oposición es ilegítima y que las críticas de Kerry ayudan al "enemigo" (que pueden ser "los terroristas", "los estados delincuentes" o incluso otras potencias como Francia y Alemania).
El Washington Post comentó: "El presidente Bush y los dirigentes republicanos acusan al candidato demócrata John Kerry y al Partido Demócrata de ayudar a los terroristas y minar la guerra en Irak. Su ataque va más allá de la retórica política convencional".
Lo que el Post llama "la retórica política convencional" son en realidad los principios subyacentes de todo el sistema electoral democrático burgués. En este sistema, tradicionalmente las elecciones (especialmente las campañas presidenciales) se presentan (al público) como desacuerdos entre "hombres honorables y razonables". Pero esa tradición (como muchas otras normas jurídicas y políticas) no concuerda con la cosmovisión de la camarilla que detenta el poder.
Dicen abiertamente que Kerry es el candidato que "los terroristas prefieren" y que su victoria (en palabras del vicepresidente Dick Cheney) garantizará que "nos volverán a atacar". El senador republicano Orin Hatch (presidente del Comité sobre el Poder Judicial) dijo que "los terroristas" están haciendo todo lo posible "para elegir a Kerry".
Bush casi dijo lo mismo en el debate. Cuando le preguntaron si una victoria de Kerry llevará a "otro 11 de septiembre", contestó: "No creo que esto va a pasar porque creo que yo voy a ganar".
Los televidentes vieron la indignación mal disimulada de Bush ante cualquier crítica de la guerra de Irak. Pestañeaba furiosamente y hacía muecas de impaciencia. Una y otra vez repitió que toda crítica significa que Kerry no merece ser presidente.
Muchos comentaristas señalaron que Bush piensa que los debates presidenciales son una "molestia" para un presidente de guerra y un foro en que se mencionan dudas que no se debe permitir.
La camarilla que detenta el poder en la Casa Blanca (y la Suprema Corte y el Congreso) habla como si cualquier desviación de su camino fuera traición y ayuda "a los terroristas".
Viendo el debate uno tenía que preguntarse hasta qué punto irá esta camarilla para mantenerse en el poder y qué cambios históricos en el mundo y en este país tiene en mente para los próximos cuatro años.
Hizo recordar las elecciones del año 2000, que se robaron con fraude electoral y un golpe de estado de la Suprema Corte, y el documento de alto nivel del gobierno que mencionó la posibilidad de posponer las elecciones este año en caso de un "incidente".
Todo esto destacó lo esencial y urgente que es forjar una resistencia creativa, masiva, organizada y con claridad de visión.
No es hora de aferrarse a falsas ilusiones sobre las elecciones. Gane quien gane, la situación no "se resolverá" en las urnas, y las guerras de agresión y las medidas represivas no se desvanecerán.
No cabe duda de que la camarilla de Bush no intenta ceder el poder ni abandonar el curso que está siguiendo. Pero incluso si gana Kerry, no augura nada bueno para la gente de aquí ni de todo el mundo. Dirán que es un sello de aprobación de la ciudadanía para continuar (quizás con algunos ajustes) la "guerra contra el terrorismo".
Hay mucho cuestionamiento popular del horripilante programa del gobierno y gran potencial para forjar una verdadera resistencia. Kerry y los demócratas se han alistado a esta guerra imperial y tienen sus propias propuestas sobre cómo salir victoriosos. En vista de la historia reciente (la capitulación de Al Gore y la nominación de Kerry), es casi imposible imaginar que los demócratas dirijan una lucha en serio si cancelan (o se roban otra vez) las elecciones.
En la entrevista de KPFK, Bob Avakian habló a todos los que dicen que se debe apoyar a Kerry porque la alternativa es fascista. Dijo: "Si piensan que así es la situación, debemos hacer algo radicalmente diferente que votar por Kerry. Debemos forjar una resistencia masiva preparada para seguir adelante incluso ante un golpe de estado fascista, preparada para ofrecer una dinámica completamente diferente".
Vivimos días históricos con mucho en juego y muchos resultados posibles. La situación requiere claridad, resistencia creativa y una visión de cambiar radicalmente el mundo.