Farouk Abdel-Muhti |
Aug. 9, 1947 - Jul. 21, 2004
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Photo: Osvaldo Pérez, courtesy of El Diario-La Prensa. |
Obrero Revolucionario #1258, 14 de noviembre, 2004, posted at http://rwor.org
El 21 de julio, al terminar una intervención en un foro titulado "Detención y tortura: Forjar la resistencia", Farouk Abdel-Muhti, ex preso político y querido militante palestino, sufrió un colapso y murió en Filadelfia.
Su fallecimiento, dos meses después de salir de una cárcel de la Migra, es una gran y terrible pérdida para el pueblo. Lo tuvieron preso 718 días (casi dos años) y lo sometieron a maltrato físico, verbal y mental, como por ejemplo a 250 días de aislamiento. Muchas veces le negaron las medicinas que necesitaba para controlar la hipertensión y problemas de tiroide. Nunca se sabrá cuánto contribuyó eso a su muerte, pero no cabe duda de que siguió luchando por el pueblo hasta el último aliento.
¿Cómo se puede explicar cuánto hemos perdido con la muerte de este valioso camarada? Conocí a Farouk hace más de una década y su muerte me impactó mucho.
Recuerdo cuando lo conocí, en octubre de 1992, durante una velada cultural contra los 500 años de genocidio, opresión y colonialismo en las Américas a partir de la llegada de Colón. Tenía un aspecto impresionante: un militante palestino que hablaba con pasión en español de la lucha palestina y las demás luchas revolucionarias y progresistas por todo el mundo.
La velada se celebró poco después de la captura de Abimael Guzmán (presidente Gonzalo), líder de la guerra popular maoísta de Perú, y el inicio de la campaña "Mover cielo y tierra para defender la vida del presidente Gonzalo". Farouk se metió a esa batalla y exhortó a los grupos palestinos progresistas a participar. Nos vimos muchas veces durante los siguientes 10 años; siempre que había una batalla política importante Farouk estaba presente.
Los sucesos del 11 de septiembre de 2001 plantearon grandes retos y Farouk se metió a la lucha contra la campaña de demonizar a los palestinos y demás inmigrantes. Participaba en el programa "Morning Show" de la emisora WBAI, y sus traducciones permitieron que miles de personas de este país oyeran la voz de los militantes de Cisjordania y Gaza.
Cuando el gobierno arrestó a más de 1,200 árabes, musulmanes y surasiáticos, Farouk trazó planes para forjar la máxima unidad posible —de musulmanes y no musulmanes— para ponerlos en libertad. Se oponía al fundamentalismo religioso y proponía fortalecer la resistencia secular, pero también buscaba unidad con los militantes musulmanes. Exploraba cómo forjar unidad entre la gente en Estados Unidos y las víctimas del imperialismo yanqui en el extranjero.
Desempeñó un papel prominente en la lucha en pro de la libertad de los arrestados y en el primer Día Nacional de Solidaridad con los Árabes, Musulmanes y Surasiáticos el 20 de febrero de 2002. Dos meses después lo arrestaron a él también.
Como a muchos otros presos, no lo acusaron de nada. Con la detención de un militante palestino ampliamente conocido, el gobierno trataba de sembrar miedo entre los militantes y los inmigrantes.
Debido a la firmeza de Farouk y sus partidarios, al gobierno le salió el tiro por la culata. Se forjó un movimiento para defenderlo y, a pesar de sus problemas de salud y la difícil situación en la cárcel, Farouk logró organizar a los demás presos y escribió muchas declaraciones de apoyo: al movimiento contra la guerra, a una huelga de mineros y a los chilenos que conmemoraron "el otro 11 de septiembre" (el golpe de estado de la CIA en 1973). Lo trasladaron varias veces para separarlo de los presos con quienes forjaba lazos y de sus partidarios de afuera.
Seis semanas antes de su muerte, Farouk nos dijo: "He visto tortura de otros detenidos. Por ejemplo, durante varios meses los guardias de la cárcel del condado Bergen atacaron a un chileno. Le rompieron los brazos y después lo deportaron. A un palestino le dieron palizas cuatro o cinco veces. En la cárcel del condado Hudson, atacaron a un egipcio y le rompieron los dientes. Todavía está preso.
"Me trasladaron de cárcel nueve veces y en cada una me torturaron, me dieron palizas, me oprimieron. Varias veces hice huelga de hambre. Mi lucha no es personal; he estado luchando no solo por mi propia independencia, y no solo por los palestinos, los árabes o la gente del Medio Oriente y el Sur de Asia. Lucho por todos los inmigrantes".
Como a muchos presos, el Revolutionary Worker/Obrero Revolucionario le permitió mantenerse en contacto con el movimiento y organizar resistencia. Recibía y distribuía periódicos en inglés y en español. Me dijo que el periódico en español era un "puente" entre los detenidos que no sabían español y los muchos inmigrantes latinoamericanos que iban a deportar por delitos de poca monta. Estaban en la misma cárcel, pero cada grupo sabía poco de la situación del otro. Dijo que el OR tumbaba las barreras y llevó a muchos presos a apoyar la lucha palestina y a oponerse a la campaña de guerra y represión del gobierno. Dijo: "Después de leerlo lo pasaba a otros presos. Hay que trazar los vínculos entre nuestras luchas. contra la ocupación y con la lucha de la clase obrera de Estados Unidos contra la opresión, el racismo y la pérdida de los derechos. Organizamos muchas discusiones acerca de principios, especialmente sobre la guerra de Irak, sobre la que ha informado muy bien el periódico".
Durante un registro de celdas en la cárcel del condado Hudson, los guardias encontraron los ejemplares del OR y otras obras izquierdistas. Farouk nos dijo que le gritaron "comunista" y "enemigo de Estados Unidos" y le dieron una paliza ante los demás presos. Varias veces lo tiraron contra la pared. Su abogado dijo: "Hablé con él una semana después y todavía se podían ver las contusiones en las piernas de cuando lo tiraron al suelo".
Los abogados y el comité de defensa de Farouk pusieron al descubierto una enorme contradicción: las autoridades dijeron que no lo arrestaron por motivos políticos sino para deportarlo por haber violado las leyes de inmigración, pero ¿adónde iban a deportarlo?
Su caso sacó a luz la situación de los palestinos, cuyo país les robaron Estados Unidos e Israel. Farouk nació cerca de la ciudad de Ramalá, en Cisjordania, en 1947, cuando era colonia inglesa. Se fue en los años 1960, cuando la controlaba Jordania. Israel, que la controla hoy, solo da documentos a los palestinos que estaban presentes cuando conquistó a Cisjordania en 1967 o que han nacido allá desde esa fecha. Por eso, Farouk era una persona "sin patria" y no había donde deportarlo.
En 2001, la Suprema Corte falló que el gobierno no puede detener a una persona indefinidamente (más de seis meses) si no hay una posibilidad razonable de deportarlo. Por eso, un juez mandó poner en libertad a Farouk.
Pero el gobierno trató de "desaparecerlo" en el sistema penal trasladándolo de repente a un penal federal (en vez de una cárcel de la Migra) en Atlanta, a 800 millas de sus abogados y partidarios. Además, le cambiaron el número de identificación. Pero logró llamar a un amigo y lo pusieron en libertad el 12 de abril.
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Inmediatamente Farouk volvió a meterse a la lucha. Salió de nuevo en WBAI para hacer oír la voz de los habitantes de Cisjordania y Gaza, y se unió a un equipo de corresponsales de español.
En una velada para celebrar su liberación, Shayana Kadidal, uno de sus abogados, expresó lo que sentía Farouk: "Hoy estamos festejando, pero no debemos olvidar a los que siguen detenidos porque al gobierno no le molesta detener indefinidamente a una persona por un accidente de nacimiento". Farouk siguió luchando por los detenidos hasta su muerte.
Nos dijo: "Lo que comparto con la gente de esta ciudad, del país y del mundo es la lucha contra la opresión, la discriminación y el imperialismo, que son la esencia de la administración corrupta de George W. Bush. Hay un fuerte vínculo entre nuestras luchas contra este gobierno corrupto y la lucha por la justicia de los oprimidos y los trabajadores de todo el mundo, de Harlem a San Juan, Bagdad, Palestina, Caracas y los campos de refugiados de Palestina y por todo el mundo árabe. Nos solidarizamos con todos los compañeros y compañeras por todo el mundo que experimentan opresión, discriminación, injusticia, tortura y brutalidad a manos del Nuevo Orden Mundial del neoimperialismo, cuyo actual pretexto es la guerra contra el terror".
Me encontré con Farouk una semana antes de su muerte. Regresaba de visitar a los detenidos de una de las cárceles donde estuvo preso. Habló de sus sueños de un mundo radicalmente diferente y de su plan de ver la charla grabada de Bob Avakian, presidente del PCR, y de mandar una copia a Palestina. Desafortunadamente, no lo volví a ver.
Farouk era un luchador querido por el pueblo, que lo recordará y honrará.
(Habrá un programa conmemorativo el 13 de noviembre. Se puede obtener más información llamando a 201-951-6919 o 212-674-9499, o en freefarouk.org).