Golpe del rey desata crisis
Li Onesto
Obrero Revolucionario #1268, 20 de febrero, 2005, posted at rwor.org
El 1° de febrero, el rey Gyanendra declaró estado de emergencia, disolvió el parlamento, destituyó al primer ministro y suspendió la libertad de prensa, palabra y expresión, de asamblea pública y privacidad, las protecciones contra la detención preventiva y muchos más derechos constitucionales. Se suspendieron todos los vuelos internacionales y las conexiones de teléfono e internet.
El ejército patrulló las calles de la capital en vehículos blindados e hizo arrestos. Rodearon la casa del primer ministro y lo pusieron bajo arresto domiciliario. Arrestaron a otros líderes de dos de los principales partidos parlamentarios, el Partido del Congreso Nepalés y el Partido Comunista de Nepal Unido (Marxista-Leninista), y pusieron bajo vigilancia los edificios del gobierno, correos, centros de telecomunicaciones y el banco estatal. Para impedir protestas organizadas, arrestaron a los dirigentes sindicales y estudiantiles. Por la fuerte censura de prensa es difícil obtener noticias confiables, pero se informa de mil arrestos.
El rey ha tomado una medida extrema, pues no ha podido aplastar la guerra popular maoísta dirigida por el Partido Comunista de Nepal (Maoísta) [PCN (M)]. El 13 de febrero es el noveno aniversario del inicio de la guerra popular y la guerrilla maoísta controla el 80% del campo.
El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar señala: "Con el actual ataque contra el parlamento, el rey busca granjearse el apoyo de la población criticando la corrupción de esos partidos, como si él mismo no tuviera que ver con mucha corrupción y asesinato. Es obvio que la sociedad se ha polarizado entre los maoístas y la monarquía que se mantiene gracias al Ejército Real de Nepal [ERN]. Mediante el ‘autogolpe’ del rey, [el presidente del PCN (Maoísta)] Prachanda dice que el país ha llegado a ‘un punto de viraje, una batalla decisiva entre autocracia y república’".
El 2 de febrero el rey formó un nuevo gabinete integrado por diez de sus partidarios. El nuevo ministro del Exterior dice que no habrá elecciones hasta que se termine la rebelión maoísta y que podrían pasar tres años antes de restaurar la democracia pluripartidista.
Gyanendra subió al poder en junio de 2001 tras la masacre de su hermano, el rey Birendra, la reina y ocho integrantes de la familia real. Mucha gente está convencida de que el actual rey es el autor intelectual de esa masacre. Al subir al trono, por primera vez despachó al ERN contra la guerrilla.
A fines de 2001 el rey declaró estado de emergencia, suspendió los derechos constitucionales y desató una sanguinaria campaña contra la guerrilla en que murieron miles de personas. Contó con el apoyo militar, económico y político de India, Estados Unidos e Inglaterra. El Congreso estadounidense le dio 22 millones de dólares, miles de M-16 y militares para entrenar al ERN. Nepal no ha tenido parlamento desde 2002. A fines de 2002 asumió el poder ejecutivo absoluto, disolvió el parlamento y nombró su propio primer ministro. En 2004 tuvo que devolver parte del poder a los partidos parlamentarios. Hoy asumió de nuevo el poder absoluto.
En cosa de horas después de la declaración del rey, en Pokhara (oeste del país) los estudiantes chocaron con la policía y la hicieron retirarse de la ciudad universitaria dos veces. La policía baleó a la multitud y dejó al menos 15 personas heridas y muchas apaleadas. Según la comisión nacional de derechos humanos, el ejército incursionó en un albergue estudiantil y arrestó al menos 250 estudiantes.
La policía paramilitar hizo cumplir la prohibición de reuniones públicas cercando el edificio en que se reunían 50 miembros del Partido del Congreso Nepalés y arrestó a todo el que no lograra escapar. Detuvieron por un corto tiempo a los corresponsales y camarógrafos nacionales e internacionales y les confiscaron las videocintas y disquetes digitales.
Equipos de seguridad del gobierno realizaron inspecciones sorpresa de los departamentos de Pasaportes y de Impuestos sobre la Tierra, la Administración del Distrito de Katmandú y la Administración del Transporte. El rey prohibió que los empleados del gobierno establezcan organizaciones políticas y ordenó que las organizaciones existentes cesen toda actividad "que afecte la soberanía, integridad o paz y seguridad del Reino de Nepal". Además, autorizó la confiscación de propiedad privada.
En 2001, durante el anterior estado de emergencia, impusieron una fuerte censura de prensa, allanaron oficinas de periódicos y arrestaron e interrogaron a directores y corresponsales de la prensa por escribir sobre la insurgencia maoísta. Arrestaron y mataron a Krishna Shen, el director del periódico promaoísta Janadesh.
Hoy de nuevo el rey ha impuesto una fuerte censura periodística. No se puede publicar nada sin autorización del gobierno y se prohíbe por seis meses toda crítica de las acciones del rey. El ejército ocupó las salas de prensa para revisar los artículos y apostó vehículos blindados fuera de algunas oficinas.
El gobierno mandó que todas las emisoras privadas del país retiraran los programas de noticias y opiniones y solo transmitieran programas de variedades. La federación nacional de periodistas dice que allanaron sus oficinas para bloquear la publicación de cuatro semanarios. Según la BBC, arrestaron al secretario general de la Federación de Corresponsales Nepaleses.
Se prohíbe todo comentario público "directo o indirecto" sobre las fuerzas de seguridad "que pueda afectar su moral". Se permite arrestar a los infractores y monitorear los teléfonos, emisoras radiales, fax y correo electrónico y otras formas de comunicaciones electrónicas, y bloquearlos cuando sea necesario.
Tras el decreto, los periódicos sacaron editoriales sobre tiro de arco, los beneficios de tomar el sol, el ballet y la importancia de los calcetines en la sociedad. Más de mil radiocorresponsales quedaron sin empleo.
El ejército vigiló los servidores privados de la internet para que no volvieran a conectarse. El 10, se restauraron algunos servicios de internet y se retiraron los soldados de las oficinas de los medios. Según el general Dipak K. Gurung, vocero del ERN, los directores "prometieron que practicarían la autocensura". Según un periódico, les dieron "un incentivo". Un director dijo, a condición de no revelar su nombre, que el secretario de prensa del rey explicó a varios directores que no podría hacer nada si el ejército decidiera "desaparecerlos" unas horas. Gurung dijo que solamente tendrían que dejar de publicar y transmitir anuncios y propaganda de los maoístas e informes que perjudicaran la moral de los soldados y que "anteriormente, bajo el pretexto de la democracia y la libertad, a [los directores] se les pasó la mano... Si cooperan, no habrá de qué tener miedo".
Un comunicado conjunto de Amnistía Internacional, Human Rights Watch y la Comisión Internacional de Juristas señala que la suspensión de la libertad de prensa y otras medidas "aumenta el peligro de violaciones de los derechos humanos". Mucha gente más señala que con esta clase de represión el ejército, que ya tiene fama de violar los derechos humanos, tendrá carta blanca para sembrar terror en el campo. Keith Bloomfield, el embajador británico en Nepal, cuyo gobierno apoya militar y económicamente al rey, advirtió que "podrían tachar a cualquiera que se oponga al rey de maoísta y tratarlo como maoísta". Gurung admitió que con la censura no se sabría de los incidentes de violaciones. El ERN ha llevado a cabo una brutal campaña contra los maoístas y presuntos maoístas. Ha matado torturado, violado y metido a la cárcel a miles de nepaleses. El nuevo estado de emergencia y la censura le darán rienda suelta para extender el reino de terror en el campo.
Los maoístas convocaron a un paro nacional indefinido y suspensión del transporte a partir del 13 de febrero, el noveno aniversario del inicio de la guerra popular. Un vocero del PCN (M) rechazó la opción de charlas con el rey. Al ciene de esta edición, el 13 de febrero recibimos la noticia de que los maoístas iniciaron un bloqueo nacional de tránsito.
Según fuentes del país, aunque se han suspendido las conexiones de teléfono e internet, los revolucionarios han logrado comunicarse entre sí. Cinco emisoras radiales de Radio "República Popular de Nepal" siguen transmitiendo programas a diario. Los periódicos promaoístas siguen saliendo de diversas formas. Los combatientes del Ejército Popular de Liberación (EPL) han asestado golpes contra el ERN.
El 9 de febrero las estaciones de televisión nepalesas informaron que los maoístas atacaron una cárcel de distrito en Kailali, cerca de la capital, y mataron a cinco elementos de seguridad y liberaron a 166 presos, muchos de ellos maoístas. Armados con bombas rudimentarias, tumbaron los portones tras un tiroteo de 90 minutos.
Un comunicado del PCN (M) dice: "La aristocracia feudal es responsable de la dolorosa situación que vive el país y el pueblo, y ya es hora de echarla al basurero de la historia. Mediante la lucha de clases de 1990 y nueve años de guerra popular, las masas del país han mostrado sin lugar a dudas que pueden llevar a cabo la histórica tarea de establecer una república... Nuestro partido llama enérgicamente a todos los partidos políticos del país, a las masas de intelectuales, a la sociedad civil y a las masas de todos los sectores y creencias a crear un torbellino de rebelión nacional unificada, con la consigna común mínima de una república democrática popular y una asamblea constituyente vs esta última locura de la camarilla feudal".
El presidente Prachanda del PCN (M) llamó a "todas las fuerzas del mundo del lado del pueblo" a oponerse al golpe del rey, y a "las fuerzas políticas, la sociedad civil, la comunidad intelectual, los periodistas y todos los sectores y capas de la población a adquirir y almacenar víveres y apoyar al movimiento por todos los medios posibles para que tenga éxito". El gobierno dijo que arrestaría a quien hiciera compras excesivas de víveres y combustible.
El PCN (M) advierte que el avance del poder popular hacia la toma del poder político nacional aumenta el peligro del expansionismo indio y la intervención imperialista. El comunicado de Prachanda del 1° de febrero llama a "todas las fuerzas del mundo del lado del pueblo a levantar la voz en contra de este golpe autocrático y a favor del movimiento democrático del pueblo nepalés".
Las medidas del rey tienen en la mira a los partidos parlamentarios y a otras fuerzas que se oponen a la monarquía, pero sobre todo a los guerrilleros maoístas, que se acercan a la toma del poder. Por ejemplo, cuando el rey anunció el estado de emergencia, el ERN lanzó una nueva y mayor ofensiva contra los maoístas. El 8, la agencia noticiosa Reuters dijo que tropas del ERN con helicópteros atacaron campamentos maoístas en el oeste y mataron a docenas de maoístas cerca de la ciudad de Nepalgunj.
El ERN lleva años sin poder vencer a los maoístas, a pesar de los millones de dólares, armas automáticas, helicópteros, asesoría y entrenamiento de Estados Unidos, Inglatarra e India. Antes de 2001 el ERN contaba con 45,000 elementos. Desde entonces ha crecido a 85,000, pero no ha podido hacer retroceder al EPL. Muchos analistas que siguen de cerca lo que pasa en Nepal, entre ellos expertos burgueses estadounidenses, dicen que "no puede haber solución militar a la crisis en Nepal", o sea, admiten que el ERN solo (sin intervención extranjera) no puede derrotar al EPL en el campo de batalla.
En las clases dominantes nepalesas ha habido mucho debate y fuertes divisiones sobre este problema y sobre si negociar con los maoístas. Estos han celebrado dos ceses al fuego y rondas de negociaciones con el gobierno, pero el objetivo de su estrategia militar no es obtener curules en el parlamento. Llevan a cabo una guerra popular prolongada con miras a tomar el poder y establecer un gobierno socialista, y ya han establecido nuevos gobiernos revolucionarios en vastas extensiones del campo.
Hoy el ERN acepta que no puede ganar en el campo de batalla y ahora dice que para obligar a los maoístas a negociar tendrá que librar una larga y sangrienta guerra.
El rey dice que la primera prioridad del nuevo gobierno es "obtener la paz con los maoístas". ¿Qué quiere decir? Un integrante del nuevo gabinete explicó a Reuters: "¿Participarán [los maoístas] en las charlas o no? Si lo hacen, podremos avanzar en cierta dirección. Si no, tendremos que elegir otro camino".
Puede que el rey espere que desatando una brutal campaña militar pueda "dividir y conquistar" a los maoístas. Gurung dijo: "Tenemos que obligar a los maoístas a negociar. Los estamos buscando. Dondequiera que estén emprenderemos operaciones ofensivas. Tenemos que debilitarlos... Una vez disminuida su capacidad militar, su facción política predominará y con suerte acudirán a la mesa de negociaciones".
Pero esa apuesta podría salirles mal.
El diario Indian Express dijo: "Claramente el rey Gyanendra ha decidido que entre la monarquía y los maoístas, India y la comunidad internacional no tendrán más opción que tomar partido con él". Pero Estados Unidos, Inglaterra e India están muy preocupados por las profundas divisiones de las clases dominantes nepalesas y han presionado para que el rey y los partidos parlamentarios trabajen juntos en un frente unido más fuerte contra los maoístas. Ahora el rey ha profundizado más la fuerte división de las clases dominantes.
Un nervioso analista del gobierno indio dijo que el decreto del rey "es una decisión muy desastrosa, la peor opción posible", que distanciará al rey de la mayoría de las principales fuerzas políticas de Nepal y no hará nada para fortalecer su posición contra los maoístas.
Los partidos parlamentarios nepaleses están preocupados de que la toma del poder absoluto por el rey fortalezca a la larga a los maoístas. Un dirigente del Partido del Congreso Nepalés dijo: "En caso de que fracase el rey, crecerá la fuerza de los maoístas, quienes ya son una fuerza peligrosa, y perderá el trono pues se traspasará el poder a ellos. En caso de ganar, se reforzará el papel del rey en pro de una monarquía más fuerte y se debilitará la democracia pluripartidista".
Estados Unidos, Inglaterra e India han estado dando apoyo militar, político y económico al gobierno nepalés contra los maoístas. No se sabe con precisión cuál ha sido el papel de Estados Unidos o Inglaterra en las acciones del rey. Llevan tiempo armando, entrenando y asesorando al ERN, y es poco probable que el rey tomara esas medidas sin el concentimiento o apoyo de las dos potencias. Pero ahora las dos condenan las medidas de "antidemocráticas", pues les preocupa que la crisis favorezcá el avance de los maoístas.
El gobierno de Inglaterra mandó llamar al embajador nepalés en Londres. El embajador nepalés en India, que mantiene comunicaciones con el gobierno indio para explicar el nuevo decreto, dijo: "El gobierno indio está muy preocupado sobre los crecientes vínculos entre los maoístas [de Nepal] y los maoístas de India". Añadió que le interesa apagar la rebelión pues la violencia maoísta podría extenderse a las regiones de India en que tienen fuerza los grupos de la izquierda radical.
Una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de India dice: "Los recientes acontecimientos en Nepal ponen a la monarquía y los partidos parlamentarios tradicionales en una confrontación directa, lo que solo beneficia a las fuerzas que quieren socavar la democracia y la monarquía".
En una entrevista del New York Times,C. Raja Mohan, profesor de estudios surasiáticos de la Universidad Jawaharlal Nehru, Nueva Delhi, señaló que Nepal colinda con China y tres de los mayores estados de India en que combaten insurgentes naxalitas marxistas, que tienen relaciones con los maoístas de Nepal. "En el frente estratégico, eso es un enorme problema".
El vocero del Departamento de Estado yanqui, Richard Boucher, dijo que a la administración Bush "le preocupa profundamente el revés para la democracia" y demandó "un avance inmediato hacia la restauración de las instituciones democráticas pluripartidistas". Comentó que las acciones del rey "minan la lucha contra la insurgencia maoísta, que representa un desafío muy serio al futuro de paz y prosperidad de Nepal".
Estados Unidos ha reconocido que el ERN comete violaciones de derechos humanos, pero justifica la ayuda so pretexto de que, sin ella, los maoístas podrían triunfar y Nepal podría sumarse a la lista de "estados fallidos que albergan a terroristas". Ha colocado al PCN (Maoísta) en su "lista de terroristas", aunque es obvio que los maoístas nepaleses no tienen nada en común con la política, táctica y estrategia "terroristas". Washington ha subrayado que no permitirá que los maoístas suban al poder, pues esa clase de "cambio de gobierno" va contra sus intereses.
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En Nepal, sigue agudizándose la situación. Se perfilan claramente dos futuros: la sanguinaria monarquía con un sistema opresivo y corrupto, y la guerra popular que se libra para emancipar al país de las garras de la dominación extranjera y para establecer un nuevo gobierno revolucionario. La situación exige mucho de la gente progresista del mundo: oponerse a las asesinas medidas del rey, denunciar el apoyo estadounidense a las clases dominantes nepalesas para aplastar la insurgencia, y protestar ante toda intervención de Estados Unidos, Inglaterra, India, la ONU y otras potencias contra la guerra popular.