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Revolución #127, 20 de abril de 2008
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Apuntes para considerar sobre los esfuerzos de boicotear los juegos olímpicos en China
Estimado Revolución
Esta semana hemos visto muchos titulares sobre manifestaciones que buscan parar la antorcha olímpica y políticos como Hillary Clinton y Nancy Pelosi que quieren boicotear las ceremonias de apertura.
En vista de todo eso, quisiera ofrecer estos puntos básicos de orientación:
1. China ya NO es un país socialista, sino una sociedad gobernada por una nueva clase de capitalistas atada al imperialismo.
2. En los años maoístas, cuando China era una sociedad revolucionaria y socialista (1949-1976), desarraigaron al viejo sistema feudal de opresión y explotación a través de lucha revolucionaria y se dieron enormes pasos para superar el legado de la opresión nacional y el retraso social y económico. Esta verdadera historia de Tibet ha sido terriblemente distorsionada y mal caracterizada, especialmente en la prensa occidental.
3. Hay una lucha justa contra la opresión del pueblo tibetano, así como contra las consecuencias castigadoras del desarrollo capitalista en China.
4. Estados Unidos tiene todo un historial de respaldar fuerzas reaccionarias en Tibet; la CIA ha apoyado y trabajado directamente con el Dalai Lama. Y lejos de ser una fuerza por el progreso y la justicia social, el Dalai Lama está ligado al imperialismo occidental, especialmente a Estados Unidos. Hay sectores de la clase dominante de Estados Unidos que defienden al Dalai Lama y su movimiento para tratar de presionar, desestabilizar y hasta descuartizar a Chinas porque la consideran un rival económico, político y militar al poderío global de Estados Unidos.
5. Los esfuerzos de alto nivel para organizar un boicot de las olimpiadas en Beijing en nombre de los derechos del pueblo tibetano son, en su esencia, una maniobra de parte del imperialismo occidental, y en particular de Estados Unidos, para promover una ventaja geoestratégica en contra de China. Eso es cierto a pesar de que muchas fuerzas progresistas participan en la campaña a favor del boicot.
El conflicto actual en Tibet es muy complicado, se están metidos diferentes fuerzas de clase e intereses, así como diferentes fuerzas políticas, como los grupos religiosos reaccionarios ligados a Estados Unidos. Todo eso está sucediendo en el marco internacional mayor. Recomiendo que los lectores lean el artículo “Las protestas en Tibet y descontento de abajo” (Revolución, #125, en línea en revcom.us) que habla de eso y aclara la confusión acerca de la historia de Tibet y de las diversas fuerzas de clase metidas en la lucha hoy.
Li Onesto, corresponsal de Revolución
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