Revolución #162, 19 de abril de 2009


El terremoto en Italia y el fracaso del capitalismo

Soy lector asiduo de Revolución y he seguido de cerca los sucesos en Abruzzo, Italia, donde ocurrió el gran terremoto hace poco centrado en la ciudad de L’Aquila que marcó 6.2 en la escala de Richter, con fuertes réplicas. Las ciudades a una hora de distancia se sacudieron fuertemente durante el terremoto. Desde hace décadas que Italia no haya presenciado tal devastación y destrucción, aunque la península es una zona importante de actividad sísmica.

Al día de hoy, se han confirmado más de 235 muertos, más de mil lesionados y al menos 100 mil sin hogar según el presidente municipal de L’Aquila, Massimo Cialente. En los alrededores, las autoridades han evacuado a miles y cerrado muchas carreteras. El centro de la ciudad quedó en ruinas. Muchos edificios históricos, en una ciudad que se fundó en el siglo 13, se han derrumbado, y algunas antiguas ruinas romanas sufrieron daños en la ciudad de Roma, a 100 km. Mientras que muchos evacuados duermen en carros, el primer ministro Silvio Berlusconi rechazó toda ayuda de socorro internacional para las víctimas del terremoto.

Si bien es obvio que los seres humanos no tienen la capacidad de prevenir tales desastres naturales, antes del siniestro se dieron señales de que venía en camino el desastre, y un encubrimiento del propio gobierno para impedir que esta evidencia saliera a la luz.

A fines de marzo, una semana antes del mortífero terremoto, Giampaolo Giuliani, un investigador del Laboratorio Nacional Físico del vecino Gran Sasso, observó que aumentaban rápidamente los niveles de radón en la región, lo que es una advertencia que muchos científicos dicen que es una manera de pronosticar fuertes actividades sísmicas. Además, se dieron unos pequeños sismos en la región poco antes, que es otra clara advertencia de que venía en camino “uno grande”.

Aparte de predecir que este sería un terremoto devastador, Giuliani lo anunció públicamente en un portal electrónico, puso un video en YouTube días antes con una advertencia a la gente de la región de L’Aquila de que se evacuara porque venía en camino un gran terremoto. Antes del terremoto, camionetas con altavoz recorrieron las calles de la ciudad con advertencias de evacuación para la población. La policía recibió un informe al respecto y por eso Giuliani tuvo que retirar las advertencias que había anunciado.

Acusaron a Giuliani de causar un pánico innecesario, y las autoridades de L’Aquila sostuvieron una asamblea popular el 31 de marzo para apagar los temores de la población. Desde entonces, muchos han defendido a Giuliani y muchos medios y diarios digitales del país lo han entrevistado.

Después del último gran terremoto en el país en 1980 y miles de muertes en el sur del país, se aprobó una ley que estipula que se construyan los edificios de acuerdo a cierto código de construcción que asegurara que resistieran un terremoto. No obstante, muchos edificios colapsados fueron construidos después de que entró en vigor este nuevo código, y mucha gente le echa la culpa a las empresas de construcción que adrede, para reducir gastos, tomaron atajos en medidas de seguridad (cabe señalar que el gobierno italiano está corrompido hasta la médula y es fácil evadir muchas leyes con un soborno o un conecte con la persona indicada).

Sin duda más datos saldrán a la luz al volver la situación a la normalidad en L’Aquila, no puedo sino compararla con lo que pasó hace unos años en Nueva Orleáns después de la destrucción causada por el huracán Katrina. En ambos casos, las ganancias capitalistas al mando de todo y la complicidad directa del gobierno impidieron la evacuación de la población y contribuyeron a muchas innecesarias muertes, lesiones y destrucción que era posible prevenir. Por el hecho de que el sistema capitalista no puede proteger a la población de la destrucción causada por este terremoto, entre otras cosas, la humanidad necesita con tanta urgencia la revolución y el comunismo.

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