Revolución #164, 17 de mayo de 2009
Promoviendo el Día de Darwin en Hawai
¡Encargándose del reto de popularizar el Día de Darwin que fue emitido en Revolución #156 ha sido una revelación y una llamada de atención!
El 12 de febrero (el Día de Darwin), una encuesta fue publicada por Gallup que indicó que solo el 39% de la población “cree en la teoría de la evolución” (gallup.com:80/poll/114544/Darwin-Birthday-Believe-Evolution.aspx). Hawai es un lugar bien “liberal” y, hasta hace poco, la religión no ha tenido un papel muy prominente. Por consiguiente, no pensamos que la encuesta reflejara acertadamente los sentimientos de la gente de Hawai.
Tuvimos dos experiencias importantes al popularizar el Día de Darwin que quisiéramos compartir con las y los lectoras/es de Revolución.
Llevando el Día de Darwin a la ciudad universitaria
El Día de Darwin, Libros Revolución montó una mesa y exposición en el centro del campus de la universidad de Hawai. Lo que aprendimos a la mesa reflejó la encuesta de Gallup Poll más de lo que pensábamos antes.
Muchos estudiantes rehuyeron a nuestra mesa, rechazaron los folletos o dijeron desdeñosamente “no creo en la evolución” cuando intentamos a entablar debate con ellos. Unos nos preguntaron quién era Darwin. Nos condenaron al infierno o peor. Un estudiante de una organización cristiana fundamentalista quien había sido asignado a una mesa al lado de la nuestra nos dijo que necesitáramos rechazar la evolución o sufriríamos una eterna condenación. Entonces ¡recogió sus cosas y dejó su mesa.
Un profesor de religión nos informó con pretensiones de superioridad moral que no creía en ninguna religión, ni siquiera en el “darwinismo”, sosteniendo que no existe “la verdad” como tal y que la evolución no era sino otro sistema de creencias. Algunos nos amonestaron por decir que la evolución es “verdad” (aunque estaban de acuerdo de que sí lo es), llevando a discusiones sobre la verdad, la diferencia entre la verdad relativa y la verdad absoluta y el peligro de la tendencia actual en las universidades a evitar de plano la lucha por la verdad.
De otro lado, unas personas de la facultad y unos estudiantes, muchos de los cuales habían visto los folletos pegados en los tablones de anuncios o que recibieron mensajes electrónicos a raíz de una gran campaña internáutica antes del Día de Darwin, vinieron a felicitarnos por promover al Día de Darwin y a examinar concienzudamente nuestra mesa. Estas personas fueron los que pasaron tiempo al lado de la mesa, contándonos sobre sus experiencias en clase, compartiendo sus temores sobre el ascenso del creacionismo y el fundamentalismo religioso o lamentando el hecho de que unos de los profesores evitarían las discusiones sobre la evolución porque no quisieran estar frente a la controversia. Otros estudiantes nos dijeron que no habían tenido ninguna discusión sobre la evolución en el colegio y estaban perplejos cuando los profesores de ciencias enseñaran las materias como si los estudiantes entendieran los principios fundamentales de la evolución.
Un estudiante nos contó sobre estar en una clase grande de biología donde una estudiante mandó que el profesor diera tiempo igual al creacionismo en la clase y retó a los otros estudiantes a que dejaran la clase con ella si el profesor no lo hiciera. Si bien ninguno de los otros estudiantes se fue de la clase, muchos hablaron en privado que sentían lo mismo, pero dijeron que no podrían dejar la clase porque necesitaban sacar buenas notas.
Lo que aprendimos fue que hay mucha polarización entre los estudiantes sobre la evolución. Muchos no aceptan la teoría de la evolución, pero estudian lo que es necesario para repetir mecánicamente las respuestas y pasar el curso y no hay ningún estímulo para que examinen críticamente la teoría de la evolución. La evolución rara vez llega a ser tema de debate y discusión libre entre los estudiantes. Incluso los estudiantes quienes creían firmemente en la evolución reconocieron que nunca hablaban sobre la evolución con los amigos quienes la rechazan porque no quisieron “faltarles el respeto a sus creencias religiosas”.
Creemos que éste fue el primer año que el Día de Darwin llegó a ser un tema de amplio interés social en el campus UH-Manoa. Libros Revolución y El Mundo No Puede Esperar-Hawai pegaron cientos de volantes de colores brillantes en el campus antes del Día de Darwin. El Mundo No Puede Esperar presentó el filme de Nova, Día del Juicio Final: El diseño inteligente en el juzgado en un teatro del campus y colgó letreros grandes anaranjados que se leían “Celebremos el Día de Darwin 2009” en varios lugares del campus. El número del Día de Darwin de Revolución fue distribuido en la mesa y en el paseo. Los departamentos de ciencias patrocinaron la presentación de un filme sobre la historia evolutiva de las Islas Hawaianas y un biólogo evolutivo prominente fue el orador principal en el seminario del Día de Darwin. Más de 500 copias del volante de Celebremos el Día de Darwin producido por el Proyecto Defender la Ciencia fueron distribuidos en el centro de campus.
La mesa de libros nos permitió iniciar conversaciones más profundas sobre la evolución y la ciencia de modo más amplio que hemos logrado antes. Nos decepcionó el número de libros que en realidad vendimos, pero muchos tomaron los volantes de promoción de La ciencia de la evolución y el mito del creacionismo o compraron el número del periódico sobre el Día de Darwin. Decenas de personas compraron emblemas y pegatinas de Darwin para sus carros, bicicletas o puertas de oficina.
El programa de Darwin en Libros Revolución
El 24 de febrero, Libros Revolución organizó una charla sobre “La evolución de los primeros animales” por el biólogo evolutivo Dr. Mark Martindale. La charla, que se adaptó de una que dio la semana anterior en la conferencia de la Asociación Norteamericana para el Avance de la Ciencia (AAAS) en Chicago, contó los resultados fascinantes de su investigación que explora la base del árbol evolutivo de los primeros animales. A lo largo de su charla, Martindale enfatizó la importancia de la evolución y le dio vida al dinamismo del método científico. Expresó la alegría profunda de saber lo que de hecho es cierto así como la necesidad de entender lo que es cierto para resolver los enormes problemas ambientales ante el mundo. Un punto bien provocador que recalcó fue la importancia de tener un enfoque verdaderamente científico y de reconocer que cada pregunta que se conteste dará lugar a aún más preguntas. La charla en sí resonó bien con aquellos de nosotros quienes han estado estudiando la nueva síntesis de Bob Avakian y la metodología marxista.
Por casi dos horas después de que la charla terminó, científicos y legos siguieron debatiendo temas de ciencia y religión, cómo crece la desconfianza hacia la ciencia entre muchas fuerzas “progresistas”, el impacto del postmodernismo, la relación a menudo espinosa entre las ciencias y las tradiciones culturales, y más.
Una de las partes más exigentes de promover el Día de Darwin fueron los preparativos de organización para la charla. Muchas personas, incluidos los que han apoyado la librería hace mucho tiempo, no lograron entender por qué la librería estaba patrocinando una charla de un científico “quien ni siquiera es político”. Libros Revolución organiza muchos programas con oradores y artistas que no son marxistas, entre ellos científicos que han hablado sobre los ataques contra la ciencia por el gobierno. Pero a mucha gente le costó trabajo comprender por qué estábamos pidiendo a un biólogo evolutivo que hablara sobre su trabajo en la teoría evolutiva.
Antes del comienzo del programa, un partidario que ha apoyado durante mucho tiempo la librería vino a preguntar “por qué nos estamos abandonando la revolución y metiéndonos en la ciencia”. ¡Otro cliente preguntó si ahora, desde que Obama fue elegido, habíamos dejado la posibilidad de la revolución y que estábamos reemplazando la política con la ciencia! Muchas personas, específicamente las que están metidas en la política de identidad, se mofaron de la idea de invitar a un científico a hablar, diciendo que “la ciencia es el problema”. Aunque estas reacciones no fueron inesperadas porque muchos científicos de la Universidad de Hawai tienen una dependencia cada vez más fuerte de las becas de las fuerzas armadas y corporaciones para llevar a cabo investigaciones, estas preguntas nos obligaron a llevar discusiones serias sobre qué es exactamente la ciencia, cómo la usa el sistema y por qué el pensamiento crítico y el método científico son tan importantes (lo que incluye pero no se limita a hacer la revolución y realizar el comunismo). Un científico, que cuestionó por qué una librería revolucionaria patrocinaba una charla de un científico, acusó a los marxistas de estar en contra de la ciencia, incluso citando a Karl Popper como fuente. (Afortunadamente, pudimos desentrañar esto de una manera no dogmática haciendo uso del análisis reciente de Bob Avakian acerca de las acusaciones profundamente anticientíficas de Popper contra el marxismo).
Al hacer los preparativos de organización para el programa, aprendimos que existe una división muy seria entre “la ciencia” de un lado y “la política” del otro. Muchas personas aceptan que existe algo llamado la ciencia. Pero al mismo tiempo, sostienen que el marxismo no puede ser científico porque es política y por eso es la antítesis de la ciencia. Y ni ven que el método científico es necesario para poder hacer una revolución comunista y transformar el mundo.
La promoción del Día de Darwin y de la evolución ha realzado cuán pionera y decisiva es la nueva síntesis desarrollada por Bob Avakian y que tenemos que estudiarla y debatirla continuamente y darle vida en las formas en que la llevamos a las masas, y que tenemos que bregar con las masas para que estas vayan profundizando continuamente su (y nuestro) conocimiento al respecto. Distintas partes de la nueva síntesis resonaron con cada experiencia y reto nuevo, pues eso nos hizo recordar una y otra vez que los comunistas tienen que ser científicos y que tienen que trabajar como equipos de científicos, que tenemos que luchar por el método científico más ampliamente, y que tenemos que hacer esto de modo que exprese con ganas la alegría del descubrimiento científico (¡y el que el descubrimiento cuadre con nuestras ideas preconcebidas o no!). Si un científico de las ciencias biológicas puede tener tanto entusiasmo al descubrir que los seres humanos se desarrollaron desde el linaje genético de las medusas y que el entendimiento previo de que los seres humanos se desarrollaron a partir de las esponjas no es correcto, ¿cuánto más entusiasmo deberíamos tener al descubrir (paso a paso y parte por parte) el camino a la revolución comunista y a la liberación de toda la sociedad?
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