Revolución #183, 15 de noviembre de 2009


Carta de un preso:

Hago circular Revolución y literatura de Bob Avakian entre los cautivos

Agradecemos muchísimo el haber recibido estas cartas de presos y alentamos a las y los presas/os a seguir enviándonos cartas. Los puntos de vista que se expresan en estas páginas son de los autores y no del periódico Revolución.

Fragmento de una carta recibida hace varios años:

Antes de entrar en estas cuestiones, me gustaría expresar mi agradecimiento hacia Bob Avakian por hablar directamente con nosotros en el número 11 del periódico Revolución y realmente motivarnos, inspirarnos y orientarnos a desarrollarnos a nosotros mismos ideológica y políticamente no sólo como “revolucionarios” sino como revolucionarios comunistas. Él tomó nota del papel crucial que los presos necesitan jugar en la difusión del mensaje de la revolución comunista y el MLM [marxismo-leninismo-maoísmo] en todas las prisiones y hacer correr la voz a nuestros compañeros y compañeras y las familias en las calles como parte de elevar la conciencia de clase y ayudar a construir y fortalecer el movimiento revolucionario y contribuir a la resistencia. Aquellos de nosotros que se encuentran atrapados a punta de cañón y los seres queridos que están relacionados con nosotros en las calles, atrapados en los barrios y ghettos necesitan sumarse a la revolución, estudiar el MLM y conocer y promover el liderazgo de Bob Avakian.

Actualmente estoy en una de las tres Unidades de Vivienda de Seguridad (SHU) en California. No puedo imaginar un pozo más profundo, más oscuro o más desolado que este en los EE.UU. Todos los días hago circular la luz de Revolución y otra literatura iluminadora, de Bob Avakian, el Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas y Presos y lo que las librerías Libros Revolución me han dado entre los cautivos a los que puedo alcanzar y comunicarme. La SHU “suele ser” el lugar donde aíslan y suprimen a fregadazos a los elementos más progresistas, revolucionarios, inteligentes e indomables de la población penitenciaria. Cuando estos tipos aprenden quizá de rumores o por mi actividad política que soy un revolucionario comunista con literatura revolucionaria disponible para todos, sin importar su raza, grupo, etc., muchos de ellos se sienten interesados en aprovechar esta oportunidad para utilizar esta literatura para familiarizarse con ello o mejorar su comprensión de la ideología política y la ciencia que nuestros enemigos de clase difaman y calumnian con tanta vehemencia. Contrariamente a la clase de ignorancia que se vierte sobre las mentes de las personas a través de los agentes de la propaganda política de la burguesía, en la cárcel el 99% de nosotros estamos buscando una alternativa a vivir y a morir de esta manera. Así que, después de leer un par de periódicos o un par de libros, la primera pregunta que me hacen antes del debate y antes que la unidad-lucha-unidad comience es: “¿Quién es Bob Avakian?” En respuesta a esta pregunta, he adoptado una versión actualizada de la línea que Eldridge Cleaver utilizaba para describir la identidad y la significación de Mao en los años 60, para ti, Bob Avakian. Yo respondo: “¡Bob Avakian es el hijo de la chingada más chingón en el planeta Tierra! Él es el presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos. Él ha hecho una nueva concepción de la idea de la revolución comunista haciendo un resumen de las debilidades y deficiencias y, de más importancia, los grandes logros y avances de la dictadura del proletariado y del movimiento revolucionario internacional. Él conoce la forma de salir de toda esta mierda hacia una sociedad y un mundo completamente nuevos. Si usted tiene algún deseo de ser libre, liberar a la humanidad y cambiar el mundo hacia un lugar en el que tengamos una oportunidad de sobrevivir y realmente disfrutar la vida, entonces aprendan de él y lo que está diciendo”. Digo esto con total confianza, y es refrescante y estimulante presentarles otra vez a este líder que está tan genuinamente comprometido con el pueblo. Tristemente sin embargo, por más de 500 años de imperialismo, colonialismo, opresión, degradación, brutalidad asesina y traición, y la muy real y muy presente historia y cultura de toda la supremacía blanca se expresa de manera tan conmovedora y sucinta en la siguiente pregunta: “¿Ah, sí? ¡N’ombre, eso es correcto! Pero ¿qué ES Bob Avakian?” La mayoría de estos tipos tienen la impresión a través de sus escritos de que él es negro o hispano, o incluso de Asia. Quedan asombrados al enterarse de que Bob Avakian es blanco. Casi de forma automática el origen étnico de Avakian actúa para descalificarlo como un revolucionario en las mentes de muchas personas, incluso de muchos individuos con ideas revolucionarias. Así que permítanme entrar en algunos de mis pensamientos sobre las credenciales de Bob Avakian como un líder comunista.

Éste es un tema que ha surgido muy marcadamente, mientras se lleva a cabo la popularización de la dirección de Bob Avakian, y creo que ellos han recorrido un largo camino para disipar la noción de que solo puede y debe haber nacionalidades particulares de situaciones socio-económicas específicas (básicamente, excluyendo a los blancos y legitimando a los negros, latinos, o amerindios pobres) al timón de cualquier movimiento revolucionario en los EE.UU., ya que sólo un dirigente que surge de entre las nacionalidades oprimidas realmente puede actuar en beneficio del interés de las naciones oprimidas y se opondrá a traicionar al pueblo ni sucumbirá a ciertos privilegios de raza y/o de clase con que la burguesía tratará de seducirlos con la finalidad de encauzar su levantamiento de nuevo dentro de los límites aceptables o de plano a abandonarlo todo. Sólo tengo una cosa que decir con respecto a esto, y eso es que esto contradice la realidad de la historia.

¿Cuántos dirigentes negros/latinos/amerindios/etc. y/o movimientos revolucionarios nacionalistas no han captado o entendido dónde las masas necesitan ir, o bien han sido cooptados por las fuerzas políticas burguesas “de izquierda” o de otras fuerzas imperialistas o, simple y sutilmente se volvieron revisionistas en la historia? Ahora, yo no traje vuestra atención a la historia para proponer o argumentar que las “minorías” en los EE.UU. o personas no blancas a nivel internacional son incapaces de liderar movimientos o una revolución que lleve a buen término, ya que ¡la historia está inundada con ejemplos de eso y mucho más! Tampoco estoy tratando de dar credibilidad a la idea errónea de que sólo los blancos y los llamados “movimientos blancos” han sido en gran parte exitosos cuando han saltado al escenario de la historia, y que por lo tanto deberían estar imbuidos de posiciones de liderazgo o lisa y llanamente recibir las riendas para asegurar el éxito a causa de su supuesta destreza en la lucha, intelectualidad superior y disposición cultural y genética, porque el contrario tiene una abundancia de precedente histórico y científico.

Lo que todos deben de plantear es la realidad de que la nacionalidad “correcta” no reúne los requisitos y no debe santificar el liderazgo revolucionario, porque aunque un hombre o una mujer en particular con una amplia cantidad de melanina pase a primer plano, su liderazgo en última instancia sirve para socavar la iniciativa, engañar o incluso destruir el movimiento de masas o la revolución si la LÍNEA está mal. La línea correcta es el aspecto principal de la contradicción entre el liderazgo revolucionario comunista y las masas básicas, y sólo siguiendo quien quiera que tenga la línea correcta podemos llevar a cabo nuestra misión histórica mundial.

* * *

Creo que Clyde Young lo resumió muy bien cuando salió en KPFK en Los Ángeles y le preguntaron: “¿Qué tan revolucionario es que tengas a un hombre blanco mayor de una posición económica clasemediera alta en la dirección de una organización revolucionaria?” Clyde respondió clara y concisamente: “Creo que la cuestión crucial aquí no es que él sea un líder blanco, sino que él sea un líder comunista. Creo que eso es un punto muy importante a destacar”. ¡Sí, señor! Y eso es exactamente lo que he venido recalcando con estos tipos por aquí y animando a otros a hacerlo donde quieran que estén con aquellos que creen que la revolución comunista dirigida por el proletariado y su partido de vanguardia está a la orden del día histórico, pero no han ido más allá de los nacionalismos estrechos y otras expresiones del pensamiento no científico, no materialista y no dialéctico. Ésta no es una revolución negra, café, roja o amarilla. Esta revolución es internacional, es el proletariado yendo a donde necesita ir….

Soy un “Blaxicano” de 23 años de edad proveniente de San José, California, y hay quienes se preguntan seriamente sobre por qué voy corriendo por todo sitio ensalzando a este tío blanco al que ni siquiera conozco personalmente y que no sabe que yo existo. Bueno, en realidad es muy sencillo. En primer lugar, yo sé lo que necesito saber sobre Bob Avakian y lo respeto y lo admiro sobre esa base. En segundo lugar, él sí me conoce, porque yo soy uno de entre las masas y él conoce las masas muy íntimamente. En tercer lugar, yo quiero ser libre para llevar mi propia vida, no sufrir y morir para enriquecer a unos pocos malditos cabrones, no cuando estamos en una etapa en la cual eso es totalmente innecesario. No podemos invertir nuestras ambiciones en dirigentes que no conocen la manera de llevarlas a su plenitud. Y definitivamente no podemos continuar esperando a algún “salvador” que salga y se ajuste a los criterios finamente calibrados en lo racial, lo sexual, lo cultural y lo socio-económicos, etc., y a continuación iniciar la lucha revolucionaria en apoyo a esa persona. No podemos esperar a que alguien a quien se le considere con potencial de liderazgo, para empezar a investigar y analizar todo lo que sea necesario para desarrollar la línea y cuando “¡la tenga!”, convoque a las masas a la acción. No sólo es que nosotros “no” podemos esperar, sino que “¡EL MUNDO NO PUEDE ESPERAR!” Como Avakian lo dice todo el tiempo, los revolucionarios comunistas deben dirigir a las masas hacia lo que sus intereses verdaderamente correspondan, infundiendo su espontaneidad con conciencia de clase, MLM y la moral comunista, y no seguir a la cola de ellos ni sentarse al margen a animarlos. Más bien, tenemos que estar allí en medio de su resistencia, las plantas de los pies en la acera, gritando un rotundo “NO MÁS”.

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