Revolución #209, 31 de julio de 2010
La catástrofe capitalista del petróleo NO ha terminado
El pueblo tiene que actuar para detenerla
El gran titular del número del 16 de julio del New Orleans Times-Picayune grita en grandes letras negritas: "DETENIDO EL FLUJO DEL PETRÓLEO". Al parecer el día anterior, British Petroleum (BP) había detenido el chorrazo de crudo y metano que llena y envenena el Golfo de México por primera vez desde la explosión del plataforma Deepwater Horizon el 20 de abril.
BP y funcionarios del gobierno están pregonando el mensaje de que "lo peor ha terminado" y "el fin está ahora a la vista". Pero el que tape el geiser o no, y eso todavía NO está completamente claro, este desastre del petróleo está lejos de haberse terminado. El medio ambiente y el pueblo, en particular a lo largo de la costa del Golfo, siguen bajo amenazas graves:
* En cosa de días de anunciar que se había tapado el pozo, se informó que "se detectaron una filtración a una distancia del pozo y anomalías no identificadas en la boca del pozo" y que el comandante del Guardacostas al mando le había ordenado que BP "elaborara un plan de emergencia para la posible reapertura del pozo tapado" (Washington Post y Agence France-Press, 19 de julio de 2010). Así que, si bien es posible que esté funcionando el tapón, también es posible que el proceso de taponeo tarde semanas, quizá más.
* También es posible, según varios ingenieros, que lo que se ha hecho hasta la fecha de hecho haya dañado el pozo y haya hecho que sea mucho más difícil y tal vez imposible tapar completamente el pozo. En cada momento de este desastre, BP y el gobierno han suprimido sistemáticamente información y mentido de plano sobre lo que pasa. Así que es posible que esta "compostura" encierre mucho más de lo que han revelado al público y por ende el pueblo tiene que mantenerse vigilante.
* Enormes cantidades de crudo permanecen en el Golfo. Según estimaciones oficiales (que quizá sean muy bajas), de 35 a 60 mil barriles de crudo al día han estado entrando al Golfo desde el 20 de abril hasta que taparon el pozo. BP y el Guardacostas ahora dicen que se ha retirado una gran parte del petróleo de la superficie del mar mediante su recogida de la superficie, su quema y los efectos de los elementos y que el resto se está desintegrando "rápidamente". Pero hoy al menos 100 a 200 millones de galones de crudo tóxico aún están en el Golfo.
* Tal vez hasta el 80% del petróleo esté debajo de la superficie, en gran parte en la forma de gigantescas plumas, algunas de ellas que se extienden hasta 15 km de largo. La existencia de estas plumas, que los funcionarios del gobierno en la Administración Nacional de Atmósfera y Océanos (NOAA) descartaron, la han corroborado los científicos.
* El petróleo ya ha llegado a mil km de valiosos humedales y costas del mar. Pero la mayor parte, un enorme charco, permanece en mar abierto. Se ha informado que podría llegar a la corriente del Golfo y de ahí pasarse a Florida y al Atlántico. Podría impactar a Cuba y otros países caribeños, incluso Europa.
* Los huracanes podrían llevarse a grandes cantidades de petróleo y dispersantes tóxicos a la costa y tierra firme, y acababa de empezar la temporada de huracanes. La reciente tormenta Bonnie se convirtió en "depresión tropical", no un huracán, pero tuvieron que detener la limpieza y operaciones de perforación y se hablaba de una posible marea de 0.6 a 1.2 m por la tormenta la que empujaría el petróleo hacia los pantanos y playas de Luisiana. Advierten a los habitantes de las zonas bajas que el agua contaminada de petróleo podría anegar sus hogares y les dijeron que evitaran todo contacto con el agua. El biólogo marino, el Dr. Chris Pincetich del Proyecto de Restauración de la Tortuga Marina, planteó la pregunta; ¿qué pasaría si se anegara de nuevo a Nueva Orleáns, pero esta vez con el agua contaminada de petróleo y dispersantes?
* Nadie conoce la verdadera magnitud de la devastación de la vida marina y otra flora y fauna debida a esta gigantesca pesadilla tóxica, que se ha extendido a través de enormes regiones del mar repletas de delfines, peces y tortugas; en hermosos y sorprendentes humedales rebosantes de aves, ostras, cangrejos y cocodrilos; en las islas barrera donde los pelícanos pardos y aves migratorias han estado anidándose. Cientos de aves, tortugas marinas y delfines han aparecido muertos; no se encontrarán jamás la abrumadora mayoría de los animales muertos a causa del desastre del petróleo. Algunos científicos calculan que miles de delfines ya han muerto. Bien podría haberse devastado la siguiente generación de cientos de especies de la flora y fauna del mar y costas. Las redes alimentarias del Golfo estarán entretejidas de veneno por quién sepa cuánto tiempo y hasta podrían colapsarse.
* La científica Samantha Joye, que acababa de estar en el Golfo tomando muestras del agua, informó que hoy el petróleo está mucho más concentrado de lo que estaba cuando estuvo ahí en mayo y que el 40% de lo que ha chorreado del pozo es gas metano, con algunas concentraciones de cien mil veces el nivel normal. La bacteria se alimenta de este caldo de petróleo y metano y en ese proceso se agota el oxígeno, lo que ya podría estar causando anoxias o zonas muertas (donde se ha agotado tanto el oxígeno en el agua que la vida no puede existir ahí).
* No se ha hecho ningún estudio sistemático al alcance del público acerca de la verdadera magnitud de las amenazas a la salud y la vida de los seres humanos que ha generado la catástrofe. Los vapores y el contacto con este entorno han envenenado a las personas que han estado sobre el agua o en la costa. Se ha devastado y arruinado la vida de la gente y su sustento en muchas regiones del Golfo.
* Existen impactos largoplacistas potencialmente catastróficos y desconocidos sobre los ecosistemas, la vida marina, la flora y fauna y la salud de los seres humanos. En 1989 un buque tanque Exxon Valdez derramó casi nueve millones de galones de crudo en las ricas aguas cerca de la costa de Alaska. Cuatro años después una buena parte del ecosistema se colapsó, pues las nuevas generaciones de criaturas marinas que nacieron después del derrame eran muy vulnerables a la porquería tóxica y nunca sobrevivieron o salieron perjudicadas. Se eliminó la población de arenque, una vez abundante en la región y una fuente de alimento para muchos otros animales, y a 20 años de ese derrame todavía no se ha reestablecido.
Todo eso indica que esta catástrofe ambiental y humana está lejos de terminarse. Es más urgentemente necesaria que nunca una respuesta popular (manos a la obra) para detener el desastre. Tenemos que cerciorarnos de que se detenga de hecho el geiser, que se limpien el petróleo y los químicos tóxicos que hoy están contaminando el Golfo, que se detenga de inmediato el uso de dispersantes que han sido tóxicos y que se protejan las costas, humedales, flora y fauna, vida marina y personas. Y tenemos que analizar y desenmascarar las causas de la explosión de la plataforma y la respuesta inescrupulosa de BP y el gobierno y lo que todo eso demuestra acerca de este sistema y lo que se requerirá para impedir tales catástrofes en el futuro y proteger concretamente el planeta y el pueblo.
El Comité de Emergencia para Detener el Desastre del Petróleo en el Golfo (stopgulfoildisaster.org) ha llamado a realizar protestas por todas partes el viernes 30 de julio: "100 días de furia… exigen 100 acciones". ¡Cualquiera que quiera detener la catástrofe y proteger el Golfo, el pueblo y el planeta deben participar donde quiera que esté de la manera que pueda!
La respuesta inescrupulosa del sistema a la explosión
El Comité de Emergencia ha llamado a forjar "una amplia, decidida y poderosa respuesta popular". ¿Por qué se necesita? Por que "el gobierno y British Petroleum se han mostrado incapaces e indispuestos a detener el desastre, proteger el Golfo o incluso decir la verdad".
La respuesta de BP, el gobierno de Obama y la estructura de poder al mayor desastre ambiental jamás de la historia de Estados Unidos y a lo que podría ser el mayor desastre del petróleo jamás, ha sido sorprendente y ultrajante:
- Han asumido una orientación diametralmente opuesta a "poner manos de la obra" para detener el geiser y lidiar con los enormes efectos sobre el medio ambiente y el pueblo. ¿Por qué no obligaron a Exxon y Shell a enviar buques tanques, ingenieros y tecnología para ayudar a tapar el geiser? ¿Por qué los miles de personas que se han ofrecido de voluntarios para ayudar se han topado con puros trámites y demoras y jamás han recibido respuesta de nadie después de apuntarse?
- En cada instancia, BP y el gobierno han mentido y han encubierto la magnitud del geiser y el razonamiento de todas las soluciones que han propuesto hasta ahora y que luego han abandonado.
- Han usado el dispersante químico tóxico Corexit a una escala sin precedentes, o sea, casi dos millones de galones, aunque los propios datos del fabricante (Nalco) declaran que mezclar Corexit con petróleo hace que éste sea cinco veces más mortífero que el petróleo solo y diez veces más mortífero que el dispersante solo. Pero las pruebas de la Agencia de Protección Ambiental, que se usaron para justificar la decisión de darle luz verde para que BP pudiera usarlo, no verificaron la toxicidad del petróleo y Corexit juntos. Así que BP y el gobierno empeoraron el desastre ambiental a fin de impedir que el petróleo llegara en cantidades enormes a las costas y a fin de mantener el petróleo lo más lejos que fuera posible de la vista del público. (Vea "Consensus Statement: Scientists oppose the use of dispersant chemicals in the Gulf of Mexico".)
- Han suprimido estudios científicos e información pública acerca del tamaño y el impacto del chorrazo de petróleo, las amenazas a la salud humana, la flora y fauna y la vida marina, lo que incluye amenazar, hostigar e impedir que los periodistas y el público vean y se reporteen acerca de la magnitud del horror ecológico que BP y el gobierno han creado en el Golfo.
- Han procurado reforzar la pasividad entre las personas mediante evasivas y demoras burocráticas para con los voluntarios; amenazas y censura contra las personas contratadas para las labores de limpieza; reuniones públicas y enormes campañas de publicidad para dar falsas promesas de que BP y el gobierno están preocupados y están haciendo lo que sea posible; y hacer que muchas personas de las comunidades afectadas sean dependientes de BP para cualquier sustento.
Todo eso ha sido inescrupuloso y ha conducido a enormes costos de destrucción ambiental y sufrimiento humano.
¿Por qué BP y el gobierno se han portado de esta manera? Porque éste ha sido un desastre capitalista de petróleo y una respuesta capitalista al desastre, en todos los niveles. La causa del propio desastre: bajo el capitalismo se produce todo en la forma de mercancías para sacar ganancias. Bajo este sistema, saquean los recursos del mundo natural sin tomar en cuenta las consecuencias ambientales. La producción es propiedad de particulares y se rige por la despiadada competencia de "expandirse o morir" a nivel mundial. En tiempo, el capitalismo tiene horizontes de corto plazo. El sistema se rige por la necesidad de maximizar las ganancias y sacar ventajas en el mercado. (Vea más antecedentes en la anterior cobertura en Revolución y la charla de Raymond Lotta "El desastre del derrame de petróleo… un sistema que no merece ser el encargado del planeta… y la revolución que necesitamos" en línea en inglés en revolutionbooksnyc.org.)
El gobierno estadounidense, en representación de los intereses generales del sistema capitalista-imperialista entero, permitió que BP y otras empresas perforaran de manera temeraria en aguas de 1525 metros de profundidad SIN SIQUIERA IDEA de cómo detener un derrame de petróleo a esa profundidad. (Las anteriores experiencias de los reventones del petróleo en aguas poco profundas, como la explosión en la plataforma Ixtoc de México en 1979, tardaron muchos meses en detenerse. Suponer que la física y la mecánica son las mismas a profundidades mucho mayores es una irresponsabilidad y fraudulencia total al servicio de las ganancias.)
La cuestión del petróleo y los combustibles fósiles es mucho mayor que BP como corporación capitalista grande. A lo largo del siglo 20 y hasta el presente, el petróleo ha sido una parte integral del poder e imperio. El control del petróleo y otros combustibles fósiles no sólo es una fuente de ganancias sino de apalancamiento sobre otras economías que dependen del petróleo. Dicho control es una fuente de poder geopolítico y económico en el sistema capitalista mundial. No se puede desligar el dominio económico estadounidense en el mundo, de su poderío militar, de su intimidación, guerras de ocupación y control y su red mundial de bases. Uno de los pequeños secretos sórdidos de imperio es que las fuerzas armadas estadounidenses son el mayor comprador de petróleo en el mundo.
Cuando ocurrió el desastre, el gobierno siguió defendiendo los intereses de BP, la industria petrolera y el sistema capitalista en general. No podría decir la verdad sobre la catástrofe, porque eso hubiera minado más la legitimidad del gobierno y el sistema entero. No podría movilizar a las masas populares ni hacer que otras corporaciones ayudaran a responder al desastre, porque eso hubiera chocado con la propiedad y control privado (de BP). Piénselo: el temerario afán de ganancias privadas de BP ha conducido a un gigantesco desastre social, que está afectando la economía, la sociedad y el medio ambiente mucho más allá de las operaciones de BP. No obstante, se ha dejado en manos de BP la responsabilidad de lidiar con la crisis.
Obama ordenó una moratoria limitada y temporal sobre las excavaciones y perforaciones en aguas profundas, a la vez que ha dejado en claro que las perforaciones en mar abierta deben seguir siendo parte de la estrategia estadounidense en materia de energéticos. Pero, antes de tapar completamente el pozo de BP, antes de completar cualquier investigación de las causas del desastre y antes de desarrollar cualquier nueva tecnología que concebiblemente podría detener otra explosión, ya surge el clamor de las grandes empresas petroleras y poderosas fuerzas de la clase dominante a que se reanude de inmediato la excavación y perforación en aguas profundas.
El 12 de julio, la comisión nombrada por Obama sobre el derrame de petróleo de la plataforma Deepwater Horizon inició las audiencias en Nueva Orleáns. Esta comisión "independiente", que supuestamente investigaba las causas del desastre, se convirtió en plataforma desde la cual defender la reanudación de la excavación y perforación. (La comisión es una manera con que ayudar al sistema a lidiar con las profundas repercusiones y denuncias a raíz de esta catástrofe del petróleo.)
Al arrancarse las audiencias, un partidario del periódico Revolución se puso de pie, con el periódico en la mano y trastornó la apertura de las audiencias en una acción que recibió cobertura a nivel nacional en los medios, incluso MSNBC y el noticiero Today. Dijo: "Esta comisión es ilegítima, las personas responsables de estos crímenes no tienen derecho a estar investigándolos. Éste es un derrame capitalista de petróleo y este sistema no merece ser el encargado del planeta".
Salieron más verdades en esos pocos minutos que en todos los días de audiencias de la comisión y todos los meses de declaraciones oficiales y cobertura mediática burguesa.
Turbulentas aguas políticas contaminadas de petróleo… y la urgente necesidad de una respuesta del pueblo
Los representantes de este sistema a todos los niveles han estado muy movidos durante esta crisis, pero no para emprender soluciones concretas sino para atenuar los perjuicios a sus intereses. Con frecuencia funcionarios nacionales y estatales recorren el estado de Luisiana para celebrar ruedas de prensa y visitar zonas afectadas. Casi cada semana se celebran reuniones en los varios distritos y condados con la presencia de gente de BP, la Agencia de Protección Ambiental, el Guardacostas y del gobierno, con el propósito de asegurar (a menudo ante la profunda furia, desconfianza y escepticismo del pueblo) que la estructura de poder esté preocupada, esté escuchando, esté haciendo todo lo que pueda, esté pidiendo disculpas, bla, bla, bla.
Todo eso se da en medio de profundas contradicciones y complejas maniobras entre las fuerzas de la clase dominante. El gobernador republicano de Luisiana, Bobby Jindal, da poses de "general" en las líneas del frente, "con las manos a la obra" y responsable y al mando en la batalla contra el derrame. Ha criticado las labores de limpieza y echado la culpa a Washington y el gobierno de Obama.
El fascista Tea Party también ha estado muy movido, criticando a Washington y al "gran gobierno" y específicamente culpando a Obama, pero lo hace de una manera que encubra y reclute a personas en apoyo a los intereses del sistema que engendró este desastre económico y ambiental. Un "Mitin para la Supervivencia Económica" organizada el 21 de julio por los republicanos, empresarios y gente del Tea Party en el Cajundome de Lafayette, Luisiana, atrajo a once mil personas más cuatro mil a la transmisión en vivo por la red. Hablan en nombre de los pequeños negocios y el "hombre de la calle", diciendo que la única esperanza para aquellos que se hallen en penurias económicas desesperadas es dejar que las grandes empresas petroleras vuelvan a "perforar, maldito sea, perforar" — aún más violación ambiental no regulada y una orientación oficial de "no meter mano" en torno a la seguridad de los trabajadores. Dicen eso aunque en realidad tanto la enorme devastación ambiental como el sufrimiento económico e incertidumbre son productos de la naturaleza implacable y brutal del capitalismo de buscar ganancias.
En este caldo intenso y rápidamente cambiante, los revolucionarios, radicales, progresistas, ambientalistas y otros grupos políticos también han estado muy movidos de diversas maneras.
Por ejemplo, está el Comité de Emergencia para Detener el Desastre del Petróleo en el Golfo. Dicho comité se fundó después de una Cumbre de Emergencia sostenida el 19 de junio en Nueva Orleáns como mecanismo para que muchísimas personas tomen acciones para detener el desastre ante la negativa de BP y el gobierno de hacerlo. Su Declaración de Misión llama a movilizar a diversas fuerzas, como activistas, comunidades afectadas, ambientalistas y científicos, a nivel nacional e incluso mundial para detener la catástrofe. Ha lanzado siete demandas que tratan todas las dimensiones de la crisis y dan orientaciones concretas para la acción.
En poco más de un mes, el Comité ha protestado enérgicamente contra las acciones de BP y del gobierno: sostuvo la primera manifestación frente a la sede del Comando Unificado Conjunto (a cargo de responder al desastre); intervino en las asambleas "públicas" de BP-gobierno; protestó fuera y habló dentro de las audiencias de la Comisión de Obama; protestó cuando el vicepresidente Joe Biden fue de visita a la región; se unió a protestas de otros grupos; y ha lanzado comunicados a la prensa, que han recibido amplia cobertura. (Vea en stopgulfoildisaster.org la Declaración de Misión, demandas, cobertura periodística y relatos de acciones y otra información importante.)
En general, la Declaración de Misión del Comité, sus demandas y sus acciones representan un polo alterno a la autoridad que se adjudican BP y el gobierno de seguir defendiendo sus propios intereses en la crisis, en lugar de hacer todo a su alcance para proteger el medio ambiente y el pueblo.
Se tiene que hacer mucho más. Urge desenmascarar la magnitud de esta catástrofe y que la gente la entienda. La Declaración de Misión del Comité, sus demandas y su decidido espíritu tienen que llegar a muchísimas personas más. En toda la sociedad se necesitan acciones y revelaciones de la verdad independientes y organizadas en masa.
Tomar acciones con motivo del día 100 del desastre el viernes 30 de julio es una coyuntura importante para hacer avanzar y hacer que se oiga la voz del pueblo. Como dice el llamado a la protesta del Comité: "No nos detendremos hasta que se tape el pozo y se cure el Golfo".
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